martes, 11 de noviembre de 2014

El regreso de Visnú, según Gore Vidal

El escritor norteamericano Gore Vidal fue uno de los personajes más impredecibles de la escena intelectual anglosajona de la segunda mitad del siglo XX;, no sólo fue capaz de agarrarse a trompadas frente a las cámaras en un programa de televisión, en vivo, con el temperamental escritor y periodista Norman Mailer, sino que la ultima vez que lo vi estaba interpretando un pequeño papel en la película de Ciencia Ficción Gattaca, como el supervisor de aquel equipo que escogía y entrenaba a los genéticamente modificados hombres y mujeres que servirían como tripulación para los vuelos espaciales, en aquella sociedad dominada por la perfección… era la historia de Vincent, un muchacho enfermo y débil que, contra todos los obstáculos, pudo realizar su sueño y viajar a las estrellas.
Vidal fue uno de los escritores de la película Ben Hur, aunque su crédito nunca apareció en pantalla, y fue justamente en Cine Citta, donde se filmaba la película, donde conoció a Fellini, y con quien tuvo una gran amistad, al punto que le dio una aparición “cameo” en su película Roma.
Primo del Presidente Jimmy Carter y primo del Vice-presidente Al Gore, emparentado con Jacqueline Bouvier Kennedy, fue varias veces candidato al Congreso de su país, su figura era reconocida como la de un intelectual aristocrático en los pasillos del poder.
Su homosexualidad fue pública desde muy joven, gracias a sus primeras novelas; fue amante de Rock Hudson, eterno enamorado de Paul Newman y gran amigo y casi esposo de Joan Woodward. Sus apariciones en las fiestas de Hollywood eran tan populares como sus películas y series de televisión; hizo carrera en Broadway con varias exitosas obras de teatro, fue candidato al premio Nobel de literatura y encarnizado enemigo de los gobiernos de Bush y Reagan.
Tuve la fortuna de leer la novela que muchos críticos consideran su obra maestra, Juliano, el Apostata, la vida del Emperador Juliano en el siglo IV de nuestra era, uno de los primeros en oponerse al cristianismo, héroe militar y filosofo, no creía en las persecuciones ni en medidas de fuerza, trató a toda costa de imponer de nuevo en el Imperio los cultos paganos, pero fue arrollado por la fuerza de la nueva religión bárbara (concurro en la opinión de que el libro es una muy bueno), y acabo de terminar su obra Kalki, a la que hoy vamos a dedicar unos breves comentarios.
Kalki fue publicada en 1978 y la leí fundamentalmente por dos razones: la primera es que me gusta Vidal como escritor, sobre todo en su vena de intriga política y su enorme gusto por la historia; la segunda, porque me la vendieron como su obra de Ciencia Ficción, de hecho, la colección a la que pertenece el libro que leí, es especializada en ciencia ficción.
Pero luego de terminada la novela no me atrevería a clasificarla como de ese genero de anticipación científica, se  trata más bien una ficción religiosa, lo que no la hace menos interesante, para ser más preciso la ubicaría entre las distopías, esos sueños de un mundo mejor que terminan en desastre.
Varias cosas me sorprendieron de su narrativa: fue escrita en primera persona y la protagonista es una mujer, Theodora Hecht Ottinger, ingeniero de diseño aeronáutico, piloto de pruebas y escritora de un único best seller, Más allá de la Maternidad.
Tengo un especial prurito por autores varones escribiendo como mujeres, por ese asunto de la “autenticidad” de género, fácilmente detectable tanto en la vida interna como en la voz del personaje; pero en el caso de Theodora, madre de dos hijos, divorciada, una celebridad notoria por su defensa al derecho que tiene la mujer en determinar, cuándo y cómo usar su fertilidad para contribuir a aliviar la superpoblación en el mundo, dotada de una mente científica de primer orden y bisexual, creo que el reto asumido por Vidal logra cierta credibilidad.
Los años 70, en los que transcurre la novela, marcados por las tendencias culturales “Pop”, la búsqueda religiosa y el auge del movimiento feminista, están bien enmarcados; es sorprendente el conocimiento que exhibe Vidal sobre la complicada religión del hinduismo y su manejo realista, de primera mano, de las culturas de la India y el Nepal.
La historia se puede resumir de la siguiente manera: Visnú reencarna por décima y última vez entre los hombres, en el cuerpo del Sargento del Ejercito Norteamericano James Joseph Kelly, que trabajó como técnico de armas biológicas durante la guerra del Vietnam.
El Sargento desaparece en la selva y resurge, ocho años mas tarde, en Saigón como traficante de heroína para la Mafia China.
Desaparece y reaparece de nuevo en Katmandú, pero ahora bajo el nombre de Kalki, anunciando el fin del mundo.
Gracias a su poder de convicción y algunos “milagros”, convence a mucha gente, entre ellos a personas con ingentes fortunas, para que apoyen su cruzada de preparar al mundo para su fin, que está próximo; en ese momento, él, Visnú, se transformará en Siva, El Destructor, y luego de que realice su danza del fin de los días, el mundo entero perecerá y sólo los escogidos verán y serán parte del nuevo renacer.
Con los aportes recibidos, Kalki logra levantar en muy poco tiempo un imperio financiero y de corporaciones a su servicio, con los que opera alrededor del mundo, razón por la cual los principales cuerpos policiales y de inteligencia del mundo le siguen los pasos muy de cerca.
Cuando Kalki anuncia la fecha exacta del fin del mundo y prepara un evento internacional para ser transmitido en vivo y directo desde New York, lugar escogido para dar inicio al espectáculo de Siva danzando, la noticia adquiere dimensiones colosales en los medios noticiosos; en ese momento un periódico de California contrata a Theodora para que consiga una entrevista con Kalki y, para sorpresa de Theodora en su tarea como periodista, el mismo Kalki la contrata como piloto de su jet privado.
A partir de ese momento se desata un torbellino de intrigas, que involucra a la CIA, el FBI, la Mafia China, la KGB, hasta la Casa Blanca…  hay episodios de persecuciones, espionaje, atentados, hasta se pospuso la fecha del fin del mundo, a causa un espectacular asesinato y, efectivamente terminan con el fin del mundo, el 03 de abril de ese fatídico año.
Eso sí, el final del libro es completamente inesperado.
Para finalizar, les dejo con un breve dialogo extraído de uno de los encuentros de Theodora con Kalki, en  el que éste le dice a ella: “Soy el señor de los cánticos, el señor de los sacrificios. Soy halito. Soy espíritu. Soy el señor supremo. Sólo yo existía antes que todas las cosas y existo y existiré. Nada me trasciende. Soy eterno y no eterno, discernible o indiscernible. Soy Brahma y no soy Brahma. Soy sin principio, medio ni fin. Conóceme y no morirás. No hay otro comienzo.
-La melopea se detuvo. Kalki se volvió hacia mí. Los ojos eran de un resplandor azul absoluto- En el instante del fin aniquilo las palabras. Soy Siva, el destructor.”
Lo recomiendo como una lectura entretenida… y muy rara.
















No hay comentarios:

Publicar un comentario