viernes, 25 de agosto de 2017

El chavismo y el poder


Como todo en el mundo, hay expertos en el poder, verdaderos estudiosos del tema que investigan, escriben, se reúnen, dictan seminarios y son convocados cuando se necesita de su conocimiento, en el caso del poder, es un tema tan amplio que abarca a la familia, a la mujer (el feminismo), a la política, a la paz y a la guerra, a la educación, la ecología y un largo etcétera.
Pocas cosas en el mundo escapan del poder y para introducirnos en el tema, debemos decir que hay varios tipos de poder, fundamentalmente, dos: el poder de… y el poder sobre…
El poder de…, es una alocución asociada más a las ciencias físicas y naturales, consiste en tener la capacidad de realizar un trabajo, de cumplir con una meta u objetivo, de estar preparado y dispuesto a cambiar algo en el mundo que por lo general será positivo y mejorará la vida, ésta idea de poder no es la más popular ni explorada, pero si es la más útil.
Un Alcalde tiene el poder de recoger la basura de las calles de su municipio, de prestarle seguridad a sus ciudadanos, para ello tiene en su nómina personas que saben hacer el trabajo, con los equipos necesarios, las instalaciones y el entrenamiento adecuado, igual cuenta con una comunidad que lo respalda en su labor, que saca la basura en cierto horario para ser recogida, que no frecuenta lugares donde pudieran ser víctimas del crimen, que paga sus impuestos para sostener estos servicios; el poder de… es un poder que necesariamente se comparte, se coordina con diferentes entes y participantes, es un poder que se delega.
El poder sobre… es sin duda el que todos conocemos porque lo sufrimos, es el poder de la dominación de una persona sobre la otra, este es un modelo de poder conflictual, como bien lo dice la fórmula “Es el poder que tiene A sobre B para hacer que B haga algo, que sin el poder de A, B jamás lo hubiera hecho”.
Este tipo de poder se ha convertido en una preocupación social, pues mal usado puede tener consecuencias nefastas, aunque es necesario, pues hace funcionar a las instituciones y la gente, garantiza cierto orden; las sociedades adelantadas se esfuerzan por contenerlo y tener las maneras de controlarlo, como la formula democrática de la separación e independencia de poderes, para que se hagan contrapeso, para prevenir que algunas personas y organizaciones impongan sus intereses sobre la colectividad, las sociedades primitivas en cambio, gustan del hombre fuerte, del líder carismático que acapara para sí todo el poder.
Este es el poder que entiende y practica el chavismo, pero justamente en uno de sus extremos que es la tiranía, por ello el país ha sufrido las consecuencias de un poder concentrado en pocas manos, sin control, que es utilizado para oprimir, para castigar y discriminar.
El chavismo ha sido una organización política que se ha dedicado a desmantelar los controles institucionales del estado, con el propósito de concentrar más y más poder en las manos del funcionario que ocupe la Presidencia de la República, quien comparte ese poder con el partido de gobierno, creando un monopolio no sólo de la violencia, las armas y la justicia, sino sobre todos los aspectos de la vida en sociedad, es lo que se llama, totalitarismo.
Al chavismo no le interesa otro tipo de poder, pues lo utiliza para agredir a sus enemigos, que somos todos los venezolanos que no estamos de acuerdo con su visión del mundo y que somos la gran mayoría del país; el poder sobre…, es la primera causa de desigualdad social, prácticamente se crea una clase social que hace lo que le da la gana como le da la gana, sin consultar a nadie, que absorbe para sí todos los privilegios del poder, riqueza, protagonismo, se apropia de la propiedad de los otros, impone estilos de vida, moldea las necesidades de los demás, reparte a su entender las migajas del poder y lo peor, se creen por encima de la ley.
Y sucede algo muy curioso con el chavismo, la mayoría de sus dirigentes son personas violentas, provienen de hogares disfuncionales, crecieron en medio de carencias y de un feroz resentimiento en contra de la autoridad y la sociedad, influenciados por la ideología comunista (revolucionaria), la utilizan como excusa para muchos de sus actos y comportamientos, pervierten sus postulados para justificar la maldad.
Muchos de ellos se fueron por la vía fácil del delito y la corrupción, e hicieron de su desempeño como funcionarios públicos, un ejercicio de intolerancia y abuso, algunos fueron reclutados por organizaciones criminales y terminaron convertidos en personas buscadas por la justicia internacional, de modo que esta manera de entender el poder como poder sobre alguien, lo utilizan como escudo para evitar ser capturados, y como ya necesitan el poder como protección, es muy difícil que renuncien por las buenas a él.
El poder sobre…, es el poder del patriarcado, de la masculinidad, construye su propia jerarquía y organización social (el partido único y las comunas, bajo el paraguas de una Constituyente comunal) que mantiene el centro del poder en muy pocas manos, y con la capacidad de perpetuarse como opresores por tiempo indefinido.
Por ello lo peligroso que resulta que un régimen caracterizado por el uso del poder sobre la gente, pretenda erigirse en parte, juez y verdugo, conformando una “Comisión de la Verdad” con el fin no solo de tratar de cambiar la historia, sino de eliminar a quienes le critican, investigan o preguntan sobre sus crímenes y excesos, que están a la vista, un órgano de éste tipo en manos del narcotráfico o de torturadores sólo puede terminar en pogromos y sacrificios públicos de personas inocentes.
Este poder construye sus propios discursos que lo justifican, sus propias verdades, imponen su particular disciplina y orden, y tratan en lo posible de obligar a los oprimidos a creer sobre una serie de subjetividades con las que tratan de formar sus gustos y necesidades, para ellos seguir medrando del poder, es a lo que se refieren los marxistas con expresiones como Falsa Consciencia y hegemonía, dos de las herramientas más poderosas de los opresores.
Las sociedades democráticas se toman muy en serio las tendencias de sus políticos, sobre todo de aquellos que piensan que un estado centralista y poderoso es la solución a los problemas sociales, o aquellos que pretenden convertir a la presidencia de la república en el gran dispensador del poder nacional, y tratan, por medio de compartimientos, con instituciones autónomas, con leyes claras, con una constante discusión en los medios sobre los peligros del poder absoluto, de contrarrestar esta tendencia fatal hacia el abuso del poder sobre…
Pero como les había comentado, hay otras formas, mucho más benignas de poder, que los teóricos  y las sociedades desarrolladas y civilizadas están experimentando, tratando de alejarse del paradigma de la dominación.
Entendiendo al poder como una capacidad para transformar, llevándolo a formas de cooperación que es el tipo de poder que se da entre los padres y el niño, sobre todo en el caso de las madres, esa cultura competitiva y que premia los valores masculinos de agresividad y dominio, puede ser minimizada.
Valores tales como cultivar relaciones mutuamente satisfactorias y que nutren a ambas partes, privilegiar la cooperación, de actuar en concierto, empoderar a otros en busca de beneficios mutuos, son maneras mucho más naturales de interacción que las de dominio y opresión.
Disminuir al otro no es una buena política cuando se tienen objetivos comunes, todo lo contrario, si las metas son las mismas para todos, el poder debe ser visto como capacidad de toda la comunidad, no de una sola persona.
En sistemas complejos como el de las sociedades humanas, las propiedades emergentes del sistema no son para unas partes separadas del resto, son para todos los componentes, lo que resulta al final es un conjunto mucho mas fuerte e integrado, eso lo vemos en la naturaleza, en cómo trabajan las partes de una célula, o una piara de báquiros en el bosque, o todo un ecosistema, como un océano, y tiene sentido.
El chavismo en su concepción del poder se comporta más como células cancerígenas, su crecimiento es a costa de los otros, de la integridad y la salud del resto de los subsistemas que conforman la sociedad venezolana, por eso son tan dañinos, canibalizan el orden, cultiva la muerte y producen enfermedades.
A medida que se cierra el cerco internacional sobre este gobierno forajido, que sus crímenes sean sacados a la luz pública y se evidencie la verdadera naturaleza del régimen, nos encontraremos con la delicada situación de que es el pueblo inocente el que debe pagar las deudas del bandidaje, ya están tratando de aislar totalmente al país, someterlo a las carencias más básicas para la vida, de modo que inevitablemente se plantea, en futuro a corto plazo, una intervención de la comunidad internacional para parar la carnicería que estas bestias atrapadas ya empezaron.
Los chavistas presienten que el país se le va de las manos, a pesar de querer evitar lo que ellos califican como odio, que no es sino una proyección de sus propios sentimientos ante un pueblo que se ha negado someterse a sus oscuros designios, saben que lo que viene es una contra-reacción, y si alguno de ellos está versado en historia, se debería dar cuenta que el terror absoluto no tiene límites, una vez que empieza, se desborda, y como ocurrió en la revolución francesa, rodaron por igual las cabezas de quienes propiciaron el caos.
Como les dije anteriormente, pensar que van a cambiar o que van a salir del poder porque es su deber moral, es una ilusión, y lamentablemente hemos llegado a un punto en que son ellos o nosotros; pensar y practicar otras formas de poder será una tarea para los gobernantes y el pueblo luego que los chavistas sean despojados del poder.   -   saulgodoy@gmail.com













No hay comentarios:

Publicar un comentario