Uno de los campos de investigación académica de mayor crecimiento se especializa en la violencia política, sobre todo dado el auge del terrorismo y de gobiernos teocráticos fundamentalistas, también se explica este interés por el resurgimiento de nacionalismos en situaciones de divisiones regionalistas en estados fallidos, que sufren un proceso de balcanización y son dados a las llamadas “limpiezas étnicas”, igualmente nos encontramos con las llamadas regiones autonómicas dentro de algunos países, o regiones dominadas por unas etnias que tratan de impulsar movimientos separatistas, pero también ha tenido lugar un fenómeno, que quiero comentarles hoy, y es el destape que se ha dado en el estudio de la violencia política en regímenes comunistas.
Rosa de
Luxemburgo dijo en algún momento del siglo XIX que las únicas opciones para el
mundo eran, o el socialismo, o “la barbarie”, y el socialismo, por sus
cualidades utópicas, supuestamente humanistas, de justicia social y sus
alcances igualitarios se oponían a ese barbarismo que ella vio en su tiempo, el
del capitalismo industrial, nunca se imaginó que el socialismo era justamente
la prescripción para la barbarie que tanto temía.
Y este
descubrimiento tiene una explicación y es que desde hace un buen tiempo la
violencia política era investigada casi exclusivamente en regímenes de derecha,
donde se daba con más contundencia el militarismo y las dictaduras llamadas
“clásicas”, de un hombre fuerte haciendo su voluntad, controlando las
instituciones y persiguiendo a la disidencia que mayormente era de izquierda. Y
que estos regímenes de derecha estaban asociados con esquemas capitalistas de
desarrollo, con inversiones extranjeras y el despliegue de formas de propiedad
privada, que la izquierda aducía en sus discursos, eran la causa del
empobrecimiento de las clases populares.
A partir de los
años sesenta se empezaron a publicar una serie de memorias, recuentos y
estudios sobre la violencia comunista, sobre todo en Europa, las primeras
denuncias sobre los Gulag soviéticos, el espionaje masivo y sistemático de la Stasi en Alemania oriental… la Guerra
Fría poco a poco fue produciendo las excrecencias detrás del muro, de los
balkanes y de China llegaban informes aterradores sobre la opresión de pueblos
enteros, el comunismo, su alter ego, el socialismo y la izquierda convertida en
partidos de gobiernos, no era lo que la teoría y el idealismo le habían vendido
al mundo.
Muy pronto
algunos sectores académicos no tomados por la izquierda, empezaron a publicar
estudios sobre la violencia del estado bajo regímenes comunistas, enfocándose
no sólo en un particular sistema (que hay varios) sino en estudios comparativos
de la violencia institucional, o sea, la que proviene del Estado en contra de
sus ciudadanos.
Los crímenes
comunistas son menos conocidos que los fascistas, estos últimos están
documentados y estudiados a profundidad, pero es sólo recientemente que los
investigadores han tenido acceso a los archivos, declaraciones y denuncias de
crímenes en regímenes comunistas. Este
fenómeno es bien interesante ya que muchos gobiernos socialistas y sus
instituciones, entre ellos, la academia, en defensa de sus intereses e
ideología, tratan de “tapar” todo intento por descubrir sus crímenes en contra
de la humanidad, y si no pueden detener estas investigaciones y publicaciones,
hacen un enorme esfuerzo por justificarlas o tergiversarlas.
Es bien claro y
se encuentra muy bien documentado por Jean-François Revel en su libro La Gran Mascarada, lo que sucedió en
Francia con El Libro Negro del Comunismo
(1997) bajo la dirección de Stéphen Courtois, la reacción de las élites
políticas e intelectuales comunistas franceses fue de tal calibre, que no
pararon solamente en la descalificación de los diferentes investigadores que
participaron en el libro, muchos fueron expulsados de sus trabajos en
universidades, trataron de obligarlos a que renegaran de sus escritos, fueron
acusados de calumniadores, abusados sus nombres y familias con toda clase de
vulgaridades y epítetos, todo, porque documentaban, cómo 80 millones de
personas murieron en estos regímenes por causas políticas, asesinadas o dejadas
morir de inanición porque no se conformaban a la ideología que quería
“salvarlos”.
Las víctimas de
la Unión Soviética y de países de Europa del Este como Albania, Bulgaria,
Checoslovaquia, Alemania del Este, Hungría, Polonia, Rumania y Yugoslavia, en
África en Etiopía, al igual que sus contrapartes en China, Camboya, Vietnam y
Corea del Norte en Asia, Cuba y Nicaragua en América Latina y Etiopía han
aparecido en los últimos veinte años con sus relatos de horror y las pruebas de
las ordalías de sus poblaciones bajo la bota comunista.
Los testimonios
de los que pudieron escapar de estos regímenes del horror, empezando con
figuras tan relevantes como Solzhenitsin y Marchenko, Valladares, Doan Van
Toai, periodistas con trabajos tan impactantes como Gulag: Una historia, de Anne Applebaum, o los más recientes
trabajos académicos de Robert Conquest y Paul Hollander, muchos de ellos
ganadores de premios internacionales, señalan una tendencia, la olla de los
crímenes comunistas se está destapando y están siendo estudiados por expertos
en la conducta humana, politólogos, criminólogos, juristas, sociólogos
encontrándose con exterminios, criminales y "limpiezas" que nada
tienen que envidiarle al holocausto nazi.
Las memorias de
escritores que fueron comunistas y regresaron del frío como fueron Arthur
Koestler, Sidney Hook o Pierre Daix y que explican en detalle como el aparato
de propaganda y manipulación ideológica comunista actúa sobre la psique humana
y esclaviza las voluntades, nos enseñan que estos regímenes no se detienen ante
nada para incrementar o mantener su ambición de poder.
Un capítulo especial debe abrirse al gobierno comunista de Hugo Chávez Frías y su sucesor Nicolás Maduro en Venezuela, ya hay material con evidencias suficientes para iniciar un completo estudio de las nuevas formas de terror y violencia que inaugura este régimen en el siglo XXI.
Un capítulo especial debe abrirse al gobierno comunista de Hugo Chávez Frías y su sucesor Nicolás Maduro en Venezuela, ya hay material con evidencias suficientes para iniciar un completo estudio de las nuevas formas de terror y violencia que inaugura este régimen en el siglo XXI.
Para empezar,
debería notarse un cambio fundamental en la política represiva y de exterminio
de la población, este gobierno está usando a la delincuencia común y al crimen
organizado para ocultar un trabajo de exterminio de la población que de manera
sistemática viene realizando la "nomenklatura" del partido
revolucionario, en contra de elementos que considera indeseable por causas
ideológicas.
Permite, con
impunidad, y auxiliando a los criminales (con apoyo judicial, policial y
militar), que el homicidio, el secuestro, los atentados, las ejecuciones
sumarias, los desmembramientos de las víctimas se hagan en la calle, a plena
luz del día y con una intensidad que coloca al país como uno de los más
violentos del mundo.
Las mal
llamadas “Zonas de Paz” tienen un lugar importante en esta nueva política de
exterminio y control social llevada a cabo desde el gobierno de Maduro, son
territorios pertenecientes a barriadas populares u pueblos enteros en los
cuales, enviados del gobierno negocia con las bandas delincuenciales que allí
hacen vida, y a cambio de un desarme simbólico y un supuesto pacto de honor, de
cambiar sus estilos de vida y actividades en oficios lícitos, le entregan la
zona a los delincuentes para que estos la “protejan”, controlen la criminalidad
y garanticen la paz pública, a cambio, los cuerpos policiales no podrán entrar
en estos territorios, la justicia ordinaria se sustrae de estas zonas y deja a
la población en manos de estos forajidos.
En las calles
de Venezuela fallecen por muertes violentas un promedio de 60 ciudadanos al
día, el gobierno lleva a cabo una política de desinformación y ocultamiento de
las cifras "negras" precisamente para encubrir el genocidio, en los
nueve años de mandato comunista en Venezuela han muerto decenas de miles de
opositores, igualmente todo apunta a que han asesinado campesinos y dirigentes
chavistas para poder acusar a la oposición de "agresiva", es notable
el número de bajas de funcionarios policiales, todo esto supuestamente en manos
del hampa.
El gobierno
simplemente se lava las manos; con su aparato de propaganda niega este
holocausto aduciendo razones de violencia en el mundo y culpando a otros países
de la situación, mientras el dictador se la pasa diariamente amenazando al
pueblo, desestabilizando el país, señalándole a los delincuentes quiénes van a
ser las próximas víctimas por televisión, conminando a las fuerzas armadas para
dar muerte a los que no somos socialistas.
La campaña de
terror en contra de los ciudadanos es de tal magnitud, que ya tiene al país
desabastecido de alimentos para implantar un control por medio del
racionamiento, ha destruido la medicina privada para usar el derecho a la salud
y la atención médica, como mecanismo de control ideológico, sólo atienden a los
afectos al régimen en los hospitales y clínicas.
Hay un programa de televisión en el canal del Estado que todas las noches, su presentador se convierte en un energúmeno y aterroriza a la población, en especial a la oposición política amenazándola con baños de sangre, anunciando vigilancia y seguimiento de personas, mal poniendo a los ciudadanos respetables para que éstos sean blanco de las bandas armadas y el hampa en la calle, se hacen públicas audios y videos de supuestas conspiraciones elaborados por los cuerpos de seguridad del estado, violando muchas veces la privacidad y la intimidad de los afectados ya que son obtenidas por el espionaje masivo a la ciudadanía, incitando al odio y a destruir sus bienes, a denigrar de la familia y las buenas costumbres, es el programa favorito del dictador.
Hay un programa de televisión en el canal del Estado que todas las noches, su presentador se convierte en un energúmeno y aterroriza a la población, en especial a la oposición política amenazándola con baños de sangre, anunciando vigilancia y seguimiento de personas, mal poniendo a los ciudadanos respetables para que éstos sean blanco de las bandas armadas y el hampa en la calle, se hacen públicas audios y videos de supuestas conspiraciones elaborados por los cuerpos de seguridad del estado, violando muchas veces la privacidad y la intimidad de los afectados ya que son obtenidas por el espionaje masivo a la ciudadanía, incitando al odio y a destruir sus bienes, a denigrar de la familia y las buenas costumbres, es el programa favorito del dictador.
El gobierno comunista de Venezuela elaborará listas especiales para victimizar
a los que no estén de acuerdo con el Gobierno, en una de las acciones
discriminatorias más públicas, continuadas y masivas de las que se tengan memoria,
utilizando al organismo electoral del país, con aparatos biométricos y bases de
datos, que se manejan con fines policiales por expertos de inteligencia
cubanos, se infunde terror y se obliga a los electores a votar por el líder y
su partido.
Los crímenes
comunistas en Venezuela, han llegado a un grado de barbarie que supera en mucho
lo que ha venido sucediendo en Cuba por todos estos años, de violaciones
flagrantes de los derechos humanos, que aparentemente van a quedar impunes por
conveniencia política, lo que nunca debe suceder es que se olviden, o peor, que
se justifiquen como el precio pagado por los ciudadanos con estos experimentos
políticos a gran escala, hechos en contra de sus voluntades y aún a costa de
sus vidas. - saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario