jueves, 8 de junio de 2017

Dêmokratia a la Venezolana


Para el professor Ian Morris, en su ensayo Democracia, el menos malo de las formas de gobierno (Straford Global Intelligence, 2015), destaca las ventajas de este sistema de gobierno:
La democracia se sustenta en dos idénticos pilares, la eficiencia y la justicia. Por un lado, la ausencia de líderes en contacto con Dios, significa que la voz del pueblo era la manera más eficiente de saber que hacer; por el otro lado, si cada uno de nosotros sabe algo pero ninguno lo sabe todo, sólo un sistema de justicia que nos dé a todos iguales derechos podría funcionar.

La idea aunque bastante razonable no funcionó para todos los casos, entre ellos el más común era la de líderes que se creían en contacto con Dios y les decía su voluntad, que a su vez, estos reyes bajaban al pueblo, en esta categoría estarían los lideres iluminados por ideologías que creían perfectas, inequívocas, absolutas y que junto con el partido único, imponían al pueblo las recetas escritos en libros, estos son los tiranos.
Otros eran los que preferían escuchar a un grupo de personas excepcionales (entre ellos los más ricos o los más cultos), de gran sabiduría, cuyo consejo era la voz de la razón y la prudencia, otros eran los militares más fuertes, que ante el poder de las armas no había más remedio que obedecer.
De todas estas formas y otras de gobierno, solo la democracia ha sobrevivido en la historia de la humanidad y sigue siendo la más popular, entre otras razones, porque ha sido la más probada y exitosa.
Y ante la evidencia podríamos decir como Winston Churchill “Por supuesto, la democracia, se ha dicho, es la peor forma de gobierno excepto por todas aquellas otras formas de gobierno con las que se ha experimentado de tiempo en tiempo.”
¿Qué puedo decir de esa forma de gobierno comunal y corporativa que tiene en mente ese chofer de autobús llamado Nicolás Maduro con sus asesores cubanos y del partido Podemos de España? ¿Pudiera resultar? ¿Tiene algún tipo de esperanza de éxito?
Para empezar creo que el país no está en situación de experimentar con una nueva forma de gobierno, Maduro ha sido parte principal de un gobierno que por 18 largos años lo que ha traído es pobreza y ruina a Venezuela, sus credenciales no son las mejores, su desempeño habla muy mal de su gestión, de hecho, creo que él es el único (ya se me olvidaba, una socióloga llamada Tibisay Lucena también está de acuerdo), que creen en la constituyente comunal de la cual surgirá un Nuevo Orden, eso es lo que Maduro alucina en sus solitarias noches en Miraflores.
Tienen a todo el país marchando diariamente, por más de dos meses, en contra de semejante proyecto, que no es otra cosa que un fraude gigantesco en contra de la constitución que dejó Hugo Chávez Frías (¿Dónde quedó la lealtad? ¿Donde el legado de Chávez?), pero ellos insisten en que pueden gobernar sin el pueblo, de alguna manera deben tener alguna conexión con Dios que les insiste que ese es el camino, y por supuesto tienen a sus bandas armadas, algunas uniformadas como si fueran las de un ejército de la nación, cayéndole a palos, robando, disparando a matar y arrojándole gas venenoso a los verdaderos constituyentitas, al pueblo soberano.
Los enemigos de la democracia generalmente aducen que se trata de una forma de gobierno donde las multitudes ignorantes son las que gobiernan, que es lo debe pensar la corriente del madurismo, una nueva escuela del pensamiento político, que nos retrotrae a la monarquía absolutista.
Aunque si bien es cierto, que en democracia todas nuestras opiniones no hacen necesariamente las mejores o las más correctas ideas sobre cómo conducir la nación, lo que sí podemos decir es que será la menos mala; un solo hombre se puede equivocar muchas veces, un grupo de sabios se equivocará menos y aquí vale recordar la máxima varias cabezas piensan mejor que una, pero un gobierno de muchos, donde las ideas se discuten abiertamente, donde todos pueden opinar y criticar para luego votar las decisiones importantes, el margen de error se reduce, no se elimina, solo se reduce.
Supongamos que Maduro se cree un ser excepcional, fuera de serie, lo más grande que haya parido esta tierra (ya empezamos mal, Maduro no nació en Venezuela ni siquiera tiene padres venezolanos), pero eso justamente es algo excepcional, no ser un venezolano y aún así, ser hijo de Chávez (metafóricamente hablando) y llegar a ser presidente de la república, eso no lo hace cualquiera, Maduro debe ser un Dios, o por lo menos tener contacto con él, para realizar semejante prodigio.
Pero el problema surge cuando tratamos de descifrar ese ovillo conceptual que Maduro tiene en la cabeza sobre lo que es democracia, porque de una democracia participativa y directa (obviando la representación) pasamos ahora a una democracia corporativa, muy fascista, donde para ser alguien en política hay que pertenecer a un gremio o grupo reconocido por el gobierno.
Todo vuelve a girar en torno al hombre fuerte, a su partido único, a su entorno militar, en una especie de cesarismo que, de democrático no tiene nada, el estado nuevo, reflejo de una supuesta constituyente comunal es sólo el reflejo de los intereses de La Habana, de nadie más.
La Venezuela libre y democrática tiene dos armas poderosas, la calle y la Asamblea Nacional, por su efectividad y notoriedad, la calle se ha convertido en la nueva vitrina política, principalmente porque son los mismos diputados, que deberían estar trabajando para afinar nuestras estrategias legales, constitucionales e institucionales, los que se han convertido en los nuevos protagonistas de estas jornadas, pero descuidando sus actuaciones más importantes, que son hundir el gobierno de Maduro, terminar de clavarle al vampiro la estaca en el corazón.
A Maduro hay que desconectarlo de inmediato de los aparatos de soporte de vida que tiene, que son el TSJ y el CNE, la Asamblea Nacional tiene que nombrar nuevos poderes, algunos será de manera provisional, pero no puede seguir dándole largas a la total inhabilitación de lo que queda de su fuero que de hecho fue desconocido por la AN pero no le ha dado el coup de grace.
Mientras este momento llega, Maduro en sus desesperadas arengas, nos amenaza con guerra sino aceptamos su constituyente ¿Será a caso que no se ha dado cuenta que el país está en guerra en contra del chavismo desde hace mas de dos años? Desde el momento en que el Ministerio de la Defensa permitió la presencia de tropas élites cubanas en el país, de sus generales dirigiendo acciones en contra de la población, desde que se hicieron parte del despliegue nacional de fuerzas armadas para someter al pueblo de Venezuela, han utilizado en nuestra contra el desabastecimiento, el desarme de la población civil, el encarcelamiento de nuestros líderes políticos, han utilizado la justicia militar como arma, han puesto a regiones enteras en toque de queda, han inutilizado la constitución, nuestros pasaportes, están destruyendo nuestros hogares, asesinando a nuestros jóvenes, torturando a quienes protestan…
¿De qué guerra estamos hablando? ¿Van a sacar los tanques, bombardear nuestras ciudades, ametrallar a las multitudes, quemarnos con sus lanzallamas?
Maduro y la gentuza que lo rodea, incluyendo a los militares traidores, que ven este holocausto con los brazos cruzados y sin decir estas boca es mía, mientras destruyen al país y violan todas sus leyes, parece que no se han dado cuenta que ya estamos en guerra y que la están perdiendo, el “enemigo” es una legión de gente desarmada, libre, demócrata, que prefiere morir peleando por su dignidad, a vivir como esclavos.
¿Qué sostiene la lealtad del lado de Maduro, de ese indocumentado ilegítimo e ignorante? ¿Dinero, droga, negociados, corrupción, mentiras? ¿Desde cuándo dejaron de ser venezolanos? ¿Qué les prometen desde La Habana? ¿Qué van a vivir como reyes sobre las tumbas de sus propios hijos?
Nos cuenta Morris, que Alejandro Magno en el Festival Olímpico de 324 a.C., se proclamó como un Dios y pidió al público que le adorasen, la gente respondió encantada, se cuenta que Demóstenes, un político ateniense, dijo mordazmente- Está bien, háganlo hijo de Zeus… y de Poseidón también, si eso es lo que quiere.
A partir de ese momento se revivió el rito faraónico del monarca-dios, donde los reyes eran considerados representantes de Dios y que sobrevivió hasta bien entrado el siglo XX, tuvo el General MacArthur que obligar al Emperador del Japón, una vez ocupadas las islas por las fuerzas vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, declarar públicamente por la radio, que él no era un Dios.
¿Qué tiene de malo entonces, que Maduro les exija a los venezolanos que él encarna la soberanía de la República, y que si le sale el forro de sus gónadas, hacer una constituyente comunal y nombrar a dedo sus miembros, lo haga?  Aunque Maduro ni por cerca es Alejandro Magno, ni tiene el abolengo de una casa real en su pasado, sí se cree que es el presidente obrero, el ungido por la revolución latinoamericana, y para que el mundo se entere de su portento, tiene en su puño un Tribunal Supremo de Justicia, unos magistrados “doctos” (es decir, con prontuario) y con el precio de sus conciencias todavía pegado en la toga, quienes a cada momento sacan edictos y proclamas, con la voluntad divina del mandatario autoproclamado, pues en el país, no lo quiere nadie.
“Es la ley”- gritan extasiados los maltrechos magistrados- “Es la ley y hay que obedecerla”
Y para los escépticos, Maduro tiene a su Guardia Pretoriana, a sus generales asesinos, a sus grupos especiales de francotiradores, a sus colectivos armados, milicias, patriotas cooperantes, los mejores verdugos del servicio de inteligencia, sus carceleros militares, las avispas negras, al G-2 cubano, a los CLAP, a los Pranes, a los sicarios del cartel de Sinaloa, a los guardias nacionales y a la policía nacional bolivariana, de modo que el que se resbala, pierde.
Ese es el nuevo concepto de democracia que Nicolás Maduro quiere instaurar en Latinoamérica ¿Y por qué no? en U.S.A.
El chavismo aparece en un momento histórico fundamental, en una época de renovación profunda de las instituciones y creencias, ahora el negocio de las drogas es bueno para los pueblos, matar y torturar son actos de amor, decir mentiras es mejor que decir la verdad, ignorar las crisis hace bien, los mandatarios no tienen por qué preocuparse tanto ni pasar tantos apuros, pasar hambre es una buena forma de hacer dieta, no tener las medicinas que necesitamos nos acerca más a Dios, eso lo sabe hasta el Papa Francisco, incumplir con la palabra empeñada es una broma y hay que reírse.
A la izquierda se le perdona todo porque lo que hace, lo realiza desde el alma, los socialistas son los humanistas más auténticos, la gente de Podemos de España, tienen mil razones que explican estas verdades del tamaño de una catedral, dentro de cada uno de ellos hay un Nicolás Maduro esperando llegar al poder para hacer de ustedes, los españoles, unos nuevos hombres.
Muy pronto, y gracias a los gobiernos socialistas del Caribe reunidos en la organización CARICOM, de Bolivia, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Haití, al socialismo radical español, a los comunistas que hoy dirigen el Vaticano, a los nuevos demócratas en Washington, la doctrina Maduro tocará a sus puertas y tendrán a hombres y mujeres de extraordinaria madera, dirigiendo los destinos de sus naciones por siempre, sin elecciones, con el sello de igualdad en sus frentes, felices y conformes como ovejas, seguid el ejemplo que Venezuela dio, acompañemos a Cuba en este gran acto de liberación, ¡Vivan nuestros nuevos amos! ¡Viva la dicha de siempre obedecer y besar las botas de nuestros militares!, a ellos debemos nuestras miserables vidas que se la dedicaremos a que ustedes, dignos soldados de la patria vivan sus vidas de ricos y famosos.   -   saulgodoy@gmail.com






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