El
político Inglés Daniel Hannan, que, entre otras actividades, se desempeña como
periodista para asuntos políticos para los diarios Daily Telegraph, de Londres, y Wall Street Journal, de New York, fue elegido a los 27 años al
Parlamento Europeo, y ganó una segunda reelección, en su libro The New Road to serfdom (La Nueva Ruta
hacia la Servidumbre), publicado en el 2010, alertaba al mundo sobre la clara
intención del que fuera Presidente de los EEUU, Barack Obama, de llevar a su
país, la primera potencia económica y militar del mundo, hacia el socialismo.
Como
conservador, graduado en Oxford, estudioso y seguidor de los preceptos de F. A.
Hayeck, Hannan hace un brillante análisis del porqué los EEUU se ha convertido
en el ejemplo mundial de democracia y garante de las libertades en el nuevo
orden internacional; esto, a pesar de todos sus defectos y errores. Como
experto constitucionalista, hace una comparación entre la Constitución
Norteamericana y la europea, destacando los puntos cruciales que hacen y harán
las diferencias entre las dos confederaciones.
Para
empezar, la Constitución Norteamericana consta de 7.200 palabras, la europea de
76.000 (la constitución chavista, incluyendo el preámbulo, 38.113 palabras).La
Constitución Norteamericana, de 1787, fue hecha para diferenciar los principios
que separan el poder de los estados del gobierno federal, tratando de crear un
justo balance.
La
Constitución del 2004, que se dio la Comunidad Europea (CE), se entretiene en
detalles sobre diversos asuntos entre los que se regula la exploración
espacial, los derechos de personas impedidas y el estatus de los que buscan
asilo. En opinión de Hannan, mientras la Constitución de USA, en especial el Bill of Rights, busca proteger y darle
desarrollo a los derechos del individuo, la Constitución europea trata
principalmente de blindar el poder del Estado. Mientras que la CE ofrece, como
sus promesas libertarias, que los ciudadanos pueden protestar, tener seguridad
social y acceder a viviendas a buenos precios, la de US se despliega ofreciendo
el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Hannan
nos explica algunos detalles sobre cómo Europa se dio su constitución:
El principal autor de la Constitución
Europea, fue el ex presidente de Francia, Valéry Giscard d’Estaing. En la
sesión de apertura de la convención para la elaboración del borrador le dijo a
los delegados- Este es el momento de Filadelfia para Europa- y empezó a
compararse don Thomas Jefferson, lo que, aparte de inmodesto, no era preciso,
pues Jefferson, al momento de ser redactada la Constitución de los EEUU, y en
esto Giscard d’Estain ha debido saberlo, cumplía funciones como embajador en
París… la Constitución Norteamericana se hizo efectiva sólo cuando fue
ratificada por una convención especial de once de los estados miembros; el
resto, Carolina del Norte y Rhode Island, lo hicieron poco tiempo después.
Inicialmente, los autores de la Constitución de CE tenían la intensión de usar
el equivalente al referendo. Muy pronto quedó claro que los referendos traerían
resultados negativos. En el 2005, el documento fue puesto a votación en dos de
los países fundadores de la CE, Francia y los Países Bajos, ambos lo
rechazaron: por 54 y 62 por ciento, respectivamente.
Y en vez de retirar el texto, debido a la opinión mayoritaria
que lo rechazaba, se lo entregaron a un grupo de abogados que, según Hannan, lo
hicieron ilegible y lo llamaron el Tratado
de Lisboa, ya no acudieron a los referendos; sólo en Irlanda, cuya Carta
Magna obligaba a consultar al pueblo en caso de cambiar el lugar donde reside
el poder, y el cambio de Dublín a Bruselas era inocultable, se procedió a la
votación el 12 de junio del 2008 y, de nuevo, fue rechazado. Pero insistieron,
y en esta ocasión pusieron presión sobre Irlanda, entre amenazas de ruina
económica y promesas de jugosos créditos e inversiones, para lograr por fin el
objetivo.
En Europa, la presencia del estado se impuso para
controlar a la gente. El estilo americano y europeo diferían enormemente,
mientras en uno la constitución se encabezaba con un: “Nosotros la gente…”, la Constitución de la CE empezaba con “Su majestad el Rey de los Belgas…”
Pero estos son detalles pintorescos, que
entretienen, antes de que Hannan nos presente el hueso del asunto que es, sin
duda, las ventajas que tiene un sistema federal de gobierno sobre todas las
demás formas políticas.
Uno de sus alegatos principales, que marca la
diferencia entre las formas europeas de hacer política y la de los
norteamericanos, lo retrata de la siguiente manera:
No hay ninguna diferencia en como voto-
la gente en Europa se queja- Nada cambia- Pero lo peor es que tienen razón. Aún
con la mejor voluntad del mundo, cada día es menos lo que los políticos
europeos pueden hacer para que haya cambios. En décadas recientes ha habido un comprensivo
cambio de poder en la CE; de los representantes electos hacia funcionarios permanentes,
de los consejos locales a las burocracias centrales, de la legislatura al
ejecutivo, de los parlamentos nacionales hacia los eurócratas, de los ciudadanos
hacia el estado… En mi país, los que administran el estado no son los Primeros
Ministros ni los consejos locales, pero lo que se han venido a conocer como quangos (en inglés, Quasi-Autonomus Non-Governmental Organizations, son una especie de
ONG’s)… un quango, es una agencia
estadal, financiada por los contribuyentes, pero distanciada del gobierno. Cada
político Británico, si es honesto, le dirá que este nuevo aparato es la
verdadera fuente de poder en la Inglaterra moderna. Cuando un ciudadano les
escribe con algún problema, lo mejor que pueden hacer… es pasarle el reclamo a
la burocracia en funciones: La Agencia para la Protección del Niño, La
Autoridad de las Autopistas y carreteras, el Consejo para las Habilidades y el
Aprendizaje, el Ejecutivo para la Salud y la Seguridad, la Agencia para los
Estándares Alimenticios, la Comisión para los Derechos Humanos e Igualdad.
Y más adelante cita a F.A. Hayeck quien, en su obra El Camino a la Servidumbre, advierte
premonitoriamente lo siguiente: “La
delegación de específicos detalles técnicos a otros componentes del gobierno,
aunque es normal que suceda, es sin embargo el primer paso en como una
democracia va cediendo su poder”.
Y es aquí cuando Hannan hace sus observaciones sobre
el modelo Norteamericano, que tanto admira, y da en el clavo cuando apunta que
la gran ventaja del sistema federal es que previene contra la concentración de
poder y esto lo logra, no contando con la integridad de los funcionarios, sino
distribuyendo la soberanía.
Uno de los padres fundadores de la nación
Norteamericana, Thomas Jefferson, lo había repetido cantidad de veces, que la
fórmula una sola ley, un solo gobierno,
era la receta perfecta para la corrupción. Jefferson y los otros legisladores
estaban claros en que el poder había que difuminarlo, tenían que asegurarse que
ningún funcionario con poder de decisión, tuviera la tranquilidad de que sus
acciones no iban a ser revisadas y juzgadas por sus representados, y
ultimadamente castigados por el voto en las elecciones.
De allí una serie de medidas restrictivas y de
control hacia el poder central, empezando por contraponerle el poder de los
estados, la existencia de mecanismos de revisión de decisiones, primarias
abiertas, referendos e iniciativas de la gente, limitación a los períodos,
reglas para la conformación de los presupuestos, elecciones directas de
funcionarios públicos, desde los sheriff hasta los directores de los consejos
educativos locales.
Uno de los errores que destaca de los sistemas
políticos democráticos es la perversión, bastante común, de que los políticos
se convierten en representantes de sus partidos ante los votantes, en vez de lo
contrario, ser ellos los representantes de sus votantes en los partidos; cuando
los políticos que acuden a las elecciones lo hacen porque un operador político
dentro del partido así lo designa, su lealtad y su trabajo político está
comprometido con ese operador, no con sus representados, lo que significa que
su principal interés será complacer a los jefes del partido, no a sus votantes,
de allí la importancia de que los ciudadanos tengan asegurado su derecho a
elegir y a exigirle cuentas a quienes designan para cargos públicos.
Es una aberración para cualquier sistema democrático
que un funcionario público tenga el poder de elegir por su cuenta a otros
funcionarios que van a ejercer funciones públicas sin la participación de los
electores y de quienes, al final, pagan su sueldo y van a beneficiarse o a
padecer de las medidas que ese funcionario tome en ejercicio de su cargo, a menos
que se trate de sus más cercanos colaboradores o de un cuerpo colegiado, como lo
sería el Poder Ejecutivo; algo como lo que sucede en Venezuela, que un presidente
tenga el poder de designar a dedo e imponer un gobernador de un estado, sin tomar
en cuenta a los ciudadanos de ese estado, viola todo principio de federalismo y
de descentralización de los poderes exigidos por la Constitución Nacional.
Una vez que se permite que un oficial electo tenga
la facultad de nombrar otros funcionarios a voluntad, se hace muy difícil revertirlo;
la soberanía, una vez robada, es muy difícil que sea devuelta a sus dueños
originales, a menos se haga por un acto de fuerza; esto es así porque la
concentración de poder lo único que puede generar es tiranía, y la tiranía sólo
se vence con una revolución.
Dice Hannan sobre nuestra realidad política: “América Latina ha estado convulsionada
violentamente por el sentimiento de la anti política: caudillos de latón han
tomado el poder en la región, no porque la gente espere que lo hagan bien, sino
porque representan y articulan la rabia que el electorado siente hacia los
viejos partidos”.
Es la
vieja historia de la gente renunciando a sus derechos políticos y
otorgándoselos a los partidos, de los partidos abusando de sus representados y
permitiendo la pérdida de las libertades de los ciudadanos, para complacer y
hacer fuertes a los líderes de los partidos que, a su vez, negocian los votos,
los cargos y la vida de la república con cualquier sinvergüenza que pueda
garantizarles su permanencia en el poder.
En
resumen, la advertencia que le hace Hannan a los EEUU es que se pone en una
deriva peligrosa al querer copiar el modelo europeo de gobierno, que es una
forma de gobierno estatista y centralista; sugiere que los políticos
socialistas en los EEUU, representados por Barak Obama y el partido demócrata,
están poco a poco minando las bases del federalismo a favor de un centralismo
cada vez más poderoso, y menos responsable.
Recomiendo
el libro de Hannan, una lectura provechosa pero, lamentablemente, aún no
traducido al castellano. - saulgodoy@gmail.com
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