martes, 20 de septiembre de 2016

Cae la noche


No sé a estas alturas como tradujeron al castellano este cuento de Isaac Asimov, en inglés su título es Nigthfall y esta obra tiene una historia bastante peculiar que quiero compartir con ustedes.
Es uno de mis cuentos favoritos de ciencia ficción, que desde el mismo momento de su publicación, en la revista Astounding Science Fiction (ASC), en el número correspondiente a septiembre de 1941, en la época que Hitler invade Rusia, la tierra materna de Isaac, no ha dejado de producir lectores y admiradores, al punto, que según algunas estadísticas, es considerado el mejor cuento de ciencia ficción escrito hasta el momento, definitivamente, de acuerdo a los lectores, el mejor cuento de Isaac Asimov.
Pero tanto mi persona como el mismo Asimov pensamos que hay mejores historias en su repertorio, sin duda es un cuento memorable y convertido en un clásico, entre otras razones, porque es una de las lecturas obligadas en los estudios de literatura de ciencia ficción en el mundo académico que siempre termina como favorita de los estudiantes.
El maestro Isaac Asimov
No ganó ningún premio para el momento porque para la fecha que salió publicado no existían ni los Premios Hugo, otorgado por la Convención Mundial de Ciencia Ficción, ni los Premios Nébula seleccionados por los Escritores de Ciencia Ficción de América, pero siempre se ha mantenido entre los preferidos de todos los tiempos.
Pero sucedió con esta historia, que 47 años después de que fue publicada, en 1988, el editor Marty Greemberg se le ocurrió la idea de convertirla en novela, dejar la historia original como columna vertebral, expandir su principio y su fin, pero… que lo hiciera otro escritor, más joven, conservando intacto su espíritu original, sin duda alguna una idea que podrían convertir en un éxito editorial.
Desde un principio Greemberg propuso a Robert Silverberg, un escritor de valía con credenciales propias como escritor y que Asimov conocía de cuando el joven Silverberg vivía en New York en los años 70 y celebraban juntos la pascua judía.
Robert Silverberg
Asimov estaba en una delicada situación con sus compromisos con la casa editora Doubleday, había firmado un contrato donde se obligaba a entregar dos novelas de las cuales estaba terminando una, Némesis, pero la otra, una secuela a su saga de las Fundaciones, apenas estaba esbozada y debido al excesivo trabajo de esa época, había escrito siete novelas desde 1980, y estaba realmente agotado, si Silverberg escribía Nightfall podría colocarla como sustituta a su contrato, y podría descansar un año y escribir con calma la nueva novela de las Fundaciones.
Isaac aceptó la jugada no sin antes dilucidar los créditos y las participaciones de ambos escritores en las posibles ganancias de la publicación, todo fue muy salomónico, dividido en mitades, Asimov consiguió el derecho a veto y Silverberg que su nombre recibiera el mismo tratamiento que el del autor del cuento.
Cuando la novela se publicó en Noviembre de 1990 fue un inmediato éxito, los nombres de dos de los más famosos escritores de ciencia ficción en torno a un clásico como Nightfall la convirtió en un best seller.
Ya había leído el cuento de Asimov en una de sus múltiples colecciones de narrativa corta y cuando supe de la novela, la adquirí en uno de mis viajes al norte, me bastaron dos noches para terminarla y debo confesar que me gustó, por mucho, la novela más que el cuento.
A Robert Silverberg lo conocía de su estupenda novela The face of the waters (El rostro de las aguas), 1991, la impresionante novela sobre el planeta Hydros, y cuando digo impresionante no es un calificativo gratuito, es un señor escritor, acucioso, imaginativo y un maestro de la aventura.
A mí me parece un verdadero milagro que alguien de la talla de Isaac Asimov haya permitido que una de sus mejores historias fuera entregada a otro escritor, para ser reescrita en forma de novela y que haya sido Silverberg, otro monstruo de la ciencia ficción norteamericana, el que hiciera el trabajo, el resultado, para quienes conocemos la pluma de Asimov, es insólito, la novela parece escrita por él, no hay contradicciones, ni saltos, ni dudas, es una narrativa continua en un solo estilo, sin que se note costura alguna, creo que Nightfall mejoró en un 200%.
Luego de este trabajo, Silverberg reescribió otras dos historias de Asimov, El pequeño niño feo y El hombre positrónico, que no he leído, pero imagino, son productos de una alta calidad literaria.
Pero volvamos unos pasoso atrás para  que Asimov nos cuente como fue que nació la historia de Nightfall, de su última autobiografía (escribió varias) Yo, Asimov, 1994, (nunca la vio publicada pues falleció el 6 de abril de 1992) tomamos su versión: “El 17 de marzo de 1941, cuando visité la oficina de Campbell, me leyó el siguiente extracto de uno de los ensayos tempranos de Ralph Waldo Emerson titulado Naturaleza: ‘Si las estrella aparecieran una noche cada mil años, cómo el hombre creería y adoraría y preservaría por muchas generaciones la memoria de la ciudad de Dios’.  Campbell dijo, ‘Pienso que Emerson está equivocado, creo que si las estrellas aparecieran una noche cada mil años la gente se volvería loca. Quiero que me escribas una historia acerca de eso y que la llames Cae la noche.’ Alexei Panshei, un importante historiador de la ciencia ficción, estaba convencido que Campbell quería que fuera yo el escritor de la historia.  Yo no lo creo así. Creo que Campbell estaba esperando que entrara a su oficina cualquiera de sus regulares, y sucedió que fui yo, si esto fue así, fui afortunado.  Pudo haber sido Lester del Rey o Ted Sturgeon y yo hubiera perdido una oportunidad única en la vida.”
La historia se desarrolla en el planeta Kalgash que goza del privilegio de contar con seis soles, de modo que a cualquier hora del día hay alguno amaneciendo y otro poniéndose, mientras otro se encuentra al mediodía, siempre es de día, con diferentes calidades de luz, esto ha sido así por dos mil años.
Los astrónomos lo tienen todo fríamente calculado y tienen sus horarios y calendarios ajustados al detalle, si hay un rumor, algunas ruinas arqueológicas y una secta que hablan de un día en que los soles desparecen, pero son habladurías y probablemente interpretaciones erradas de algún fenómeno astronómico mal registrado.
Pero uno de los astrónomos de la Universidad Saro hace un inquietante descubrimiento en los cálculos de los movimientos orbitales que acompañan la Teoría Universal de Gravitación, un error que presupone que en algún momento en el cercano futuro todos los soles de Kalgash desaparecerán al mismo tiempo y caerá la noche más oscura y absoluta sobre el planeta.
La novela trata de los días anteriores al suceso, de cuando se hace de noche en un plantea que no conoce la oscuridad, y de lo que sucede cuando amanece de nuevo, agárrense de sus poltronas pues lo que van a leer, es la más terrible locura colectiva desatada en los anales de la literatura, mucho más terrible de lo que Campbell pudo imaginar.
Ustedes escojan, el cuento o la novela.    -    saulgodoy@gmail.com







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