Se trata de uno de los temas favoritos de la literatura de la ciencia ficción, una idea que aún hoy la mayoría de la gente cree, pertenece al mundo de la fantasía y de lo imposible, pero para los profesionales de la física cuántica cada día se hace más y más factible, por lo menos en teoría.
Físicos de la importancia de Stephen Hawking, el premio Nobel Murray Gell-Mann y Richard Feynman coinciden en que la teoría conocida popularmente como “de los múltiples mundos” es el camino correcto para develar muchas de las interrogantes sobre el origen del universo.
Postulada por primera vez en 1957 por un desconocido y joven estudiante del doctorado de Física de la Universidad de Princeton, de nombre Hugh Everett III, trató de resolver uno de los problemas más complicados de la física cuántica, el llamado “problema de medición”; había un hecho inescapable en todos los procesos cuánticos, y tenían que ver con el Principio de Incertidumbre que advertía, habría más de una solución al momento de tratar de determinar la posición de una partícula, es decir que era muy difícil determinar en qué lugar se encontraba ésta, al momento de la observación.
Hasta ese momento el problema se resolvía con la tesis conocida como “Función de Onda” elaborada por Erwin Schrödinger, una solución pragmática llamada también la “Interpretación de Copenhague”, y que consistía en calcular matemáticamente cada trayectoria, en la presunción de que cada partícula, en forma de onda, colapsa al momento de ser observada y es entonces cuando la partícula asume una posición mesurable.
El problema con esta solución es que le daba un tratamiento distinto al comportamiento de las partículas en sus interacciones, introduciendo un elemento ajeno al proceso, Everett propuso algo totalmente distinto y tan descabellado que muchos lo tildaron de loco, y esto era que la onda nunca colapsa, al contrario, en cada intersección, en cada momento la partícula puede ir hacia un lado u otro, no importa si éste es medido o no, la partícula se bifurca en diferentes ramas, y cada una de esas ramas con una copia de la partícula, en diferentes circunstancias (espacio-tiempo) y tantas veces como intersecciones encuentre, es la multiplicación de las posibilidades de ella misma y sin interferir unas con otras.
En palabras del profesor David Wallace de la Universidad de Oxford, es como si en la dinámica del universo, de manera continua, y en diferentes momentos, se multiplicara en varias opciones, en múltiples universos, cada uno conteniendo copias de nosotros y de las cosas que nos rodean, con una dirección y destinos diferentes, sin contactos entre ellos, pero con una realidad propia.
Everett presentó su solución con el nombre de Meta-teoría del Estado Relativo y era un detallado desarrollo físico matemático que solo encontró la burla y el rechazo. Tal fue el impacto de las críticas en el joven, que a partir de ese momento dejó la física para siempre, se dedicó a sus empresas de análisis de sistemas y modelaje por computadoras para grandes corporaciones financieras y para el Departamento de Defensa. Su genio aplicado a los negocios dio resultado, y murió multimillonario en 1982, justamente cuando el mundo académico empezó a reconocer que su propuesta no era tan estrambótica como se creyó en un principio.
Tuvieron que pasar 50 años para que una nueva generación de científicos y estudiosos revisaran la propuesta de Everett para encontrarle no solo sentido, sino aplicaciones a su teoría en complejos problemas sobre el espacio-tiempo, innumerables estudios e investigaciones dirigen ahora sus proyectos por la senda que abrió aquel joven brillante que nunca fue tomado en serio. Y en este punto quiero resaltar el papel que jugó la ciencia ficción en el rescate de estas perturbadoras ideas.
En 1976 en un número de la popular revista norteamericana Analog de ciencia ficción, se hiso mención a los trabajos de Everett que inmediatamente repercutieron entre gran número de escritores, al punto que convirtieron al mismo Everett en personaje principal de varios de estos relatos que tenían que ver con la existencia simultánea de universos paralelos, y de acuerdo a testimonios, disfrutó en los últimos años de su vida de esta extraña fama como autor de este paradigma y actor de fantásticos relatos.
Pero el tema de los universos paralelos no era nueva en la ciencia ficción, en 1938 se publicaba una historia de Jack Williamson titulada La legión del tiempo donde ya se hablaba de las ramificaciones del universo en mundos paralelos, igualmente Phill K. Dick publicó en 1955 su historia Mercado cautivo, donde, al contrario de lo que Everett postulaba, había una interacción entre los distintos universos.
Para lo que estén interesados, hay en internet un caudal inmenso de información sobre la teoría de Everett, y sus implicaciones para la física, mucho más extensas de lo aquí descrito. Una nota curiosa, el hijo de Everett, es el líder y cantante de la banda de rock de Seattle, The Eels, a quienes les gusta este tipo de música, no suenan nada mal.
SOBRE EL NOMBRE DEL BLOG. El hortador era, en una galera (barco con muchos remos), quien marcaba el ritmo entre los remeros para que esta pudiera maniobrar y surcar los mares. Quienes remaban no ve¡an hacia donde se dirig¡an, simplemente lo hac¡an al ritmo del hortador Se usaba un tambor para tal prop¢sito. En su mayor parte los remeros eran esclavos o prisioneros, llamados galeotes, que cumpl¡an condenas por sus cr¡menes en el trabajo mas duro e infame que exist¡a.
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