miércoles, 10 de noviembre de 2021

El caso Maduro, un presidente que no quiere ser humano

 


Mientras más trato de entender las razones que mueven a Nicolás Maduro como ser humano más creo que en su fuero interno, no acepta ni quiere ser uno de nosotros, por alguna extraña razón, que desconozco, su grado de infantilidad va en aumento en relación directa a la amenaza de castigo que se cierne sobre su persona, a todas luces está tratando de no aceptar las fatales circunstancias que lo acechan, y para desgracia del país y de la gente que le rodea y le tiene afecto, su comportamiento es altamente autodestructivo.

Algo parece haberse salido fuera de lugar dentro de su alma, algún mecanismo anda suelto en su interior que está provocando una negación profunda de su realidad, poniéndose en peligro y desequilibrando a su entorno; lo que sucedió con la presencia del fiscal de la Corte Penal Internacional, es un claro ejemplo de lo que digo, en vez de tratar de arreglar las cosas, de minimizar el daño que pudiera ocasionarle la activación de la investigación anunciada en su presencia por el alto funcionario, lo que hizo fue actuar negando las circunstancias, como queriendo que desaparecieran como si fuera un mal sueño, que con solo espantarla con las manos pudiera hacerla desparecer, acelerando con esta actitud las medidas en su contra.

No me cabe la menor duda que el Sr. Khan se fue del país convencido que trataba con un peligroso sociópata y que nadie en su gobierno estaba en control de nada, Venezuela era un barco a la deriva en manos de un capitán demente y una tripulación embrutecida por los excesos.

Pero lo que se propone hacer con referencia a la vacunación de los niños en contra del COVID19 utilizando los prospectos de vacunas cubanas y proponiendo un plan nacional para inocularlos con unos sueros que ni han sido probados ni autorizados por ninguna instancia internacional como elementos seguros, que no han llenado los requisitos mínimos de bioseguridad, de los que se desconocen las pruebas de si son eficaces e inocuos en contra del mentado virus, raya en una imprudencia mayúscula.

Veamos esto con detalle, yo supongo que todavía deben quedar médicos graduados y que han practicado el oficio de la medicina en alguna dependencia gubernamental, con el suficiente criterio como para explicarle a nuestro chofer de autobús, que hay un registro internacional de vacunas aprobadas y con pruebas sobre su seguridad y capacidad para combatir el flagelo que vino de Wuhan; estas certificaciones las hace la ONU por intermedio de la OMS, que tiene la experticia y los técnicos capaces de hacer estas apreciaciones, y que exigen de los países y laboratorios que presentan sus prospectos de vacunas, una serie de pruebas y recaudos que  aseguren su idoneidad como tratamiento para esta peste mundial (aunque recordemos que estas exigencias no son obligantes para los países).

Entre estas pruebas exigen la publicación de los resultados en revistas especializadas para que el mundo científico las pueda evaluar, no comentarios o noticias como lo han hecho en Cuba en el diario Granma, que es el panfleto político del régimen, y donde aseguran una alta eficacia luego de suministradas tres (3) dosis que exige el tratamiento, la comunidad científica occidental está preocupada por la falta de información concerniente a las pruebas hechas en pacientes y que este apuro por saltarse los controles exigidos haría sospechar que no se han cumplido con los protocolos de bioseguridad necesarios para su aprobación para el su uso universal.

El gremio médico venezolano por intermedio de su academia, escuelas de medicina, instituciones de salud y asociaciones,  ha estado muy alerta desde que el gobierno socialista bolivariano y el gobierno de Cuba empezaron a jugar con rumores en la opinión pública, primero afirmando la eficacia de dichos preparados, la eficacia de los remedios que La Habana quería colocar en nuestro país, utilizando a los venezolanos como conejillos de indias, desde unas gotas mágicas que Maduro se encargó de publicitarlas en sus apariciones en televisión, pasando por las vacunas Abdalá y la Soberana 2, productos todos elaborados en Cuba bajo condiciones secretas y sin ningún tipo de soportes de pruebas que demuestren su real eficacia y seguridad en su uso para la salud de los venezolanos, ha venido advirtiendo sobre el peligro que esto representa para la salud de la población.

Este extraño juego de desinformación, de anunciar vacunaciones con estos productos para finalmente cambiarlos por vacunas rusas y chinas que sí están aprobadas por los organismos internacionales, en un intento infantil de “preparar el terreno” conjuntamente con anuncios de grandes cargamentos de estas vacunas que llegan al país y que están siendo distribuidas en distintos centros sanitarios del país, constituyen una especie de juego de guerra, de operaciones psicológicas negras, para ir abonando el terreno para la ejecución de este plan siniestro que reitera mi aserto, de que Maduro está jugando un papel bastante extraño con el país.

El que haya escogido a la población infantil, niños entre los dos y once años para una primera etapa de esta campaña de vacunación con estos productos de dudoso origen, quizás el sector más vulnerable e indefenso del país, indican que este comportamiento, empeñado en dañar a la población y hacerse pasar como si no lo estuviera ejecutando, es en extremo perverso e incoherente, pues la motivación oficial sigue siendo una acción sanitaria preventiva contra el COVID19 pero con productos sin ninguna garantía de que harán el trabajo, es más, con el peligro que pudieran provocar reacciones negativas en los niños y sin frenar la pandemia.

Si los médicos que lo asesoran tienen los estudios y pruebas en la mano, deberían enseñarlas para que sean conocidas y juzgadas públicamente, y dejar el secretismo en una acción tan delicada y pública, porque ya es Vox Populi, el mundo entero está al tanto del peligroso experimento que está a punto de iniciarse por parte del gobierno cubano en la agresiva intervención sobre nuestros niños.

Pareciera que Maduro estaría dispuesto a convertirse en nuevo Herodes, justo en época navideña, o peor en un dios babilónico que necesita de sacrificios humanos, niños en especial, para satisfacer su sed de sangre, tal como lo hacía el temido Moloch en épocas pretéritas

Lo que sí se pone en evidencia es una gran operación de compra y uso de los prospectos de vacunas al gobierno cubano (se habla de más de doce millones de dosis) donde deben haber involucrado enormes comisiones entre sus promotores, y pingues ganancias para los laboratorios CIGB cubanos, los desarrolladores de la vacuna que alegan tiene un 92% de eficacia (mejor que cualquier otra vacuna en el mercado) el fin último de esta movida, serían los recursos económicos ya que todo es un negocio para el chavismo, ni el hambre ni las enfermedades han sido un freno para las ambiciones de los negociantes revolucionarios, quienes tienen una especial debilidad de explotar, sin ningún límite, las desgracias humanas.

Si esto es así como yo lo describo, Nicolás Maduro se está hundiendo cada vez más más en un destino sin retorno como uno de los genocidas más grandes que hayan existido en la historia de la humanidad, montarse en un programa de esta naturaleza involucrando a tantos venezolanos elevarían sus víctimas potencialmente, y esto parece no importarle, ni a su partido, el PSUV.

Tengo la impresión que el Sr. Maduro, cuando fue indoctrinado en Cuba, hace ya bastante años, probablemente fue sometido a uno de esos programas de lavado de cerebro que los rusos ya tenían adelantados, una versión del MKULTRA, que hicieron de Maduro un dispositivo programado y bajo control de operarios para obedecer órdenes y actuar como si fuese un robot.

La ideología chavista bolivariana, esa que se hace llamar el socialismo del siglo XXI, es un enorme cuerpo de doctrinas comunistas, populista y fascistas que lo que hacen es promover a un estado interventor, gigante, militarista y antidemocrático, cuyo fin es perpetuarse en el poder a como dé lugar, utilizando cualquier herramienta legítima o no, para explotar al pueblo y hacerlo dependiente de un sistema de beneficencia pública y donde se instaure una dependencia absoluta del individuo hacia el estado, principalmente por formas colectivistas de organización social.

Por ser parte del socialismo internacional, el chavismo actúa a la manera de franquicias o gobiernos asociados, recibiendo ayudas y siendo a su vez explotado por otros países revolucionarios con el fin de crear un nuevo orden mundial, parte importante de esta ideología radica en justificar, por medio de argumentos pseudo-racionales y leguleyos, comportamientos autoritarios y de fuerza, para avanzar en sus objetivos.

De esta manera tiranos como Maduro en Venezuela u Ortega en Nicaragua, creen, predican y actúan en términos de la mayor violencia social, con el propósito de anular a la oposición y sembrar la confusión en sus países, haciéndolos pasar como si fueran democracias, cuando claramente no lo son.

Pero el otro asunto que está ocurriendo son las benditas elecciones que el gobierno tiene preparadas para su legitimación, a mí en lo personal me asombra la actitud de los partidos de la oposición venezolana y de los analistas que andan tendiéndole la cama al régimen de Maduro con un llamado para acudir a votar, si bien es cierto el voto es libre y cada quien hace lo que quiera con él, me parece que insistir en acudir a unas elecciones entrampadas (ya tenemos 22 años en este maní), con candidatos que en su gran mayoría está comprometidos con el régimen, que están demostrando no tener ninguna contención moral para desconocer resultados, violar normas electorales, manipular resultados y burlarse de la observación internacional, este tipo de elecciones no son la solución a nuestros problemas.

En esta nueva trampa, priva el voto fundamentalista y sin soporte racional, justificado por ese cuento mal echado, que hay que jugar simultáneamente en varios tableros y que el electoral, es un escenario importante en el que hay que tener no solo presencia, sino intentar ganar el mayor número de “espacios políticos” y tener una mayoría de gobernaciones y alcaldías con miras a las elecciones presidenciales…

Pareciera que lo que acaba de suceder en Nicaragua no tiene la importancia, ni es con nosotros que Maduro es de los pocos mandatarios que están apoyando esa farsa electoral, ya se hizo, y es un hecho consumado, y allí está Ortega esperando atentamente lo que va a ocurrir aquí, con presencia de observadores internacionales, todos amenazados y vigilados, con el apoyo incondicional de Rusia y China.

Los observadores de la CE y de los EEUU, en su mayor parte representantes del socialismo, tienen como misión darle el visto bueno a las trampas e irregularidades del proceso comicial para ir lavándole la cara al socialismo revolucionario y avanzar en el dominio mundial, lo peor de esta nueva fase del totalitarismo jugando a ser democracia, utilizando las constituciones y las elecciones en su tenebroso juego de poder en nuestros países latinoamericanos, es que son experimentos de lo que pronto va a ocurrir en los EEUU y Europa, por si no se han dado cuenta, lo que sucede aquí abajo es igual a lo que sucede allá arriba, expresándolo en términos alquímicos.

Si Maduro puede orquestar y ejecutar algo tan oprobioso como vacunar de manera compulsiva y por lealtad a un régimen extranjero a nuestros niños, exponiéndolos a peligros desconocidos, y se lo permitimos sin ninguna consecuencia para el régimen, violentar los resultados electorales son “pequeñeces”, pecadillos veniales.

Me indigna hasta sentirme enfermo, la manera como algunos de nuestros más ilustres ciudadanos de la oposición colaboracionista, empujan en la mente de nuestros conciudadanos la equivocada consigna de que hay que ir a votar porque no ir a votar es hacer nada, negarles nuestra participación en esta charada electoral significa para estos demócratas fundamentalistas claudicar y entregarles el país a los chavistas, no se les pasa por la mente que no votar es apenas parte de una estrategia mayor que no se agota en el día de las votaciones, que sería el inicio del no colaboracionismo, del acto de rebeldía máxima que implica no reconocerlos, no coadyuvar en sus fines, no obedecerlos, no hablarles, no corresponder con sus deseos, ni con sus instituciones y aguantar hasta donde se pueda las consecuencias, sus reacciones en contra, sus castigos; a medida que la negativa de coadyuvar al socialismo en su labor de control del país crezca y se fortalezca, en la misma medida se desmoronará la tiranía, esta es la manera como un país le dice a unos abusadores, ¡Ya Basta!

Un supuesto jefe de estado que se atreve hacer lo que Nicolás Maduro quiere con nuestros niños, es capaz de pasarse unas elecciones arregladas entre las piernas, con todo el desprecio del mundo y con todos esos candidatos comiendo de su mano, los pocos candidatos independientes de verdad que lograran triunfar en sus circuitos, la van a pasar muy mal, pues no podrán desarrollar sus programas y ofertas con la tiranía socialista en contra, y los vamos a anular.

Quien defienda estas elecciones absurdas como si fueran la última oportunidad de retornar a la democracia, mientras paralelamente se den situaciones tan criminales y peligrosas como el plan de vacunación a nuestros niños con los sueros cubanos, creo, no se han dado cuenta de lo ensartado que están, como conejos en vara, rostizándose a fuego lento entre las brasas del socialismo internacional.   -   saulgodoy@gmail.com

 

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario