jueves, 6 de octubre de 2016

Los CLAP, instrumentos del horror



Los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) me recuerdan a los Consejos Judíos (judenräte) que los nazis crearon en los guetos, en lugares de tan terribles memorias como Lodz, Varsovia, Minsk, entre otros, donde los mismos representantes de las comunidades se encargaban de administrar a la población, incluyendo el manejo de una policía judía.
Su función era hacer cumplir la voluntad de los nazis en aquellos encierros, y para ello hacían los censos destacando quienes estaban aptos para el trabajo y quienes no, hacían inventarios de sus bienes, e incluso elaboraban los listados para la deportación.
La filósofa Hanna Arendt, durante el juicio que se le siguió en Israel al criminal de guerra Adolf Eichmann, recogió los testimonios de algunos de estos consejos que tuvieron un papel destacado en acelerar los procesos de exterminio judío cooperando con los invasores, y los denunció.
De igual manera, el gobierno chavista utiliza personas del mismo barrio para constituir estos siniestros CLAP que están encargados prácticamente de lo mismo, deciden quien muere de hambre y quien no, los cooperante reciben su bolsa de comida, los opositores son rechazados.
Así como Eichmann, Maduro designó a Freddy Bernal, un oscuro personaje que pasará a la historia como uno de los criminales que puso en marcha este inhumano mecanismo de control social y exterminio de la población.
Como todo lo que hace el chavismo, rodean el hecho de consignas y propaganda, lo hacen ver como la solución al problema del abastecimiento popular, pero lo que en realidad ocultan es que se trata de una organización del PSUV, para captar adeptos utilizando la necesidad alimenticia como anzuelo proselitista, ¿Qué puede ser más bajo en la política que valerse de la miseria humana para conseguir apoyo?
Todas las personas involucradas en este horroroso sistema de discriminación, desde la Guardia Nacional y oficiales militares, encargados de robarle la producción a la industria privada de alimentos (no los pagan, se los roban y pertenecen a la industria privada ya que la industria de alimentos en manos del estado, muchas de ellas, igualmente robadas por mecanismo confiscatorios, no producen nada), hasta los supuestos líderes comunitarios afiliados al partido de gobierno que se encargan de seleccionar y preparar estas bolsas de comida, las cuales venden, leyeron bien, las venden, muchas veces con sobre precio, para ser cobradas en dinero efectivo, de modo que no quede ningún registro contable.
Esta deleznable operación mercantilista producto del despojo y el crimen, trabaja en base a listas de personas a las que se les niega el acceso a estos alimentos básicos, son los “escuálidos” que para el chavismo son venezolanos de tercera, subhumanos que no tienen derechos y que merecen la muerte por inanición.
Yo soy un escuálido, me encuentro en varias listas, entre ellas, la de los infames CLAP que me condenan a no poder comprar los alimentos de la dieta básica, supuestamente adquiridos por el gobierno a dólar preferencial, un dinero público de todos los venezolanos, y aquí viene la otra parte oscura y tenebrosa de este asqueroso negocio.
Tal y como lo reporté en un artículo anterior donde develé el plan chavista de recapturar el 20% de su base política a como diera lugar, inventaron a los CLAP para “bajar” alimentos a quienes se mostraran dóciles al chavismo, pero al mismo tiempo han convertido al hambre en uno de los negocios más jugosos del momento, todos los funcionarios involucrados en el mismo, la mayor parte de ellos altos oficiales del Estado Mayor, algunos gobernadores como el ciudadano Vielma Mora, quien ahora está encargado de abastecer a la escuálida capital de la República, a Caracas, con alimentos importados y a precios internacionales.
El jefe de los CLAP, el Ministro de Alimentación, el de la Defensa, todos estos chavistas que tienen que ver con este asalto al aparato productivo nacional y que gracias a estos sucios manejos son hoy multimillonarios, en su insaciable sed de más dinero a costa del sufrimiento del pueblo, son cómplices en este esquema gansteril para manejar el hambre del pueblo y robar en nombre de un supuesto humanitarismo.
Todavía existe en el esquema cambiario del país un dólar preferencial que el gobierno dice utilizar sólo para adquirir los bastimentos necesarios para mantener una calidad de vida mínima para la población, es un dólar que supuestamente utilizan para comprar las medicinas y los alimentos más necesarios.
Las mafias del gobierno toman este dinero barato, compran en el exterior las medicinas vencidas y la comida  de la peor calidad, las trae al país y la vende por medio de los CLAP con una ganancia que extraen de los más pobres, y bajo la amenaza de que si no apoyan al gobierno no recibirán esa bolsa de comida, cada veinte días.
No contento con esto, le roban la producción a las empresas privadas nacionales para completar las bolsas, y obligan al resto de la población, a los que pueden comprar los alimentos importados como los que trae Vielma Mora, a precios internacionales, aún cuando los traen subsidiados, para también tener una ganancia por ese lado, este esquema monstruoso lo utilizan para que el sector más pudiente del país (que es cada vez más reducido) financie la comida que el gobierno le vende a los pobres.
Freddy Bernal el jefe de los CLAP 
Los CLAP en muy poco tiempo se ha convertido en el factor de corrupción más grande y público del país, hasta los Pranes (delincuencia que se maneja desde las cárceles) tienen su parcela de este negocio, las pandillas en los barrios, los colectivos, las comunas, toda la estructura operativa del PSUV chupa de los dineros que este manejo criminal del hambre produce.
Mientras tanto el gobierno dice que los CLAP están llegando con sus bolsas de comida al 20% de la población (lo que es falso, no llegan ni al 10%), es un mecanismo de biocontrol de la población para captar seguidores políticos a cambio de comida, practicando un gigantesco apartheid.
Efectivamente, están debilitando y muchas veces exterminando a una parte de la población, todos los días mueren personas en las cárceles por hambre, fallecen enfermos, personas de la tercera edad, neonatos y niños, tienen a la población sometida a un programa intensivo de desnutrición con lo que aumenta su disposición a contraer enfermedades, principalmente las  epidemias contagiosas y endógenas que por falta de atención  por parte de las autoridades sanitarias, están resurgiendo en todo el país, convirtiéndonos en una bomba de tiempo epidemiológica para la región.
En pocas palabras el gobierno de Maduro a Creado ex profeso una enorme y compleja crisis humanitaria que la está explotando para su beneficio, y que niega al mundo, aunque no pueda ocultar sus lamentables efectos.
Los CLAP son una nueva pieza dentro del enorme mecanismo que el chavismo está utilizando para destruir el país, y mientras existan venezolanos dentro de nuestras comunidades capaces de hacerse parte de esta innoble tarea, los chavistas seguirán avanzando en su labor infernal de destruir la dignidad humana y multiplicar a su ejército de esclavos, hombres y mujeres que se venden por un plato de comida.
Lo que Colombia rechazó con el NO en el plebiscito por la supuesta paz, lo que toda Latinoamérica está rechazando al negarle el apoyo a las organizaciones políticas de la izquierda en el continente, es justamente el miedo y el rechazo que sienten ante lo que sucede en Venezuela, una revolución hecha en Cuba que está devorando a sus hijos, y que ha dado el paso fatal de negar las elecciones para perpetuar en el poder a unos caníbales.     -    saulgodoy@gmail.com




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