jueves, 23 de marzo de 2017

El enemigo en casa


Toda esta discusión que se ha suscitado a raíz de la iniciativa del Sr. Almagro, de aplicarle la Carta Democrática de la OEA a Venezuela, es una perfecta ventana para enterarnos de la enorme confusión y desacople de una buena parte de nuestros políticos con la realidad nacional, y aquí debo hacer el primer inciso, el que decide jugar a la política en nuestro país, debe asumir los riesgos del juego, si se le tiene temor a la candela lo mejor es no acercarse a ella, esto lo digo porque una buena parte de nuestros políticos de oposición son políticos de poltrona, les encanta llenarse la boca de que son políticos pero no asumen su papel de líderes sociales, de voz del pueblo y consciencia de la nación.
La política para este grupo de “enchufados” a las organizaciones políticas de la oposición venezolana, son perfectos prospectos de burócratas chavistas, su primordial interés es su agenda personal, que solo tiene un único punto, llegar al poder haciendo el menor trabajo posible y asumiendo el menor riesgo, para ellos, esto es signo de viveza y de instinto político.
La política asumida como un eterno negociar con los otros factores políticos para evitar los conflictos, las confrontaciones y tener que asumir una posición, porque cuando un político se define o toma bando- según el diccionario que ellos manejan- se convierte en víctima, en sacrificio en el altar de los principios éticos, y de esos tenemos un montón, los chavistas los llaman políticos presos y las cárceles militares están a rebozar con estos “ilusos”.
En la política venezolana no se muestran las heridas del combate ni se hace de ellas símbolos de los compromisos con la sociedad y la democracia, no, en nuestro país, mientras más tersa la piel, mientras menos cicatrices existan es una muestra de la habilidad del operador, del negociador, del que trabaja detrás de las sombras, se trata en fin del verdadero político capaz de hablar y hablar ante los medios, en sus tribunas, en reuniones, en mesas de negociación y salir sin que nadie sepa que fue lo que dijo o de qué lado está.
Y esta situación, que es común en muchos países, es una práctica regular y hasta admirada en nuestro patio, precisamente porque la gente, el pueblo, la ciudadanía, no tiene la suficiente cultura política para detectar quienes de los políticos es una rémora y quien es autentico.
Estas organizaciones políticas ya no funcionan como partidos políticos al servicio de unos grupos de interés organizados y activos socialmente, sino como oficinas de relaciones públicas y propaganda del poder gubernamental, manipulando para beneficio de la oligarquía mandante toda una serie de asuntos, temas, posiciones y votos, a cambio, se les proporciona financiamiento, se les otorga privilegios, se les ayuda manipulando elecciones para que ganen algunos circuitos y puestos locales, se les concede reconocimiento y status legal como partidos de oposición, pero en realidad son agentes del gobierno.
Pero veamos un caso práctico para develar esta oscura práctica, por un lado no deja de ser hipócrita y enfermiza la posición de algunos políticos de poltrona que hasta hace muy poco, predicaban sin ninguna desvergüenza que el problema político de Venezuela, esta dictadura comunista que nos tiene sometidos al hambre y la miseria, era un problema exclusivamente de los venezolanos, y rechazaban cualquier “injerencia” que viniera del exterior con la pretensión de querer ayudarnos, incluso, cuando claramente no había estado de derecho, se habían suspendido todas las garantías, vivíamos en un estado de excepción y para los efectos prácticos, no había democracia en nuestro país.
Quienes así se comportaban lo hacían bajo la presunción de que los venezolanos teníamos la fuerza, los medios y la convicción, de solucionar esta compleja situación de la enorme deriva antidemocrática en la que se había embarcado el gobierno de Maduro.
Según estos “patriotas de cartón piedra” el país contaba no sólo con unas FFAA institucionales, partidos políticos de oposición dispuestos a negociar salidas democráticas, y un pueblo suficientemente consciente de que la única manera de componer nuestro problema era electoralmente, que no hacía falta que desde el exterior nos hicieran ningún “favor”.
Por supuesto, esta actitud supuestamente nacionalista, claramente entreguista y suicida se negaba a reconocer, y todavía tratan de ignorarlo, de la enorme injerencia cubana en nuestros asuntos internos, incluso en asuntos concernientes a la seguridad de la nación, a la red internacional de gobiernos, organizaciones políticas y foros principalmente comunistas y que apoyan la subversión en nuestro continente, fuerzas antioccidentales, enemigos de la libertad y la democracia, grupos populistas y fundamentalistas, que apoyan el terrorismo, el narcotráfico, la corrupción, que tienen su cuchara metida en nuestros asuntos, a quienes el gobierno financia, protege y apoya, que les permite utilizar a nuestra patria como aliviadero y casa segura, que les permite utilizar nuestros documentos de identidad para viajar sin ser detectados y poder desarrollar sus planes en contra del Imperio.
No contentos con esto, le han entregado a empresas y entes financieros extranjeros, al imperialismo comunista oriental, nuestras principales riquezas naturales empezando por nuestra empresa petrolera, la cual prácticamente fue vendida a estos países a cambio de financiamiento para mantener un sistema de gobierno inviable y explotador de su pueblo, recibieron armas, expertos en torturas, efectivos extranjeros que se vestían del uniforme de nuestras FFAA y atacaban a la población desarmada, recibimos ayuda en propaganda y manipulación mental, expertos en indoctrinación y lavado de cerebros, economistas que experimentaban fórmulas de biopolítica para arruinarnos y oprimirnos con el suministro controlado de alimentos y medicinas.
En contra de toda evidencia que Venezuela ha sido tomada como base para la insurgencia en contra de los intereses del mundo civilizado y capitalista, estos políticos asumen una posición de no injerencia en nuestros asuntos cuando en realidad ellos son agentes indirectos de las peores mafias criminales internacionales, que efectivamente, han asaltado al país, y lo utilizan como base de operaciones tras la fachada de un país democrático, que ellos, los políticos de poltrona de la oposición, están en el deber de mantener la ilusión de un país libre y los principios “soberanos” de un gobierno que se ha convertido en un problema para la seguridad mundial.
De hecho, parte importante de su trabajo como relacionistas del gobierno de Maduro, fue visitar los centros de poder del mundo para desactivar ciertas medidas de presión que se le querían aplicar al gobierno, creando confusión y situaciones contradictorias que terminaron por desactivar algunas de ellas, justamente en nombre de la oposición.
Pero sucedió que esta actitud colaboracionista de los políticos supuestamente nacionalistas que querían tener el control de la situación, se les escapó de las manos gracias al esfuerzo sostenido y valiente de las esposas, madres, abogados y demás dolientes de los presos políticos venezolanos en los escenarios internacionales, visitando parlamentos, jefes de estado, organismos multilaterales, haciendo vigilia a las afueras de las dependencias del Papa chavista en el Vaticano, haciendo presencia en medios de comunicación, exponiéndose a la burla y las agresiones de los tarifados por el gobierno, detenidas en algunos aeropuertos, expulsadas de algunos países títeres del gobierno cubano, en fin, donde hubiera una oportunidad de exponer su caso y desnudar la realidad del país allí fueron, y llamaron la atención, y fueron apoyados.
Cuando los políticos de la oposición sinvergüenzas se dieron cuenta de la bola de nieve que venía sobre el gobierno chavista del cual ellos son parte, entonces se acomodaron del lado de la verdadera oposición declarando que era gracias a ellos, a su labor de hormiga en la comunidad internacional que se pudieron concretar esfuerzos y un frente común para pedir el respeto a la constitución y las leyes por parte del gobierno de Maduro.
La situación se les agrió cuando el Sr. Almagro presenta su informe en la OEA pidiendo la aplicación de la Carta Democrática, y llevaron la discusión del documento en el seno de la Asamblea Nacional, fue en ese momento cuando se cayeron las caretas, los traidores andan desnudos, tapando sus partes pudendas con la hoja de parra de no al intervencionismo, sí a las elecciones, lo que quiere decir que aún en su incómoda situación de colaboracionistas del régimen se ponen exquisitos y pretenden pedir medidas a la carta, que sean lo menos dañina al régimen castrocomunista.
Escuchen el discurso de los supuestos líderes y detectarán la neolengua chavista en acción, después de haber arruinado al país y quitarle el futuro por lo menos a tres generaciones de venezolanos, todavía pretenden defender al chavismo, hacerle la vida fácil, darles la oportunidad de una salida honorable a esos vagabundos, es por ello que hablan de injerencia, de supuestas intervenciones extranjeras; el nacionalismo se hace ciego y sordo, los chavistas traidores son ahora venezolanos a carta cabal, nuestros torturadores son parte de nuestra gran familia feliz, e insisten en darle ese carácter mágico y todopoderoso a las elecciones, aún a sabiendas, pues de eso tenemos un rollo muy pesado, que las elecciones sin respaldo militar son tan inútiles como un paraguas en medio de un Tsunami, que mientras existan fuerzas paramilitares y militares defendiendo al régimen, ninguna elección es posible pues no hay manera de cobrarlas y menos de llevarlas a término.
Ya hemos pasado por esa tortura, hemos ganado elecciones que no han servido para nada, con candidatos que en el momento decisivo nos dejaron entendiendo y abandonados, las elecciones son el resultado último de un país en orden y con garantías de paz, y tan no estamos en paz ni tenemos orden, que por allí andan los partidos políticos legitimándose ante el narcoestado, que al igual que hace con la población más vulnerable, los tienen chantajeados con un carnet de la patria, que no es otro que ese registro del CNE que es una prueba de lealtad al chavismo.
En lo personal considero que en este momento, cuando el chavismo se desmorona en pedazos, ojo, ese fue el camino que eligieron los partidos políticos de la oposición, el camino del menor esfuerzo y riesgo posible, que el chavismo se aniquilara solo, en su ineptitud e inoperancia, a un costo enorme para la población del país, pero era la manera más segura y fácil para los políticos de poltrona, repito, en este momento del final del gobierno de Maduro lo más peligroso para la democracia venezolana es permitir que siga con vida esta entelequia de lo que es política.
Esas organizaciones políticas que no son partidos políticos, esos políticos que son simples vividores del truco y la trampa, son extensiones del chavismo que pueden arruinar cualquier intento de reconstrucción del país y sus instituciones, ellos se ocultan en el argumento de son blanco de la antipolítica, ellos se creen víctimas de una campaña hartera en su contra por parte de factores oportunistas y mayameros, ellos se creen la sal de la tierra en la democracia, los verdaderos demiurgos de la nación política cuando en verdad son unos vende patria y carroñeros.

Debemos sanear nuestro estamento político que se encuentra podrido e infiltrado por el chavismo, con ellos no vamos para ningún lado, son gente mala e ignorante que pretenden seguir decidiendo por nosotros los asuntos que atañen a nuestro modo de vida, seguridad y propiedades, quieren perpetuarse en el poder a como dé lugar recurriendo a argumentos cono la unidad necesaria y la tolerancia democrática, y nosotros somos los únicos que podemos combatirlos, de modo que, si los tienes identificados, si sabes quienes son, no te conformes con el argumento de que es lo único que tenemos, retírales tu apoyo, dales la espalda, lo que están es haciéndote daño, son elementos tóxicos que deben desaparecer para poder crecer como país; después de estos 17 años no podemos seguir cometiendo los mismos errores.  -   saulgodoy@gmail.com

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