Soy
lector de los estudios sobre mitología universal, sobre todo de sus grandes
autores, como Joseph Campbell, Robert Graves, J. G. Frazer, Jean-Charles Pichon,
el psiquiatra Carl Jung y, especialmente, de Mircea Eliade, con quien
últimamente me he embarcado en conocer los orígenes y significados de la figura
del dragón en las mitologías nórdicas y centroeuropeas. El dragón es un ser muy
extraño para nosotros, los que vivimos en el Caribe, una iguana gigante alada,
que echa candela por la boca.
El
dragón está emparentado con la serpiente, que es una figura mítica mucho más
antigua y universal, y configura la maldad, la impureza, la esclavitud ante los
poderes infernales; egipcios, iraníes y hebreos tienen las serpientes como
enemigas de sus pueblos; son éstas, igualmente, el máximo reto de los héroes
fundamentales, para demostrar su valor y templanza, derrotar a la serpiente o
al dragón se convirtió en casus belli
de muchos pueblos del mundo, era la batalla entre el mundo de la luz y el
submundo de la oscuridad.
La
doncella, por su parte, deviene de la figura de la virgen; concentra en su
figura el ideal de la pureza, el amor, la protección de la familia y la tribu,
la fertilidad, la conexión entre el hombre y Dios. Las figuras de la serpiente y la doncella se
enfrentaron desde el inicio de la civilización, fue una serpiente la que sedujo
a Eva en el jardín del Edén, y convertida en dragón, representa la naturaleza
inferior del hombre. Al matar al dragón, el héroe vencedor supera la herejía y
la maldad, así como sus propios deseos primitivos.
La
figura del héroe matando al dragón es muy popular en Europa. Es el caso de San
Jorge, patrón de Inglaterra, de Cataluña y Aragón; o de Dieudonné de Gozon,
tercer Gran Maestre de los caballeros de San Juan de Rodas, que se hizo célebre
por matar al dragón de Malpasso; o del héroe yugoslavo Marko Krajlevic, quien
vence a un dragón de tres cabezas en la segunda mitad del siglo XIV; un dragón
es el símbolo que identifica a Liubliana, la capital de Eslovenia.
Todo
esto viene al caso porque, en Venezuela, los socialistas bolivarianos, nos han
instalado un dragón en el corazón de nuestro sistema político, se trata del
Partido Socialista Único Venezolano (PSUV), una sierpe que ya existía en
nuestro país en formas de logias militares golpistas, de una izquierda radical
al servicio de los intereses cubanos, de movimientos subversivos violentos, de
un Partido Comunista acomplejado y servil, de organizaciones criminales en
busca de socios políticos con poder, estos movimientos desarticulados y sin
conexión fueron reconvertidos en dragón por el régimen de Fidel Castro, quien
le dio alas, lo puso a echar candela por la boca y le insufló el gusto malsano
y cobarde de atacar a nuestras doncellas.
El
gobierno chavista, que es el gobierno del PSUV, se ha especializado en
perseguir, golpear y asesinar a nuestras bellas mujeres, dirigentes, estudiantes,
mises… que nos representan en el mundo como símbolo de la vida y de la lucha
cotidiana, a madres que tienen que enterrar a sus hijos, a nuestras
universitarias que reciamente se oponen a los brutos y matarifes de la Guardia
Nacional Bolivariana (el brazo armado del PSUV), a nuestras artistas y
periodistas quienes se le enfrentan sin miedo en el medio del fragor de la
batalla por la libertad, a nuestras profesionales y ejecutivas que no
desfallecen un momento por dar lo mejor de sí en empresas para que produzcan, a
pesar de los intentos del gobierno por hacerlas quebrar, acechándolas con
inspecciones de institutos gubernamentales y los secuestros express…
Es
lo que está sucediendo con la diputada María Corina Machado, una de nuestras
más respetables damas, demócrata a carta
cabal, política por convicción, defensora a ultranza de las libertades ciudadanas,
que ha venido denunciando a altos jerarcas del gobierno por los delitos de
traición a la patria, corrupción, malversación de fondos públicos e, incluso,
delitos de lesa humanidad, como los que el Presidente de la República ha
incurrido al ordenar a sus escuadrones de la muerte atacar y asesinar a
venezolanos inocentes y desarmados por el simple hecho de protestar. Ella
personifica la lucha de la justicia en contra de la tiranía.
María
Corina Machado ha sido víctima de ataques físicos, de agresiones patrocinadas
por el alto gobierno para quebrar la voluntad de lucha de esta tenaz mujer que,
con su ejemplo, inspira a muchas otras mujeres a dar la cara por su país, a
defender con ardor la patria para sus hijos; su periplo mundial en la búsqueda
de aliados, de amigos que quieran escuchar su denuncia sobre lo que ocurre en
nuestro país, la ha llevado a diversas capitales y es bien recibida por jefes
de estados y altos oficiales de organismos internacionales. Ella y Leopoldo
López se han convertido en los líderes naturales de este gran movimiento de
liberación nacional contra el comunismo de corte cubano que el PSUV quiere
implantar, al precio que sea, en el país. Ambos encarnan el valor y la gesta de
una generación de venezolanos que se negó a marchar hacia la oscuridad en
silencio, sin dar batalla.
Pretende
ahora el desgobierno chavista enjuiciarla y separarla de su cargo de diputada
electa por mandato popular, despojarla de su inmunidad por medio de trampas
indignantes. El Capitán Diosdado no aprende, mientras más se hunde más se
desprestigia, y peor parado queda el PSUV; pero a él ¿Qué le importa?, está
viviendo su propia película, donde un camorrero “pata en el suelo”, enriquecido
hasta el hartazgo por malversación y corruptelas, se lleva por delante a millones
de sus compatriotas en una orgía de sangre y dolor para probar que es bravo… buen
cobarde, resultó.
El
dragón del PSUV también tiene sus mujeres, unas militantes del castrocomunismo,
violentas desarraigadas, sin ninguna conexión con el país nacional, de
comportamiento fanático cuando no histérico, que están resguardando el tesoro
oculto de los chavistas, el poder que quieren seguir disfrutando para
esclavizar a los venezolanos, apoderarse de nuestro petróleo y entregárselo a
Cuba, para que continúe con el proceso de destrucción de Latinoamérica; en ese
cofre, que custodia el dragón del PSUV, se encuentra el secreto oscuro y
terriblemente real de su propio acto de traición, amparado por las horridas chicas
del CNE, del Tribunal Supremo, por la Fiscalía, por la Ministra de la Defensa;
se esconde la entrega de nuestro componente armado a organizaciones delictivas
y terroristas, donde se ha visto involucrado en operaciones que favorecen a la
guerrilla extranjera, al narcotráfico, a los negociados con potencias
extranjeras para la adquisición, con sobreprecios, de equipos defectuosos y
comida en mal estado; se oculta los tratados de cooperación con gobiernos
forajidos, el ocultamiento de información de seguridad clave a países vecinos y
aliados tradicionales, para favorecer el crimen internacional, las operaciones
de espionaje, allanamientos, asesinatos y secuestros de venezolanos, cuyo único
delito era pensar diferente… esta información, que el gobierno socialista desea
que permanezca oculta, la Sra. María Corina Machado la está haciendo pública,
para proteger a civiles y para que sus responsables respondan a la justicia, de
allí la saña con que la atacan.
La
lucha que iniciaron los estudiantes en Venezuela por sus vidas y el futuro se
ha desbordado y ya se ha convertido en una protesta nacional, los abusos del
PSUV se hacen cada día más salvajes y criminales, la situación social y
económica del país es insostenible, al punto que estamos llegando al momento en
que la lucha pacífica ya no tenga sentido, y sea forzoso enfrentar al dragón
con la espada.
El
país exige que sus armas sean devueltas a su legítimo dueño, que es el pueblo
de Venezuela, el soberano, que sus fuerzas armadas defiendan la Constitución,
tal como lo juraron cuando se convirtieron en soldados de la República, y no al
partido PSUV al servicio de Cuba; necesitamos que esos héroes, que acabaron con
el dragón en el pasado, lo hagan ahora, desde adentro de sus entrañas. En caso
contrario, el soberano asumirá su propio destino, pero no permitirá que vuelvan
a golpear y abusar de nuestras mujeres. – saulgodoy@gmail.com
Excelente artículo! Me alegra haber encontrado tu blog estimado Saúl para poder seguir tus afilados escritos. Un abrazo, Guillermo Olaizola
ResponderEliminarEs una pena que se lo asocie con la serpiente primigenia, el Dragon creo que tiene mas que ver con la esfinge que guarda y protege, ademas es alado y es simbolo de sabiduria.
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