viernes, 2 de febrero de 2018

La Constitución Europea según Hannan



El político Inglés Daniel Hannan, que, entre otras actividades, se desempeña como periodista para asuntos políticos para los diarios  Daily Telegraph, de Londres, y Wall Street Journal, de New York, fue elegido a los 27 años al Parlamento Europeo, y ganó una segunda reelección, en su libro The New Road to serfdom (La Nueva Ruta hacia la Servidumbre), publicado en el 2010, alertaba al mundo sobre la clara intención del que fuera Presidente de los EEUU, Barack Obama, de llevar a su país, la primera potencia económica y militar del mundo, hacia el socialismo.
Como conservador, graduado en Oxford, estudioso y seguidor de los preceptos de F. A. Hayeck, Hannan hace un brillante análisis del porqué los EEUU se ha convertido en el ejemplo mundial de democracia y garante de las libertades en el nuevo orden internacional; esto, a pesar de todos sus defectos y errores. Como experto constitucionalista, hace una comparación entre la Constitución Norteamericana y la europea, destacando los puntos cruciales que hacen y harán las diferencias entre las dos confederaciones.
Para empezar, la Constitución Norteamericana consta de 7.200 palabras, la europea de 76.000 (la constitución chavista, incluyendo el preámbulo, 38.113 palabras).La Constitución Norteamericana, de 1787, fue hecha para diferenciar los principios que separan el poder de los estados del gobierno federal, tratando de crear un justo balance.
La Constitución del 2004, que se dio la Comunidad Europea (CE), se entretiene en detalles sobre diversos asuntos entre los que se regula la exploración espacial, los derechos de personas impedidas y el estatus de los que buscan asilo. En opinión de Hannan, mientras la Constitución de USA, en especial el Bill of Rights, busca proteger y darle desarrollo a los derechos del individuo, la Constitución europea trata principalmente de blindar el poder del Estado. Mientras que la CE ofrece, como sus promesas libertarias, que los ciudadanos pueden protestar, tener seguridad social y acceder a viviendas a buenos precios, la de US se despliega ofreciendo el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Hannan nos explica algunos detalles sobre cómo Europa se dio su constitución:
El principal autor de la Constitución Europea, fue el ex presidente de Francia, Valéry Giscard d’Estaing. En la sesión de apertura de la convención para la elaboración del borrador le dijo a los delegados- Este es el momento de Filadelfia para Europa- y empezó a compararse don Thomas Jefferson, lo que, aparte de inmodesto, no era preciso, pues Jefferson, al momento de ser redactada la Constitución de los EEUU, y en esto Giscard d’Estain ha debido saberlo, cumplía funciones como embajador en París… la Constitución Norteamericana se hizo efectiva sólo cuando fue ratificada por una convención especial de once de los estados miembros; el resto, Carolina del Norte y Rhode Island, lo hicieron poco tiempo después. Inicialmente, los autores de la Constitución de CE tenían la intensión de usar el equivalente al referendo. Muy pronto quedó claro que los referendos traerían resultados negativos. En el 2005, el documento fue puesto a votación en dos de los países fundadores de la CE, Francia y los Países Bajos, ambos lo rechazaron: por 54 y 62 por ciento, respectivamente.

Y en vez de retirar el texto, debido a la opinión mayoritaria que lo rechazaba, se lo entregaron a un grupo de abogados que, según Hannan, lo hicieron ilegible y lo llamaron el Tratado de Lisboa, ya no acudieron a los referendos; sólo en Irlanda, cuya Carta Magna obligaba a consultar al pueblo en caso de cambiar el lugar donde reside el poder, y el cambio de Dublín a Bruselas era inocultable, se procedió a la votación el 12 de junio del 2008 y, de nuevo, fue rechazado. Pero insistieron, y en esta ocasión pusieron presión sobre Irlanda, entre amenazas de ruina económica y promesas de jugosos créditos e inversiones, para lograr por fin el objetivo.
En Europa, la presencia del estado se impuso para controlar a la gente. El estilo americano y europeo diferían enormemente, mientras en uno la constitución se encabezaba con un: “Nosotros la gente…”, la Constitución de la CE empezaba con “Su majestad el Rey de los Belgas…”
Pero estos son detalles pintorescos, que entretienen, antes de que Hannan nos presente el hueso del asunto que es, sin duda, las ventajas que tiene un sistema federal de gobierno sobre todas las demás formas políticas.
Uno de sus alegatos principales, que marca la diferencia entre las formas europeas de hacer política y la de los norteamericanos, lo retrata de la siguiente manera:
No hay ninguna diferencia en como voto- la gente en Europa se queja- Nada cambia- Pero lo peor es que tienen razón. Aún con la mejor voluntad del mundo, cada día es menos lo que los políticos europeos pueden hacer para que haya cambios. En décadas recientes ha habido un comprensivo cambio de poder en la CE; de los representantes electos hacia funcionarios permanentes, de los consejos locales a las burocracias centrales, de la legislatura al ejecutivo, de los parlamentos nacionales hacia los eurócratas, de los ciudadanos hacia el estado… En mi país, los que administran el estado no son los Primeros Ministros ni los consejos locales, pero lo que se han venido a conocer como quangos (en inglés, Quasi-Autonomus Non-Governmental Organizations, son una especie de ONG’s)… un quango, es una agencia estadal, financiada por los contribuyentes, pero distanciada del gobierno. Cada político Británico, si es honesto, le dirá que este nuevo aparato es la verdadera fuente de poder en la Inglaterra moderna. Cuando un ciudadano les escribe con algún problema, lo mejor que pueden hacer… es pasarle el reclamo a la burocracia en funciones: La Agencia para la Protección del Niño, La Autoridad de las Autopistas y carreteras, el Consejo para las Habilidades y el Aprendizaje, el Ejecutivo para la Salud y la Seguridad, la Agencia para los Estándares Alimenticios, la Comisión para los Derechos Humanos e Igualdad.

Y más adelante cita a F.A. Hayeck quien, en su obra El Camino a la Servidumbre, advierte premonitoriamente lo siguiente: “La delegación de específicos detalles técnicos a otros componentes del gobierno, aunque es normal que suceda, es sin embargo el primer paso en como una democracia va cediendo su poder”.
Y es aquí cuando Hannan hace sus observaciones sobre el modelo Norteamericano, que tanto admira, y da en el clavo cuando apunta que la gran ventaja del sistema federal es que previene contra la concentración de poder y esto lo logra, no contando con la integridad de los funcionarios, sino distribuyendo la soberanía.
Uno de los padres fundadores de la nación Norteamericana, Thomas Jefferson, lo había repetido cantidad de veces, que la fórmula una sola ley, un solo gobierno, era la receta perfecta para la corrupción. Jefferson y los otros legisladores estaban claros en que el poder había que difuminarlo, tenían que asegurarse que ningún funcionario con poder de decisión, tuviera la tranquilidad de que sus acciones no iban a ser revisadas y juzgadas por sus representados, y ultimadamente castigados por el voto en las elecciones.
De allí una serie de medidas restrictivas y de control hacia el poder central, empezando por contraponerle el poder de los estados, la existencia de mecanismos de revisión de decisiones, primarias abiertas, referendos e iniciativas de la gente, limitación a los períodos, reglas para la conformación de los presupuestos, elecciones directas de funcionarios públicos, desde los sheriff hasta los directores de los consejos educativos locales.
Uno de los errores que destaca de los sistemas políticos democráticos es la perversión, bastante común, de que los políticos se convierten en representantes de sus partidos ante los votantes, en vez de lo contrario, ser ellos los representantes de sus votantes en los partidos; cuando los políticos que acuden a las elecciones lo hacen porque un operador político dentro del partido así lo designa, su lealtad y su trabajo político está comprometido con ese operador, no con sus representados, lo que significa que su principal interés será complacer a los jefes del partido, no a sus votantes, de allí la importancia de que los ciudadanos tengan asegurado su derecho a elegir y a exigirle cuentas a quienes designan para cargos públicos.
Es una aberración para cualquier sistema democrático que un funcionario público tenga el poder de elegir por su cuenta a otros funcionarios que van a ejercer funciones públicas sin la participación de los electores y de quienes, al final, pagan su sueldo y van a beneficiarse o a padecer de las medidas que ese funcionario tome en ejercicio de su cargo, a menos que se trate de sus más cercanos colaboradores o de un cuerpo colegiado, como lo sería el Poder Ejecutivo; algo como lo que sucede en Venezuela, que un presidente tenga el poder de designar a dedo e imponer un gobernador de un estado, sin tomar en cuenta a los ciudadanos de ese estado, viola todo principio de federalismo y de descentralización de los poderes exigidos por la Constitución Nacional.
Una vez que se permite que un oficial electo tenga la facultad de nombrar otros funcionarios a voluntad, se hace muy difícil revertirlo; la soberanía, una vez robada, es muy difícil que sea devuelta a sus dueños originales, a menos se haga por un acto de fuerza; esto es así porque la concentración de poder lo único que puede generar es tiranía, y la tiranía sólo se vence con una revolución.
Dice Hannan sobre nuestra realidad política: “América Latina ha estado convulsionada violentamente por el sentimiento de la anti política: caudillos de latón han tomado el poder en la región, no porque la gente espere que lo hagan bien, sino porque representan y articulan la rabia que el electorado siente hacia los viejos partidos”.
Es la vieja historia de la gente renunciando a sus derechos políticos y otorgándoselos a los partidos, de los partidos abusando de sus representados y permitiendo la pérdida de las libertades de los ciudadanos, para complacer y hacer fuertes a los líderes de los partidos que, a su vez, negocian los votos, los cargos y la vida de la república con cualquier sinvergüenza que pueda garantizarles su permanencia en el poder.
En resumen, la advertencia que le hace Hannan a los EEUU es que se pone en una deriva peligrosa al querer copiar el modelo europeo de gobierno, que es una forma de gobierno estatista y centralista; sugiere que los políticos socialistas en los EEUU, representados por Barak Obama y el partido demócrata, están poco a poco minando las bases del federalismo a favor de un centralismo cada vez más poderoso, y menos responsable.
Recomiendo el libro de Hannan, una lectura provechosa pero, lamentablemente, aún no traducido al castellano.   -   saulgodoy@gmail.com


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