jueves, 10 de marzo de 2016

Los conservadores




Lo contrario a ser revolucionario es ser un reaccionario, yo estoy en el medio, soy un conservador y les explicaré de qué se trata.
El revolucionario pretende los cambios sociales de inmediato, aun con el uso de la violencia, con una revolución, que no es otra cosa que la destrucción del orden establecido para la instauración de un nuevo modelo de gobierno y de poder.
El reaccionario, por el contrario, pretende que todo quede como está, sin cambios, sin alteraciones, el orden establecido tiene una razón de ser superior, y debe ser defendido aun con la fuerza.
En cambio los conservadores, aunque creemos en el orden, la tradición, las instituciones, propiciamos la evolución de la sociedad, coadyuvamos a cambios progresivos que hacen perfectibles a los gobiernos y a los ciudadanos, creemos que es posible algo mejor, siempre, para conseguir avanzar lo hacemos por medio de la negociación, del consenso, de la paz y con la anuencia del tiempo, nada de apuros ni de carreras.
Más que tratar de preservar el status quo en una sociedad, el pensamiento conservador se distingue por navegar entre el equilibrio y la moderación en la actuación política, buscando mantenerse alejado de los extremos.
Los conservadores estamos ubicados en el espectro político al centro y a la derecha, creemos en las libertades del individuo por encima de los intereses del grupo, en la economía basada en el libre mercado, en la propiedad privada, en la familia, rechazamos como forma de vida la pobreza, la ignorancia, los vicios, la violencia, lo que nos enfrenta tanto con los revolucionarios como con los reaccionarios.
Aceptamos y estamos conscientes de las imperfecciones humanas, sabemos que la razón está seriamente limitada al abordar problemas profundos sobre la naturaleza humana, pero creemos y confiamos en que el desarrollo espiritual de la persona y el cultivo de la virtud como maneras de superación de nuestras carencias.
Los conservadores siempre hemos jugado un papel fundamental en la formación y evolución de las naciones, ya que entre los excesos de los revolucionarios y la inamovilidad de los reaccionarios hemos podido siempre tomar lo mejor de ambos mundos e incorporarlos en las formas de gobierno, tarea nada fácil si estudiamos la historia del mundo.
Las revoluciones han sido como fiebres intensas que lo que hacen es dejar debilitado el cuerpo social, la violencia siempre se desborda, la injusticia se adueña de las causas, aun de las más justas, y al final, cuando el pueblo está ahíto de sangre, venimos nosotros a recoger los pedazos, a imponer orden y a incorporar esos elementos de avance y desarrollo humano que las revoluciones llevaron como banderas y que fueron incapaces de hacer realidad.
José Antonio Páez, conservador enpensamientoy acción
Igual sucede con esos oscuros períodos de sectarismo y fundamentalismo que traen consigo los gobiernos reaccionarios y que fusilan todo lo que huela a cambio y progreso, nosotros somos los que vamos incorporando las semillas del cambio, poco a poco, con vaselina, pero sin descanso.
Los conservadores estamos alineados con el pensamiento clásico del liberalismo individual, ya que creemos que la experiencia humana es acumulativa y va decantando aquellas ideas que realmente tienen valores universales, de contenido ético, auténticamente humanistas, es por ello que jamás sacrificamos los valores de la libertad y la justicia, que no andamos tras la moda, las últimas tendencias y los experimentos sociales que mal canalizados y peor entendidos, pudieran robarle al ser humano su esencia, como lo serían todos esos intentos absurdos de crear a un "hombre nuevo" dentro de ambientes colectivistas.
Cuando se dio la locura de la Revolución Francesa, los conservadores fueron el contrapeso necesario a tanta violencia y ruptura, a pesar de la degradación social y de las vidas que se perdieron, cuando las aguas volvieron a su cauce, Francia pudo continuar su camino hacia el desarrollo y progreso gracias precisamente a los conservadores, que a pesar del desorden, lograron preservar la idea de nación, rescatar sus valores más profundos y aún así, incorporaron lo que era justo y útil entre tantas pretensiones revolucionarias, por medio de las reformas llevadas a cabo por los conservadores, de esta manera pudo el país salir adelante.
De allí que se diga que los conservadores somos unos pragmáticos, pues tomamos en cuenta la realidad social y las circunstancias políticas y tratamos de maniobrar entre las dificultades siempre manteniendo la estabilidad como norte.
Como demócratas convencidos tratamos de negociar, palabra sucia tanto para revolucionarios como reaccionarios, nuestro fin es llegar a compromisos que sean beneficiosos para la mayoría, sin sacrificar los intereses de las minorías a quienes respetamos, eso sí, somos tolerantes hasta un punto, no nos gustan los enemigos de la sociedad abierta, todos esos movimientos políticos tanto de derecha como de izquierda que pretenden el totalitarismo, tratamos de ubicarlos, identificarlos y destruirlos, no se le puede dar oportunidades a quienes quieren acabar con la democracia.
La propaganda comunista nos tilda de de ser aristocráticos, de defender los grandes intereses económicos y proteger los privilegios de la oligarquía, son mentiras, los conservadores podemos gobernar y compartir el poder con las izquierdas benignas que no buscan la destrucción de la sociedad, con las derechas no extremistas, que reconocen que no se puede vivir en un país lleno de injusticias sociales.
La principal preocupación de un conservador es atender a los sectores más vulnerables de la sociedad, los intereses de la mayoría son nuestros intereses, no es viable un país plagado de injusticias, de hambre y de falta de oportunidades, no se puede vivir tranquilo en medio de la miseria, pero tampoco creemos en revoluciones, propugnamos por reformas graduales más que por cambios violentos.
El elevar la calidad de vida y el conocimiento de toda la población es el objetivo fundamental, nos beneficia a todos, podemos compartir más y mejor de las cosas buenas de la vida.
En cuanto al papel que juega el Estado en la sociedad, lo consideramos como un mal necesario, debe existir pero para servir al hombre, a la sociedad, a la paz y a la vida, por ello que el valor fundamental de un Estado conservador es el amor por la libertad; lo único que podría llevarnos a la guerra sería el temor de perderla.
Creemos que el gobierno debe tener límites, debe ser controlado, debe rendir cuentas, debe ser ejercido por los más capaces y creemos que sin alternabilidad  en el poder fomentamos la tiranía.
Somos fundamentalmente creadores de soluciones que alienten a las personas a ayudarse a sí mismas y a ayudar a las demás.
Sir Wiston Churchill, el gran conservador inglés
Detestamos al Estado paternalista, autoritario e interventor, creemos en el trabajo duro y que quien trabaja debe ser dueño de su salario, conservándolo en su gran parte para hacer inversiones, acumularlo o gastarlo como bien tenga sin que intervenga ningún otro ente para impedirlo.
Como buen conservador creo en la pequeña empresa, que no es otra cosa que la oportunidad de ser dueño de su propio destino, de poder dar empleo a otras personas, de crear riqueza y poder crecer, la pequeña empresa es el semillero de la prosperidad nacional, por lo tanto la propiedad privada es sagrada y fundamental para que los individuos puedan desarrollarse en libertad, quien no tiene nada, quien no posee lo fundamental para la vida, es un esclavo de sus propias necesidades y fácilmente manipulable por otros.
Al contrario de los comunistas y socialistas que propugnan por un estado fuerte, dueño de los principales medios de producción, que pretenden un colectivismo a ultranza, de masas, que creen en los conflictos de clases, los conservadores creemos en el individuo como persona humana, llena de posibilidades y promesas, que lo que necesita son las oportunidades de educación y trabajo para desarrollar sus potencialidades y que de sus frutos para su desarrollo personal y el de la sociedad de la cual es parte.
No somos utopistas en el sentido radical de la expresión, la sociedad perfecta no existe ni la buscamos, podemos contemplarla como modelo, estudiarla como ejemplo pero jamás pretendemos hacerla realidad y porque creemos en la tradición, en la acumulación de experiencia y conocimientos, nuestra apuesta es siempre hacia el orden que solo el tiempo otorga, las sociedades que han llegado al día de hoy, tienen un camino recorrido,  saben lo que se requiere para sobrevivir aunque a veces no comprendamos sus designios, las desviaciones, errores y conflictos se corrigen razonablemente, sólo si la sociedad permite que alucinados tomen el control de las instituciones, puede una sociedad perderse.
Los conservadores propugnamos por un gobierno de los mejores que le sirva al pueblo, que le dé nuevas posibilidades de expresión, que promueva la discusión de los problemas y sus soluciones a nivel local, que defienda y exija en la mayor libertad posible y siempre buscando la participación y la representación en un sistema de gobierno descentralizado.
Por último, los conservadores creemos en Dios, en que existe un orden natural y universal, que el hombre es digno y libre, por lo tanto responsable de sus actos.  -  saulgodoy@gmail.com


1 comentario:

  1. "...los conservadores, aunque creemos en el orden, la tradición, las instituciones, propiciamos la evolución de la sociedad, coadyuvamos a cambios progresivos que hacen perfectibles a los gobiernos y a los ciudadanos, creemos que es posible algo mejor, siempre, para conseguir avanzar lo hacemos por medio de la negociación, del consenso, de la paz y con la anuencia del tiempo... ...creemos en las libertades del individuo por encima de los intereses del grupo, en la economía basada en el libre mercado, en la propiedad privada, en la familia... ...creemos en Dios, en que existe un orden natural y universal, que el hombre es digno y libre, por lo tanto responsable de sus actos."
    Excelente tu artículo, que bueno sería si los gobernantes de todo el mundo fueran emprendedores equilibrados, íntegros y capacitados, basándose en este criterio, estaríamos un paso adelante en el progreso.

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