sábado, 26 de agosto de 2017

El socialismo parasitario al ataque


Ya están los socialistas de salón, predicando su particular manera de ver el mundo, apuntando sólo a lo que los beneficia; según ellos, la crisis en la que está sumida el país obliga a que un próximo gobierno en Venezuela se ocupe, como prioridad número uno, de la crisis social que padecemos, de la atención a los pobres (que ahora somos todos), de tomar las medidas heroicas (y socialistas, por supuesto) de atender las necesidades urgentes que unos gobiernos socialistas han creado, por ineptos, medidas que tienen que ver con los pobres y las necesidades de la gente.
Quiero alertar a mis lectores que el chavismo está todavía entre nosotros, disfrazado de buen samaritano, predicando supuestos valores humanitarios, cuando por detrás sólo tiene el propio interés, para seguir con este banquete de pordioseros en que han convertido al país y aprovechar hasta los huesos lo que estos regímenes  de hambre han dejado a su paso.
Ningún gobierno en el mundo y en la historia, que haya ondeado el combate de la pobreza como agenda única, ha logrado resultados; todo lo contrario, lo único que han hecho es agravar la miseria, la atención exclusiva y principal al problema de la pobreza es un canto de sirena para conseguir popularidad, votos, ideologizar y, finalmente, oprimir.
Es muy fácil establecer el combate de la pobreza como programa de gobierno, es un asunto que toca inmediatamente sensibilidades, sentimientos, buena voluntad y se hace casi imposible rechazarlo, sobre todo en las condiciones como el chavismo ha dejado a nuestro país, con una economía arruinada, sin dinero, sin producción, sin seguridad alimentaria y con una masa de gente hambrienta y enferma.
La ideología socialista asegura que, cuando una sociedad se encuentra en tal estado de necesidad, un gobierno distributivo, centralizado, fuerte, benefactor, tendrá como principal papel el de redistribuir la poca riqueza nacional entre los pobres, es decir, quitarle a los que tienen para dárselo a los que no, en un gesto de solidaridad obligada y, amparado por la emergencia nacional, se verá en la imperiosa necesidad de aplicar nuevos y más rigurosos controles, imponer su autoridad para “igualar” la desigualdad, de modo que todos reciban del estado de acuerdo a sus necesidades.
Imagine usted la pesadilla, salir de un Socialismo del Siglo XXI para caer en un socialismo convencional, de personas que creen que gobernar es alimentar a los pobres, por lo que no hay manera de que ese país salga de la espiral de la miseria y el error.
 Les diré lo que yo haría, si fuera a gobernar la Venezuela post-chavista: la primera medida que tomaría sería tratar de separar de la actividad de gobierno la enorme crisis humanitaria que enfrenta el país; para ello crearía una especie de comisión ad-hoc, con plenos poderes dentro de su área, para que maneje la asistencia humanitaria internacional, para que canalice, recursos, ayuda profesional, medicinas, materiales, instalaciones que lleguen al país, incluyendo partidas de dinero de ONG’s  y organismos multilaterales, con fondos de emergencias para atender este tipo de situaciones, y que se administre un gran fondo para atender a la población más vulnerable.
Estamos hablando de recursos y un tiempo limitado, que debe ser coordinado con el gobierno para asegurar las cosechas de rubros fundamentales (arroz, azúcar, maíz, leche, carne, etc.) con los tiempos de la ayuda, de modo de ir reduciendo lo más pronto posible la dependencia del país de estos recursos internacionales para atender la emergencia. Esta comisión debe hacer un estudio de quienes en la población recibirán qué tipo de ayuda, porque habrá ayudas gratuitas, otras a precios solidarios, y aún otras a precio de mercado… lo importante es que los mercados sean abastecidos, que la población productiva tenga acceso a una buena alimentación, y los que no, se les prepare para ir desconectándolos poco a poco de esa asistencia de emergencia.
Eso por el lado de la atención a la emergencia humanitaria, porque no se puede gobernar teniendo esa presión sobre el aparato del estado y sobre la capacidad de gobernar.
El estado, con un nuevo gobierno, deberá ocuparse exclusivamente de poner a trabajar el músculo productivo de la nación, primero en los rubros en que, sabemos, tenemos un mercado interno importante, atendiendo el consumo nacional; paralelamente se debe revisar y honrar los compromisos de la nación, buscar con urgencia los equilibrios macroeconómicos, monetarios y financieros, y atender y cuantificar su deuda externa.
Hay que buscar nuevos financiamientos para reactivar el aparato productivo, privatizar lo que le produce pérdidas al estado, hacerlo liviano, reducir su tamaño y buscar nuevas inversiones.
Y aquí abro un paréntesis para explicar algo que he pensado por mucho tiempo, y con que sé que muchos políticos jamás estarían de acuerdo; no es un secreto para nadie que he apoyado la intervención de Venezuela por parte de los EEUU y un grupo de países amigos de la región, con el único propósito de desarmar a las FFAA chavistas y poner bajo control a todas las bandas armadas que hacen vida en el país, porque los demócratas venezolanos no tenemos la capacidad de hacerlo, tenemos que requerirlo y negociarlo con nuestros aliados y permitir que imponga la paz social, sin éste ingrediente jamás podremos reconstruir el país, entre otras cosas porque Cuba y los chavistas tienen planes de resistir su desalojo del poder a través de la subversión y las armas, eso ya lo han dicho muy claramente.
La intervención cubana que en los actuales momentos sufre Venezuela es insoportable y debe ser calificada como un acto de guerra, el dictador Maduro a permitido la penetración cubana hasta el punto que hay varias ciudades en nuestro país tomadas por fuerzas militares cubanas con la orden de reducir a la población en caso de rebelión, e incluso atacar a las FFAA si estas se pusieren del lado de la rebelión, a esta operación se le conoce como “Bastión” y ha sido permitida por el Alto Mando Militar subordinado a la Habana, recordemos que unos 60.000 elementos cubanos, entre civiles y militares permanecen en nuestro país y operando bajo las órdenes de Raúl Castro.
Para que se produzca una intervención de manera civilizada y ordenada en Venezuela por parte de países aliados a la democracia y en contra del narcogobierno, hay que negociarla con anterioridad, porque esa intervención tiene un precio; yo estaría dispuesto a entregarle a los EEUU todos los contratos e instalaciones petroleras para que las ponga al día tecnológicamente y la operen por un tiempo hasta saldar el costo de la operación, también tendríamos que negociar una base militar norteamericana en nuestro territorio, y cuando digo negociarla es donde, de que tipo, por cuanto tiempo, con que propósitos, Colombia negoció las bases de los EEUU en su territorio dentro del llamado Plan Colombia, y la experiencia ha sido muy positiva.
Esa base militar garantizaría dos cosas: la primera es darle seguridad a las nuevas inversiones, porque los venezolanos no hemos actuado responsablemente en lo que respecta a nuestro destino, le entregamos el país a los comunistas y ahora no podemos salir de ellos, y si alguien de afuera no los saca, siempre habrá el peligro de que vuelvan; la única manera de asegurar que no regresen, ni se perpetúen en una guerra de guerrillas, sería con una base militar respaldando al gobierno (por lo menos hasta depurar completamente las FFAA, refundarlas, y eso va a tomar un tiempo), sin la base tardaríamos mucho tiempo en generar la confianza necesaria en otros países para que inviertan en el nuestro, si no estaríamos siempre con la espada de Damocles sobre nuestro cuello pendientes de que el chavismo haga de nuevo su aparición.
El segundo punto es que sé del interés de los EEUU en desarrollar un espacio-puerto en nuestro país para viajes al espacio exterior; aparentemente, nuestra localización, tan cercana al Ecuador, es ideal para estos fines, la ruta es más corta, se gasta menos en combustible y podemos recoger la naves de regreso en el mar o que aterricen en la base; se trata de una gran inversión y hay elementos de seguridad involucrados que se resolverían con una base militar, pero nos impulsaría a desarrollar un mercado y una tecnología que de otra manera sería inaccesible.
La presencia de los EEUU en nuestro territorio nos permitiría superar en tiempo record la crisis en que estamos sumidos, pero para ello se requiere visión y voluntad, de las cuales carece nuestro establecimiento político (abundante en patriotismo vano y vacío, en mucho nacionalismo para de telenovela barata y en una sobre dosis de anti capitalismo que los imposibilita para construir futuro).
Lo que quiero señalar con estas breves líneas es que es muy fácil caer en la tentación de anotarnos en otro socialismo devastador y jamás salir del hueco donde estamos metidos. Si jugamos inteligentemente y hacemos un gobierno para producir bienes y servicios, para incorporarnos al sistema de la globalización, crear fuentes de empleos, incluir al mayor número posible de ciudadanos al progreso, si apostamos el ingenio y el trabajo de los venezolanos, podríamos salir de todos nuestros problemas en muy corto tiempo y con ayuda de nuestros aliados. Visto de esta manera, la pobreza no sería el enemigo a vencer, sino nuestra propia ceguera.  -   saulgodoy@gmail.com


2 comentarios:

  1. Muy bueno su escrito, lamentablemente los traidores, complices disque "lideres" politicos tampoco leeran mucho menos entenderan lo que ud nos escribe. La Mud y los diputados de la AN, que fue elegida para otros fines por mas de 14 mm de vzlanos, hoy dia se rie de ellos y de los que no creimos nunca en esos traidores, apatridas...estamos funios!! como oia decir para no decir la mala palabra; a la final las "malas palabra" dichas por buenas personas no son tan malas!, saludos

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  2. La historia es "larga" hacia el pasado, elnsocialismo ha estado vigenge no solo en lo ideologico sobp en medidas economicas, sociales, politicas en el marco legal y constitucional desde 1958. El fenomeno del socialismo fue radicalisándose hasta las granxes cambios constitucionales que impuso una secuencia politico ecpnonica y constitucional en el camino del modelo cubano, con las diferencias basi as en lo económico y político. El pais fue llevado a el maximo empobrecimiento, deade el momento en que el socialismo se apuró con AD (socialismo socialdemocrata, especie de camino en etapas y en COPEI la baae ideologica del socialismo socialcristiano, ambos desde 1973. El resto wsto del no muy largo camino, se aceleró con la estatizacion, conizcasele tambien como socialización. El uktimonpaso, absokutamente logico u predecible llegaria en el 1995 con la violen ia elwcta por votos de la cpnstruccion via cpnstitucional del paraiso soxialista. El modelo de empobrecimiento se llevó unas cinco a seis decadas que han sido la secuencia y camino hacia el socialiamo. Podra Venezuela ka inovar hacia el capiralismo ?.... bastane difici hoy cuando la claE media que trajo el socialismo pueda revertir hacia el socialismo, simplemente sin una clase mwdia inovadora y conocedora del capitalismo nos parece que la caminata será larga hacia la versión socialista africana, son esos los tiempos que prevalecen hoy en nuestra patria Venezuela.

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