lunes, 8 de agosto de 2016

El artículo aquel


NOTA: Como toda Venezuela estamos sufriendo de un boicot inducido por el gobierno con los servicios de internet, con la intención de dejarnos incomunicados, es la razón por la que mis escritos son entregados de manera tan irregular a mis fieles lectores, pido disculpas por los inconvenientes.

Cuando se publicó mi artículo Algunas consideraciones sobre tu muerte, en el diario El Universal de Caracas (versión digital), un martes 9 de Agosto del 2011, jamás me imaginé que desataría las repercusiones que llegaron a darle la vuelta al planeta.
Fue mi primera experiencia con un artículo que se convertiría en “viral” y que fue reproducido de inmediato no solo por los grandes medios de comunicación, sino que en la redes sociales corrió como pólvora encendida, provocando todo tipo de comentarios, fue traducido a varios idiomas, para unos fue motivo de escándalo, para otros motivo de fiesta, medio mundo recibió el artículo en sus correos, otros lo leyeron de páginas web, salió publicado en revistas y periódicos, fue comentado en varios programas de televisión y radio en EEUU y Europa.
A los pocos días ya era parte de una conspiración donde se involucraba a una de las ex esposas del Presidente Chávez, todos querían saber quien lo había escrito y periodistas y servicios de inteligencia me buscaban hasta debajo de las piedras.
El artículo trajo “cola” y las pocas personas que me recuerdan como escritor de artículos de opinión lo hacen por ese trabajo, que efectivamente tiene su historia y hoy quiero contarla.
Ya para esa fecha mis artículos eran vigilados muy de cerca por los editores de El Universal, los medios de comunicación del país experimentaban una fuerte presión por parte del gobierno quien aplicaba controles y amenazas sobre anunciantes y los dueños de los medios para que le bajaran el tono a las críticas en contra del gobierno de Chávez.
Ya había sentido la autocensura del periódico, varios de mis artículos habían sido rechazados y me los devolvían para que los reescribiera, situación esta que iba en aumento, pero como tengo la facilidad de que escribo rápido y sobre variados temas, me daba el lujo de que cuando me rechazaban un artículo, inmediatamente enviaba otro diferente.
Cuando escribí Algunas consideraciones sobre tu muerte, ya Chávez había anunciado en cadena nacional que padecía de cáncer (30 de junio 2011), que era tratable ya que lo descubrieron a tiempo, apenas  la semana anterior el presidente afirmaba que gozaba de una excelente salud y salió en uno de sus programas Aló Presidente jugando beisbol para demostrar sus optimas condiciones, pero al poco tiempo tuvo que desdecirse.
Tomé el tema de su enfermedad y escribí un escenario distópico, en un futuro hipotético, donde lo hacía grave y agonizante, todo con el propósito de tratar de hacerle ver, que sus actos sí tenían consecuencias, y que si quería tener paz consigo mismo y ofrecerle prosperidad a su país, debía rectificar tanto su actitud como sus intenciones; ya Venezuela venía dando señales de un creciente malestar social, su programa socialista lo estaba aplicando contra viento y marea, aún cuando más de la mitad de la población lo rechazaba.
Como sabía que por la naturaleza del artículo iba probablemente a ser rechazado por los editores, escribí otro artículo aún más fuerte en contenido político para que me rechazaran ese y no éste, tal cual sucedió, me devolvieron la carnada y como siempre había hecho, me negué a reescribir el artículo devuelto y envié uno nuevo. Y lo publicaron, y se convirtió en viral a las pocas horas, lo supe, porque me llamó mi hermana de Canadá para decirme que le había llegado el artículo por cinco diferentes remitentes, que si estaba loco.
Ya para la tarde de ese día era un tema de discusión en programas de radio, y en la noche los principales programas de opinión y noticias del gobierno lo comentaban con horror.
Si les digo la verdad, esa noche no pude dormir, varios amigos llamaron preocupados por mi suerte, otros me ofrecieron sus casas y haciendas como refugio, mi correo electrónico se llenó de amenazas, promesas de venganza y sentencias de muerte, bueno, igualmente recibí felicitaciones y admiración por mi valentía.
Al día siguiente salió Chávez en televisión inaugurando algo, y un periodista le preguntó por el artículo, Chávez simplemente dijo “Eso no tiene la menor importancia”, en la tarde escuché a varios anclas de programas de radio referirse al artículo, en la noche, en la última parte del programa pro-gobierno La Hojilla, que se transmite por el canal insignia del estado VTV, su conductor sacó a colación el artículo, lo leyó completo ante las cámaras y al final me mentó al madre, cuando miré a mi mujer la vi llorando, lo único que dijo fue “voy a ser viuda”. Total, en menos de cuarenta y ocho horas me había convertido en una celebridad, para mi fortuna, nadie sabía quién era.
Al día siguiente ya que no había una foto mía en ningún sitio en la red, los buscadores automáticos dieron con alguien en Centro América con mi mismo nombre y los artículos empezaron a aparecer con aquel rostro bonachón e inofensivo.
Alguien retuitió el artículo poniendo como su autor a una de las ex esposas de Chávez y una segunda ola viral recorrió el mundo, ahora era un chisme escandaloso, nuevas llamadas para confirmar mi autoría, me contactaron de Miami y New york y di varias entrevistas telefónicas para despejar las dudas y explicar mis motivaciones por el artículo.
Antes de que terminara la semana, El Universal concedió un derecho a réplica y apareció un comunicado “a la opinión pública” firmado por los colectivos armados más importantes del gobierno, refutando en términos muy claros las implicaciones que había hecho sobre el Comandante Presidente, ese fue el momento en que decidí que era mejor desparecer de la escena por unos días.
Aquella avalancha parecía no tener fin, a mi correo llegaban versiones del artículo en inglés, en portugués, en ruso, en húngaro, en italiano… por un momento creí que aquello no iba a parar nunca, porque ya para ese momento, se había convertido en una pesadilla.
Al año de aquellos sucesos, me enteré por un amigo, que se había organizado un operativo de uno de los colectivos para encontrarme “y darme una lección”, afortunadamente, el jefe del operativo era un conocido en mi época de activista ambiental, habíamos combatido un incendio forestal juntos, mi compañero en aquella aventura como bomberos forestales no puso mucho empeño en  mi búsqueda, la cual terminó infructuosamente.
El asunto sobre mi artículo es que resultó premonitorio, a escasos meses supimos que Chávez viajaría a Cuba para unos exámenes médicos, en diciembre de ese 2011 anunciaba que se iba a someter a su primera operación, que su dolencia era mucho más grave de lo esperado, pasado un poco más de un año, el 05 de Marzo del 2013 el gobierno anunciaba su fallecimiento.
¿Hubiera escrito el artículo si hubiera sabido que Chávez estaba realmente enfermo? Definitivamente no, lamento que muriera lejos de su patria y traicionado por personas e intereses en los que tenía depositada su confianza, pero esa fue su decisión, la historia se encargará de esclarecer sus últimos días y el destino final de sus restos.
Uno de los problemas que igualmente se analizaran en el futuro fue el manejo de propaganda y político que se hizo de su enfermedad, fue un proceso harto manipulado donde el mismo gobierno y Chávez no guardaron ni las distancias ni el decoro que una situación como aquella imponía, todo fue convertido, al igual que su vida, en un show mediático, mi intento por hacerlo entrar en razón fallaron, lo que quedó fue el recuerdo de aquellos aciagos días y el artículo, que ofrezco a continuación.

Algunas Consideraciones sobre tu muerte.
No quiero que te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque has hecho un mal inmenso a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has obligado a legiones de compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de luto a incontables hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin cuartel, los encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los insultaste, los humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías poderoso, sino inmortal... porque el fin de los tiempos no era contigo.
Pero llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu contrato llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define.
 Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna. 

Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva inyección para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me digas que no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los maravillosos palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las limousines, los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas, las fastuosas cenas de Estado... dime ahora que vomitas la papilla de auyama que te tratan de dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida, pues ese brillo y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de resucitamiento que te rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas de sensores que regulan tus signos vitales que se hacen más débiles.
¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?... debe ser tu imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en otro lado, muy lejos, entre gente que no conoces... sí, estás muriendo en tu propio exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de entregar tu propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y estafadores, entre tu corte de aduladores que sólo te muestran afecto porque les dabas dinero y poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que ninguno de ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al descampado y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa tu misión en esta vida?
Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres que cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando prácticamente le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos de desalojar a la fuerza y a costas de más vidas.
Tengo la leve impresión que ahora sabes que te equivocaste, creíste en un cuento de camino y te creíste revolucionario, y por ser revolucionario... inmortal.
Convocaste a tu lado a los muertos, a tus héroes, a esos fantasmas que también creíste con vida, a Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx que nunca conociste y que recomendabas su lectura... el andar con muertos te llevó a la magia y a los babalaos, te metiste a jurungar tumbas, y a ofrendarle a una corte de demonios y malos espíritus que ahora te acompañan... ¿Sientes su presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a recoger lo único que tenía valor en tu vida y que tan malamente apostaste por la oscuridad y el mal, tu alma.
Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos.
Dios tenga piedad de ti. 
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saulgodoy@gmail.com



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