viernes, 12 de mayo de 2017

El problema militar en Venezuela



A todos nuestros mártires por esta segunda independencia de Venezuela

Raúl Castro siguió la receta de los totalitarismos mundiales, la que indica que a tus más cercanos colaboradores, aquellos que deben ensuciarse las manos por la causa y hacer el trabajo sucio, hay que escogerlos no tanto por la lealtad al proyecto de un mundo nuevo, sino por su rabo de paja.
Larga ha sido la experiencia de monarcas, generales y líderes en todos los regímenes políticos que necesitan del compromiso y lealtad de sus más cercanos oficiales, con los que funciona mejor tenerles guardado un expediente por sus crímenes y vicios, que todos los juramentos que hagan ante una bandera o los símbolos del poder… funciona incluso mejor que un cofre lleno de dinero.
El miedo a que se haga pública su condición de rata de albañal, a estar sometido al desprecio público, a ser perseguido por los órganos de la justicia, a ser buscado con un precio por su cabeza y apartado de los privilegios del poder, son algunas de las consecuencias que una mera sospecha de traición o señal de debilidad ante los requerimientos del tirano pudiera provocar de un momento a otro. La historia está llena de abundantes ejemplos.
Cuando Raúl Castro decidió nombrar al Alto Mando militar en Venezuela lo hizo a través de sus agentes, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías y, luego, el civil indocumentado Nicolás Maduro, y muy sibilinamente recurrió a nombramientos de oficiales totalmente ideologizados, al grado de fanatismo por la doctrina comunista, como es el caso del General Padrino López, o con deudas pendientes con la justicia, como el General Nestor Reverol; mientras más grande y notoria su falta, mejor, y a los que tenían una hoja de servicio más o menos presentable había que manchársela, o sea, ponerlos en posiciones donde pudieran verse comprometidos en asuntos criminales, latrocinio, violación de derechos humanos, perpetradores de masacres, etc., y se les documentaba las faltas para contar con ese expediente de control.
Porque lo que impera en el Alto Mando militar de Venezuela se llama extorsión, o haces lo que dice tu jefe o te arruina la vida y la de tu familia, tan sencillo como eso, y a mayor calibre de la falta cometida, más se exige de tu comportamiento.
A todas luces, lo que impera en este mecanismo satánico de control es el miedo, mientras pertenezcas al gobierno estás a salvo, haz lo que se te ordena y no sólo tendrás poder y riquezas, sino un paraíso en donde vivir en total impunidad y siempre con la perspectiva de ir ocupando mejores cargos.
Muchos oficiales venezolanos, aún a sabiendas de este pacto diabólico, aceptaron vender su alma; lo único que les importaba era las riquezas materiales… qué carajo, después de todo, sino eran ellos, otros saltarían al ruedo para complacer a los cubanos.
Por ello es que tenemos un Alto Mando Militar lleno de personas requeridas por la justicia internacional por delitos de narcotráfico, violación de derechos humanos, crímenes contra la humanidad, corrupción, contrabando, lavado de dinero, tráfico de armas, ayuda a la subversión, falsa atestación y falsificación de documentos de identidad, asesinato, robo, secuestro, masacres y pare usted de contar.
Bajo este esquema operativo, lo primero que se pierde es la moral, el honor; el oficial deja de ser un soldado para convertirse en otra cosa, en un mercenario, en una víctima de su propia ambición y errores, manejado por unos mafiosos que controlan su vida; muchos han pensado en aprovecharse de la ocasión, amasar una fortuna y huir, pero los cubanos tienen montado en nuestro país una red de espionaje y control que hace casi imposible para estos hombres y mujeres huir sin dejar rehenes en manos de sus extorsionadores, o son amenazados de entregar los expedientes a las autoridades internacionales para que sean buscados, o el mismo gobierno se encarga de hacer la denuncia y preparar las acusaciones, o simplemente los persiguen y los asesinan, muchas veces simulando accidentes.
En Venezuela todos los chavistas tiene un expediente, han permitido que los cubanos se involucren de tal manera en sus vidas, hay tantos hilos que mueven sus intereses, familias, fortunas mal habidas, que todos, absolutamente todos, están integrados en un enorme banco de datos manejado en La Habana, se trate del presidente de la República hasta el último de los suscritos de las bolsas de comida CLAP, o los portadores de los Carnet de la Patria, o simplemente los funcionarios públicos.
Todo este dantesco cuadro se refleja con absoluta fidelidad en la actual situación de seguridad en nuestro país, unas FFAA al servicio de los intereses de Cuba, que son los de Nicolás Maduro, que son los del Alto Mando de las FFAA y que están actuando en contra del pueblo de Venezuela y con una brutalidad tal, que sólo se entiende por el miedo que sienten estos oficiales al saber que ni no hacen lo que se les ordena caerán en desgracia.
Esto último que está sucediendo al encausar a civiles, principalmente estudiantes, que ejercen su derecho a la protesta pacífica, por medio de tribunales militares, en procesos judiciales preparados para eliminar la disidencia, lo que es un claro reflejo del grado de angustia colectiva que tiene atenazada a la institución militar; los oficiales comprometidos con el régimen cubano, o sea, con Nicolás Maduro, están aterrados de que esos expedientes, sus cuentas secretas, sus bienes y sus vicios particulares, que de seguro están registrados en sendos videos y conversaciones de audio hechos por el G-2 cubano, con fotos, declaraciones, direcciones, testimonios de patriotas cooperantes ante quienes, a “calzón quitao”, han desnudado su lado bestial.
Todos esos fiscales y jueces militares que están haciéndole el trabajo sucio a Cuba, poniendo en cárceles a nuestros héroes de la calle en su lucha por la libertad y la independencia, tienen que saber que sus acciones traidoras e inmorales van a tener un altísimo costo, no pueden impunemente traicionar a la patria sirviendo de carceleros al amo extranjero.
Amantes, gustos sexuales, adicciones al alcohol o drogas, deudas de juego, episodios de violencia doméstica, abuso a menores, venganzas sangrientas a enemigos, corrupción, secretos que se han dejado pillar en estos últimos tiempos por los sapos del régimen, aparecen en esos expedientes, eso y los paquetes de dólares del narcotráfico que les entregan, es lo que los impulsa a violar el sagrado juramento que una vez hicieron de defender a su patria.
Las FFAA se dejaron entrampar por sus peores enemigos, actúan a control remoto y contra su propio país, no les importa, obedecen al amo, con quien creen estar seguros, por ello han permitido que grupos de civiles afectos al gobierno, eufemísticamente llamados colectivos, una banda de delincuentes armados y en la nómina de Miraflores, actúen protegidos por la Guardia Nacional, asesinando venezolanos… ésta es la prueba indiscutible de que el Alto Mando militar se encuentra operando para satisfacer los intereses cubanos, no se ocupan de detener los envíos del petróleo a Cuba, ni de sacar a los invasores del país, sino de reprimir a quienes esos “h.d.p.” consideran sus enemigos, a nosotros, los venezolanos.
Bajo estas circunstancias, las Fuerzas Armadas Nacionales, a menos que haya un sector sano que pueda reaccionar y hacer una limpieza en casa, está irremediablemente perdida para los intereses del país, aunque no dejan de asegurarme personas que conocen el ambiente militar que una gran mayoría de la institución no está de acuerdo con la delicada situación.
Se habla de una resistencia a lo interno, donde se dan notificaciones del malestar dentro de sus cuadros, y se siguen produciendo bajas en abundancia del personal que no quiere verse comprometido en la traición, se han hecho amenazas anónimas en contra de los jefes corruptos, la negativa en hacerse parte de la represión en contra de la población civil, han hecho que los rumores de arrestos y oficiales enviados a sus casas, sin mando, se multipliquen a diario, y que pronto, me aseguran, algunos estarían dispuestos a entrar en una fase más contundente de rechazo a este estado de cosas.
La oposición debe tener esto muy en claro, no hay que engañarse, vean quienes están ocupando los puestos de mando en las FFAA y se darán cuenta de que, detrás de esos uniformes y la retórica patriótica, sólo hay mafiosos haciendo negocios con nuestra miseria, protegiendo sus propios intereses, delincuentes buscados por policías y tribunales de otros países, asustados de quedar al descubierto y en manos de la justicia internacional, que van a hacer lo imposible por sobrevivir y, si eso significa exterminarnos, lo harán.
Han actuado con sangre fría, convenciendo a unos venezolanos, en los cuerpos de seguridad del estado, para que actúen como monstruos asesinos de jóvenes, y el Alto Mando militar está coordinando estas matanzas sistemáticas en las protestas de los ciudadanos en la calle, por órdenes de La Habana.

El Ministerio de la Defensa está actuando como perro de ataque de los cubanos, con uniformes de nuestras fuerzas armadas, defendiendo los intereses de estos extranjeros, a quienes sólo les interesan los 100.000 barriles de petróleo diarios que les envían como tributo, y todos los negocios paralelos de corrupción y narcotráfico que han desarrollado con esta alianza funesta, lo que significa una injerencia directa en nuestros asuntos internos.
No pueden negar la presencia de cubanos en los cuarteles, los espías en Fuerte Tiuna, los oficiales dando órdenes en el Ministerio de la Defensa, las tropas cubanas infiltradas en los cuadros regulares de las tropas, los expertos en represión coordinando el lavado de cerebros en los cuarteles, designando observadores y francotiradores en los edificios por donde pasan las marchas de la ciudadanía desarmada…
Lo que está haciendo Cuba con nuestro país es un acto de guerra; su presencia en medio de los traidores venezolanos tiene el único propósito de cimentar su poder intervencionista en el país, porque no quiere abandonar la suculenta presa que le da tanto para la sobrevivencia del titánico régimen de Castro en Cuba; si tiene que hacerle daño a nuestra población, si tiene que destruir lo que queda de nuestra infraestructura económica, no le temblará el pulso.
Conociendo el grado de intriga e inhumanidad del gobierno de Raúl Castro, de su habilidad para esconder la mano del saboteador, no sorprende que dentro de sus planes esté crear una situación tal de represión injustificada, para que el escenario desemboque en una guerra civil… y Maduro está haciendo lo posible por ofrecérsela en bandeja de plata.
Lo que no me explico es porqué la Asamblea Nacional no ha introducido contra Cuba, ante la OEA y La ONU, un pliego de denuncias de estas agresiones, justo contra el país donde periódicamente acude el indocumentado Maduro a recibir instrucciones y de donde salen los planes de guerra para someter al pueblo de Venezuela; el gobierno de Raúl Castro, a todas luces, está agrediendo con fuerzas militares la paz de la nación venezolana, manipulando las FFAA venezolanas con instrucciones de exterminio de su población para garantizar el suministro de petróleo, que es un compromiso, a espaldas del pueblo venezolano, que el gobierno de Venezuela no puede darse, debido a la extremas circunstancias de necesidad y emergencias que vive el país.
Cuba ha estado utilizando de manera pública y notoria todo su poder diplomático, su presencia en los foros internacionales, su habilidad aprendida durante la guerra fría para avanzar en el oscuro mundo del espionaje y el montaje de operaciones negras y psicológicas, para ensayar todo tipo de estrategias para apuntalar al régimen de Maduro, política y mediáticamente, construyendo una especie de cerca a la no intervención extranjera en el caso venezolano, mientras ellos están instalados en el país haciendo lo que les da la gana, con total impunidad.
El gobierno de Venezuela debería declarar al embajador de Cuba en Venezuela como persona non-grata y romper relaciones con estos piratas, exigir que nos se devuelto el oro que tiene el gobierno cubano en sus bóvedas, que forma parte de la reservas internas del país, que el presidente Chávez les dio para su resguardo y que es propiedad de la República Venezolana, que se nos indemnice por los incumplimientos de contratos en el suministro de equipos eléctricos, de salud, alimentos y otros servicios estratégicos contratados entre ambos gobiernos, deberíamos interrumpir el suministro de servicios de telefonía y data por el cable submarino que Venezuela tiene con Cuba, mientras se investiga todas las denuncias de injerencia contra nuestra seguridad e integridad nacional.
Debería devolvernos nuestras aeronaves, naves y equipos, que nuestro gobierno les suministró en calidad de préstamo, instándolos a cancelar de inmediato los prestamos y otros instrumentos de crédito, garantías y comodato, incluyendo bienes inmuebles en el exterior, instalaciones navieras, aeroportuarias, así como el goce y disfrute de nuestras embajadas y consulados en el mundo, y las instalaciones y bienes pertenecientes a PDVSA, CITGO y PETROCARIBE.
Es urgente que se suspendan de inmediato firmas conjuntas de funcionarios cubanos en cuentas venezolanas en el exterior y se cancelen de claves de acceso a cuentas compartidas con el gobierno cubano. Todas las contrataciones conjuntas de bienes y servicios con empresas extranjeras deberán revisarse y anular todos los poderes y autorizaciones que comprometan al gobierno de Venezuela, signados por funcionarios venezolanos con el gobierno de Cuba. Se deberá expulsar inmediatamente a estos ciudadanos traídos de la isla para ocupar cargos en la administración pública de nuestro país, y si hay personal militar, apresarlos, interrogarlos y seguirles el proceso de ley, a ellos y a quienes son responsables por su presencia en el país… esto, para comenzar.
Para el orden internacional, sobre todo para los EEUU, país para el que aparentemente no somos importantes en sus intereses de seguridad, advertirles que la existencia de este foco podrido dentro de un ejército nacional del tamaño y la posición geoestratégica que tienen las FFAA venezolanas, con los sistemas de armas que tiene en su poder y su vinculación con el imperialismo cubano, eternos enemigos de la libertad y la democracia, se constituye en indicio suficiente para poner en alerta a las fuerzas de defensa regionales, indica que el comunismo aúlla rabioso a las puertas de la principal potencia del mundo y no se detendrá hasta causarle un daño real.
Se está poniendo en peligro la paz y la convivencia regional, el ejército cubano y el venezolano ya son dos cuerpos en armas, aparte de las fuerzas irregulares que abundan en la zona, aupados por ambos países en esta estrategia de subversión continental, que estarían dispuestos a unir sus componentes, con la sola intención de imponer su dominio sobre territorios y contra los intereses de Washington.
Se está sembrando la semilla de los señores de la guerra tan populares en Somalía, Siria, Pakistán y Afganistán, esos grupos son los colectivos armados que ya están actuando con independencia del gobierno central y controlando con violencia sus territorios y poblaciones.
¿Cuántos ejércitos más, enemigos de los EEUU, se necesitan en la región para encender las alarmas? ¿No es más sencillo neutralizar el peligro en sus inicios? El Departamento de Estado tiene que estar claro y de acuerdo con que los países de la región pudieran recaer en la fiebre de militarismos de izquierda, alentados por el éxito del caso Venezuela, al que se le ha dejado progresar sin resistencia ni oposición; este mal ejemplo pudiera afectar gravemente la seguridad hemisférica, una infección altamente contagiosa, que Cuba, en éste preciso momento, está fomentando desde las sombras… y eso es algo que los cubanos saben hacer muy bien.  -   saulgodoy@gmail.com





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