sábado, 2 de abril de 2016

Las amenazas a la seguridad de Venezuela


El presente y el futuro cambian a una rapidez impresionante, el mosaico de intereses, tendencias y de la geopolítica, como forma para manejar el cambio, han incrementado su velocidad, los países que basaban sus modelos de inteligencia en paradigmas como la Guerra Fría, el de las guerras de cuarta generación o incluso el de los resultados de la Cumbre de Davos ya se encuentran inoperantes.
Los nuevos marcos de seguridad nacional de los países están obligados a incorporar entre sus componentes principales: tecnologías de punta, armas de destrucción masiva, daños a la biosfera, asuntos energéticos, explotación y comercialización de minerales, epidemias y pandemias, crisis económicas y financieras, cambio climático, terrorismo, tensiones internacionales y conflictos (con su secuela de desplazados y refugiados), la mayor parte de estos temas actuando en conjunto y creando situaciones de emergencia para la seguridad de las naciones.
Muchas de estas amenazas no están en los listados de prioridad de algunos países, alguno de estos temas ni siquiera cuentan con financiamiento para su estudio y seguimiento, lo más grave, ni siquiera entran en las agendas de inteligencia de los gobiernos que todavía se manejan con las amenazas estrictamente militares o tradicionales.
Uno de los puntos clave de toda agenda de inteligencia moderna tiene que ver con la imagen producto de la percepción-país, como nos ven los demás y como nosotros vemos a los otros, parece una tontería pero mucho de los problemas de seguridad regional parten justamente, de estas incongruencias de imagen promovidas bien sea por ideologías, intereses o un simple mal entendido cultural, una percepción errada puede repercutir en los gastos de defensa y en las relaciones diplomáticas, por lo que es necesario estar constantemente analizando esta variante.
Un ejemplo bastará, si las autoridades de un país se refiere a otro más avanzado con el mote de Imperio, con todas sus connotaciones negativas, sus políticas estarán influenciadas por esta descriptiva, las relaciones estarán signadas por esta calificación verbal que pudieran desembocar en tensiones y malos entendidos completamente artificiales, porque funciona  en ambas vías, quienes son llamados Imperios entienden que existe animadversión y hostilidad por parte de quien le asigna tal característica y actuarán acorde.
Lo primero que se debería hacer es estar muy claro en que concepto de seguridad se está usando, porque los hay muchos, hay infinidad de teorías, pero una de las formas de encontrar una definición que funcione es preguntándonos ¿Seguridad para quién? Es seguridad para la población o para el estado, es seguridad para la “patria” o para el gobierno de turno, para la democracia o para el aparato militar… podríamos ir incluso a niveles de mayor abstracción para encontrarnos con estados emocionales, sentimientos de seguridad, apreciaciones subjetivas sobre nuestro entorno o finalmente preguntarnos cuál es el objetivo de nuestro contrato social ¿Que es lo que promueve la Constitución?
Una vez aclarado el asunto de seguridad quienes están investidos de autoridad debería entonces coordinarlas actividades dentro de un grupo grande de personas, con unas reglas y normas muy claras (su legitimidad depende de la claridad de estas reglas) y hacerlas cumplir dentro de un marco de misión que debe incluir (según Barrington Moore): 1- Protección de enemigos extranjeros, 2- Protección en contra de amenazas naturales y amenazas humanas en contra de la cadena alimenticia del país y cualquier otro elemento que perturbe su seguridad material, 3- Mantenimiento de la paz y el orden.
La inteligencia entra en juego como la manera de garantizarle, a esas personas investidas de autoridad y encargadas de la seguridad, en contar con un sistema nervioso (que obtiene, procesa y evalúa información) que les indique con antelación de estas amenazas, que les permita sobrevivir en medio de estas amenazas y tener la ventaja para enfrentarlas y anularlas.
Para algunos expertos no hay nada más importante en los asuntos de seguridad nacional que contar con una inteligencia confiable, pertinente y a tiempo.
Reducido a sus elementos más básicos la inteligencia es conocimiento y previsión del mundo que nos rodea, que le permite a un gobierno actuar para evitar amenazas y aprovechar oportunidades.
Tomando en consideración estas apreciaciones como ciertas, veamos ahora la situación venezolana.
El país ha sido vulnerado, intervenido por fuerzas enemigas, en nuestro caso por Cuba y su régimen, con el propósito de servirse de nosotros como colonia, que es lo que está haciendo en estos momentos.
Tenemos un presidente extranjero, un agente cubano, que su principal interés es que el país funcione en los términos del coloniaje impuesto por Cuba, si antes la situación era oscura y secreta, ahora es abierta y pública, esto es un hecho.
Nuestras principales instituciones, excepto el poder legislativo, son manejadas por funcionarios comprometidos con esta situación de coloniaje, incluyendo un grupo de oficiales militares venezolanos colaboracionistas, con lo que se presume que nuestra institución militar está apoyando abiertamente esta condición de vasallaje y obediencia a los intereses cubanos.
El Estado Mayor de nuestras Fuerzas Armadas, en base a sus discursos, actitudes, acciones y omisiones se ha plagado a esta situación irregular de aceptar la injerencia de un estado extranjero, obedecer sus lineamientos, aceptar abiertamente su ideología revolucionaria, seguir las órdenes de oficiales cubanos y actuar como fuerza de ocupación en nuestro territorio.
Todos los aspectos de seguridad e inteligencia del país están siendo modificados para que las FFAA se constituyan en instrumento de opresión y vigilancia de la población venezolana, otorgándole por un lado, instrumentos económicos y financieros (legales y paralegales) para el sostenimiento de su estructura, control sobre la cadena alimenticia del país, el uso de la fuerza letal en contra de los ciudadanos venezolanos que se atrevan a protestar o reclamar lo irregular de ésta situación, apoyo a la censura y las políticas de control sobre la información y libre expresión para la hegemonía comunicacional del estado, el descuido del área de protección ambiental y de guardería ambiental en procura de intereses mineros y petroleros otorgados a las FFAA, el permitir que fuerzas subversivas extranjeras asociados a los intereses de Cuba operen libremente en el país, la colaboración con los sindicatos del crimen asociados a carteles internacionales de narcotráfico.
Como el lector puede fácilmente constatar en la realidad, la seguridad de nuestro país está severamente comprometida, al punto que pudiéramos decir que se han desnaturalizados los componentes de seguridad que ahora están actuando como promotores y custodios del desorden, el caos y la violencia; las reuniones a puerta cerrada de las FFAA publicitadas recientemente para analizar las amenazas a la “patria”, suena a un eufemismo para ocultar esta situación harto peligrosa.
Si todavía existe un hueso sano en nuestras FFAA, si la institución no se ha entregado por completo a este proceso de destrucción y traición a nuestros principios y valores fundamentales como nación libre, democrática y soberana, deberían tomar los siguientes pasos:
1-      Desconocer, por inconstitucional, el mandato del extranjero y agente cubano que ahora se hace pasar por el presidente de la República y Comandante en Jefe de nuestras FFAA, por vicios de nulidad absoluta.
2-      Poner la institución armada a la orden del Parlamento Nacional, única representación legítima de la voluntad popular en estos aciagos momentos, de manera provisional mientras se nombre un nuevo gobierno.
3-      Detención e inmediata deportación de todo elemento cubano que se encuentra participando en funciones de seguridad o de administración de servicios en nuestro país.
4-      Llamado a la población civil al orden y la paz en miras de que se cumplan los procesos pacíficos y constitucionales de cambio de gobierno con el llamado a nuevas elecciones.
Lamentablemente el proceso de destrucción institucional del país, la descomposición que reina en el actual gobierno es de tal magnitud, que solo de esta manera, podremos garantizarnos la sobrevivencia del país.  -  saulgodoy@gmail.com




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