Si de algo se
favorecen los enemigos del pueblo es de su pasividad, su sumiso papel de
cordero domesticado que acepta todo cuanto disponen sus patronos y gobernantes.
Mientras más fragmentados más posibilidad de imponer políticas de hambre y
miseria, mientras más obedientes mayor saqueo y explotación.
Haiman El Troudi, Ser
Capitalista es un mal negocio, libro escrito con la colaboración de Juan
Carlos Monedero, 2007. El Sr. El Troudi es prófugo de la justicia por acusaciones
de corrupción en su contra, vive en Europa como un magnate inmobiliario de
reciente ascenso, fue un alto funcionario del gobierno chavista y uno de los más
insignes ideólogos del Socialismo del Siglo XXI.
Manuel Rosales resultó el alacrán más ponzoñoso de todos,
una persona que no puede ocultar su sed de poder y que no se detendrá en nada
por robarle el liderazgo a la candidata María Corina Machado, en una actitud
típica del chavismo, se montan sobre los esfuerzos de los otros para medrar de
sus logros y energía, esta vez acompañado por una corte de personas
acomodaticias que solo velan por sus propios intereses, algunos de ellos
dispuestos a reelegir a Maduro en las sombras y defenderlo de los factores
internacionales que tratan de detener sus oscuros designios.
Voy a tratar de describir para ustedes una interpretación de
nuestra compleja realidad, y digo interpretación pues no es el panorama
completo y es apenas una visión entre otras muchas, de modo que no se trata de
sentar cátedra ni de crear un escenario objetivo, sería apenas un marco
referencial, ustedes pongan y quiten, complétenlo con sus propias opiniones, hago
este ejercicio porque el constructo chavista que se le está vendiendo al país
es un engaño apoyado por grupos de intereses que temen en perder todo lo que
han acumulado a lo largo de estas infames décadas.
El gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido en un factor
de desestabilización para el mundo libre, principalmente para occidente, sus
contactos, acuerdos, planes y negocios, tanto en lo comercial y diplomático así
como en lo militar, con factores radicales, movimientos fundamentalistas,
gobiernos totalitarios, que ya están en guerra o son partes de conflictos
armados en otras latitudes, son en extremo preocupantes, porque está dando entrada
en una región que se ha conservado fuera de estos problemas, para que grupos
afiliados y avances de estas sociedades enfrentadas, establezcan en nuestros
territorio sucursales y bases operativas para sus causas que podrían fácilmente
romper con el orden y la convivencia pacífica.
Suministrando apoyo logístico, petróleo y otros recursos
para alimentar la entropía en regiones que son hoy, lamentablemente, escenarios
de cruentas guerras, nos hacen parte de unos escenarios donde no queremos ni
debemos estar, empezando por el desconocimiento que tenemos de esas culturas,
los motivos reales del conflicto y de nuestro papel en los mismos. Lo que sí
está seguro es que de inmediato somos retratados como país “amigo” de un bando
y “enemigo” del otro, lo cual no viene de gratis, tiene sus consecuencias.
Lo peor, es que estas erradas políticas han puesto al
gobierno de Venezuela como un colaboracionista y agente de fuerzas enemigas
para la seguridad e intereses de nuestro vecino EEUU, algo que Maduro hace sin
consultar ni proteger los intereses del pueblo de Venezuela y exponiéndonos a
todos, a peligros eminentes y reales. Pero ese es el rol que parece estuviera
jugando, el de agente provocador para favorecer los intereses de uno de los
bloques en conflicto.
Latinoamérica ya se ha visto afectada por estos arrebatos de
desestabilización, los gobiernos de izquierda extremistas, las tiranías entronizadas
en gobiernos corruptos y de control social, han consolidado en ciertos países
gobiernos antidemocráticos, militaristas y violentos, siendo el gobierno de
Maduro el más claro ejemplo de ello, sobre todo a raíz de los preparativos para
las próximas elecciones, donde ha quedado en evidencia su intención de romper
con la ley y el orden, rechazando todos los principios de inclusión
democrática, amenazando a sus opositores con soluciones fascistas, revividas de
lo peor del nazismo.
Cuando un estado cuenta con un presidente forajido, con
recompensa por su cabeza, solicitado por delitos en contra de los derechos
humanos y crímenes internacionales, lo más probable es que convierta al país
entero en un problema de seguridad para la comunidad de naciones.
Maduro dice hablar y decide en nombre de la voluntad
soberana de los ciudadanos, a pesar de la enorme oposición a sus políticas y
manera de gobernar, y que sea señalado como responsable de la crisis
humanitaria que asola a Venezuela. Es indudable que nos está utilizando como
escudos humanos para tratar de proteger a su persona, a sus socios e intereses,
que nada tienen que ver con una mejor vida y país para los ciudadanos.
Dentro de nuestras fronteras está prohibido criticar,
cuestionar al chavismo en el poder, el apartheid en contra de la oposición es
absoluto, y el que lo haga corre el riesgo de ser castigado con penas de
muerte, desapariciones, torturas y prisión. La candidata María Corina Machado a
fuerza de coraje y un trabajo de hormiguita, recorriendo al país y aglutinando
alrededor de su persona la verdadera voluntad popular, ha sido reconocida por
gobiernos aliados que desean liberar a Venezuela de sus cadenas, como líder y la
esperanza de la Venezuela, ella ha logrado cierta autonomía y protección, gracias
a que está bajo la observación de la mayor parte de los gobiernos accidentales,
pero aún con este apoyo vive bajo constante amenaza en contra de su seguridad
personal.
No en vano le han hecho la vida muy difícil, nuestra
candidata ha sido excluida injustamente de la carrera electoral, la
inhabilitaron, le han trancado las iniciativas de participación en unas
elecciones que están siendo “cocinadas” por un nefasto CNE, manejado por un
cómplice cercano de Maduro, violando cada precepto constitucional que ampara
los derechos políticos de la Sra. Machado y del pueblo de Venezuela.
Pero la situación se ha deteriorado aceleradamente, el
gobierno de Washington pareciera ya se cansó de los engaños y burlas del
régimen chavista y se encuentra preparando medidas para aplicar contra el
gobierno de Maduro en medio de conflictos graves en Irán, Palestina, Israel y
Ucrania. Las reservas petroleras de Venezuela ya juegan un papel estratégico en
los eventos militares por venir, y Maduro se ha convertido en el “tapón” que
tranca ese flujo, lo que es claramente peligroso e inconveniente pues nos hace parte
de un problema que se está solucionando con las armas.
En una acción desesperada de los pocos amigos que le quedan
a Maduro en la región como son los gobiernos de Brasil, de Colombia, de México,
Nicaragua y Cuba, se está planteando un reacomodo para conformar un frente de
legitimación de las elecciones en la que de seguro ganará el impopular Maduro o
alguno de sus candidatos interpuestos, entre ellos, Manuel Rosales,para seguir
teniendo el control político del país, de sus reservas petroleras y para fomentar
la prevalencia de las fuerzas de la izquierda extremista en el continente
suramericano.
Una buena parte del continente está sacudido por los
tremores del sismo que se está produciendo en Venezuela, desde la espantosa
banda delincuencial del Tren de Aragua, que ahora no es reconocida por sus
creadores, pasando por operaciones terroristas para asesinar enemigos políticos
en el extranjero, luego de haber provocado y promovido una de las migraciones
más caóticas y masivas de la historia del subcontinente, de crear rutas
internacionales para drogas, lavado de capitales ilícitos, armas y hasta el
tráfico de terroristas amparados por documentos falsos de identidad venezolanos,
el chavismo tiene la petulancia de promover “la paz política” del país.
Lo primero que se reconoce es que Maduro es el perro
guardián de las reservas petroleras venezolanas para uso y disposición de sus
socios rusos y chinos, es energía reservada solo en favor de avance de la causa
antioccidental y antidemocrática y negársela a EEUU, Maduro se ha destacado
como agente activo de todas las formas no convencionales para dañar la
seguridad y estabilidad del país del norte, el uso de la migración desbocada en
contra de las fronteras norteamericanas, estrategia ésta desarrollada por Cuba
en los años 70. ha sido su favorita, Maduro no solo es vocero del espíritu
revolucionario comunista más rancio y peligroso, sino que regularmente proclama
su odio visceral por el sistema y la forma de vida capitalista, una posición
moralmente falsa, ya que ha sido uno de los mandatarios que ha acumulado mayor
cantidad de riqueza en la historia de los gobiernos criminales.
Políticamente cualquier mandatario del mundo que demuestre
simpatía, apoyo, o defienda al régimen chavista está sin lugar a dudas
fortaleciendo la causa antioccidental, no hay manera de justificar
racionalmente un gesto de simpatía hacia quien pretende que el islamismo
fundamentalista sea nuestra manera de vida, que la vigilancia masiva y el
espionaje sobre la población sea la manera de gobernanza favorita del régimen,
y que sean los socialistas bolivarianos los que manejen al país a su antojo.
Maduro ha quedado al descubierto, como agente declarado del
castrocomunismo cubano está tratando de imponer una dinastía política por medio
de los partidos políticos afiliados al Socialismo del Siglo XXI, su manejo del
terror ha obligado a ciertos sectores de la sociedad venezolana a aceptar sus
designios por medios de memes y conceptos ideológicos de pobrísimo contenido,
intentando conducir a los venezolanos a que solo el voto es la manera de
solventar el problema de la tiranía, que solo concurriendo como ovejas al
matadero electoral que nos tienen preparado podremos solucionar nuestro
problema, eso nunca ha sido verdad y nuestra historia es un claro ejemplo de
ello.
El pacifismo ante el terror solo acarrea sufrimiento,
frustraciones y muerte, hay que desconfiar de quienes predican el conformismo y
la sumisión, pues son parte orgánica del sistema de manipulación mental
construido por más de sesenta años de socialismo en nuestro país. Ya existe un
grupo grande de empresarios, intelectuales, artistas y políticos que se quieren
ir por la vía de la obsecuencia, y transformar toda actividad opositora en
acciones electorales, con la idea de que todo se arreglará por un milagro en el
futuro.
Hay una presunción generalizada que solo jugando el juego
del tirano vamos a conseguir en algún momento la oportunidad de salir de
nuestra opresión, el fascismo revolucionario tomó el escenario electoral y lo
convirtió en un “corralito” desde el cual no parece haber salida sino las
designadas por el tirano, es por ello que las elecciones son vendidas como la
solución civilizada, democrática y exclusiva de nuestros problemas, esto no
quiere decir que estoy promocionando salidas violentas o traumáticas, pero no
es bueno utilizar el voto para disfrazar las debilidades de carácter y evitar
que otras soluciones, que puedan salir de la sociedad civil organizada, se
hagan viables.
El voto es un instrumento pensado para ser manejado por las
organizaciones partidistas, y si la candidata Machado ha planteado no salirse
de la ruta electoral no quiere decir que no existan iniciativas y movimientos
capaces de mover el cambio y que están dentro del juego político.
Se configura una ventana de oportunidad en el futuro
inmediato, no podemos desaprovecharla, el descontento popular va creciendo, el
gobierno chavista ha demostrado que no puede gobernar al país sino con el miedo
y la extorsión, están sufriendo de graves problemas internos, los beneficiados
de esta horrible revolución temen por la viabilidad de sus posiciones y
fortunas mal habidas, pues ahora que tienen algo, no quieren perderlo en un
país en crisis.
Y por último, cuidemos como nunca a nuestra candidata,
quieren ponerla presa bajo falsos cargos, le están montando un expediente de
golpismo como solo los verdaderos golpistas saben hacerlo, elaborado desde las
armas y el terror.
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