viernes, 11 de septiembre de 2015

Zu.30, Cueva el Samán

Esa es la nomenclatura con la que la Sociedad Venezolana de Espeleología (SVE) designa a la caverna más grande de Venezuela, la cueva "El Samán" en la Sierra de Perijá en el Estado Zulia, en la cuenca media del río Socuy consiste en18,2 Km de galerías kársiticas, ocho kilómetros más grande que la cueva del Guácharo en el Estado Monagas.
Riveras del río Socuy cerca de la entrada de El Samán
Visitada por primera vez por espeleólogos de la SVE en 1990, se terminó de catastrar en 1995.
Este descubrimiento no ha sido debidamente publicitado y la mayoría del público todavía cree que el Guácharo es la mayor de nuestras cuevas, pero eso está cambiando gracias al esfuerzo de gente como Rafael Carreño, uno de sus descubridores y encargado de registrar su topografía.
En el año 2002, los amigos del Centro Excursionista Manuel Ángel González (CEMAG) de Guatire me invitaron para una charla sobre espeleología y cuál no sería mi sorpresa de encontrarme con éste joven naturalista quien nos hizo una interesante presentación, con fotografías inéditas, de sus expediciones a las entrañas de la Sierra de Perijá.
Rafael Carreño fue Presidente de SVE y vicepresidente de la Federación Espeleológica de América Latina y el Caribe, tiene un impresionante curriculum donde se destaca como especialista en rescate en cuevas, uno de los pocos en el continente.
La magnífica entrada de la cueva
Durante su ponencia nos enteramos que la Zu.30 queda en pleno curso de uno de los ríos más agrestes y traicioneros de la Sierra de Perijá, el río Socuy, en plena selva y a escasos kilómetros de la frontera con Colombia, solamente llegar a la cueva representa una aventura, de difícil acceso y alejada de centros poblados, requiere de una logística especial, sobre todo en lo atinente a seguridad.
Seco en el verano y caudaloso en invierno, este río tiene la fuerza suficiente en crecida para horadar la montaña y cavar las impresionantes galerías subterráneas en la piedra caliza que conforman el sistema de "El Samán", sus crecidas repentinas, aún en verano (las cabeceras del rio quedan a 30 kilómetros de la entrada de la cueva, y puede haber un sol radiante y de pronto venir una crecida sorpresa en medio de un ruido infernal) la hacen una caverna en extremo peligrosa que puede inundarse de agua sin previo aviso.
Existe en la cueva una importante colonia de los pájaros de hábitos nocturnos conocidos como Guácharos (Steatornis caripensis), y una fauna de pequeños roedores, peces e insectos aún por clasificar. Es el hábitat del oso frontino, del oso palmero, el loro negro, el tucán pico arcoíris, el tigre mariposa, pumas, lapas, venados, dantas, picures y otros animales.  
Guácharos deslumbrados por las luces
Su recorrido es de lo más variado, en su mayor parte horizontal con amplias galerías (hay una del tamaño de un campo de fútbol) y pasadizos tan estrechos que aprisionan al visitante apenas permitiéndole respirar en una oscuridad total, hay lagunas internas, sifones y caídas verticales de 20 metros.
La boca de entrada tiene una altura de casi cuarenta metros de altura y durante todo el recorrido hay que estar sorteando barricadas de grandes troncos y piedras que arrastra el río en su furia invernal, en algunas partes de las cuevas la profundidad del agua obliga su navegación en balsas y la exploración por medio de equipos de buzos.
Es una cueva poco conocida y menos visitada debido a que se encuentra en lo más profundo de la sierra, la recomendación de la SVE es de visitarla con la mayor cautela, preferiblemente con asistencia profesional, ya hay disponible un mapa detallado del recorrido.
En el interior de sus galerías
La Sierra de Perijá conforma la parte más septentrional de la cordillera de los Andes, hasta el momento se han registrado más de cien cuevas que existen en la región, se trata de uno de los mayores sistemas al norte de nuestro subcontinente, favorecido por una geología de rocas carbonáticas, dolinas y depresiones kársticas y una hidrografía de ríos caudalosos que horadan la montaña siguiendo el drenaje subterráneo en su ruta hacia las tierras bajas.
Hasta el momento se han catastrado 99 cuevas con sus ubicaciones exactas, aprovechando mapas, fotografías aéreas, imágenes de radar y estudios geológicos, algunos con más de cincuenta años, tratando de completar el mosaico espeleológico de este importante sistema de cuevas, y que será, en el futuro inmediato, fuente de investigaciones científicas para nuestras universidades e instituciones avocadas al conocimiento de nuestras riquezas naturales.
Estas cuevas fueron formadas por diversos acontecimientos sísmicos y telúricos que dieron formas a pliegues, elevaciones y fallas que aprovechó el agua para colarse y tallar estas cuevas, que tienen una historia paleosísmica interesantísima y que apenas está develando sus secretos.
Fue emocionante ver y escuchar a Carreño en su relato, se trata de una actividad considerada extrema por lo difícil de su ejecución, la labor de la SVE es encomiable, su trabajo científico impecable y con muy poca ayuda del gobierno y de instituciones privadas.
Hay un trabajo descriptivo (2010) de estas cuevas realizado por Luz María Rodríguez de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas y de Carlos Galán de la Sociedad Venezolana de Espeleología bastante completo sobre estas expediciones preliminares, en el mismo se advierte que la zona es muy frágil desde el punto de vista de su ecología y se encuentra amenazada por la deforestación y algunas invasiones que se han producido por desplazados desde Colombia, en la región conviven tribus de las etnias Wayú, Motilones y Japreira.
Este  grupo de venezolanos que se ha dedicado a la exploración de estas cuevas creen en su misión de descubrir para la humanidad, los secretos que nuestra indómita naturaleza aún nos guarda, una actividad que necesita de apoyo y recursos para que nuestros científicos, profesionales y técnicos puedan movilizarse y hacer su trabajo de investigación, una responsabilidad que los venezolanos no deberíamos delegar a instituciones extranjeras y que sería de mucho orgullo mostrarlas al mundo. -  saulgodoy@gmail.com



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