Todavía no sé si esta novela es una obra de ciencia ficción, sí estoy seguro de que es una de las mejores novelas que he leído sobre la vida urbana, estoy conteste en que se trata de una de las distopías más pavorosas de la literatura contemporánea, un libro que, una vez que se empieza, es muy difícil de poner a un lado hasta terminarlo.
J.G. Ballard en una de sus últimas fotorgrafías |
Ya he
hablado de J.G. Ballard en otras ocasiones y lo tengo por uno de los mejores
escritores de la ciencia ficción del siglo XX, pero en su novela Rascacielos (High-rise),
este maestro de lo bizarro nos introduce en la vida comunitaria y personal de
varios habitantes de un enorme edificio residencial a las afueras de Londres,
el primer edificio, de un conjunto de cinco, que se termina y entrega a sus
nuevos propietarios; el edificio cubría una hectárea de terreno, en la ribera
norte del río, con 40 pisos, mil apartamentos, dos mil vecinos, casi todos
jóvenes profesionales, abogados, consultores, corredores de bolsa, arquitectos,
estrellas de televisión, pilotos comerciales o personas retiradas, todos de
clase media alta o alta, con recursos y cultura muy similar, viviendo en una
estructura con todos los servicios automatizados, de última generación,
ascensores de alta velocidad, aires acondicionados, iluminación, vigilancia,
etc.
El
personaje principal es el doctor Robert Laing, recién divorciado, profesor de
Fisiología de una cercana escuela de medicina, que compró un apartamento tipo
estudio en el piso 25 y le costó una pequeña fortuna; pero esas residencias de
lujo tenían sus ventajas, el piso 10 era todo una galería de tiendas,
supermercado de exquisiteces, piscina, bares, parque y escuela para los niños,
en el piso 35 había otra piscina, restaurantes, sauna, gimnasios y canchas de
tenis, la planta baja tenía su propia laguna artificial y puestos de
estacionamientos a granel.
El
paisaje era el de un desarrollo urbano en construcción, grandes movimientos de
tierra, enormes grúas que levantaban las otras torres, depósitos de materiales,
galpones para la maquinaria pesada… éste es el escenario donde se desarrolla
una de las historias más violentas y descarnadas de Ballard, la vuelta al
hombre de las cavernas en medio de un condominio de lujo.
La
comunidad empieza a relacionarse en pequeños círculos de profesionales afines,
con sus pequeñas violaciones a la normativa comunitaria, sobre todo durante las
fiestas, sus diferencias con los vecinos, pleitos normales entre residentes,
problemas con los niños de otras familias, con las mascotas…
Aquel
enorme monstruo de cemento y cristal va poco a poco adquiriendo su propia vida.
Ballard es un maestro al describir y posicionarnos en aquel mundo autocontenido
e inhumano, poco a poco las desavenencias entre vecinos van subiendo de tono,
como ya algunos grupos o “tribus” van apropiándose de ciertos espacios del
edificio y estableciendo sus reglas, comienzan los comportamientos
irracionales, un suicidio, daños contra la propiedad, algún que otro escándalo
de esposas infieles, conflictos por algunas costumbres que chocaban con las
formas “normales” de comportamiento, problemas incontrolables de abuso de
drogas y alcoholismo.
El
ritmo de la novela se hace vertiginoso cuando empiezan las venganzas entre
agredidos y agresores, los niños y las mascotas son el principal detonante,
luego vienen las vendettas por el honor de las esposas y novias, en el edificio
empieza a hablarse de los vecinos de “arriba” y los de “abajo” (del piso 10),
surgen las fallas eléctricas de pisos completos que, se presume, son sabotajes
de otros niveles, las denuncias sobre autos vandalizados se hacen comunes, la
policía entra y sale del conjunto residencial, muy pronto se conforman especies
de grupos de vigilantes y sociedades secretas que pretenden poner orden en sus
espacios, los vecinos organizados empiezan con programas de agresión y defensa
continua, las víctimas mal heridas aparecen en las escaleras de servicio o en
jardines apartados, como ejemplo para que extraños a esos pisos no circulen por
esas áreas de seguridad.
Lo
más salvaje ocurría los fines de semana, en grandes fiestas y, a horas de la
madrugada, gente intoxicada de tanto alcohol y violencia organizaba excursiones
punitivas a los pisos superiores o inferiores que terminaban en verdaderas
batallas campales, con sus heridos y muertos, y pisos completas de apartamentos
saqueados.
Es
poco lo que pueda decirles del grado de tensión y locura que la fina pluma de
Ballard logra en estas páginas de violencia urbana, uno va por la mitad de la
novela y ya la gente se está matando, pero Ballard va mucho más allá y vuelve a
darle otra vuelta a la tuerca.
El actor Ton Hiddleston fue escogido para interpretar a Robert Laing |
Lo
que nos deparan las últimas páginas de este magistral trabajo son escenas
fantásticas y de horror, en las que somos testigos de cómo una persona educada
y culta puede fácilmente descender, en muy poco tiempo y con los estímulos
adecuados, a grados de barbarie sepultados por siglos de historia, pero que
perviven en nuestros genes, sin importar el marco de apartamentos de lujo,
adornados con exquisitas obras de arte, al amparo de lo último en comodidad y
confort, a una veintena de metros de la superficie, donde tienen lugar escenas
de canibalismo, violaciones, ejecuciones, ritos mágicos y guerras tribales en
la lucha por la supervivencia, herencia de la época primordial de homínidos
cazadores, que iban detrás de las manadas de animales y vivían en cuevas.
La
película se acaba de estrenar en el Festival de Cine de Toronto (14 de
septiembre 2015) es una producción inglesa, dirigida por Ben Wheatkley,
producida por Jeremy Thomas y en el rol principal actúa el actor Tom Hiddleston
(el que hizo el papel de Loky, el hermano demente de Thor) en el reparto están
Elizabeth Moss, Luke Evans y el veterano Jeremy Irons.
El director Wheatkley (de barba) con el reparto principal del film |
Racacielos, la
considero una obra capital de la sociología moderna sobre la convivencia en
ambientes tipo colmena como esos que estamos viendo emerger en nuestras
ciudades (me recuerda, guardando las distancias, lo que sucedía en ese
experimento social enmarcado en la conocida Torre David, aquí en Caracas, y lo
que está sucediendo en los lóbregos conjuntos residenciales de Misión
Vivienda); la traducción al castellano de la novela es excelente, es adrenalina
pura, no se la pierdan. - saulgodoy@gmail.com
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