Te
considero no menos que un asesino serial ¿o debería decir masivo?, porque dudo
mucho que sepas en realidad a cuántos venezolanos has asesinado; son muchos,
quizás miles o decenas de miles, pero no creo que te importen, no los ves, no
los sientes, ni escuchas sus gritos, ni sabes quiénes son, ni dónde están, para
ti deben ser apenas un daño colateral a tus muchos y sucios negocios, entre
ellos los más criminales, que tienen que ver con traficar con el hambre y la
salud de los seres humanos.
Te
denunciaron como uno de los capos de las infames cajas CLAP, por medio de una de
tus empresas internacionales; la Fiscal General de la República, Luisa Ortega
Díaz, dejó constancia de tu papel en este asuntillo, una triangulación Hong
Kong, México, Colombia… Venezuela participa con dólares de uno de los fondos
sociales, a tasa preferencial, con los que compras comida de una bajísima
calidad, para vendérsela luego como si fuera de primera a tus seguidores,
registrados en tus programas de alimentación, con un sobreprecio que da pena
ajena; se trata de un negocio con varias etapas de enriquecimiento ilícito,
primero con los dólares, luego con la compra de los alimentos, después con la
distribución y venta de las cajas CLAP.
¡Qué
manera tan salvaje de enriquecerse! Eso ni siquiera es capitalismo salvaje,
sobrepasa la usura y la avaricia, es simple y llanamente un negocio de la
muerte, la muerte de un país.
Pero
eres no sólo corto de mente y descuidado al hacer este tipo de negocio,
justamente cuando la atención del mundo está sobre ti y tu pandilla, cuando
debes tener sobre tu pista a cientos de agentes en el mundo, recabando la
información de tus negocios y tus asociados, siguiéndole la pista al dinero,
engordando tus cuentas en el extranjero…
Tengo
la impresión de que todavía, a estas alturas de esa película de horror que ha
sido tu gobierno, crees poder salir “liso” y andando por tus propios pies de
este caos que has construido para más de 30 millones de seres humanos; por lo
visto, sigues pensando que la cosa no es contigo, que por algún acto de magia
vas a desparecer y vas a disfrutar de tu botín, con otra identidad, quizás con
otro rostro, en algún lugar del mundo, sin ningún problema.
Pues
estas equivocado, ni con el improbable manto protector de Raúl Castro en La
Habana, ni con alguna promesa que te hayan hecho los chinos, los rusos, los
bolivianos, o en Corea del Norte, vas a poder escapar de la justicia humana… ya
no la divina, de la que me reservo el pronóstico.
¿Sabes
acaso que eres uno de los hombres más buscados del mundo? ¿Que tu tufo a muerto
te delata a donde vayas? ¿Que prácticamente has sido declarado enemigo de la
humanidad?
Ni
Pablo Escobar, en el período de su mayor popularidad, era tan reconocido como un
criminal como lo eres tú hoy en día, porque esa pátina de revolucionario, como
te gustaría ser recordado, no la vas a tener; tu prontuario como asesino,
torturador, narcotraficante, mentiroso, pandillero, ignorante, mal viviente,
secuestrador e impostor, no va a permitirte tu sueño de ser recordado como un
Robin Hood Latinoamericano.
Solamente
saca la cuenta de cuántos pronunciamientos oficiales de gobiernos del mundo se
han hecho en tu contra; ni el mismísimo Kim Jong-um, con su terca campaña de
amenaza de guerra nuclear, ha inspirado tanto rechazo de parlamentos,
presidentes, organismos multilaterales, personalidades, partidos políticos,
etc. En estos momentos, tienes el dudoso honor de haberte convertido en el peor
enemigo de la humanidad, tu figura es rechazada con oprobio; lo que
representas, tus ruines acciones, te mantienen en la picota pública mundial.
¿Te
acuerdas de aquella película de nuestra época, La Pandilla Salvaje, de Sam Peckinpha, donde al final se muere
hasta el gato del campamento mexicano, mientras la pandilla era cocida a tiros?
Yo te imagino visualizando un final heroico de ese tipo, fantaseando que cuando
te vengan a buscar no te vas a entregar, que vas hacer tu último acto de
resistencia con el AKA 130 en las manos, con Cilita a tu lado, pasándote los
cargadores en las escaleras de Miraflores.
Creo
que lo mejor es que dejes de pensar en tanta pendejada y aterrices; estás
entrampado y lo que te espera es cárcel, con una larga condena… y a tu edad,
eso no es bueno.
Te
voy a dar un consejo, y te lo doy porque soy bueno dando consejos y no cobro
por ellos y porque, efectivamente, veo una media-salida a tu problema, así que
siéntate en el baño de palacio, o en el bunker donde estés escondido y lee mis
instrucciones con cuidado.
Primero,
detén de inmediato cualquier otro negocio que tengas activado y que involucre
apropiarte de lo que no es tuyo, deja de mandar presos políticos para tus
mazmorras, detén algún cargamento de drogas que esté saliendo donde pudieras
estar asociado; lo importante es no engrosar más tu expediente criminal, para que
a partir de una fecha conocida puedas decirle al juez, fue el inicio de tu
conversión hacia el camino del bien (dejar de actuar como un criminal te
permitirá decirlo con convicción y podrá ser constatado como prueba a tu favor).
Entiendo
que estás atrapado en una jaula caza bobos, donde ,por un lado, tienes a tus
guardaespaldas cubanos con la orden de pegarte un tiro si te reformas, te
vuelves loco o te conviertes en una amenaza para los intereses de tus amos;
igualmente, Diosdado te debe tener supervigilado por las mismas razones; las
FARC deben andar nerviosas y, de seguro, algún cartel de la droga mexicano o
centroamericano también debe tenerte en la mira, ya que sabes demasiado… a
estas alturas, eres un riesgo para mucha gente, por lo que sabes, la
información que guardas (espero que hayas conservado documentos, fotos, cartas,
copias de cheques o lo que fuera, que pudiera probar en una corte algunos de
los crímenes de tus socios o alguna conspiración para cometer un delito, eso
podría ayudarte).
Luego,
vas a contactar al Departamento de Estado, no sé cómo, pero debes poder hacerlo
sin que nadie se entere, y les vas a decir que cambias de bando, que quieres
negociar una reducción de tu condena por los crímenes que has cometido, y que
te protejan como un testigo estrella; vas a declarar y a probar que Cuba, Raúl
y Fidel Castro y miembros de las FARC en Colombia tienen un plan conspirativo para
hacerle daño a los EEUU, y que el dominio de Venezuela era la primera etapa de
ese plan, que serviría para financiar, con su petróleo, la revolución en los
países del área y luego para preparar una insurgencia social en las principales
ciudades gringas.
¿Porqué
te digo esto?, porque trasciende el terreno de un problema de drogas y ya está
más allá de las posibilidades de la DEA negociar beneficios procesales y de
reducción de penas; olvídate del FBI, ve directamente a los dueños del juego
regional, al Departamento de Estado, pero preséntate con algo grueso, con algo
que les abra el apetito, y revela los planes de Cuba de perturbar los intereses
y la seguridad de USA en el Caribe, Centroamérica, Suramérica y en los propios
EEUU… estoy seguro que, con la entrega de Raúl Castro y los cabecillas de la
toma electoral de Colombia por parte de las FARC y sus asociados, tu suerte
pudiera cambiar.
Es un
juego duro, difícil, pero es una tentación irresistible para tu sed de
aventuras, al fin y al cabo no has pasado de ser un segundón en esta historia… y como nadie imagina tamaña temeridad de tu
parte (porque te consideran apenas algo así como un perro ovejero de su rebaño
en Venezuela), no hay manera de que puedan detenerte; si haces eso, te aseguro
que harán una miniserie de tu vida y no quedarás como “el Coco”, que sólo sirve para asustar a los niños que se portan
mal: “Si no haces la tarea, te voy a
entregar a Cilia y Maduro para que hagan de ti una mula, caigas en la mano de
la policía y pases el resto de tu vida pudriéndote en una cárcel…”
Tus
actuales asesores son muy malos, sus consejos sólo te han hundido en la paila
de excrementos más grande de la modernidad política; haz éste giro y, te
aseguro, podrás vivir tu vejez con otro nombre, muy lejos de aquí, vigilado,
pero libre… y no te voy a cobrar, como ya te dije, por mi asesoría. Y, por
favor, ni siquiera me lo agradezcas.
- saulgodoy@gmail.com
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