domingo, 9 de julio de 2017

Ab alio spectes alteri quod feceris


Quien perjudica a otro espere lo mismo

A estas alturas del juego es muy claro que el interés de Nicolás Maduro no es gobernar Venezuela, pareciera más bien que su intención es destruirla, de otra manera no se entiende para nada su proceder, porque si su intención fuera conservarla como guarida, como cueva de Alí Babá y sus cuarenta ladrones, tampoco tiene sentido tratar de doblegar a la fuerza a 30 millones de personas, es una tarea enorme y costosa, hablemos claro, imposible, para tan siquiera intentarlo.
Para los que piensan que mantener un estado policial, de terror, es algo sencillo y posible, se trata de una de las opciones políticas más costosas y que necesita mayor dedicación en el tiempo, sobre todo para un territorio tan grande, en cálculos que hemos sacados en un think tank privado, al gobierno le cuesta cada uno de los integrantes de los colectivos armados que tiene a su disposición la cantidad de doscientos mil bolívares (bs. 200.000,oo) diarios por cabeza, cada uno de los motorizados que ustedes ven en las calles disparando, hiriendo a la gente, atemorizando, acudiendo a los llamados de sus jefes en los ministerios, en la Guardia Nacional, en las gobernaciones o en las alcaldías, reciben tal cantidad en efectivo antes de la faena esto, sin contar con la protección que reciben de los militares uniformados, de los sistemas de comunicación con los que cuentan, las motos de alta cilindrada que se les ha dado, las armas y toda la infraestructura de soporte que reciben, incluyendo la atención médica y la impunidad.
Sacando las cuentas de todo esto, cada colectivo viene saliendo por más de un millón de bolívares diarios, mucho más de lo que les cuesta unos funcionarios uniformados ¿De dónde viene ese dinero? Parte viene del exiguo y cada vez más precario presupuesto nacional, es decir, que usted y yo, estamos financiando con nuestros impuestos, para que estos demonios encapuchados y sin identificación nos hagan daño y maten y torturen a nuestros hijos, pero también tienen otro financiamiento, el narcotráfico, estamos seguros deben existir partidas de dinero sucio que están financiando estas operaciones “de paz y amor”, como le gusta llamarlas Nicolás.
Pero también tienen otras formas de mantener los costos bajos y es con la utilización de penados, de presos que sacan de las cárceles, los disfrazan de Guardias Nacionales y los ponen en las calles a causar destrozos y hacer lo que saben hacer, la otra fórmula cada vez más común es el pillaje, permitir que estas bandas de facinerosos operen con la promesa del botín, lo que roben es suyo, e incluye violar a nuestras muchachas con total impunidad.
El terror de estado en su configuración más barata es el ataque de unidades de blindados y cuerpos especiales a edificios residenciales, donde se dedican a destrozar apartamentos, asesinar mascotas indefensas, destruir los servicios, dañarlos vehículos de las personas e incluso, antes de irse, prenderle fuego a una que otra vivienda, todo esto lleva un mensaje velado, sólo si el gobierno gana la constituyente comunal esta agresión se detendría.
Pero sea la formula que usen, mantener a los colectivos y las tropas regulares en las calles le cuesta al gobierno una millonada, dinero que no tienen y que deben crear con la reproducción de dinero inorgánico por parte del BCV, ayudados por la inflación y la devaluación constante y acelerada de la moneda, el asunto es que este estado de cosas se los está comiendo vivos, distraen recursos para la violencia que necesitan con urgencia para mantener otros rubros de importancia, por ejemplo las cajas CLAP, o la campaña para promocionar sus diputados a la constituyente comunal, la falta de recursos los tienen al borde de la histeria.
Todos esos gastos que se hacen para mantener el estado policial en contra de la población en modo de resistencia, los tienen locos, las bombas lacrimógenas se acaban y hay un boicot en su contra por violadores de derechos humanos y por mala paga para la adquisición de este material, las tanquetas nuevas y otros equipos antimotines los están consiguiendo gracias a los chinos y los rusos con los que ya tenían convenios, pero no son las ayudas que estos países quieren ver publicitadas y dañando su imagen ante el mundo.
La ayuda cubana es muy cara, mantener a esos bichos escondidos en el país no es barato, y en estas circunstancias políticas, es casi que imposible contar con nuevas inversiones petroleras, y para las nuevas industrias de extracción de minerales estratégicos, venir al país e iniciar operaciones en estas condiciones no es trabajo para miedosos, de modo que la riqueza del país sigue enterrada, lo que sí han hecho es negociar concesiones, jugar con la promesa de que cuando se estabilice el país, puedan venir la empresas y hacer lo suyo, aunque ya todo el mundo sabe que con el chavismo esto no se estabiliza más nunca.
Las promesas chavistas están devaluadas y el país está encendido por los cuatro costados, por eso es que a medida que la situación apriete, veremos muchos más cargamentos de drogas siendo capturados en el extranjero debido a la pobre planificación; el desespero es mal consejero en tiempos de crisis y lo que tiene el gobierno chavista sobre sus cabezas es una “mega crisis”.
Cada día que pasa los compromisos petroleros se hacen imposible de cumplir, con el estado de la industria en los actuales momentos, todos esos gobiernos del Caribe, Suramérica y Centroamérica que dependen de estos envíos se las van a ver negras, de hecho, las entregas han bajado sustancialmente, los votos que estos barriles compraron para salvar al país de sanciones y medidas en los foros internacionales, están en entredicho.
Las instalaciones productivas están en el último estado y no hay cómo hacerles mantenimiento, los procesos de extracción y transporte, igual, cada día se abandonan un sin número de pozos productivos porque las máquinas dejan de operar o no hay materiales ni productos claves para trabajar.
Pero de las cosas que más preocupan tanto al gobierno como a la oposición es el problema alimenticio, ningún gobierno se puede llamar gobierno si no garantiza la seguridad de sus habitantes, ya el gobierno de Maduro revirtió la fórmula, su gobierno se ocupa es de hacerle la vida infernal a sus gobernados, pero lo más grave es lo que ya estamos sintiendo, la comida se acabó, lo que hay es lo que ven en los expendios a precios prohibitivos, de modo que esta última fase del cohete revolucionario está a punto de estallar, en un juego pirotécnico nunca antes vivido en nuestro país.
El bravucón de Maduro se jacta en público de querer llevar las consecuencias de su mal querer con el país a una guerra, que será con las armas la manera de imponer su revolución, un hombre que ya está enfermo, que no puede sostenerse en pie por mucho tiempo, que le oculta sus graves dolencias al pueblo, no es el hombre que se va a ir a las montañas en armas como lo hicieron Fidel y el Che, a pasar trabajo, eso será tarea de otros, de los pendejos, él sólo lo dice, pero sabe que sus días están contados.
El resto de la jauría está en pánico, Diosdado y los demás capos de las mafias lo que hacen es mostrar sus garras y colmillos orinando alrededor de sus fortunas mal habidas, todos son unos cobardes que no resistirán el embate de la tormenta que se cierne sobre ellos.
La constituyente comunal que tanto pregonan y para la cual se han preparado de manera tan tumultuosa y desordenada, no es más que un último gesto simbólico de su simbólica bravuconería, un fraude imposible de ocultar, si la hacen, que lo pongo en duda, será un espectáculo de mentiras y trampas tan obvio, que nacerá deslegitimada, sin ninguna posibilidad de vida, sin oportunidad de que ese emplasto sea un gobierno.
Los ataques que han sostenido en contra de la Asamblea Nacional y los diputados agredidos y detenidos, violando su inmunidad parlamentaria han sido las acciones más torpes que Nicolás ha podido cometer, debería empalar a sus asesores, pues lo están llevando a empujones al matadero, ese es el tipo de pecado que los gobiernos de occidente no perdonan.

Lo importante es que la gente está en la calle, que el pueblo sabe lo que tiene que hacer y con quienes cuenta, a medida que se acerque el 30 de julio, la furia arreciará, el hambre aprieta y la muerte ya no se ve tan fea, esa maltrecha constituyente que Maduro quiere hacer ver como una oportunidad para la paz, los venezolanos la sentimos como una amenaza a nuestras libertades, y un insulto a nuestra dignidad.   -   saulgodoy@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario