miércoles, 22 de julio de 2015

Nueva visión para Caracas


“Cuando nuestra perspectiva del mundo cambia, el mundo cambia” –
Barsarab Nicolescu, Físico Cuántico

En base a la experiencia que ya tienen varias ciudades y sistemas de ciudades en el manejo de sus territorios en el mundo, sobre todo en la administración de cuencas hidrográficas, se planteó en el seno de la Red Ambiental Ávila y en específico en el CENAMB, organismo adscrito a la UVC, la necesidad de escoger para Caracas un territorio viable, suficiente, integrado y uniforme desde el punto de vista ambiental, ya que es desde este punto de vista, del ambiente, que creemos, podemos construir un plan de Gran Visión para el desarrollo sustentable de la capital de la República de Venezuela y su área de influencia.
El sistema de ciudades Metropolitano debe tratar de incluir a Maracay
Este territorio, que lo seleccionamos bajo el criterio de una ecoregión, es el espacio vital para el desarrollo coherente de una ciudad que ya no solo es Caracas sino igualmente una serie de ciudades y poblaciones que han crecido a la vera de la capital y que incluyen a Los Teques, La Victoria, la Colonia Tovar, La Guaira, Guarenas-Guatire, Charallave, Santa Teresa, Ocumare del Tuy, Santa Lucía, San Francisco de Yare, Cúa, Caucagua, Higuerote, Río Chico y otras que son todas parte de la Cuenca del Río Tuy, todas, nodos de un complejo sistema urbano. A este conglomerado urbano situado en la cuenca es que denominaremos La Gran Caracas y el siguiente plan es una manera de darle una organicidad a este asentamiento humano.
De entrada, son varios los temas que tenemos que resolver o que ya están resueltos, en primer lugar no hemos conseguido ninguna otra aproximación para darle una solución al problema del futuro de Caracas y alrededores, sino es por medio de la sostenibilidad de su crecimiento, lo que implica un uso racional de los recursos de que dispone, incluyendo el espacio, el agua, la tierra y sus recursos naturales, segundo, la necesidad de un plan, y entre todos los que hemos revisado, una Agenda Local 21, derivada de los compromisos de la Cumbre de Río de 1992 y de la que Venezuela es parte,  es la que más sentido tiene ya que no solo es sustentable, sino participativa y democrática, e implica un hecho fundamental, se fundamenta en la gobernabilidad a partir de sus comunidades.
La idea que hemos expresado, es que de este macroproyecto parta el manejo y control del recurso agua tiene varias consecuencias, la primera, la necesidad de manejar toda la Cuenca del Río Tuy, con todo su sistema de sub-cuencas desde su nacimiento en el Monumento Natural Pico Codazzi en el Estado Aragua, hasta su desembocadura en las playas de Higuerote, incluyendo toda la línea de costa del Estado Vargas y el área comprendida por el Parque nacional Guatopo que incluye al Estado Guárico.
La segunda idea importante es planificar el crecimiento de Caracas y su sistema de ciudades en base a la existencia y la gerencia del agua, al punto que el agua sería la determinante para imponer los límites de crecimiento urbano en la cuenca. Agua entendida como agua subterránea, agua de superficie y agua de retorno, en su calidad y cantidad, de sus componentes bióticos, aguas arriba y aguas abajo, como un recurso social, ambiental y económico, en un contexto político y cultural, como una parte importante de los estilos de vidas, trabajo, entretenimiento de las comunidades y su relación con los ambientes acuáticos.
La expanción de Caracas hacia el oriente debe llegar hasta Higuerote
Este criterio es importante ya que el suministro de agua potable es fundamental para los centros urbanos, conlleva una serie de variables de orden sanitario importantes, la pobreza, en términos generales tiene mucho que ver con el acceso de la población al agua, los desarrollos urbanos incontrolados por lo general se dan a las orillas de las quebradas, el agua es clave para los sistemas de riego y para una actividad agrícola. Tercero, el desarrollo urbano del sistema de ciudades tiene que ser integral, justo y uniforme, aprovechando las ventajas competitivas de cada localidad y su población, en este sentido me atrevería a pronosticar que el área metropolitana de Caracas que conocemos, confinada a un estrecho valle y que le ha quedado corto, quedará para el nivel terciario de la economía de la región, es decir, exclusivamente para servicios y tecnologías limpias, la manufactura y la industria así como la agricultura tendría toda que ser mudada a otros espacios más aptos.
Se plantea igualmente un cambio en la economía y el estilo de vida de la ecoregión, entre estos cambios es obligante priorizar el tránsito fluido de personas y bienes, por lo que la movilidad debe prescindir del automóvil y darle importancia al transporte rápido y masivo interurbano, transporte por rieles propulsado por fuerza eléctrica, a gas, hidrógeno para distancias medias (aunque Venezuela tiene la ventaja estratégica de la disponibilidad de diesel y otros combustibles fósiles que por cuestiones de costo podrían funcionar bien en una primera etapa), y tránsito peatonal y bicicletas para distancias cortas.
Una cultura del reciclaje y un nuevo consumo de productos no desechables o de mayor duración se hacen necesarios, lo importante es reducir los niveles de producción de desechos sólidos y que estos tengan plantas de tratamiento y reciclaje  en toda la cuenca para evitar acumulaciones indeseables.
Un sistema de ciudades como el que proponemos deberían producir suficientes recursos financieros para pagar por las diferentes fases que necesita la ecoregión, no solo para elaborar sus propios índices de calidad de vida y alcanzarlos en poco tiempo, incluyendo una economía próspera y puestos de trabajos dignos y bien remunerados para todos los habitantes de la ecoregión sino para financiar empresas e iniciativas que soporten las nuevas inversiones en infraestructura, educación, salud, reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de toda la población.
Hay suficiente espacio para reubicar muchos de nuestros barrios que se encuentran en zonas de peligro, o en zonas protegidas, una migración que debe hacerse con todo el cuidado y la atención a los derechos fundamentales de las personas, siempre ofreciéndoles una mejor alternativa que la que tenían, es lo que hará posible ir liberando a Caracas de presiones demográficas mal concebidas y anárquicas.
La reconstrucción del espacio urbano de Caracas y sus alrededores pasa obligatoriamente por la demolición de mucha infraestructura hecha por el gobierno y privados que no llenan los requisitos mínimos de seguridad y habitabilidad, dejar incólume estas construcciones es postergar de manera irresponsable una situación de alto riesgo para la vida y que harían imposible solucionar problemas de urbanismo que afectan a todos los habitantes de la ciudad.
Se hace necesario para lograr todas estas coordinaciones el ejercicio de mancomunidades municipales, cada Alcaldía debe tener un representante en un órgano de planificación regional encabezados por los gobernadores de los Estados Miranda y Vargas, sería conveniente tener representantes de las gobernaciones de Aragua y Guárico.
La costa y la plataforma marina que tiene la ecoregión necesariamente debe incluir una administración de la frontera oceánica, la cuenca no termina en las playas de Higuerote, existe una continuidad tanto en el ciclo del agua y el clima como de la dinámica de la vida sobre y bajo del agua, se encuentra el asunto del aprovechamiento de los recursos y espacios marinos, todo esto depende en gran medida de que existan instituciones dedicadas al estudio de esta parte importante del territorio, que es la única manera de poder disponer y conservarlo de manera razonable.
Tal extensión de territorio tiene un su haber una serie de áreas naturales protegidas que tendrían que ser incorporadas al programa de sustentabilidad, conservar, mejorar y poner al servicio de la comunidad áreas para su recreación e interacción con la naturaleza, La Gran Caracas  cuenta con el Monumento Natural Pico Codazzi, al Parque Nacional Macarao, al Parque Nacional El Ávila, el Parque Nacional Guatopo, el Monumento Natural Cueva Alfredo Jhan, toda la línea de costa desde Puerto Francés hasta los humedales del Parque nacional Laguna de Tacarigua, incluyendo todo el Cabo Codera.
En el aspecto cultural el patrimonio de la ecoregión es rica en manifestaciones, las musicales con el tambor y el arpa mirandina, con las tradiciones alemanas de La Colonia Tovar, las festividades de Yare y sus Diablos, los Palmeros de Chacao, la ruta del cacao en Barlovento, la enorme oferta cultural de Caracas, mas todos los aportes de la costa de Vargas y Miranda, lo cual nos lleva a pensar que efectivamente existe una cultura regional que puede ser coordinada y dirigida al turismo interno y externo
Todo lo expuesto anteriormente implica un cambio de perspectiva en cuanto al Área Metropolitana de Caracas, un aumento del horizonte de lo simplemente urbano y límites de la ciudad a uno que involucra una ecoregión donde se va a integrar un sistema de ciudades en una unidad urbana interconectada, una megalópolis, que implica reconocer relaciones, aportes, causalidades y efectos sobre un territorio que hay que organizar bajo un criterio de sustentabilidad.
Caracas debería ser nombrada capital mundial del chocolate
No podemos seguir creciendo ciegamente, acabando con los recursos de mala manera, quebrantando la salud y las oportunidades de una mejor vida para la población y haciendo inviable cualquier proyecto de vida en la cuenca, nuestro proyecto no solo rescata el sentido humanista de la vida sino la dignidad perdida,  sería la primera aproximación integral a un desarrollo nacional en ecoregiones, una oportunidad de volver a soñar.
Feliz cumpleaños para mi bella Caracas (448 aniversario), recordemos que el Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma sigue siendo un preso político de la dictadura chavista, actívate y pide por su libertad donde quieras que te encuentres.  –   saulgodoy@gmail.com



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