jueves, 29 de septiembre de 2016

La Granja



El comunitarismo ha sido una forma de organización social que ha persistido en el tiempo ya que permite, a un número grande de personas, convivir en cierta armonía, compartiendo un modo de vida y unas tareas productivas que mantienen al grupo de manera auto sustentable.
De todas sus derivaciones, el cooperativismo ha sido el más exitoso, sobre todo en Europa de donde surgieron importantes empresas y hasta instituciones financieras que han contribuido al desarrollo de esos países.
De estas experiencias creo que una de las más interesantes, complejas y de mayor aliento ha sido la de La Granja (The Farm), nacida en la década de los sesenta en San Francisco, USA, en pleno auge del hippismo.
Stephen Gasking
Un profesor universitario, Stephen Gasking, empezó a dictar unos cursos que trataban de explicar lo que estaba sucediendo en California con las comunas, investigó y participó en cantidad de experimentos comunitaritas de los que habían surgido los festivales de música, las experiencias psicodélicas, los movimientos de vuelta a la naturaleza, el pacifismo, el sexo abierto, el movimiento de los derechos civiles y la renovación de la izquierda encontraron en estas comunidades un campo fértil para sus actividades.
Fue un momento muy rico de la cultura donde se entremezclaba el rechazo de los jóvenes norteamericanos al papel cada vez más protagónico del gobierno en la guerra de Vietnam,  los valores de búsqueda espiritual y artística que la generación Beat había sembrado en los jóvenes de la generación anterior, el uso de las drogas psicodélicas, el cambio radical en la música del momento, todos estos eventos apuntaban no solo a un nuevo estilo de vida sino a un pensamiento radical, que buscaban sentido en las raíces profundas de la tribu.
Sus clases atrajeron no solo a estudiantes de sociología, sino a una infinidad de jóvenes deslumbrados ante la posibilidad de que en nuevo tipo de sociedad estuviera naciendo allí mismo en San Francisco.
Fue tal el número de concurrentes que tuvieron que habilitarle la sala de conciertos de la universidad, miles de hippies se reunían para escuchar a este joven profesor que parecía más bien un sacerdote de lo que hoy llamaríamos La Nueva Era.
A sus clases entraba todo el que quisiera (bastaba tener un ombligo- exigía Gasking), los hacía meditar y luego les hablaba de ética y ecología, su discurso estaba dirigido en contra de las grandes empresas y el gobierno, en contra de la guerra y a favor de una vida más sencilla y en armonía con el entorno.
Era el momento de un gran movimiento de rebeldía entre los estudiantes del mundo, una fiebre anti-stablishment que tuvieron sus focos de violencia desbordada en varias universidades, el existencialismo y las filosofías de liberación dieron al traste con el orden público, el movimiento negro se hizo mucho mas militante y agresivo, empezaron a plantearse las primeras tesis sobre el feminismo.
La música de los Beatles, los Rolling Stones, The Greatefull Death y Jannis Joplin se conjugaban con el uso de las drogas alucinógenas y el amor libre, de modo que en medio de aquel “destape’, aquellas concentraciones se convirtieron en un problema de orden público.
En 1969 un grupo de teólogos convencieron a Gasking de que viajara a predicar su evangelio por el resto del país; cuando anunció que estaba dispuesto a emprender una cruzada, su público estaba listo para acompañarlo.
En 1970 salió de San Francisco una caravana de 30 autobuses, camiones de repartir, campers y casas rodantes pintadas de colores brillantes y llenas de melenudos.
Luego de varios intentos fallidos por establecerse en algún lugar, llegaron al Estado de Tennessee que tenías leyes hospitalarias para grupos que practicaban religiones no convencionales; allí se fundó la primera granja.
Se practicaba el comunismo tal y como lo hacían las primeras comunidades cristianas, el grupo estaba por encima del individuo, compartían las creencias en telepatía, vida en otros planetas, misticismo rosacruz, geometría hermética, astrología, vegetarianismo, budismo, etc.
Se practicaba la caridad y el servicio a otros, trabajaban para ellos y al mismo tiempo establecieron lazos con las comunidades fuera de su territorio.
Gasking logró erradicar el uso del tabaco y del alcohol y llegaron a términos con la monogamia, como la mayoría de ellos eran carpinteros, albañiles, plomeros, electricistas y agricultores, tuvieron gran éxito tanto en las actividades de la construcción como en la producción de alimentos.
Para 1974 la comuna tenía cerca de los 800 residentes y era visitada por 20.000 jóvenes al año algunos de los cuales se quedaban por largas temporadas.
La producción comunal de alimentos orgánicos fue tan exitosa que ese año lograron ventas por el millón de dólares, para celebrarlo abrieron un programa de asistencia a los más necesitados.
Para finales de los 70, La Granja tenía 1.200 residentes, atendían 200 visitantes diarios y sostenían uno de los sistemas comunitarios de salud más exitosos en los EEUU, contaban con servicio de ambulancias las 24 horas, disponían de 60 paramédicos profesionales y una clínica que atendía todas las especialidades quirúrgicas; la escuela de la comuna era modelo en la región, prestándole servicio a más de 400 alumnos de primaria, todos los relacionados con La Granja gozaban de una altísima calidad de vida.
Su éxito fue abrumador y rápido, la experiencia de La Granja se repetía en otras partes de los EEUU y Canadá, tuvieron que crear empresas de almacenamiento y transporte para manejar la producción agrícola, que se había quintuplicado desde el momento que se permitió el uso de tractores y otra maquinaria moderna.
Se convirtieron en uno de los principales contratistas de la construcción de la región, modernizaron la administración con computadoras y personal administrativo altamente capacitado, la burocracia empezó a crecer para poder manejar la gran cantidad de recursos que producían; abrieron operaciones en Europa con gran éxito, llegaron a figurar en la clasificación Dum and Bradstreet como la organización comunitaria más productiva del mundo, económicamente más exitosas que las organizaciones de crédito agrícola en Francia o las industriales en España.
Era la receta para el desastre, el espíritu comunitario chocaba con el empresarial, sus miembros estaban desconcertados con la cantidad de dinero que la comunidad tenía a su disposición, ahora convertida en un respetable fondo de inversiones, con una junta directiva, ya habían estallado crisis de autoridad, hubo rompimientos y separaciones, demandas y fraudes, pero antes de que ocurriera lo peor, lograron rectificar.
Se trató de una indigestión capitalista para un grupo que en el fondo era comunista, para 1981 entraron en una profunda crisis que casi los lleva a la quiebra; una costosísima burocracia de técnicos y ejecutivos, deudas impagables, proyectos interrumpidos y rencillas internas los llevaron a reevaluar su experiencia.
La respuesta fue el cooperativismo, rescatar la escala comunitaria, volver a las raíces, se hicieron una serie de interesantísimos experimentos que aún hoy son estudiados con atención, se probaron formas híbridas de propiedad, de organización productiva y de consumo, desarrollaron sofisticadas formas de apropiación comunitaria, algunas funcionaron, otras no, al final resultó lo que algunos llamaron “una ecología de sistemas económicos” trabajando simultáneamente.
Hoy en día esta experiencia de La Granja evolucionó en las famosas Ecovillas, uno de los intentos más avanzados de forma de vida para el futuro, conjugaron las habilidades de construcción de urbanizaciones “verdes” con sentido ecológico, muchas de sus ideas fueron incorporadas en experimentos urbanos como Curitiva en Brasil y la planificación de ciudades como Seattle en el estado de Washington y Vancouver en Canadá, ambas ciudades figuran con los indicadores más altos de calidad de vida en el mundo.
La Granja demostró, entre otras cosas, que los esfuerzos comunitarios dependen en gran medidas de sus líderes carismáticos, de sus fundadores, y que cuando estos desaparecen o se retiran, con mucha suerte pueden tener una generación de relevo a quien entregarle la conducción de la comunidad, o migrar a formas de gobierno sustentables, si el esfuerzo no es planificado por lo general en dos generaciones, el espíritu comunitario se disuelve y la comunidad se desintegra.
El otro asunto que se ha establecido en este tipo de experimento social, y de los que Israel ha tenido amplia experiencia con sus Kibutz, es el tamaño de estas comunidades, deben ser pequeñas y mantenerlas de tal manera para que la participación sea personal y todos se conozcan para garantizar la democracia, una vez que se rebaza el límite donde todos se saben sus nombres, se ha crecido demasiado.   -   saulgodoy@gmail.com











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