La actual pandemia que el mundo sufre por el Coranavirus
COVID19, ha desbordado todas las expectativas para que la Teoría de la
Conspiración tuviera un escenario tan grande y complejo en el que pudiera
crecer y convertirse en una disciplina con pantalones largos, como decimos en
Venezuela, es decir, para que madurara y llegara a ser una “ciencia” estudiada
por diversas especialidades, con métodos de estudio propio, con posibilidad de
verificar hechos y experimentar sobre sus réplicas, con sus propias
estadísticas y modelajes, con la posibilidad de medir sus consecuencias hasta llegar
a una conclusión más o menos verificable en la realidad, esto en cuanto a la
conspiración, porque en la parte de “la teoría”, debemos todavía tomar cada una
de estas hipótesis y “testearlas” tratando de descubrir su parte objetiva y
diferenciarla de la ficción.
Diríamos como el personaje de la serie televisiva, Dr. House, “todo el mundo miente”, en
nuestro caso podríamos decir “todo el mundo conspira”, y es que pareciera ser
una tendencia muy humana el tratar en algún momento, de cambiar el orden
establecido para favorecer nuestros intereses y de una manera non sancta, es decir utilizando atajos,
mentiras, fake news, distorsionando
la realidad, haciendo asunciones no probadas y muchas veces especulando con
argumentaciones extrañas o fuera de lo común.
Y es que la Teoría de la Conspiración es usada no solo
por periodista amarillistas, personas paranoicas, grupos políticos acusando a
otros de algún comportamiento anormal, saboteadores profesionales,
instituciones de buscan eliminar a otras de la competencia, sino que los mismos
gobiernos, democráticos o no, las usan para distraer a la opinión pública de la
verdad y para crear falsas inquietudes, que si son creídas se convierten en
reales y de esta manera manipulan la opinión pública y los comportamientos de
las grandes masas.
La crisis sanitaria mundial desatada por el COVID19 es
uno de los casos de estudios de mayor aliento que hayan existido, sobre todo
los que se refieren a su origen y que a estas alturas permanece como un enigma;
en nuestro artículo de hoy trataremos de aproximarnos y desentrañar algunos de
sus mecanismos, esto nos interesa entre otras cosas, porque el régimen de
Maduro y del Socialismo del Siglo XXI son adictos a las teorías conspirativas,
y forman parte esencial de sus políticas públicas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en un reporte
emitido en febrero del 2020 hablaba de una “infodemia” para referirse a la
abundancia de información, alguna de ella correcta, otra inexacta, lo que hacía
difícil para las personas encontrar fuentes fidedignas y una guía confiable al
momento de necesitarla, es decir, paralelo al peligro biológico de la pandemia
había un manifiesto peligro de información falsa que se propagaba de manera muy
rápida.
Conocer el origen de este virus es de suma importancia
para combatirlo eficazmente y preparar una campaña mundial de seguridad y
control para contener sus efectos, a estas alturas de la pandemia no se sabe
con certeza si el virus tiene un origen natural, o fue diseñado por humanos en
laboratorios como arma biológica, tampoco conocemos su procedencia ni el
momento exacto de su aparición, al no poder rastrear la verdadera ruta del
virus los científicos tampoco podrán estudiar adecuadamente las mejores formas
de prevenir futuros brotes, calcular su trayectoria y mutaciones, son datos
fundamentales en la preparación de las posibles vacunas.
Y es precisamente este vacío de información confiable y
fidedigna, el caldo de cultivo perfecto para que las teorías de la conspiración
llenen ese espacio, no una, sino múltiples de ellas luchando por la supremacía
en la opinión pública, y una vez enquistada en el sistema de creencias de una
comunidad asume el valor de una interpretación de la realidad y muchas veces,
en la realidad misma, con todas sus consecuencias.
Si el virus del COVID fue diseñado genéticamente, lo más
seguro es que se le haya sometido a unas variaciones o inserciones en sus
estructuras de proteínas claves, en su capacidad de adaptación y por ende, de
mutación, pero aún si el virus tuviera un origen natural, el hecho de que se
“escapara” de los laboratorios deja muchas interrogantes, para algunos
militares no deja de ser una posibilidad de ataque biológico, disfrazado de
accidente, si la ruta del virus fue por contaminación inter especies hay que
buscar romper con esa cadena pero para ello necesitamos conocer el punto “cero”
del contagio.
Aunque ya en la historia antigua se conocían casos donde
la biología se ha utilizado como un arma, como ha sido la quema de las
cosechas, el envenenamiento de pozos de agua, el uso de cadáveres para esparcir
enfermedades o de objetos contaminados para promover el contagio, no fue sino
hasta la Primera Guerra Mundial que los contrincantes utilizaron de manera
sistemática armas biológicas, fabricadas en laboratorios y utilizadas en el
campo de batalla con resultados tan terribles, que obligaron a los estados a prohibir
sus usos.
Fue de esta manera que se dieron el Protocolo de Ginebra de 1925, lo que no fue impedimento para que
Japón emprendiera en China, antes y durante la Segunda Guerra Mundial centros
secretos de experimentaciones de armas biológicas en contra de los chinos, y
algunas acusaciones no probadas en contra de los EEUU durante la Guerra de
Corea, por usar supuestamente armas biológicas, pero más importante aún fue la Convención sobre Armas Biológicas
firmada por casi todos los países del mundo en 1972 y que entró en vigor en
1975 es la que regula de manera estricta tales usos.
Pero por el lado de la experimentación y de la
investigación médica sobre las enfermedades contagiosas hubo un gigantesco
hueco que no fue previsto, aunque los laboratorios de patógenos altamente
peligrosos operaran de manera supervisada en algunos países del mundo, se trata
de instalaciones bajo observación internacional que podrían, si así lo
determinaran sus gobiernos, desviar sus trabajos de uso humanitario para fines
bélicos, de hecho, y aquí ya entramos en especulaciones, se cree que algunos
estados los utilizan para llevar a cabo proyectos militares secretos.
Estos laboratorios vienen clasificados por su
peligrosidad siendo los niveles de contención biológica o bioseguridad BLS-3 y
BLS-4 los más delicados, pues requieren de unos técnicos altamente entrenados
en protocolos de manejo de estas cepas, y de unas medidas de seguridad muy
estrictas, incluyendo la última generación de espacios de desinfección con
detectores y alarmas para evitar justamente “accidentes”, como podría ser que
algún empleado se lleva a su casa ropa contaminada, o se enferme sin saberlo y
contagie a su familia.
El problema con Wuhan, una ciudad industrial y de
desarrollo tecnológico muy importante es que allí opera el Instituto de
Virología de Wuhan, que se construyó con la ayuda de los franceses, unas
instalaciones de tipo BLS-4 en 2017, y que entró en plena operación en el 2018,
albergando los más completos y avanzados estudios sobre los coronavirus en los
murciélagos que tenía China, que ya había sufrido de algunos brotes de epidemia
que afortunadamente fueron controlados, pero llama la atención que estos brotes
se produjeron al sur de China, en el hábitat natural de estos murciélagos y no
en el centro del país como sucedió en aquel fatídico otoño del 2019,
precisamente en Wuhan.
Por su parte China, casi desde el mismo inicio del brote
de esta “neumonía de Wuhan” y tal como lo refiere el excelente estudio del
bioeticista neozelandez Jing-Bao Nie, de la Universidad de Otago en Auckland,
en su artículo In the Shadow of
BiologicalWarfare: Conspiracy Theories
on the Origins of
COVID-19 (2020) nos copia textualmente una información que salió publicada
en el sitio WeChat, uno de los más
populares en las redes sociales chinas, y decía lo siguiente:
Compatriotas:
En estos tiempos de la epidemia de neumonía de Wuhan, por favor no se olviden
de los Séptimos Juegos Militares que se celebraron en Wuhan tres meses atrás.
Por supuesto, algunos atletas internacionales vinieron de África, donde
enfermedades infecciosas son frecuentes. Algunos atletas vivieron de los
Estados Unidos que ha tratado de atentar desde hace tiempo con una guerra
biológica en contra de China. Cuando las autoridades investigaron la fuente
responsable de la epidemia de SARS en 2003, muchos indicios apuntaban hacia los
EEUU y su conspiración de guerra biológica en contra de China. De modo, no
tendrá este brote de neumonía por coronavirus algo que ver con los EEUU? Este brote coincide con el calendario, con
respecto al lugar y coincide con la reunión de una multitud de personas. Y
también coincide de manera importante con la guerra comercial entre China y
USA, en la que todavía se lucha encarnizadamente. No deberíamos poner todas
estas coincidencias juntas y analizarlas, sintetizarlas, teorizarlas, y
verificarlas para llegar a una clara conclusión? Mientras llevaban a cabo la guerra comercial
contra China, el gobierno de USA tomó ventaja de los Séptimos Juegos Militares,
donde muchos americanos sostuvieron numerosas interrelaciones con los chinos,
ocultando el nuevo coronavirus en sus equipos con el propósito de infectar a la
gente de Wuhan. Debido a que el virus tiene un tiempo de incubación de dos a
tres meses, el brote en una escala masiva ocurriría cerca de las vacaciones por
el Festival de Primavera cuando un gran número de personas regresan a sus casas
para el Nuevo Año Chino. De esta manera, el gobierno de USA planificó utilizar
este nuevo coronavirus para llevar a cabo un devastador ataque en la política,
economía, medios de vida y la gente de la nueva China para así hacer posible
las metas diabólicas de frenar la economía China y para el surgimiento de la
Nueva China. No olviden: los Estados Unidos es el país mejor equipado en armas
biológicas, el país que más desea detener el desarrollo de China y el país que
más presiona para que sus intereses prevalezcan. Gente generosa de China, que
es lo que evita que veamos que es el gobierno de USA el que ha planificado
detrás del escenario este brote de coronavirus en Wuhan? Porqué debemos acusar
falsamente a un mercado que vende animales salvajes? Por favor envía esta información
inmediatamente para que más chinos puedan conocer la verdad (WeChat Post)
Este mensaje se esparció de
manera masiva entre el público chino y creó una matriz de opinión en contra de
USA, los expertos que lo han examinado opinan que su origen pudiera estar en
algún organismo de inteligencia china, llena todos los requisitos como un
producto conspirativo para suplantar el verdadero origen del brote epidémico.
También los rusos hicieron
su parte, no de manera muy coordinada, recurriendo a teorías conspirativas que
ya estaban rodando en el ambiente antinorteamericano, permitiendo a los
seguidores de sus redes de comunicación interna, prensa, redes sociales,
televisión, desarrollar argumentos propios para ver si alguno pegaba, sobre
todo estuvieron afincados en los canales de Rossiya
Segodnya que es la que maneja el conglomerado de desinformación de Sputnik, la red de noticias RT y la vocería del Ejército Ruso, el Zvezda por donde aparecía con inusitada
frecuencia un personaje multi-uso llamado Igor Nikulin, un “experto” en casi
todo, con credenciales muy oscuras que salía declarando sobre distintos temas
que tenía que ver con la seguridad rusa.
De acuerdo al interesante
estudio producido entre The Digital
Forensic Research Lab (DFRLab) una organización especializada en el
análisis de las teorías conspirativas del Atlantic
Council, cuyo título es Convertir en
Arma; Como los rumores acerca de los orígenes del COVID19 nos llevaron a una
carrera armamentista (2021) nos señala que:
En
los tempranos momentos de la pandemia, Nikulin apareció en televisión no menos
de 18 veces, empezando el 27 de Enero, 2020, cuando aseguraba que el virus fue
creado para atacar a los chinos… En la entrevista, Nikulin no especificaba el
país desarrollador del virus, pero de forma implícita dejaba ver que se trataba
de los EEUU y que tenía fuertes razones para usarlo. El 21 de Abril, 2020, le
dijo al canal de televisión de la Zvezda, en una entrevista, que los EEUU era
con mucha probabilidad el creador del virus y que lo había probado en el
laboratorio de Wuhan.
Igual sucedió en Irán al
momento de conocerse sobre la epidemia, el país ya estaba conmocionado por las
protestas sobre los precios del combustible, el asesinato del General Qasem
Soleimani, y el derribo accidental del jet comercial, el gobierno aprovechó
para montarse en una campaña en contra de USA como amenaza a la seguridad de la
nación y el mundo al ser acusado sin prueba alguna de ser el origen del COVID19
presentado como arma biológica, esto para distraerá la población de los graves
problemas internos y de esta manera asegurarla lealtad nacionalista, Venezuela
y Cuba siguieron el mismo patrón informativo, sus regímenes se sumaron a la
acusación de países con gobiernos totalitarios, de que fueron los EEUU los
culpables directos de propagar el virus con intensiones bélicas.
Algunas conclusiones.
Las teorías conspirativas no
son nuevas, la historia está plagada de ellas, en el Imperio Romano eran
comunes, los judíos tienen una larga tradición de estas teorías en su contra y
en contra de sus supuestos enemigos, el filósofo Karl Popper fue uno de los
primeros en darle la importancia que merecían al estudiar algunas de las
teorías conspirativas de las que se valía el régimen Nazi para imponer su ideología.
Donald Holbrook es un
experto en seguridad que ha trabajado contraterrorismo y violencia política en
el Reino Unido y Europa, nos dice: “Las
teorías de la conspiración reposan en el corazón mismo de algunas de las más
persistentes y potencialmente peligrosos esfuerzos comunicativos dirigidos en
contra de la seguridad y bienestar de la gente, incluyendo aquellos que
promueven organizaciones terroristas, extremistas políticos y campañas de
desinformación de los gobiernos… Las teorías conspirativas se sustentan en unas
supuestas conexiones entre reclamos colectivos, en el sentimiento de un grupo
victimizado, con unos supuestos perpetradores acusados de causar daño
deliberadamente. Las teorías conspirativas hacen un diagnóstico muy particular
de males percibidos, y asignan culpas y promueven soluciones, incluyendo un
apoyo potencial para el extremismo y la violencia”.
Se trata de unas respuestas
asimétricas a una situación dada, que por lo general contravienen las versiones
oficiales de los eventos, algunas veces dando razones o planteando
razonamientos al borde de lo real o transgrediendo lo usual, como por ejemplo
atribuyéndole situaciones a la acción de seres extraterrestres, poderes
sobrenaturales o recurriendo a “milagros” para dar explicaciones que justifiquen
un estado de cosas.
Cuando les mencioné que el
Socialismo del Siglo XXI son dados a elaborar teorías conspirativas cada vez
que hacen algo mal, se equivocan, se descuidan o simplemente las circunstancias
los toman por sorpresa, para eludir sus responsabilidades administrativas y
políticas, para no pasar como ineptos, se inventan conspiraciones de la más
variada naturaleza, algunas son tan absurdas que dan risa, de allí la enorme
colección de atentados, invasiones, guerras, sabotajes, iguanas, y los usuales
sospechosos: la oposición malvada y el Imperio cruel.
Pero también usan las teorías
conspirativas como instrumentos para controlar a la población, a la derecha
internacional se le tiene como culpables del desabastecimiento, la crisis
económica y el aislamiento del país, a los ricos y oligarcas para destacar el
origen de la pobreza y de las penurias de los desempleados, a los empresarios
por el recurrente alza en los precios de los bienes básicos, sobre todo de los
alimentos, lo más peligroso de esta actitud es la constante predica de un
populismo punitivo, el odio de clases, las amenazas de restricciones de
libertad, de la integridad de las personas y de la muerte de una cantidad de
venezolanos.
Gracias a esta continua
amenaza de enemigos internos y externos el chavismo aprovecha para implementar
el estado policial que hemos vivido por más de veinte años, en un estado
permanente de sospecha, y bajo controles biopolíticos que acechan nuestro
derecho más fundamentales como son el derecho a la libre expresión, a la
propiedad privada, a la salud y a ultimadamente a la vida.
Para el régimen de Nicolás
Maduro, sin teorías de la conspiración no hay paraíso socialista.
Algunos expertos aducen que
la política toda está entrelazada de manera muy íntima con estas teorías de la
conspiración que dan para todo, en el caso de los EEUU se dice que el asesinato
del presidente Kennedy por parte de Oswald, como el único perpetrador, oculta
un golpe de estado de gran magnitud, que los atentados del 9-11 fue una
tragedia preparada por el gobierno de Bush para justificar su guerra contra el
terrorismo, que el cambio climático es una treta para cambiar el modelo
económico mundial, que una guerra en Ucrania favorecería al gobierno de Putin
para consolidar su poder en Rusia, cada hecho en el ajedrez político mundial
tiene explicaciones y narrativas distintas, algunas tan descabelladas y
aparentemente absurdas que contradicen el sentido común… pero hay gente que las
cree.
La infodemia desatada por el
caso del virus COVID19 se está desarrollando frente a nuestros ojos, el cúmulo
de explicaciones y versiones de los hechos es simplemente abrumador, pero como
en todo, hay una verdad que permanece oculta, rodeada de mitos y leyendas
interesadas en que usted jamás se entere de que fue lo que ocurrió en realidad,
esa es la fuerza y el peligro de las teorías conspirativas. -
saulgodoy@gmail.com
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