martes, 3 de abril de 2018

La memoria que matan



Dícese de los venezolanos que tenemos una muy mala memoria, aunque una historia copiosa, que apenas nos acordamos de lo que hicimos ayer, pero nuestra saga como pueblo, llena volúmenes y volúmenes de relatos heroicos y epopeyas ¿Qué dice eso de nosotros? ¿Cómo se explica que un momento no muy lejano fuimos una sociedad camino a la prosperidad y el desarrollo, la democracia más sólida y activa del continente, y ahora somos un país en ruinas y nuestra gente, unos parias que nadie quiere, pidiendo limosna en países vecinos?
¿De qué estamos hechos los venezolanos que permitimos que un extranjero nos mal gobierne y unos criminales nos exploten y maten a nuestros hijos? ¿Qué sucedió con aquellos hombres y mujeres que libertaron naciones y construyeron un país moderno y de oportunidades? ¿Por qué estamos ahora sin saber qué hacer, en manos de unos políticos cobardes, ignaros, oportunistas y para colmo, pacifistas, justo cuando nos encontramos invadidos por el enemigo?
Son preguntas difíciles para un momento azaroso, pero sin duda, hay que hacerlas y debemos responderlas, se nos va la vida en ello.
En el mundo académico de los países desarrollados, está evolucionando una nueva disciplina que tiene apenas dos décadas de actividad, llamada Estudios de la Memoria, que entre otras cosas está cambiando la naturaleza de la investigación de la historia, y explicando, entre otras cosas, los mecanismos de lo que se conoce como “la memoria colectiva” o “memoria cultural”, que son esas series de eventos, tenidos como importantes, y cuyo recuerdo afectan la identidad e imagen del grupo social.
De las cosas que estas investigaciones han descubierto, es que muchos de estos recuerdos compartidos por la sociedad son inducidos, no se producen de manera accidental o espontánea, sino que son dirigidos y provocados, son producto de una mediación cultural, principalmente por una primacía de textos e imágenes, por una narrativa escogida para que sea publicitada, enseñada y aprehendida en el proceso de formación de una identidad nacional.
Esto es sumamente importante, porque ya basta de chuparnos el dedo y decir fatalmente que los venezolanos somos así y punto, que somos producto de un designio de la naturaleza o del medio ambiente, no, los venezolanos fuimos moldeados de determinada manera, hubo responsables en hacer de nuestro espíritu y conciencia como nación de una manera y no de otra, hay factores de poder, que están manipulando nuestra memoria social y dándonos o negándonos herramientas para el pensamiento crítico.
La pregunta que me hago es, ¿Quiénes fueron los responsables de adelantar las políticas culturales y educativas de Venezuela en los últimos treinta años, para dejar al país prácticamente desnudo de identidad, sin armas para la lucha por las libertades, sin espíritu de combate en contra del enemigo opresor? Porque estoy seguro no fue solo el gobierno, también participaron instituciones como la iglesia y las universidades, los empresarios dueños de los medios de comunicación, los mismos comunicadores sociales, el mundo del arte, los intelectuales…
¿Qué fue lo que alimentaron en el espíritu del venezolano para que nuestra sociedad se entregara en manos de violadores, rateros, asesinos y mentirosos? ¿De qué sirvieron los grandes logros de nuestra democracia ante la estampida y el inmovilismo de nuestros nacionales frente las dificultades? ¿Cuál fue el contenido de esas memorias que nos hicieron imposible respondr adecuadamente ante el discurso de los enemigos de la patria? Eso fue una labor que tomó mucho tiempo, coordinación, consenso y voluntad, eso no pasó por un simple albur de la historia y sus circunstancias.
Algo muy grave debió suceder en nuestra historia reciente en la que perdimos un tiempo y unos recursos preciosos para prepararnos para las dificultades y amenazas que nos acechaban, el pueblo de Venezuela fue simplemente entregado en manos de las personas más ruines y violentas para convertirnos en un estado fallido, hay personas e instituciones que tienen una responsabilidad moral insoslayable en nuestra calamitosa situación, lo que quiero dejar claro, es que la memoria colectiva venezolana ha sido alimentada por espejismos, cuentos de caminos, mitos, mentiras, que nos han llevado a una crisis humanitaria sin precedentes, a un derrumbe del país sin parangón en nuestra historia.

Jan Hassmann y su esposa Aleida, ambos alemanes, expertos en estudios de egiptología y estudios de la cultura inglesa, han desarrollado un modelo de análisis para los estudios de la memoria que se han convertido en importantes guías para los investigadores actuales, Jan definía la memoria cultural en 1988, en los siguientes términos: “El concepto de memoria cultural comprende  un cuerpo de escritos, imágenes, rituales, reusables y específicos para cada sociedad y cada época, y cuyo cultivo sirve para estabilizar y establecer la imagen que la sociedad se tiene de sí misma.”
Assmann sostiene que hay unos mecanismos de recuerdos y olvidos, que existen procesos en la sociedad para archivar las memorias, para clasificarlas, que hay maneras específicas para conformar las tradiciones y los ritos, el sociólogo francés Maurice Halbwachs (1952) estableció que los nuevos eventos que ocurren en nuestras vidas son inmediatamente relacionados con los recuerdos del pasado organizados en nuestra mente o en la memoria colectiva, se hace una integración entre los nuevo y lo antiguo y de allí resulta que los nuevos acontecimientos se transforman en conocimiento.
La memoria colectiva es una forma de adaptar los hechos del pasado a la situación del presente, darle un marco y un sustento, y a veces, poco importa si estos hechos del pasado son rigurosamente ciertos, la memoria colectiva no es historia, pero definitivamente tiene vínculos con el pasado y una enorme relevancia con el futuro.
Un desfile militar, la celebración de conmemoraciones religiosas, los días patrios, las fiestas patronales de las regiones, la celebración del natalicio de un hombre o mujer importantes, que marcaron a un grupo social, son expresiones de que existe una circulación impresionante de información y conocimiento que integran nuestra cultura y que a su vez, conforman nuestro sentido del pasado, nuestra identidad política y nuestra imaginación.
Si bien es cierto existe la memoria personal, que son esos recuerdos de vida que conforman nuestra experiencia como personas individuales, también es verdad que compartimos unas memorias culturales y sociales que nos unen como cuerpo colectivo, como comunidad y nación.
De todas estas nuevas teorías que están surgiendo de los Estudios de la Memoria, la que más me llamó la atención es la que le asigna a la “memoria cultural” la cualidad de “memoria de trabajo”, sería algo como el equivalente a la memoria RAM en las computadoras, la que nos permite operar en la cotidianidad sabiendo quienes somos, donde estamos y lo que queremos lograr con nuestro esfuerzo personal, y en este sentido, la relación de las personas con los medios de comunicación se tornan relevantes, para la mayoría de nosotros nuestro vínculo fundamental con el mundo es a través de los medios de comunicación, dependemos de los medios para hacernos una visión de nuestro universo y de nuestro país.
Por ello es importante conocer quiénes son los comunicadores sociales a los cuales estos medios le brindan la oportunidad de expresar sus opiniones y a quienes censuran, o simplemente, a quienes da voz y a quienes callan, quienes son los protagonistas y voceros de las situación nacional, a que críticos y a cuales críticas permiten expresarse y a cuales ignoran, cual es la vocería política que privilegian y a quienes relegan, que tipo de entretenimiento o información ofrecen, simplemente con esta decisiones, los dueños de los medios van conformando la memoria cultural del pueblo.
Para algunos académicos la aparición de esta nueva disciplina colide con la reputación y tradición de los estudios de la historia formal, considerada como disciplina científica, muchos historiadores tuvieron, desde hace varios siglos, tratando de diferenciarse de la ficción literaria y de la memoria popular para que ahora vengan a tener que partir límites con un constructo social como sería la memoria colectiva, y que le resta seriedad a la historia como ciencia objetiva.
Para otros es una oportunidad de explorar nuevos caminos en la historia ya que son dos conceptos y disciplinas diferentes, la historia es el estudio y la representación del pasado en los últimos siglos con un método y un sistema que trata de evitar errores y ser objetivo, en cambio la memoria es la relación del pasado con el presente dentro de un contexto socio-cultural determinado y donde el pasado está sometido a reinterpretaciones y modelajes obligados por el presente.
La memoria del venezolano ha sido duramente manipulada en los últimos lustros para complacer intereses bastardos, principalmente ideológicos, económicos y políticos de grupos de interés que, asociados con medios e instituciones, monopolizaron ciertas áreas culturales para darle preferencia al comunismo y al socialismo, pero ha sido durante estos últimos veinte años que la preeminencia de la propaganda comunista, en especial de la ideología cubana, ha acaparado los medios y las instituciones educativas para crear una cultura del servilismo y la esclavitud.
¿Qué es lo que conmemora el chavismo? Guerras, pillaje, revoluciones, asesinatos, robos, ¿Cuáles son sus figuras representativas? Guerrilleros, militares, bandidos, resentidos sociales, terroristas.
¿Cuáles son los valores que estima? La obediencia, la ignorancia, los sentimientos, la fidelidad al colectivo, el amor a la pobreza… el comunismo está trabajando sobre la memoria colectiva de los venezolanos para infectarla con memorias preparadas en laboratorios de propaganda de guerra, escogiendo personajes y hechos recientes y asignándoles significados que quieren ligar con sentimientos e ideales socialistas, para hacerse pasar como liberadores.
En medio del caos social que han provocado, negándole a la gente trabajo digno, oportunidad de auto sustentarse, una economía sana y confiable, el gobierno de Maduro desplaza las causas a elementos externos, como sería el de la guerra económica, las sanciones de los gobiernos en contra de sus funcionarios, por lo que el hambre, la falta de medicinas y la interrupción de los más vitales servicios públicos, son provocados por los enemigos de la patria, no por ellos y sus ineficiencias, desfalcos, actos de corrupción e ineptitud.
Nos remiten al pasado violento de la conquista, de las guerras de independencia y las federales, de los recientes golpes de estado, para hacernos creer que todo forma parte de un entramado de violencia en contra de los revolucionarios, de gente como ellos que quieren cambiar al mundo y hacer justicia social, que se trata de un proceso histórico que no ha terminado.  
La próxima reconstrucción de Venezuela debe ocuparse, como una de sus principales tareas de desenmarañar los medios de comunicación en nuestro país, adecentar sus cuadros directivos, sentarse con los representantes de las principales instituciones que hacen vida en nuestro territorio, y ponerse de acuerdo en cómo vamos a rehacer el nuevo espíritu del venezolano, que valores de nuestra copiosa historia vamos a resaltar, que dejemos de adorar y enaltecer el espíritu de los aventureros, pícaros, truhanes y oportunistas y nos concentremos en enseñar el ejemplo de los constructores, de los que trabajan, de los que crean y solucionan problemas, para que sean los principios de libertad, autonomía, participación y emprendimiento, los ejemplos que prevalezcan en los tiempos por venir.       saulgodoy@gmail.com


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