viernes, 30 de enero de 2015

La muerte express



 El buen nombre de nuestras fuerzas armadas ha estado en entredicho desde hace ya algún tiempo, el chavismo las ha utilizado para manejar situaciones de orden público y de protestas en las calles, para lo cual ni están entrenadas ni es su función, produciéndose el lamentable saldo de personas muertas, heridas, detenidas y torturadas durante los recientes eventos que han sacudido el país.
Las consecuencias para la institución ha sido una serie de acusaciones, procesos judiciales y funcionarios señalados por violaciones graves de derechos humanos, hay juicios abiertos en el país e internacionalmente que han puesto en entredicho el manejo de nuestras fuerzas armadas, incluso se han dado sanciones internacionales en contra de una alta oficialidad por violaciones  a estos derechos aunados a señalamientos que supuestamente comprometen a la institución con el negocio del narcotráfico, y las acusaciones no paran.
El chavismo ha manipulado con éxito los principios y valores de la institución para convertirla en un instrumento político a favor del proceso socialista bolivariano, Chávez desde la alta posición de Comandante en Jefe, logró que nuestras FFAA fueran penetradas por factores cubanos que pusieron en marcha un proceso de indoctrinación comunista puertas adentro, que terminaron en la impensable situación, de convencer y obligar a nuestros soldados a tener que rendirle obediencia y honores a un ciudadano colombiano, investido ilegítima e ilegalmente como Presidente de la República.
Pero lo peor fue la infiltración del narcotráfico y las mafias de la droga dentro de los cuarteles, el chavismo propició una corrupción agresiva dentro de la oficialidad que empezó a ver a las fuerzas democráticas y libres de la oposición, que aspiran a un retorno de la ley y el orden en el país, como enemigos, el discurso insistente de guerras de cuarta generación, de un Imperio en constante actividad conspirativa y las llamadas de atención de organismos internacionales sobre el comportamiento forajido de nuestro gobierno, fueron entendidos como una amenaza a la soberanía nacional, pero que no es otra cosa que la defensa a los cofres llenos de dólares y euros de los jefes chavistas.
A los militares se le han dado una serie de prerrogativas que los mal dispusieron con la sociedad, sumida en una grave crisis económica y social, los aumentos de sueldo y otros privilegios contrastaban groseramente con otros sectores del país que tenía más o iguales derechos de recibirlos, esta acción del gobierno se vio y se entendió más como un soborno, ha sido una bofetada al principio de igualdad predicado por los socialistas.
Bueno, no olvidemos que somos una mayoría civil, el grueso del país es gente civil que hace funcionar las empresas, las instituciones y hasta el mismo gobierno, los militares son minoría y aunque los militares fueron civiles en algún momento, no nacieron uniformados y portando armas, y una gran mayoría, tienen a sus familias fuera de los cuarteles y esperan morir como civiles.
La lucha de los venezolanos, ha sido fundamentalmente para defender esa mayoría civil a la cual los militares deben su existencia y su razón de ser, ser militar es una ocupación profesional, no es una casta ni una nueva clase social, toda esa pretendida superioridad militar debe ser contrarrestada con argumentos que vuelvan a poner en su justa perspectiva a un grupo de hombres y mujeres a los que el gobierno chavista han tratado de convertir en carceleros y policías de su propio pueblo, explotándolo, arruinándolo, amenazándolo y haciéndole daño.
Los militares se equivocaron garrafalmente al comprometer la institución con el chavismo, fue una apuesta que perdieron miserablemente, se anotaron con el perdedor y ahora no saben cómo salir de la trampa en que se encuentran.
Muchos creyeron que aquella doctrina comunista de una unión cívico-militar, de una milicia revolucionaria, en vez de un ejército profesional, les iba arreglar la vida, lo que sucedió es que los engañaron en un esquema como en el juego de la pirámide, donde cobran los primeros que se anotan, pero los que siguen quedan “ensartados”, ya no hay de donde sacar dinero excepto de la corrupción y el narcotráfico.
La nueva generación de oficiales se encuentra, que para robar, hay que matar venezolanos, quitarles la comida, no darles asistencia médica, caerles a tiros si protestan, simplemente no hay dinero sino el que viene manchado de sangre.
Allí tienen ustedes a un Ministerio de la Defensa avalando una resolución inconstitucional, peligrosa y cobarde, se trata de la instauración de la sentencia de muerte en Venezuela, una movida que va en contra de toda la normativa jurídica internacional y de los derechos humanos, que pretende obligar a las FAN a utilizar fuerza letal en contra de quienes protesten, los quieren convertir en unos asesinos, en una banda de matones y desgraciarlos en un genocidio, por supuesto, sus jefes se van a quedar tranquilitos, viendo como ustedes, los soldados de la patria, atentan en contra del pueblo de Venezuela.
Esta situación exige de inmediato una investigación, la renuncia del Ministro del despacho y derogar la resolución 8610 por inconstitucional.  El mismísimo Simón Bolívar debe estar revolviéndose en su tumba de la indignación.
Debe hacérseles ver a nuestras fuerzas armadas que un soldado chavista es un error, una degradación moral que no debe permitirse pues violenta el orden constitucional, corrompe a sus componentes y desnaturaliza la institución militar; hay que denunciar a sus oficiales convertidos en voceros del partido de un narco gobierno, enfrentarlos en todo terreno cuando pretendan usar las armas de la nación para favorecer a un facción política y sus negocios, cuando insulte o agredan a la oposición, cuando amenacen y quieran silenciar al pueblo que no está de acuerdo con lo que sucede. Ante la barbarie y el abuso de poder, ante la posibilidad de la máxima traición de nuestros militares, frente a las amenazas de usar armas letales en contra de la gente, cero tolerancia.- saulgodoy@gmail.com



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