Esa
es una de las traducciones al castellano que se le ha dado a la novela de
ciencia Ficción de Robert A. Heinlein (1907-1988), titulada en inglés Stranger in an stranger land, publicada
en 1961, ganó el premio Hugo a la mejor novela en el 62, y aunque tuvo un
auspicioso recibimiento fue a los tres años de su publicación, que se tornó en
un verdadero bestseller, al principio
su público estuvo dentro del movimiento hippie de los Estados Unidos, pero muy
pronto se hizo en una de las novelas más leídas en las universidades y por el
público “duro” de la ciencia ficción.
Lo
recuerdo como si fuera ayer, en 1971, cuando llegué de joven a Norteamérica
para estudiar mi carrera en comunicaciones, lo primero que hice, una vez
establecido en el confortable y hermoso campus de Michigan State University, fue asistir a un concierto del joven
pianista y cantante inglés Elton John, en su primera gira por América
promocionando su álbum Mad man across the
water, y leerme la novela famosa de Heinlein, a decir verdad no la
comprendí del todo debido a mi rudimentario inglés, razón por la que guardé el
libro para leerlo en un mejor momento, pues bien, ese momento fue la semana
pasada, y les puedo decir que lo disfruté muchísimo.
Es la
historia de Valentine Michael Smith, de padres
terrícolas pero nacido y educado en el planeta Marte por marcianos, hijo bastardo
de una científica y el Capitán de la nave que fueron parte de una primera
misión exploratoria, y que se dio por perdida, es rescatado y llevado a la
Tierra bajo estricta medidas de seguridad.
En la tierra, el Secretario General de la Federación se siente
incómodo con el visitante, pues no solo se convierte en una espectáculo
mediático de primera magnitud, sino que le teme a Smith ya que si las
circunstancias legales se aclaran, sería el heredero de su madre, quien había
inventado el método propulsor de las nuevas naves espaciales, y amasado una
inmensa fortuna, también heredaría de toda la tripulación de la fallida
expedición, ya que firmaron un testamento en grupo, dejándole sus bienes a
quien fuera sobreviviente, convirtiéndolo en el principal accionista de Lunar
Enterprises, la empresa, y ahora nación, reconocida por la Federación como
soberanos de las colonias lunares, pero para colmo de su buena fortuna, de
acuerdo a las leyes vigentes sobre colonización espacial, sería el único dueño
de todo el planeta Marte, por los años de residencia en el planeta colonizado.
Es la razón por la que el relato empieza con una situación casi de
secuestro que el Secretario General de la Federación tiene sobre el pobre
Smith, hasta conseguir que le firme un documento donde el terrícola-marciano renuncia
a sus fueros y posesiones a favor de la Federación.
Pero Smith escapa de su cautiverio ayudado por una enfermera, para
caer en manos de uno de los personajes más memorables de la literatura de
Heinlein, el rocambolesco empresario, médico y abogado, multimillonario y filósofo
epicúreo, Jubal Harshaw, quien a su manera, decide ayudar al hombre de Marte, esforzándose
por que los prejuicios terrícolas no contaminen su pureza.
Hay una escena entre Harsahaw y la enfermera Jill, quien liberó a
Smith del cautiverio al que estaba sometido por el gobierno, sucede en la
biblioteca de la mansión del primero, ella no quiere incomodar al doctor más de
lo necesario y pretende irse y dejar su protección, llevándose consigo al
hombre de Marte.
-Detente un momento Jill
-¿Señor?
-Siéntate y no trates de ser tan malo como yo; tú no tienes los
años de práctica que tengo. Ahora, dejemos algo en claro; tú no me debes nada.
Imposible- porque yo nunca hago algo que no quiera. Como no lo hace nadie, pero
en mi caso yo lo sé. De modo que por favor no inventes una deuda donde no
existe, porque dentro de poco estarás sintiendo gratitud- y ese es el
traicionero primer paso hacia una completa degradación moral. ¿Tú lo “grock”?
Jill se mordió el labio, y sonrió-No estoy segura de lo que
significa “grock”
-Yo tampoco, e intento tomar lecciones de Mike [El
hombre de Marte] hasta entenderlo. Pero
estoy hablando en serio. Gratitud es un eufemismo para resentimiento. No me
importa el resentimiento de la mayoría de la gente- pero viniendo de chicas
lindas es de mal gusto.
-Pero Jubal, no le tengo resentimiento- eso es tonto.
-Espero que no me lo tengas… pero lo tendrás sino desarraigas de
tu pensamiento esta fantasía de que estas en deuda conmigo. Los japoneses
tienen cinco maneras de decir gracias- y cada una de ellas se traduce como
resentimiento, en varios grados. Tuviera la lengua inglesa esa misma honestidad
en su estructura. El inglés puede definir sentimientos que el sistema nervioso
humano es incapaz de experimentar. Gratitud, por ejemplo.
-Jubal, usted es un viejo cínico, yo siento gratitud hacia usted,
y seguiré sintiendo gratitud
-Y tú eres una jovencita sentimental, eso nos convierte en una
pareja que se complementa. Vámonos a Atlantic City por un fin de semana de
placeres ilícitos, solo tú y yo.
-¡Pero, Jubal!
-¿Ves cuan profunda es tu gratitud para conmigo?
-Oh, estoy lista, ¿Cuando nos vamos?
-¡Hummph! Hemos debido ir cuarenta años atrás…
Para hacer la historia corta, Harshaw ayuda a Smith a fundar una
nueva religión que entre otras característica estimula el canibalismo ritual
(una costumbre ancestral marciana de mostrar respeto por los amigos,
comiéndoselos al morir), el sexo libre (Smith no conoció el sexo sino cuando
llegó a la tierra y con el ejemplo de Harshaw fue una experiencia bastante
desordenada, por decir lo menos), mas toda una serie de rituales, creencias y
cultivo de poderes extrasensoriales, muy al estilo de las practicas del monje
tibetano Lobsang Rampa.
La novela no sólo está muy bien escrita, es inteligente,
refrescante, con personajes y situaciones que escapan a lo normal y una
presentación del futuro inmediato muy bien lograda, es la novela más extensa de
Heinlein y continúa, aún hoy en día, apareciendo como una de las novelas
favoritas de los lectores de la ciencia ficción clásica en el mundo entero.
La novela tiene otra historia, a finales de los años cincuenta
Heinlein escribía Stranger in an stranger land, cuando se hizo patente que los
EEUU iban a suspender los ensayos militares de armas nucleares, Heinlein un
ex-militar y un hombre de la derecha, consideró aquello un error pues le daba
un respiro a los enemigos de Norteamérica, los comunistas, de modo que hizo una
serie de presentaciones públicas para hablar sobre el tema y decidió escribir
su novela Starship Troopers, de la
que hemos hecho una reseña que puede encontrar en este mismo blog.
Con Starship Troopers,
convertida en su primer gran bestseller,
y que también ganó el Premio Hugo en 1960, obtuvo una bien merecida fama de
militarista, fascista, racista, machista, que sabía, afectaría su carrera de
escritor; para corregir esa deriva inesperada de su fama, Heinlein hizo un giro
de 180˚ con la novela que cocinaba, y fue con Forastero en tierra extraña que magistralmente lo logró, pero no
por mucho tiempo, sigue siendo considerado un representante la derecha radical
norteamericana.
Como si se tratara de un brujo preparando un elixir para
convertirlo en un liberal, tal y como se entiende en USA, puso en el caldo una
buena dosis de amor libre y de espiritualidad oriental, muy apropiado para ese
momento en pleno auge del hipismo como fenómeno social, se esforzó por tener a
un extranjero como héroe de su novela, un extraño, ese “Otro” del que hablaban
los existencialistas de aquellos tiempos, y que mejor Otro, que un visitante
interplanetario, inocente como un niño, maleable, pero con conocimientos y
poderes ancestrales de una cultura alienígena.
Es interesante que en la novela aparece un ritual llamado
“compartir el agua” que es una iniciación a la hermandad y la convivencia entre
iguales, con un elemento como el agua, que era escaso en el planeta rojo, un
ritual que fue adoptado por la infame familia Manson, los asesinos de la actriz
Sharon Tate y LaBianca en California en 1969, al igual que la crítica a las religiones
establecidas hechas en la novela, y que supuestamente inspiraron los
asesinatos, pero que su líder, el recién desaparecido Charles Manson negaba
fuera extraído de la obra de Heinlein.
El otro aspecto a destacar y que en lo personal me pareció genial,
es el cuidado que se tomó el autor en investigar los aspectos semánticos y
psicológicos de la transculturización por medio del lenguaje, como en el
proceso de adquisición de un lenguaje surgen fenómenos hermenéuticos
insospechados, que pueden hacer incomprensible una cultura y extraviar el
proceso de comunicación, esta novela ha sido valorada por varios especialistas
en semiótica, entre ellos, Benjamin
Lee Whorf, de quien hemos escrito recientemente una reseña.
Una
palabra de advertencia para quienes no conozcan la obra de Heinlein, que es
vasta y compleja, la novela, Forastero
en tierra extraña, es muy diferente al resto de sus trabajos, de modo que
no representa una muestra de su estilo y temas, que fueron la de un escritor
que no le tenía miedo a experimentar.
Es
una novela entretenida con diálogos ágiles e inteligentes y que se lee de un
tirón, la recomiendo sin ninguna reserva.
- saulgodoy@gmail.com
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