viernes, 20 de enero de 2017

De cómo los partidos políticos se autosuicidaron


La expresión “autosuicidio” la popularizó el presidente Carlos Andrés Pérez, una tautología que probablemente utilizó, para remarcar el hecho de una acción terminante por la mano de la propia víctima, el asunto es que efectivamente, los partidos políticos venezolanos debido a una serie de errores, pésima conducción de sus organizaciones y una falta de vitalidad existencial, se entregaron al cuchillo del chavismo aún a sabiendas, que la degollina venía.
Toda la estrategia de la MUD, desde sus inicios hasta éste momento, fue electorera (si hubiera sido electoral, creo que los resultados hubieran sido otros) con lo que quiero decir, que ciertos personeros de nuestra política nacional utilizaron los partidos políticos para avanzar en la consecución de sus negociados políticos, al contrario de propiciar una verdadera política electoral que tiene en su centro al bien público, el interés colectivo.
Lo peor fue, que a pesar de las advertencias, muchas, muy serias y a tiempo, las ignoraron y siguieron marchando hacia el abismo donde finalmente se desbarrancaron, todavía hoy y en medio de la postración que vive el país, estos mismos flautistas de Hamelin, pretenden que ahora, seamos nosotros los que reclamemos y luchemos en las calles por unas elecciones, para ellos volver a sus fueros, negociando con nuestra voluntad política su precaria sobrevivencia, ante unas fuerzas que jamás comprendieron.
Lamentablemente para el país, en el peor momento posible, tuvimos una dirigencia política mediocre, interesada y traidora, que intentaron hasta el último momento negociar con nuestro enemigo, que no un contrincante, que es el chavismo totalitario y mafioso.
¿Cómo caímos en esta situación? Eso es lo que vamos a tratar de comprender con estas breves líneas, por lo menos una idea que nos ilustre de que fue lo que nos sucedió.
El estamento político que tenía al país al momento de la llegada del chavismo, una parte venía de los partidos tradicionales, que por una vieja y desfasada forma de hacer política, permitió que se le colara entre las cuerdas esa fuerza oscura y destructiva que era Chávez y su movimiento bolivariano, cuyo único objetivo era acabar con la democracia en el país.
Agotados los modelos y la forma de conducir la política nacional, sin liderazgos visibles ni élites que sirvieran de contención, el chavismo se adueñó de la esperanza de un país disgustado con un espectáculo innoble, de partidos echándose cuchillos uno contra otros.
Chávez acaparó el imaginario nacional con su discurso de cambio y justicia social, de reivindicaciones y poder popular y se llevó el premio mayor al ser elegido como presidente del país.
Una comparsa de políticos y organizaciones apoyaron de manera expresa o indirecta a la nueva fuerza política, creyendo muchos, que por nueva y sin experiencia, podía el partido revolucionario ser manipulado y conducido al redil de los intereses creados, craso error.
Pero también contábamos con nuevas organizaciones y figuras políticas nacidas en democracia, jóvenes con una visión que parecía fresca, con programas que prometían seriedad y responsabilidad en la gestión pública, que fueron diseñados y creados para funcionar en la democracia que partidos como AD, Copey y el MAS habían construido, y que estaba muriendo.

Y se hizo el chavismo.
Nadie estaba preparado para lo que venía, un líder megalómano y radical que sentía que el país le pertenecía.  No voy hacer un análisis del chavismo durante estos largos años de horror, suficiente material hay al respecto, lo que sí debo señalar, es que la dirigencia política nunca estuvo a la altura para enfrentársele a un gobierno como el chavista, donde la violencia, el militarismo, la mentira y el insulto eran la forma que tenían de hacer política, nos tocaron unos líderes cobardes, pacifistas, leguleyos, electoreros y acomodaticios que renunciaron desde el principio, a la lucha frontal por recuperar el poder en manos de unos facinerosos.
Con la gríngola constitucional y entendiendo que la solución a nuestras cuitas era de carácter electoral, le dieron al chavismo rango de políticos demócratas y de gente civilizada, no de los ladrones, corruptos y asesinos que muy pronto empezaron a manifestarse, esta estrategia, sostenida por casi veinte años, lo que hizo fue darle cierta legitimidad a los bandoleros.
Yo me imagino, que los partidos de la oposición venezolana pensaron que ubicándolos como demócratas, los chavistas se amoldarían al papel de contendores democráticos, sin entender que muchos de los líderes revolucionarios ya bebían de las charcas del nazismo, de las tesis fascista del enemigo necesario, que tenían de ejemplo y asesores a personajes siniestros, que no tenían pizca de demócratas.  Sus modelos eran las peores dictaduras del planeta, cuyos líderes empezaron a ser reconocidos como “hermanos” y obsequiados con la espada de Bolívar, la sola cercanía a Cuba y a su régimen, la presencia de sus funcionarios en el palacio de gobierno, ha debido indicarles que la naturaleza del contendor era otra.
Pero todas estas señales fueron obviadas en pos de una carrera electoral, que sabían terminaría resultando favorable a la democracia, y bajo esta premisa desecharon cualquier otra forma de resistencia que implicara otras maneras de oposición más comprometidas que unas simples marchas, “bailoterapias”, caravanas y reuniones con las juntas de vecinos, para explicarles el uso del tarjetón electoral.
Esa estrategia de ir construyendo una oposición organizada, activa y comprometida requerían de un tiempo que no tenían, y si bien empezaron a cosechar éxitos electorales, en la misma medida el chavismo empezó a apretar las tenazas sobre los mecanismos democráticos.
La forma de unidad que habían adoptado los partidos de la oposición era en esencia poco democrática, pues eliminaba la competencia política, la diversidad de líderes y propuestas, uniformaba a todos los integrantes, y limitaba severamente el disenso, se creaban jerarquías verticales y se fosilizaban los mandos en las manos de los líderes de los partidos más importantes, que si estaban equivocados, como varias veces probaron estarlo, era muy difícil contradecirlos.
La tendencia a perpetuar en sus cargos a los jefes, se hizo más que obvio,  no hubo elecciones internas en estos partidos y aunque dio resultados positivos en cuanto la ejecución de las campañas electorales, su resultado final, que era el gran número de votantes que favorecían la tarjeta de la unidad, era imposible saber si los votantes respondían por convicción a las propuestas y candidatos,  o porque era la única opción en contra de los revolucionarios, pero el efecto fue contundente la MUD terminó siendo el único partido político legalizado y reconocido por el CNE.
Entubando todos los votos se favorecieron una serie de partidos regionales, algunos insignificantes, que contaron con un respirador artificial para seguir existiendo, la convivencia de los partidos bajo el paraguas de la unidad se hizo difícil, especialmente luego de que no se pudieron “cobrar” triunfos muy importantes por trampas y amenazas del chavismo, por la imposición de líneas y candidatos, por la asignación de los magros recursos.
Dentro de la MUD era imposible hacer a alguien responsable de derrotas, errores y faltas, los principales partidos y algunos oportunistas tenían confiscada la dirección de la unidad, teniendo siempre sus intereses partidistas como prioridad antes que los de la unidad, y aún antes que los del electorado que decían representar, fue de esta manera que surgieron contradicciones importantes entre la acción y el pensamiento, entre lo que se hacía y se decía.
Mientras tanto un gigantesco aparato opresor de estaba montando por parte del chavismo, un estado policial que empezaba a reclamar tierras, industrias, propiedades, negocios, medios de producción, y quienes se opusieran eran arruinados, encarcelados, torturados o asesinados.
El partido de gobierno fue apoderándose lentamente de las instituciones, de los medios de comunicación, fue copando los espacios políticos por medio del clientelismo más vulgar, jugando con las necesidades del pueblo a cambio de su apoyo electoral, que debido a su ineptitud y a la corrupción, cada día contaba con menos seguidores.

El giro al totalitarismo
Era cuestión de sacar unas cuentas muy sencillas, el camino electoral no era el mejor para los intereses de los revolucionarios de perpetuarse en el poder para siempre, como lo decían cada vez que podían, por lo que utilizaron las instituciones que tenían secuestradas para cambiar las normas electorales, poniendo condiciones a su favor, y haciéndole la vida más difícil a los partidos de la oposición, le secaba las fuentes de financiamiento, les hacía constantes auditorías, les montaba intervenciones judiciales, cambiaba los circuitos electorales y con ellos la representatividad en las regiones, les hacía trampa con las tarjetas, les negaba la participación en el CNE, se negaba a contabilizar actas y votos, convirtió el proceso de automatización en una caja negra.
A medida que la situación electoral se fue poniendo más y más difícil la llamada unidad, insistía en congregar a todos los partidos en un una sola dirección política, pensaron que así como los militares chavistas se unieron en un partido único, en una estructura piramidal, con un solo jefe y una sola voz, para competir con tal contendor había que copiarlo, ser su igual, en una lucha de transformer contra de transformer.
Esta fatal decisión tenía varios inconvenientes, primero, era una visión infantil de una competencia electoral en desigualdad de condiciones, y esto empezó a sentirse cuando se dieron los primeros encarcelamientos de líderes opositores, enredando a varios líderes en procesos judiciales amañados, inhabilitándolos, de modo que un líder que destacara y fuera identificado como un peligro para la continuidad en el poder del chavismo, era inmediatamente neutralizado por los tribunales revolucionarios, pusieron presos a alcaldes, diputados, perseguían a los gobernadores de la oposición, le daban palos a todo aquel que pensara diferente al gobierno.
Con esa organización unitaria como enemigo, le resultó muy fácil al gobierno chavista infiltrarla, bien posicionando caballos de Troya dentro de la MUD, o comprando algunos de los cascarones vacíos que parasitaban dentro de la unidad, muy pronto la estrategia del chavismo se hizo clara, copar la unidad con partidos y políticos aliados, que quisieran cohabitar con ellos a cambio de algunos cargos.
Y los líderes de la unidad sintiendo las duras circunstancias en las que habían caído y dando muestras de un pragmatismo y una sinvergüencería inaudita, lograron interesar al gobierno enviándole señales de que estaban a la venta,  la llamada mesa de diálogo no fue otra cosa sino una negociación a favor del gobierno, era un “SALE” de temporada a cambio de algunas liberaciones de presos, elecciones y puestos salidores en el gobierno, pero ciertos sectores radicales del chavismo arruinaron la estrategia haciéndola evidente, el secreto de la MUD se había destapado y los votantes se sintieron traicionados.
La única verdadera victoria obtenida por la MUD fue el rescate de la Asamblea Nacional (la victoria en realidad fue del pueblo de Venezuela, de los electores), esa mayoría aplastante del país que quiere que el gobierno salga del poder, eligió a sus representantes para que gobernaran y le pusieran coto a la grave situación de gobernabilidad del país.
Pero los parlamentarios, todos salidos de las filas de la MUD conservan en sus mentes esa particular visión de que al gobierno hay que tratarlo con guantes de seda, que a pesar de toda la agresividad y mala voluntad había que ser no solo un buen cristiano, sino un mejor demócrata, es la salida de la víctima aterrorizada por el “bulling”, dialogar, dialogar hasta el último momento para dar lástima y que pare el castigo, tratar de convencer al agresor de que no son las perras en su manada.
Toda propuesta contraria a esta actitud de esclavo, de pedir clemencia y hacer vales los principios del juego democrático ante el agresor bestial e inhumano, fue rechazada, condenada y sus proponentes execrados del juego interno de la MUD, la actitud de algunos se hizo tan perruna, buscando complacer al amo, que hasta viajaron a los EEUU para impedir que se le aplicaran sanciones al gobierno chavista en nombre de la soberanía e independencia del estado, para algunos de estos oportunistas y vendedores de carros usados, el problema era sólo de los venezolanos, que nadie se meta en la riña, esto era algo entre hombre y mujer, tal cual, como si fuera un caso de  violencia doméstica.
El malestar que causó este comportamiento, dio pie a una serie de señalamientos y críticas que la cúpula de poder de la MUD trató de revertir utilizando la estrategia de que se trataba de una jugada de la anti-política de sectores radicales, principalmente de venezolanos viviendo en el exterior y que por medio de las redes sociales estaban incitando a romper con la unidad, que insistían, era la única manera de romper con la hegemonía chavista.
Pero el affaire de la mesa de diálogo con el gobierno, la participación de mediadores interesados en darle oxígeno al gobierno en medio de la espantosa crisis social y económica, era el reflejo no de querer solucionar la debacle en el país, sino de contenerla dentro de nuestras fronteras para que no se desbordara, la mayor parte de los países del orbe le tienen miedo al cáncer revolucionario bolivariano, se creen que Cuba puede hacer y disponer en Latinoamérica creando una sucursal del infierno frente a las barbas de su peor enemigo los EEUU.
El ex presidente Obama en una política totalmente errada le dio beligerancia al gobierno de los Castro, permitiéndoles afianzar sus tentáculos terroristas y antidemocráticos incluso dentro de los EEUU, craso error, las fuerzas insurgentes de Eurasia, el medio oriente y el crimen internacional tienen campamento a las puertas de la patria de Jefferson y Lincoln, el plan es subvertir y acabar con el Imperio capitalista, y como en Venezuela, utilizando a la democracia como entrada para causar el daño.

Últimas consideraciones
No quiero terminar este artículo simplemente con una crítica a la MUD, por designio de sus directores, incluyendo a Ramos Allup y Julio Borges han descartado una salida militar, no han entendido que el país se encuentra ocupado por una fuerza militar al mando de extranjeros, que la única manera de confrontar una ocupación armada en precisamente por la vía militar.
Ya hicieron lo que estaba en sus manos desde la legalidad, le quitaron la supuesta legitimidad a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y declararon el abandono del cargo del Presidente de la República, con lo cual el país cuanta sólo con la Asamblea Nacional como órgano de gobierno legítimo.
Pero hace falta que Julio Borges asuma su posición como Presidente interino de Venezuela, es él y no otro quien debe asumir por la Constitución la jefatura del estado, es él quien debe irse a Washington al Departamento de Estado para explicar la situación del país, y si tiene la oportunidad de reunirse con el presidente Trump para requerir su ayuda, no tanto porque el país no pueda hacer frente a un problema interno, sino porque la amenaza del chavismo es hemisférica y se ha convertido en un problema de seguridad para los EEUU.
Nuestros próceres, Miranda y Bolívar no tuvieron prurito alguno en pedir ayuda a los británicos, el Imperio de su época, para ayudarlos en la lucha de la independencia, y hasta sus ejércitos lucharon en nuestra tierra y por nuestra causa.
Borges debería pasearse por activar la actividad clandestina, un distintivo de nuestras organizaciones políticas libres y democráticas cuando fueron perseguidas por las dictaduras, incluso la izquierda se ha destacado por su oposición clandestina, el mismo Chávez fundó el MBR200 en la clandestinidad.
La lucha debe ser en todos los frentes, en nuestra condición no hay espacio para las exquisiteces políticas, es hora de ser bifronte, como Jano, un rostro para la lucha democrática y otro para la lucha por la sobrevivencia, hay analistas que creen que los venezolanos abandonamos la violencia como respuesta humana a la opresión pues hemos avanzando a un estadio superior del ser, por favor, no somos ovejas, somos humanos.
Pero hay que ser consistente, la palabra de la oposición debe cumplirse, sus edictos deben ser efectivos, sin arrepentimientos ni acomodos, debemos definirnos, el peor momento para dudar es ahora, hay venezolanos muriendo de desahucio en la calle cada minuto que pasa por culpa de éste gobierno, no hay momento que perder, espero que los países del mundo y las organizaciones multilaterales hayan recibido notificación de esta nueva situación, que la Asamblea Nacional se haya ocupado de hacer público la existencia del nuevo gobierno en Venezuela, un gobierno que todavía no se ha conformado.
Por último, una palabras personales para Julio Borges, has trabajado toda tu vida para llegar a este momento, quizás no en las condiciones que deseabas, pero indudablemente te encuentras en el ojo del huracán, vas a pasar a la historia de acuerdo a como te comportes en éste momento, tus errores del pasado podrían ser enmendados si actúas de acuerdo a las circunstancias, es el momento de la verdad.   -    saulgodoy@gmail.com






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