lunes, 5 de julio de 2021

El vacío que deja los EEUU

 


 

Estados Unidos no debería plantear sus alternativas políticas en términos de no hacer nada o mandar unilateralmente a la infantería de marina. El liderazgo estadunidense será indispensable para alentar a los aliados y a las instituciones regionales e internacionales a aumentar sus compromisos y capacidades. Por el inmenso daño que produce el genocidio, su prevención es una carga que hay que compartir. Al mismo tiempo, Estados Unidos debe llevar a cabo determinadas acciones en cada caso. Debe responder al genocidio con un sentido de urgencia, con la identificación pública de sus autores y la amenaza de enjuiciarlos, con la solicitud de expulsión de los representantes del régimen genocida de instituciones internacionales como la ONU, con el cierre de sus embajadas en Estados Unidos y con exhortos a los países alineados con los perpetradores para que ejerzan su influencia. Cuando las circunstancias lo justifiquen, Estados

Unidos debe imponer sanciones económicas, congelar fondos y usar los recursos técnicos disponibles para privar a los asesinos de sus medios de propagar el odio. Con sus aliados debe establecer zonas de seguridad para guarecer refugiados y civiles, y protegerlos con tropas de paz bien armadas y con la debida libertad de acción, aviones o las dos cosas. Por la afrenta que representa el genocidio a sus más preciados valores e intereses, Estados Unidos también debe estar dispuesto a arriesgar la vida de sus soldados en aras de detener este crimen monstruoso.

 

Samantha Power, Problema Infernal (2003)

 

 


La detención y la rápida presentación de cargos en contra del ciudadano Javier Tarazona, presidente de Fundaredes, y quien había denunciado una serie de situaciones irregulares acaecidas durante los enfrentamientos entre las FFAA venezolanas y el grupo guerrillero disidente de las FARC, e imputándolo con los delitos graves de traición a la patria, instigación al odio y otros, así como denegándole la asistencia legal de sus abogados, es una nueva violación del derecho humano más importante de todos, después del derecho a la vida, y es el derecho de pensar y expresarse libremente, que es justamente lo que nos diferencia del resto de los animales.

El chavismo y, en especial, su actual conductor, Nicolás Maduro han expresado en más de una ocasión su desprecio por los que piensan distinto a ellos, especialmente, contra la imposición de un pensamiento único, que ha sido una de sus banderas, buscando la erradicación de toda crítica hacia su mandato, por eso no dudan en mantener tal actitud y comportamiento sabiéndose inmune y ajeno a cualquier ordenamiento jurídico otro que su voluntad tiránica.

Esto sucede justo en el momento en que un grupo de supuestos representantes de la oposición política venezolana se encuentra en gira, con el propósito de hacerles más llevaderas las sanciones internacionales en su contra, en puertas de un proceso electoral donde se medirían democráticamente las fuerzas en pugna en el país, por un lado, el llamado Socialismo Bolivariano y, por el otro, una inmensa variedad de partidos que propugnan por la obtención de cargos públicos en las regiones.

Lo grave de la detención de Tarazona es que se trata de un conspicuo defensor de los derechos humanos en el país, quien se atrevió a romper con el cerco informático y la censura que tenía el partido de gobierno y la institución militar para ocultar lo que verdaderamente sucedió en Apure, donde perdieron la vida varios efectivos del ejército venezolano en una emboscada.

El ciclo de muerte y destrucción del chavismo nunca se ha detenido, ni tiene intenciones de disminuir; el genocidio es una moneda de curso común entre los altos jerarcas del PSUV, el partido de gobierno; para ellos, no hay grupo humano o persona que esté ajeno a ser parte de esas mieses destinadas a la sanguinolenta piedra de molino que todo lo tritura a su paso, el Socialismo del Siglo XXI, y que desde hace ya un tiempo viene infectando los países de la región y otros continentes con su mortal contagio ideológico.

En estos 22 años de mandato chavista, en Venezuela, a pesar de las graves consecuencias de su irradiación hacia otros países, en términos del daño que le ha causado a las libertades y la democracia (incluso en los mismos EEUU), y por alguna arcana razón que no logro precisar, el régimen ha permanecido intocable por parte de quienes en occidente tendrían la responsabilidad y el deber de detener su faena demoledora, que atenta contra la razón occidental, tan duramente alcanzada y mantenida en estos últimos lustros.

Porque convertirse en líderes del mundo libre tiene su costo, y esos “intereses” que se pretende defender deben permanecer, en lo posible, libres de amenazas y peligros, a menos… a menos que se renuncie expresamente al rol de potencia mundial y líder del mundo libre, que, me temo, es ya una realidad en Latinoamérica, una zona tan problemática que ha perdido todo atisbo de interés por parte de Washington.

¿Qué significaría que los EEUU renuncien a su papel de líder del mundo libre? Pudiera pensarse que exagero, si el gobierno norteamericano pierde interés en Venezuela y simplemente le da la espalda a un país con graves problemas de subsistencia; le da, igualmente, la espalda a Colombia, a Brasil, al Caribe y a buena parte de Centroamérica, y ese vacío redundaría favorablemente en los intereses de Rusia y China, pero también de Cuba y del califato de ISIS y todos sus asociados; probablemente, termine haciéndole un gran favor a todos sus más enconados enemigos.

El chavismo se ha burlado de todas las formas posibles de la supuesta superioridad militar y política de los EEUU; se ha aprovechado de su fortaleza económica, explotando el lucrativo negocio del narcotráfico; ha infiltrado muchas redes sociales y exclusivos clubes políticos, tanto de la derecha como de la izquierda, debilitado la fibra de la democracia de ese país; y no son rumores ni suposiciones, hay denuncias a muy alto nivel sobre la injerencia directa del chavismo en el juego político electoral en el corazón de USA.

Los chavistas venezolanos no hicieron todo esto solos, contaron con la ayuda de sus socios y manejadores, quienes, desde Beijín, Moscú y La Habana, dirigen al violador de derechos humanos más buscado de los últimos tiempos y con quienes el Departamento de Estado pretende que los venezolanos demócratas negociemos un gobierno de cohabitación.

Este cuadro incoherente se entiende porque los EEUU no comprende ni tiene el manejo correcto de la situación; por un lado, está en pleno proceso de repliegue en el mundo, incitado por la crisis económica mundial y la pandemia; por otra parte, el crecimiento y la competencia que está sintiendo de China los tiene nerviosos; además, son realistas y pragmáticos, por lo que se están concentrado solo en determinados puntos geoestratégicos en el mundo… y, por lo visto, Venezuela no es uno de ellos.

El otro punto importante y de peso en esta variación de política es que el gobierno socialista del presidente Baiden cree que puede lidiar con el chavismo en otras instancias políticas, con sus pares ideológicos, utilizando el tema de Venezuela como ficha de negociación en otros asuntos de mayor importancia; la verdad sea dicha, el tema de Venezuela se ha mantenido por demasiado tiempo en la agenda y no hay solución previsible en el corto plazo, y hay políticos que simplemente sacan el tema de la agenda y se concentran en otra cosa.

Desde la presidencia del Sr. Carter ya se notaba en el partido demócrata esa tendencia de ir reduciendo la presencia norteamericana en el mundo; este declive no ha ocurrido de la noche a la mañana, el tema fue central durante la presidencia de Clinton y Obama, la vigilancia y el sostenimiento del mundo libre era una operación sumamente costosa y compleja y los EEUU no iban a seguir costeando esos gastos ellos solos, de allí la llamada a sus aliados europeos de compartir el peso sobre sus hombros, idea esta que no fue bien recibida por sus pares europeos, pero Trump los obligó a aceptar una parte de esas responsabilidades, el problema estaba en que una buena parte de los gobiernos de Europa eran socialistas, con conexiones profundas e históricas con Rusia, China y Cuba.

De este modo, el sesgo ideológico ayudó mucho al Socialismo del Siglo XXI a consolidar su influencia en el mundo; el otro factor que influenció el crecimiento del chavismo en Latinoamérica fue la renta petrolera de la que dispuso Chávez durante su mandato, enormes cantidades de dinero invertidas en abrir y mantener “buenas relaciones” de los militares golpistas con la red internacional de partidos de izquierda, en esto intervino de manera personal Fidel Castro, quien fue el primero de los grandes beneficiados de esta bonanza.

Si al chavismo no se le pone un parado, su tendencia original es seguir expandiéndose, dominando otros pueblos, infiltrando gobiernos, eso está demostrado, no se va a contener por su propia voluntad; Latinoamérica está hecha un desastre de gobiernos de izquierda, revolucionarios, indígenas, militares, populistas, con raíces subversivas, todos con una vocación por la violencia y la dominación de sus ciudadanos, y no hay que buscar bajo las piedras las causas de esa calamitosa situación: el mundo libre, occidente simplemente se desentendió de la región y permitió que todos estos demonios se salieran de sus cofres.

Ante este inevitable vacío de poder y de un arbitraje que le dé oportunidad a la razón y a la democracia, vamos a terminar siendo territorio de nadie, de tribus y jefes guerreros; los EEUU y Canadá van a tener que encerrarse en altos muros electrificados, con sus ciudadanos viviendo en un primer mundo absolutamente hightech, privado, protegido y exclusivo, esto, si el gobierno socialista que hoy la rigen no entran en negociaciones con China para una apertura liderada por el dragón del oriente, con lo que el mundo tendría un nuevo amo.

En los actuales momentos, la oportunidad es clave para organismos como el Tribunal Internacional de Justicia o el Tribunal Penal Internacional, para ganar interesados y usuarios de sus servicios alrededor del mundo; otros organismos internacionales también pudieran ser llamados a sustituir a los norteamericanos en muchas situaciones de conflicto internacional, excepto aquellas dependencias como la FAO, UNESCO y la OMS, que están altamente intervenidas por la izquierda internacional.

El proceso de globalización va a continuar, sin los EEUU o con unos EEUU rojos rojitos. Los EEUU que conocimos en el pasado, un país justiciero, combativo, portador de verdades de la ilustración y de su carta magna, están de salida… y, para volver a mi idea inicial, dejar a nuestro país olvidado en un depósito no será posible; somos punta de lanza de los cambios que se están dando en el planeta, no porque lo queramos, sino porque nos están utilizando.    -    saulgodoy@gmail.com

 

 

 

 

                                                                               

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