jueves, 30 de marzo de 2017

Jugar al terror



Voy a utilizar el concepto de terror expresado por el Diccionario de la Existencia, dirigido por Andrés Ortíz-Osés y Patxi Lanceros (2006)  dice: “sentimiento angustioso surgido de la combinación, inesperada y súbita, de lo sublime y lo siniestro” un concepto que como bien dicen sus autores corresponde a un plano eminentemente artístico, el estado de confusión que genera el terror en la persona es tal, que no puede responder coherentemente, racionalmente, a la situación creada, produciéndose en su lugar respuestas excesivas, alteradas, que pudieran hacerlo víctima de accidentes o de las circunstancias peligrosas creadas por la situación de terror, esto puede suceder tanto individual como colectivamente.
La sensación que crea el terror es que el mundo de la persona está dominado por fuerzas extrañas y fatídicas fuera de su control, sigue la definición describiendo el terror: “Adviértase, además, que al tratarse de un «sentimiento» (en el que, por definición, se desvanece la noción de la verdad en cuanto adecuación del pensamiento a la realidad), éste puede ser debido a una alucinación, aun cuando tenga fundamentum in re”.
Fundamentum en re era una expresión medioeval que significa que el terror pudiera ser producto de un hecho real, por ejemplo, los violentos golpes sobre la puerta cerrada que nos separa del exterior y de ese alguien que quiere entrar a como dé lugar.
Cuando describen el sentimiento, dice el diccionario:
…este sentimiento se acerca más al lado de la angustia que al del miedo o temor…Dicho con cierta brevedad, y sin entrar en la jerga heideggeriana, podemos decir que el objeto del miedo es siempre algo determinado, algo que se nos presenta dentro del mundo, ya sea como una «cosa» que se resiste a ser meramente contemplada a distancia y en seguro, como un «útil» o instrumento que de pronto se revela amenazador y nocivo, o como otro hombre, como un «semejante» que no menos inopinadamente se enfrenta a nosotros.  En cualquiera de estos casos, lo temible se halla dentro de un círculo cotidiano de significatividad, o sea de un «mundo a la mano», revelándose en él como algo que nos resulta adverso.  Por utilizar una terminología cara a Carl Schmitt, y ampliamente difundida, podemos decir que lo temible es un inimicus, o sea un «no-amigo»: forma parte de mi mundo, y en este sentido lo acojo y entiendo, pero está contra mí.

Esta magnífica descriptiva del terror es fundamental para entender algo muy importante en la realidad que vive Venezuela, a medida que el régimen de Maduro se descompone y amenaza la seguridad de todos los venezolanos, los países vecinos y el orden hemisférico, este viraje hacia el terror, que claramente queda demostrado en la sentencia del TSJ otorgándole poderes extraordinarios al indocumentado e ilegítimo presidente Nicolás Maduro Moros, para que de manera inconstitucional, actúe sobre normativas que claramente están fuera de su jurisdicción y que incluyen las leyes civiles, penales y militares que rigen en el país, demuestra claramente que jugar al terror es una apuesta de doble dirección, Maduro y sus cómplices quieren aterrorizar porque ellos están aterrorizados.
El mundo se les vino abajo con las actuaciones del Sr. Almagro en la OEA, han quedado desnudos ante el mundo, ya no pueden justificar su pretendido respeto  a la democracia, a la soberanía y la libre determinación de los pueblos, argumentos que ya son insostenibles ante el vacío que se les presenta a sus pies, el próximo paso simplemente es terminar de hundirse ante la mirada acusadora del mundo entero.
El juego del terror en que está embarcándose el chavismo es un viaje sin retorno, una alegoría sería, se están pegando un tiro en la sien, de la manera más cobarde y con una audiencia de millones, atentos a como hacen un reguero de sangre y violencia sin sentido.
El problema que tiene Maduro es quien lo va a seguir, porque lo que viene no es fácil, ya el pueblo de Venezuela está curtido en el maltrato y el oprobio que el gobierno lo ha sometido por casi dos décadas, no es un pueblo fácil y dócil, está hambreado, tiene mil y una necesidades producto de un acorralamiento del gobierno de todas sus clamoreses, de tantas promesas incumplidas, de espectaculares fracasos, de corrupción voraz y sin medida, de una dosis extrema de violencia diaria que ya lo ha hecho inmune a las escenas más atroces que las mentes torcidas del chavismo hayan sido capaces de imaginar y ejecutar en su contra, el pueblo sólo está pendiente de las lujosas camionetas con escoltas que cruzan las ciudades llevando a sus verdugos de un lado a otro, de sus mansiones repletas de dinero y comida, de sus cómplices uniformados escoltando convoyes de comida sólo para los odiados CLAP, haciendo el negocio de sus vidas con el hambre de los venezolanos.
Las alarmas de cualquier persona medianamente racional se han debido haber encendido, cuando ve la gente en la calle comiendo basura, incluso a militares, cuando unos niños degüellan de manera salvaje a unos Guardias Nacionales en una de las avenidas más importantes de la capital, cuando ve pacientes terminales en sillas de rueda protestando por la falta de medicinas frente al arruinado Seguro Social, cuando las panaderías del país son tomadas por delincuentes para saquearlas.
El gobierno de Maduro está tan acabado que se mantiene a punta de amenazas, de mentiras, de trampas, de cadenas de televisión predicando un país potencia que todos sabemos es una alucinación de un moribundo, infiltró a la oposición para que jugaran a su favor pero se vieron obligados a cantar el juego de traiciones debido a las inconsistencias de sus contrapartes, que a estas alturas ya no deben saber de qué lado están.
Ya no sabe qué hacer para mantener a esa parte de las FFAA corruptas, interesados en mantenerlo en el poder, ya no le sirve darles la mayor tajada del presupuesto, que sabe, no tienen el dinero para honrar, ni siquiera le está funcionando la infausta Compañía Anónima Militares de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg) y su filial SPS que es la carnada que les lanzó al Alto Mando y a través de la cual compra y vende insumos para PDVSA, en operaciones a contado en Europa, Rusia, Panamá, Islas Vírgenes y Houston cuyo rastro de papeles y digital, está siendo seguido por no menos de siete servicios de inteligencia financiera, con un sustancial registro de operaciones de dudoso origen y con un listado de generales y oficiales incursos en delitos de blanqueo de dinero en los cinco continentes.
El gobierno chavista de Maduro está acabado, saben que es imposible convertir a Venezuela en una nueva Cuba, Raúl Castro ya no sabe qué hacer con tan pesado fardo que se ha convertido su pupilo en Miraflores, los gobiernos de Bolivia, Nicaragua y Ecuador ya están sintiendo los efectos de haber apostado a perdedor, y no les queda otra sino aguantar el chaparrón que les viene.
El delincuente disfrazado de magistrado, Michael Moreno, presidente del secuestrado TSJ, le ordena al indocumentado e ilegítimo presidente Nicolás Maduro Moros, que juegue la carta del terror, justo en el peor momento para la sobrevivencia del chavismo, y el alucinado presidente anuncia hostilidades en contra de la OEA, en medio de la peor debacle histórica del país, este sería el primer gobierno de la era moderna en Venezuela que le declara la guerra a su propio pueblo.
Esta es sólo la puesta en escena de lo que viene en los próximos días, tal como dice la maldición china: “Espero que vivas en tiempos interesantes”, no me perdería este desenlace por nada en el mundo.   -   saulgodoy@gmail.com







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