El chavismo es una organización política radical a la que le gusta, y en ello es muy buena, avivar pasiones y sentimientos básicos como lo son el patriotismo y la solidaridad humana, así se hace pasar como una fuerza virtuosa y con fines justicieros; utilizan toda una panoplia de afectos y motivos que mueven a las masas indoctrinadas a la acción (para reunirlos en shows mediáticos y concentraciones festivas) y, dado que utilizan a los medios de comunicación de manera hegemónica, imponen en el resto de la sociedad sanciones y censura a quienes se oponen a esta estrategia de desinformación, para establecerse como la única referencia posible; su objetivo es hacer creer que ellos son el pensamiento dominante y que manejan a una mayoría del país que decide.
Eso está ocurriendo con el tema de la reclamación del
territorio Esequibo, que sin duda es un tema que afecta el espíritu nacional de
los venezolanos y que incide en la integridad territorial y por ende, en la geopolítica
y la economía del país. La amenaza que estamos sintiendo es real e inminente,
el gobierno de Guyana está actuando o quiere actuar como si ya fuera dueño de
ese territorio en disputa, adelantándose a los pronunciamientos judiciales y
diplomáticos que se esperan en este proceso de reclamación, haciendo actos de
supuesta soberanía y ocupación del territorio, como si esto fuera la prueba de
que ellos son los amos del patio, cuando en realidad están violando las leyes
internacionales y poniendo en evidencia la debilidad histórica y jurídica de
sus alegatos..
El elemento catalizador de esta situación es el petróleo,
ricas reservas que le asegurarían a Estados Unidos de Norteamérica una ventaja
energética en un ambiente globalizado, lleno de tensiones y conflictos que
están afectando los suministros regulares y tradicionales; es por ello que las
grandes empresas petroleras norteamericanas, actuando en coordinación con
Washington, aceptan las invitaciones y ofrecimientos del gobierno de Guyana
para violar estos procesos de reclamación y los intereses de Venezuela, de esta
manera aseguran el acceso a estas reservas de petróleo y gas, que le son
negados por la tiranía chavista.
Guyana está vendiendo lo que no es de ellos, en una violación
flagrante del ordenamiento jurídico internacional y con ello está rompiendo con
el equilibrio de la región. Guyana cuenta con la simpatía y el apoyo de muchos
países en la región, sobre todo de aquellos que pertenecen al llamado Common
Wealth Británico, relación que quedó luego de largos años de coloniaje en
varios países del mundo, especialmente en el Caribe, que ven con desprecio al
gobierno revolucionario de Venezuela, que ha sido y está siendo manejado por Cuba de una manera
siniestra.
Pero hay varios factores que agrían y enrarecen estas
acciones de despojo, el primero de ellos es la violación flagrante de los
principios de la no intervención en los asuntos que corresponden a la
independencia y autonomía de las naciones; la democracia norteamericana es
contraria a estos intentos de neocolonialismo, es parte de su naturaleza el
respeto al estado de derecho, y una desviación de estos principios podría estar
creando un precedente que luego tendría repercusiones negativas para la
política exterior del país del norte.
Otro factor importante es que Venezuela está viviendo
momentos muy difíciles en su vida como nación, un gobierno comunista-militarista
se ha enquistado en el gobierno por más de veinte años, un gobierno títere de
Cuba, que es manejado por intereses globalizados de la izquierda mundial,
precisamente para hacerle daño a los intereses norteamericanos. El pueblo de
Venezuela tiene ya varias décadas luchando por su libertad e independencia,
sacrificando vidas y desarrollo económico en su lucha en contra del chavismo,
una terrible variante del comunismo castrista que está utilizando al país para
tratar de romper con el orden de la civilización occidental en América Latina.
El chavismo es un socio principal de Cuba, eso es algo que
nunca han ocultado, hicieron ondear la bandera cubana en nuestros cuarteles,
les ha delegado importantes funciones en este gobierno como sería el área del
registro público y notarías, manejan todo lo referente a la identificación de
los venezolanos, el gobierno cubano viaja en nuestros aviones, le damos petróleo
y los tenemos metidos en varios niveles del gobierno, incluso en algunos
sensibles, que manejan la seguridad del liderazgo chavista.
Todos los venezolanos sabemos que Cuba siempre quiso
invadirnos, lo intentó, financió la guerrilla subversiva e infiltró nuestras
FFAA. Cuba está a favor de la reclamación de Guyana por el Esequibo, están del
otro lado de la mesa confrontando nuestra soberanía, y aun así, el chavismo
aparenta que eso no es problema, no lo menciona, pero hay algo muy extraño en
este llamado a votar cinco veces SI con la sombra de Cuba por detrás, pareciera
que en principio ya hay un arreglo negociado para que el Esequibo pase a manos
de Guyana, la estrategia del gobierno de Maduro de sustraerse de la Corte
Internacional de Justicia así lo indica.
Por otro lado, tenemos a Guyana, un subproducto de la
colonización británica con un componente importante de razas y culturas asiáticas,
con una historia de afectos y relaciones con el comunismo, principalmente con
Cuba (remember Angola), que la ha
venido preparando para que juegue un papel importante en el plan de dominio no
sólo del Caribe, sino de buena parte del sur de América, en detrimento de los
intereses de Washington. Guyana se está convirtiendo en el nuevo poder
financiero de la región; sus partidos políticos, la mayor parte de la izquierda
radical, con relaciones con el Foro de Sao Paulo y del Partido Comunista Chino,
se preparan para ser los nuevos banqueros de la revolución continental que
incluye al fundamentalismo islámico.
Las empresas petroleras occidentales sólo están viendo la
oportunidad inmediata de la explotación de petróleo en la zona y no se percatan
de que están alimentando a un enemigo que, con un solo cambio de gobierno,
terminará por expulsarlos de esa parte del mundo; el Departamento de Estado no
se está dando cuenta, o cree poder dominar la situación en ese importante punto
del continente simplemente imponiendo su interés energético, descuidando el
avance de los intereses chinos y rusos en la región, cayendo en la trampa de
una oportunidad fácil de hacerse con petróleo barato y bueno, pero creando un
clima político de gran inestabilidad en la región.
El problema del norte del sur de América no se va a
solucionar hasta que Cuba, Nicaragua y Venezuela sean saneadas del comunismo
castrista, que ya está mutando hacia cepas mucho más agresivas; cualquier
cambio geopolítico debe respetar las constituciones de los estados, las formas
legales, y darle un valor real a la justicia y la equidad, si se rompe ese
equilibrio sobreviene la anarquía, que es el caldo de cultivo revolucionario.
En el caso venezolano, la existencia de una candidata a la
presidencia de la República del calibre de María Corina Machado es una clara
señal de que una salida política democrática es no solo posible sino real y oportuna,
razón por la cual se le debería fortalecer y cuidar para que el país retome el
cauce de las libertades ciudadanas e institucionales; no es mutilándole el
territorio ni desviando la atención hacia un país artificial que se quiere
levantar canibalizando a sus vecinos y amenazando con las armas a su entorno, como
Venezuela pudiera alcanzar su estabilidad.
El juego interno del chavismo con el caso del Esequibo es
verdaderamente perverso, tratan de aparecer como lo que no son, quieren crear
un conflicto interno que les permita permanecer en el poder y seguir haciendo
daño, incluso a costa de la perdida de ese importante territorio, que no han
atendido con seriedad por décadas, y que ahora quieren despachar con un
supuesto referendo, diseñado con respuestas obligadas e impuestas… ellos
quieren ponerse como víctimas de un despojo capitalista, y todo apunta a que
van a ser complacidos.
Brasil y Colombia están “tocados” por la influencia de los
enemigos de la democracia, lo que sucede en España es un aviso urgente, de que
la izquierda no va a transigir con un orden europeo, darle un espaldarazo a
Guyana en detrimento de las esperanzas del pueblo venezolano, por caer en la
tentación de ganancias fáciles y rápidas para algunas empresas energéticas sólo
crearía una situación caótica y contraria a la estabilidad que Norteamérica
necesita en la región. No le jueguen el juego a Cuba o, para ser más claros, a
Rusia y China, engolosinados con el petróleo fácil.
En Venezuela tenemos un dicho: “Cachicamo trabaja para
lapa”, que significa que el armadillo abre el hueco en la tierra para buscar
lombrices y raíces tiernas para comer, e inmediatamente la lapa (un roedor,
¿les extraña?) lo ocupa como vivienda desalojando al armadillo.
Guyana es un experimento social implantado en América por el Imperio Británico en el siglo XIX, con ánimo de tener presencia en la fachada atlántica de la desembocadura del Orinoco, un punto geoestratégico de gran importancia, que podría afectar el tráfico marítimo comercial entre América y Europa; por la inteligencia que manejamos los venezolanos demócratas, Guyana ya no es una colonia obediente a los designios de Londres, es hoy un hervidero de radicales esperando su oportunidad de colonizar a sus vecinos. Cuba lo sabe y está apostando a que así suceda.
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