Luego de leer un extenso dossier
sobre el caso de la inhabilitación de la candidata a las elecciones Primarias
de la oposición venezolana, la ciudadana María Corina Machado, que ya está en
manos de instancias internacionales con el fin de adelantar acciones en contra
del gobierno de Nicolás Maduro Moros, en su intento de deshacerse de la
contendora política que pone en peligro la hegemonía del llamado gobierno
revolucionario liderado por el partido PSUV.
Se trata del gobierno más impopular y rechazado de la
modernidad venezolana, con más de veinte años en el poder, causantes de la
debacle social y económica más importante de nuestra historia, y con una
directiva compuesta de criminales prófugos de la justicia internacional,
incluyendo a un importante grupo de personas buscadas, con recompensas por sus
capturas, sancionadas y solicitadas en importantes investigaciones contra la
corrupción.
Este supuesto grupo revolucionario no quiere medirse en
elecciones populares, democráticas y libres, porque se sabe perdedor de
cualquier consulta a los venezolanos, la crisis que han generado en el país es
de tal magnitud que ya es imposible ocultarla y, menos aún, negarla.
Pero como ya están en el conteo final, los plazos se están
venciendo y están quedando en una situación de ilegitimidad ante el mundo,
pretende imprimirle más dureza y salvajismo a su posición, agotadas ya las
instancias legales y civilizadas.
En algún momento en el futuro próximo, tendrán que enfrentar
lo que desearían seguir ignorando; a fuerza de mentiras y propaganda han
tratado de sostener un país de fantasía y de obras que no existen, pero ya no
tienen cómo, la gente se burla, se aprovecha de su debilidad, escarnece a sus
políticos con burlas y desprecio… han tratado de encerrase en unas burbujas de
opulencia y tranquilidad, a costa del caos social, que ya no les funciona; si
tenían un plan de contar con un futuro político en el país, lo están echando a
la basura.
Lo que tratan de hacer contra la candidata María Corina
Machado habla por sí sólo de ese desespero; el inventarse una inhabilitación
exprés, de manera tan burda y falsa, ratifica de manera ineludible que estos
sujetos no sólo son unos delincuentes, sino que han llegado al paroxismo de la
fiebre del poder, creyéndose dioses, dictaminando, como Zeus en el Olimpo,
quien debe vivir o morir.
Las inhabilitaciones “porque me da la gana”, son un
expediente del más crudo despotismo, es equivalente a un asesinato moral,
quitarle a un ciudadano su derecho político de participar en unas elecciones
como candidato, sin el debido proceso ni cumplir con los extremos
constitucionales, es un exabrupto; peor aún, quitarle el derecho político de
elegir a los ciudadanos, que vemos en la candidata María Corina Machado una
opción de vida, de libertad, de civilización, de trabajo, de paz social y
prosperidad, es un crimen mayor. Significa la muerte de la democracia y la
libertad.
Los pueblos deben escoger sus gobiernos, sus líderes, sus
voceros, sus representantes en las instituciones de gobierno; si no es así,
Venezuela deja de ser una República y un país civilizado para convertirse en un
tumulto dirigido a mazazos y amenazas, con su cuota de muertos, torturados y
presos que tanto gustan al sentimiento absoluto de poder de los más violentos e
ignorantes.
Lo que hizo el candidato Capriles, al renunciar a su
candidatura de la manera más oprobiosa y cobarde, admitiendo públicamente que
se sometía al régimen de las inhabilitaciones “porque me da la gana” como norma
de obediencia, quedará en su expediente como lo que es, ya sin lugar a dudas,
un colaboracionista, poniéndose al mismo nivel que ese otro triste personaje de
este sainete de bufones, como el ciudadano Elvis Amoroso, el Contralor de la
República, donde se cocinó este insidioso pliego de investigaciones y
acusaciones falsas y secretas, como si fuera una versión tropical de los
temidos Vehmgerichte nazis… en vez de
estar dirigiendo un organismo tan importante como el Consejo Nacional Electoral
(CNE), debería estar preso.
Afortunadamente, este caso de las inhabilitaciones está
viciado de forma y fondo desde sus inicios; no hay manera de que lo hagan
prevalecer, a menos que se trate de personalidades débiles y acomodaticias, que
se parten ante la presión. Afortunadamente, la Sra. María Corina Machado está
hecha de otra madera, recia, que no se tuerce ni doblega, y es por ello que
será nuestra primera mujer Presidente de la República para orgullo de todos los
venezolanos.
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