No
voy hacer un catálogo de las torturas que los órganos de seguridad del gobierno
socialista bolivariano han ensayado en nuestra población, especialmente en
nuestros jóvenes, por el simple hecho de protestar pacíficamente.
Se ha
divulgado suficientemente los maltratos a los que fueron sometidos incontables
ciudadanos que tuvieron la mala suerte de caer en los infames procesos
judiciales del régimen, y quienes
tendrán que padecer el resto de sus vidas como pesadillas recurrentes, porque
uno de los resultados más indelebles de la tortura, son las cicatrices que
dejan en el alma.
Los chavistas creen que van a salir sin culpas de lo que ayudaron a crear |
Los
chavistas se caracterizan por su hipocresía permanente y vocinglera, les gusta
presumir de lo que carecen, desde los conocimientos elementales sobre el mundo
pasando por principios y valores,
especialmente de humanidad; al no tener sentido de pertenencia a una comunidad,
a la sociedad, a un país, al carecer de sentimientos para el prójimo, al no
poder conectarse empáticamente con el “otro”, a pesar de que pregonan amarlo y
respetarlo, en el momento que los otros se hacen inconvenientes y los tienen
bajo su poder, disfrutan haciéndole sufrir.
Como
hemos visto y sufrido los venezolanos, los chavistas, con su culto a la muerte,
con su desprecio por los derechos humanos y su carencia de sentimientos de
empatía, funcionan como sádicos, no hay otra forma de decirlo, son seres con
apariencia de humanos, pero profundamente “dañados”, con una predisposición
hacia el mal que hacen imposible cualquier forma de convivencia con ellos.
Algunos
de los socialistas que conforman el chavismo, tienen familiares y amigos – o,
al menos, conocen casos - que sufrieron de torturas en el pasado por razones
políticas, eran tiempos cuando los derechos humanos no habían evolucionado ni
había permeado como derecho en las leyes y en las instituciones sociales.
Esos
actos del pasado reciente en nuestra historia, cuando los socialistas eran los
perseguidos y los torturados, se fueron acumulando en estas las generaciones de
“revolucionarios”, junto con otros desagravios, en un montón de resentimientos
que se cobrarían en cuando hubiera oportunidad, esa oportunidad llegó en la
figura mesiánica de Hugo Chávez Frías y su Socialismo Bolivariano del Siglo
XXI, quien con la llegada al poder, abrió la temporada de venganza a gran
escala.
Pero
los tiempos habían cambiado, hoy es imposible que alguien no sepa que la
tortura es un delito grave, perseguido mundialmente y penado con rigor, eso no
los frenó y utilizando el aparato judicial, las fuerzas de orden público y las
instancias militares, conjuntamente con los colectivos armados, se dieron a la
tarea de aterrorizar al país buscando chivos expiatorios para su necesidad de
venganza.
Como
el socialismo deviene en autoritarismo y porque, en el fondo, los chavistas no
son sino unos fascistas disfrazados de marxistas, cuando llegaron al poder, se
abrió la caja de pandora y surgieron todos esos demonios de la venganza; a
pesar del discurso demagógico de amor y humanitarismo, los chavistas se
convirtieron en los torturadores y verdugos de sus propios hermanos.
Se
trata abiertamente de un régimen violento. Los gobiernos chavistas se
convirtieron en una maquinaria de matanza al por mayor, no en vano hemos
contabilizado, que se conozca, cerca de 300.000 muertos en 16 años de mandato
rojo rojito, una expresa connotación de las bajas fatales, que venezolanos y
extranjeros han sufrido en Venezuela, en una guerra no declarada y sin
registros oficiales, todas, víctimas producidas por el hampa (protegida por el
poder político socialista bolivariano) o por la acción directa de los órganos
de seguridad del estado.
Las cárceles en Venezuela, el infierno en la tierra |
La
tortura es un delito de lesa humanidad, ataca a esa garantía que protege la
dignidad y la integridad de la persona humana, es el Estado el que se
constituye en garante de esos derechos de la persona humana y, por esa misma
razón, en la Convención Americana Sobre
los Derechos Humanos, en su artículo quinto, reza lo siguiente: “No
se invocará ni admitirá como justificación del delito de tortura la existencia
de circunstancias tales como estado de guerra, amenaza de guerra, estado de
sitio o de emergencia, conmoción o conflicto interior, suspensión de garantías
constitucionales, la inestabilidad política interna u otras emergencias o
calamidades públicas; ni la peligrosidad del detenido o penado, ni la
inseguridad del establecimiento carcelario o penitenciario pueden justificar la
tortura.”
Iris Valera,encargada de los centros penitenciarios |
Los
tribunales internacionales ya incluyen, dentro del concepto de tortura, las
técnicas de tortura mental, “particularmente de desorientación
sensorial; no reduce la tortura a una típica agresión física, ya que afecta
dimensiones, menos perceptibles del acto, pero igual de impactantes y de alta
importancia. Siendo pertinente traer al caso técnicas elaboradas con sadismo
como las privaciones sensoriales manipulación del sueño, aislamientos
relacionales o afectivas ‐despojo
de toda asistencia material y espiritual, humillación o amenazas‐, y la incertidumbre por la
suerte física, simulacro de ejecución...”
La
legislación sobre los tratamientos inhumanos y degradantes a las personas
detenidas por el Estado es regularmente revisada, con la finalidad de incluir
distintos tipos de torturas, como las que este gobierno le ha aplicado a presos
tan famosos y notorios como el preso político venezolano Iván Simonovis, al
líder de la oposición venezolana Leopoldo López, a la ex jueza Afiuni y otros, a quienes se les confina en lugares
encerrados y sin luz natural por largos periodos de tiempo, aislados y, una vez
enfermos, se les niega la asistencia médica requerida, se les arroja estiércol,
se les amenaza de muerte, se les impide ver a familiares y abogados, se
posponen sus presentaciones a los tribunales por tiempo indefinido, en algunos
casos se llega hasta delitos de violación.
Voy a tomar un extracto del informe del Foro Penal
Venezolano, Resumen a mayo del 2015,
se trata de una ONG que se ocupa de defender víctimas de violaciones de
derechos humanos por parte del gobierno, en la sección dedicada a la tortura,
pagina 12, podemos leer lo siguiente: “Dentro
de los casos de torturas y tratos crueles en el informe detallado del Foro
Penal Venezolano se encuentra el uso de descargas eléctricas, al menos en 12
casos, violación sexual (1 caso), actos lascivos, amenazas de violación y otros
en al menos 8 casos. Asfixia con bolsas de plástico en al menos 11 casos,
múltiples fracturas, politraumatismos, en al menos 10 casos, incluyendo dos con
fractura de cráneo. Agresiones severas producto de utilización de disparos de
perdigones a quemarropa en al menos 10 casos, en uno de ellos la persona perdió
un ojo. Quemaduras con destornilladores calentados con fuego, en 3 casos, donde
en uno de ellos se intentó introducir a la víctima un destornillador por el
ano. Golpes y maltratos severos en la mayoría de los casos, con hematomas y
lesiones en al menos 75 casos. En al menos 9 casos se ha denunciado que a las
víctimas les cortan el cabello a manera de castigo, incluyendo 7 mujeres y una
menor de edad en Barquisimeto, Estado Lara.”
De
acuerdo con la legislación internacional sobre la materia, todos los
funcionarios de Fiscalía, Defensoría del Pueblo, jueces, personal carcelario y
ministros, todos los que han tenido que ver con esos maltratos, son sujetos de
responsabilidades penales por torturas ocurridas bajo sus mandatos.
Pero
son las torturas a las que han sometido a los estudiantes venezolanos, por
protestar pacíficamente contra el gobierno de Maduro, las que más preocupan, no
sólo por el ensañamiento y la particular crueldad de los funcionarios de
seguridad del estado involucrados, sino porque las víctimas eran todos jóvenes
estudiantes, la mayoría de ellos detenidos ilegalmente y sin un justo proceso,
algunos llegaron al extremo de quitarse la vida en sus celdas.
El
ciudadano Nicolás Maduro Moros , supuesto Presidente de la República, y sus más
cercanos colaboradores en materia de seguridad ciudadana, en especial la
Ministro para Asuntos Penitenciarios, la Sra. Iris Valera, así como todos los
participantes y ejecutores de las órdenes nefastas que propiciaron estos actos,
son sujetos de demandas por delitos de tortura, al ser responsables de las
acciones, entre ellos el supuesto Defensor del Pueblo que se ha dado a la tarea
de encubrir estos crímenes que han violado de manera masiva y continuada los
derechos humanos fundamentales de los estudiantes torturados en el país, de los
presos políticos y de la población de presos comunes, estos últimos en especial
que hoy padecen de una de las peores torturas posibles, el hambre.
Leopoldo López, preso político por pensar diferente, torturado |
A
partir de los eventos del 12 de Febrero del 2014, se puso en práctica una
modalidad para los jóvenes que eran apresados por protestar pacíficamente en
contra del régimen, se les negaba sistemáticamente su derecho a la asistencia
de un abogado y por lo tanto a un justo proceso, incluso, la asistencia
judicial y forense para poder hacer sus denuncias en los términos que exige la
ley en estos casos, con lo que las víctimas permanecían privadas de libertad de
manera arbitraria en una clara violación de sus derechos ciudadanos (eran
secuestrados por los funcionarios del estado).
Y
estos delitos son todos imprescriptibles. – saulgodoy@gmail.com
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