sábado, 29 de julio de 2017

La trampa de los zombis


Lo que va a suceder el 30 de julio está cantado, de modo que no habrá sorpresas; una minoría de venezolanos, protegida por la Guardia Nacional, va a tratar de imponerle a la gran mayoría un bozal y una cadena, para dejarnos en condición de esclavos de unos corruptos y asesinos.
El mundo entero ya lo sabe y han advertido que no lo hagan, todas las medidas para impedir el acto de destrucción de una de las democracias más importantes de Latinoamérica fueron tomadas e ignoradas, el régimen que encabeza Nicolás Maduro está dispuesto a destruir al país y en esto el dictador Raúl Castro de Cuba tiene una gravísima responsabilidad que en algún momento tiene que responder por ello, de hecho, todo apunta a que su próximo objetivo es desestabilizar Colombia ya con las FARC convertida en partido político.
Olvídense de otra interpretación, aquí ya no se trata de que una parte de la sociedad va a expresar sus ideas políticas en democracia, que habrá un debate, que se consultará al “pueblo”, que será un proceso inclusivo, que será la expresión de la democracia popular… toda Venezuela sabe que esos 500 y tantos diputados no son sino unos zombis al servicio del muerto viviente mayor, Nicolás Maduro, que ese proceso electoral está viciado hasta la médula, que se van a valer de un gigantesco fraude electoral, en un intento por salvar el pellejo de unos cuantos multimillonarios del narcotráfico, la corrupción y del contrabando, que nos han robado hasta la comida.
Quienes piensen todavía que se trata de ciudadanos que piensan diferente, de ese “otro” que tiene derecho a expresarse en las urnas, emitiendo su voto, cuando en realidad lo hace para convertir nuestro país en un campo de concentración, simplemente está loco, ha perdido todo el instinto de supervivencia, es un suicida, igual para quienes crean que con pacifismo y tolerancia ante estos criminales violentos vamos a llegar a algún resultado positivo, estos verdugos no entienden de Mahatma Gandhi, ni de Martin Luther King Jr... Quien ahora permanezca con los brazos cruzados mientras los zombis firman nuestra sentencia a muerte no es ciudadano, es un galeote.
El 30 de julio una pequeña gavilla de fanáticos va a acudir al llamado del amo en un intento por crucificar a 30 millones de venezolanos, para quitarnos hasta la forma de caminar, y nos van a usar como rehenes y escudos humanos, para que unos pocos salven el pellejo ante la justicia internacional, que cada día que pasa les cierra el cerco.
Está de parte de nosotros permitir o impedir que esto suceda. Después del 30, las cosas no serán más fáciles para que estos facinerosos nos impongan su régimen de terror, todo lo contrario lo único que nos queda es pelear, no dejarnos matar.
Está en nosotros decidir si simplemente vamos a levantar las manos y rendirnos, para que hagan con nosotros lo que ellos quieran, dejarnos violar por esos comunistas y trabajar para ellos a cambio de mendrugos de comida; o es que todo ese sainete de amenazas, discursos, propaganda de guerra, muertos, prisioneros y torturados no ha sido un constante insulto a nuestra dignidad. El simple hecho de que en ambas partes, chavistas y demócratas estemos contando las horas para ese fatídico encuentro con nuestro destino, es ya evidencia de lo que piensan de nosotros, que somos su rebaño de corderos listos para el matadero… Esta situación tiene que tener un parado desde ya.
Venezuela es un país pequeño, todo el mundo se conoce, no hay manera de pasar inadvertido, en cada barrio y urbanización, pueblo o ciudad hay amigos que conocen a un amigo de fulanito, o tenemos primos que son vecinos de zutano, si van a utilizar al país como concha o guarida eso será imposible, están rodeados por el enemigo; y estamos claros, por más que estiren – o se desplieguen, para usar una terminología de guerra - estas fuerzas armadas, incluyendo, sus llamados colectivos violentos, no van a poder cubrir todo el territorio nacional en una acción general en contra del golpe; la pregunta que todo el mundo se hace y que deben buscar respuesta en su instinto y amor por el país es ¿Qué vamos hacer?
¿Vamos a permitir que ese día se levante esa gente afilando sus cuchillos para cortarles la garganta a nuestras familias? Creo que sería más humanitario detener a estos infelices ahora, que permitir que el régimen pase un día más en el poder, matándonos de hambre y enfermedades, dejándonos en manos del hampa y de los cuerpos represores del estado.
Lo que estamos presenciando ni es democracia ni es un acto legal, mucho menos constitucional, es simplemente un linchamiento generalizado del malandro cobarde e incoherente que tenemos en Miraflores, que nos ha condenado a la miseria y al miedo; cobardes y criminales son también quienes lo acompañan en esta burla a nuestra inteligencia.
Creo que, a partir del día de hoy, se abre una temporada contrarevolucionaria ante las huestes del horror, mucho más contundente y violenta de la que hasta el momento hemos dado; la guerra que andan anunciando la van a encontrar, porque éste es un pueblo que no nació para arrastrase ni lamer botas, porque ya hemos sufrido demasiado y la opresión no se aguanta, porque es preferible morir luchando que enterrados en un hueco sin ver nunca más el sol, porque nuestros hijos valen la pena el sufrimiento y la lucha que estamos por dar, y la sangre que pudiera derramarse, más de la que ya hemos derramado, será para limpiar el honor de esta patria mancillada por unos criminales, estamos enfrente de un acto de legítima defensa, donde por todos los medios disponibles y posibles vamos a detener un peligro eminente, presente y real.
La libertad y la dignidad no se negocian, no se negocia la familia, ni la vida buena, entendida ésta en su mínima expresión, como vivir sin miedo; no se negocia el poder pensar y decir lo que se piensa; no se negocia el hogar ni el trabajo digno; no se negocia el producto de nuestro trabajo, ni la manera como queremos vivir la vida…
Ellos aparecen a cada instante en los medios de comunicación hablándonos de muerte, amenazándonos con la guerra, mostrándonos sus armas (que son nuestras), diciéndonos que si no hacemos lo que ellos dicen nos van a castigar, incluso a masacrar ¿Qué o quién les da ese derecho? ¿Es que acaso somos unas bestias brutas, y ellos piensan que les pertenecemos y pueden hacer con nosotros lo que les da la gana? De vuelta al estado natural, donde la civilización, el respeto a la norma y la vida del otro ya no valen, tenemos el mismo derecho que ellos en destruirlos, así como asesinan a nuestros jóvenes que ni siquiera les han dado la oportunidad de hacerse hombres, tenemos el deber de sobrevivir a costa de sus vidas.
Unos pocos hombres y mujeres, supuestamente venezolanos (lo dudo), están tan enloquecidos que han prestado sus nombres y personas para hacernos daño por medio de esa constituyente comunal, para robarnos lo poco de alegría que aún tenemos… y, sin ningún tipo de temor y recato, se han lanzado en esta aventura de hacer añicos a la familia venezolana, su objetivo es condenarnos a la esclavitud de sus más bajos instintos… y si ellos se atrevieron a hacerlo es porque ya no les importa un carajo si viven o mueren, se están jugado la carta del ahorcado.
Nosotros, simplemente, nos vamos a defender de estos zombis al servicio del muerto mayor, que es Nicolás Maduro, que junto a todos esos uniformados del abismo quieren acabar con nuestras vidas, tomar posesión de nuestros bienes y robarnos nuestros hijos. Creo que llegó el momento de darles una lección que nunca van a olvidar.  

Y para cuando amanezca este domino 30 de julio, todos los venezolanos decentes y que amen a su país deben estar en sus barricadas, dispuestos a vender muy caras su vidas, porque nadie debería transitar el camino de la muerte en silencio y sin defenderse, nadie debería permitir que se cierna la noche sin pelear… ningún venezolano con corazón humano, debería dejarse sumergir en la oscuridad sin oponerse, y todos tendríamos que llevarnos, por lo menos, a tres o cuatro zombis con nosotros al otro lado (el único lugar donde, sin excepción, todos somos iguales).  -   saulgodoy@gmail.com 

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