viernes, 2 de octubre de 2015

“Trane”


(A la memoria de Jaques Braunstein 1931-2009)

Me gusta más la trompeta que el saxofón cuando hay que echar pulmones en el jazz, y aunque considero a Miles Davis el Zeus del Olimpo, le he tomado un inmenso respeto al inconmensurable John Coltrane (1926-1967), “Trane” para los amigos.
De las pocas fotos de Miles Davis y Coltrane juntos
Se trata de uno de los saxofonistas y compositores que llevaron la música moderna a niveles superiores, al punto, que ahora comprendo porque, la gente que tuvo oportunidad de conocerlo y verlo en vivo, una de dos… o los llevaba al rapto cuasi religioso de un trance, o les provocaba ira y lo abucheaban pidiendo que por favor dejara de tocar sus incomprensibles solos, a veces, de una hora de duración. 
Decía su colega Sun Ra (John Gilmore) refiriéndose a los solos de Coltrane “Así tocamos la música en el planeta Saturno”.  Y es que Coltrane siempre buscaba la innovación, ir más allá de donde estaban sus límites y quizás por ello nunca se repetía.
Conocía de la existencia de Coltrane, pero nunca le había puesto la
debida atención, una amiga, músico, y dueña de su propio estudio me hizo escuchar la pieza Naima con toda la fidelidad que se puede lograr con la tecnología actual, y desde ese momento no he dejado de buscar material sobre este personaje, por cierto, Naima la compuso en honor a su primera esposa, quien lo rescató de su adicción a la heroína y el alcoholismo y lo introdujo al islam, dando inicio a unos de sus más productivos períodos.
Coltrane con el maestro Duke Ellington

No crean que todo Coltrane es experimental, su repertorio es extenso y variadísimo, hay música clásica del Jazz, melodías de una simplicidad y belleza sorprendentes, algunas de sus canciones son standards americanos, otras, como las del primer quinteto de Miles Davis, piezas elaboradas con una artesanía laboriosa.
Con Miles Davis y Telonios Monk, Coltrane grabó una gran cantidad de discos que se encuentran entre mis favoritos, con ellos recorrió las corrientes del bebop, hard bop, cool y free jazz, modal jazz y de allí en adelante empezó una búsqueda personal que lo distingue y separa de los otros músicos.
Coltrane era un estupendo instrumentalista y muchos músicos se han quedado pegados en su técnica, pero he conversado con algunos expertos que me han asegurado que para comprender al verdadero Coltrane hay que sumergirse en su muy personal búsqueda no por las armonías, sino por el sonido íntegro de sus piezas, las direcciones inesperadas que toman como por ejemplo en la pieza Giant Steps, considerada una de las más difíciles obras para ejecutar del repertorio del jazz, aún cuando su estructura es simple, con solo nueve acordes en la totalidad de la pieza, el increíble solo de saxo es una continua repetición con frases espaciadas que dan la impresión de que ha perdido el rumbo cuando la realidad es que está montado sobre el todo, tejiendo una unidad que antes no existía, escúchenlo y hablamos.
En Noviembre de1966 ofreció uno de sus últimos conciertos en la Universidad Temple de Filadelfia, que fue una ciudad donde se inició tocando en bares antes de ser reclutado por Miles Davis en 1955, el concierto fue grabado pero por alguna razón que desconozco no salió al mercado pero se corría el rumor que fue la música más extraña jamás escuchada bajo el nombre de jazz.
El crítico musical Francis Davis, que estuvo presente en el concierto recuenta que el auditorio estaba repleto de gente que había asistido para escuchar a la gran leyenda, creador de A Love Supreme, pero se estrellaron contra una pared, lo que empezaron a escuchar no se parecía en nada a lo que conocían de Coltrane, el público simplemente empezó a pararse y abandonar el lugar “La gente que permaneció en sus puestos parecían a punto de querer irse, pero se quedaron en sus puestos rígidos y con expresiones de incredulidad”
La música era totalmente transgresora y perturbadora y llegó un momento en el concierto que Coltrane puso a un lado el saxo y empezó a cantar y a golpearse el pecho tratando de buscar los sonidos primordiales y elementales que produce el cuerpo humano.
Para los que quieran experimentar aquella noche elemental y arriesgada, que mas bien parecían cánticos chamánicos de algún ritual olvidado, publicaron un doble cd bajo el nombre de, Offering: Live at Temple University.
El pianista Telonios Monk y Coltrane
Tengo amigos que ven a John Coltrane más como un sacerdote que cómo un músico, pero es un tremendo error, pues Trane hizo algo que muy pocos artistas han logrado y es cambiar una forma artística y él cambió el jazz de manera contundente.
Vivió 40 años, murió de cáncer en el hígado en New York, su carrera
fue una verdadera montaña rusa, tocó con lo más granado del Jazz norteamericano, en la época de la más encarnizada lucha por los derechos civiles de los negros; oriundo de Carolina del Norte, hijo de músicos y predicadores de una iglesia afroamericana, de allí su conexión profunda con la búsqueda espiritual que lo hiso ir más allá del jazz que todos conocemos, probablemente fue uno de los músicos que más exploró y cartografió territorio desconocido en la modernidad.
Sumergirse en Coltrane es otra cosa, afortunadamente nos dejó excelente grabaciones, muchas de ellas remasterizadas con la última tecnología y es simplemente… espeluznante.
Como bien señala el investigador Scott Anderson : “En los 60, muchos músicos de jazz, como Ornette Coleman, Sun Ra, Charles Mingus y Eric Dolphy, expandieron los parámetros de sus creaciones con respecto a la forma, melodía, harmonía, ritmo y textura. Rompieron con las técnicas tradicionales e incorporaron escalas nunca antes escuchadas, progresiones armónicas y estructuras composicionales. También introdujeron la improvisación a nuevos niveles de intensidad y complejidad, tomándose grandes libertades en cuanto a su duración, contenido y estructuras de los solos, y confluyendo en una improvisación grupal sin precedentes. A este resultado musical se le dieron varios nombres: free jazz, avant garde, the new thing…”

No en vano, la emergente Beat Generation, escritores  de la talla de Kerouac, Ginsberg, Burroughs y Cassady cabalgaron sobre el jazz y sus más arriesgadas propuestas, para producir la literatura que rompería moldes en Norteamérica, pero fue la poetiza Kasuko Shiraishi, amiga personal de Coltrane quien logró la comunión más perfecta de la palabra con su música.
John Coltrane fue quizás el más experimental y el menos comprendido de los músicos de su generación, su reconocimiento llegó después de su muerte, se le otorgó el premio Grammy en 1992 por una vida dedicada a la creación, en el año 2007 se le concedió una mención especial del
premio Pulitzer  por sus “magistrales improvisaciones, gran calidad como intérprete y como ícono central en la historia del jazz”.
Un dato interesante, John William Coltrane fue canonizado como santo por la Iglesia Ortodoxa Africana en el 2007.
Internet está lleno de sitios donde se pueden bajar, a buenos precios,
su discografía completa, yo recomendaría para quienes no lo conocen, ir poco a poco, de lo más viejo a lo más nuevo para que entiendan y disfruten como fue evolucionando un genio de la música contemporánea, no solo como
instrumentista, sino como espíritu libre. – 
saulgodoy@gmail.com 


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