Uno de los problemas de los chavistas y en especial de
Nicolás Maduro, es que sus asesores y expertos están todos encausados por el
embudo del pensamiento único, por lo que les es sumamente difícil asesorarlos
en su predicamento, que no es otro que la necesidad de más tiempo para tratar
de resolver su precaria situación existencial.
Y es que no lo tienen fácil, sus errores han sido
acumulativos, no han sabido aprovechar la experiencia de sus acciones del
pasado, los sigue atormentando el gusanillo de la acumulación excesiva de
bienes materiales y poder, al punto que siguen cometiendo los mismos errores
una y otra vez, un signo de poca inteligencia y mínima capacidad de adaptación,
por lo que es muy probable que, si no hacen un viraje desesperado que los saque
del curso de coalición que llevan, terminen en muy poco tiempo con sus huesos
en alguna cárcel del mundo, o quizás algo peor.
Voy a tratar de que eso suceda de la manera más suave y
menos traumática, no porque les tenga afecto o esté de acuerdo con sus
opiniones, que en mi entender son un pésimo ejemplo de lo que debe ser un ser
humano y una vergüenza para la imagen de Venezuela, sino porque sus acciones en
estos días finales, lamentablemente, van a tener repercusiones en la vida del
país, cosa que a ellos no les importa, pero a mí sí.
La plana mayor del chavismo va a confrontar en pocos días un
cúmulo de sentencias judiciales y sanciones que los van a convertir en unos
parias mundiales, a la altura de los terroristas del grupo Hamas o de otros
genocidas destacados por sus políticas y usos de la corrupción, el miedo, la
tortura, y la muerte como instrumentos de trabajo, una situación nada
envidiable para unos predadores que ahora van a sentir en carne propia lo que
es sentirse perseguidos y cazados.
La obtusa y ciega estrategia que se han trazado es la de
hacerse pasar como revolucionarios de convicción, como patriotas dignos de la
admiración popular, como liberadores del yugo del capitalismo mundial y líderes
de un pueblo que los ama y los admira; es de locos y de suicidas seguir
pretendiendo que cuentan con un país que los apoya, ellos mismos saben que, si
no utilizan el engaño, la compra de voluntades y la violencia, la gente los
escupiría en la calle.
El asunto que quiero puntualizar es que la estrategia que
han escogido es fallida, van a perder esa batalla y no van a quedar bien
parados, eso es claro hasta para el más miope, lo único que pueden ganar en
estos precarios momentos que el Tribunal Penal Internacional los tiene montados
en la olla, es tiempo.
Un tiempo que el gobierno del presidente Baiden está
dispuesto a otorgarles, aliviando las sanciones, permitiéndoles un respiro en
sus desesperadas vidas, un tiempo que se traduciría en un año, hasta que se
produzcan las elecciones del 2024, las cuales perderán, por supuesto, pero en
condiciones que quizás no les sean tan desfavorables como las que van a tener
si no reaccionan.
Luego de más de dos décadas en el poder, van a tirar a la
basura todo un esfuerzo de construcción política de su partido; se han dedicado todo este tiempo a
adoctrinar, captar, comprar, manipular a comunidades enteras para que profesaran
en su socialismo bolivariano, se tomaron todo ese tiempo para construir un
modelo de estado y burocracia que los identificara, pero ahora están dispuestos
a desbaratar con los pies lo que han logrado.
En un año, que no es mucho tiempo pero es todo lo que
podrían conseguir, en mejores condiciones económicas que las actuales, compitiendo
en el foro político contra María Corina Machado, si tuvieran un pequeño
reservorio de sentido común, que no lo tienen, deberían estar dispuestos a
arrebatarle a Washington la oferta de ir levantando progresivamente las
sanciones y permitiendo una reactivación de la industria petrolera.
Es mucho lo que se puede hacer en un año para enderezar la
marcha, ganar voluntades y darle algún futuro a su proyecto político, pero no,
están empeñados en hacerse pasar por
mártires y profetas de una nueva era, un espectáculo que ya nadie cree, porque
han perdido “momentum”, los sostiene apenas la bravuconería de los más
malandros de la banda. Con groserías y
desplantes creen que lograrán el retroceso de la comunidad internacional, y no
se han dado cuenta o, por lo menos, no quieren aceptar que en esos expedientes
que les tiene la CIJ están retratados a cuerpo completo, y para nada los ayuda
seguir siendo malcriados y vocingleros.
Esa sentencia y las posibles órdenes de aprehensión en su
contra son la amenaza más cierta e inmediata que temen, y escogieron como
bandera el tema del reclamo por el Esequibo para distraer a la gente y desviar
la atención sobre lo que saben es inevitable; fueron sus actos e ignorancia los
que provocaron un clima tan desfavorable para los intereses del país, ya todo
el mundo sabe que fue Hugo Rafael Chávez quien nos tiró al pajón en el Esequibo,
cuando jugó a las cartas con Guyana, siendo Maduro su Canciller, un testigo de
palo que nunca dijo esta boca es mía… y la historia no se cambia con marchas,
amenazas o referéndums.
Los argumentos, documentos y posiciones jurídicas e
históricas sobre el Esequibo favorecen a Venezuela, bastaría con que un equipo
de juristas y expertos de primera línea (que los tenemos) defendieran nuestra
posición ante una corte de magistrados de manera sosegada y con respeto, para
dejar en claro nuestro derecho.
Pero no, escogieron la peor vía, la del show, la de
victimizarse, de insultar y rechazar una situación tan delicada, están tratando
de unir a un país que ellos mismos se encargaron de dividir en una cruzada patriótica,
cuando ni siquiera hay agua para bañarse y luz para alumbrar las casas.
Para una posición tan débil, como la que asume la plana mayor
del chavismo, el ofrecimiento de un año de levantamiento progresivo de
sanciones a cambio de que el gobierno cumpla los acuerdos a los que se
comprometieron en Barbados, es un regalo, que solo despreciaría un loco que no
quiere ni a su mamá.
El plan que tienen es burdo y destinado al fracaso, me
sorprende que no sea el propio chavismo el que les reclame y los obligue a
aceptar ese año que los acuerdos de
Barbados les otorga, reconocer a María Corina Machado como contrincante,
liberar a los presos políticos y establecer condiciones aceptables para las
elecciones es pedir lo razonable.
Pero bueno, cumplo con advertirles lo que toda Venezuela
sabe que pasará, se van a estrellar, le van hacer más daño al país por
complacer a unos tarados, y cuando estén con la soga al cuello entonces
pensarán que hubiera sido mejor contar con ese añito que les ofrecieron.
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