miércoles, 13 de junio de 2018

Lo que hizo Singapur



Estoy leyendo, casi que estudiando, ese magnífico libro de memorias, Del Tercer Mundo al Primero (La Historia de Singapur,1965-2000) escrita por el propio Lee Kuan Tew, quien fue por décadas el hombre fuerte de ese país, básicamente el padre fundador de lo que es hoy, envidia de muchos, uno de los tigres asiáticos más prósperos e importantes de la región, de hecho, fue el lugar escogido por el presidente Norteamericano Donald Trump para celebrar el encuentro con su par de Corea del Norte, Kim Jong-un.
En el libro hay un pasaje que llamó mi atención y que quiero compartir con ustedes, pues creo que nos viene muy bien el ejemplo que dio Kuan Tew en uno de los momentos más difíciles por el que atravesaba la joven república, como todos ustedes saben Singapur queda en el extremo sur de Malasia, es una ciudad portuaria con un escaso territorio que lo hacen uno de los países más pequeños del mundo (640 km2) y casi sin ningún recurso natural excepto, su posición geográfica y su gente.
Como parte de las colonias del Imperio Británico, allí se construyó la base naval más lejana en el sureste asiático, pero luego de la Segunda Guerra Mundial toda la geopolítica del área cambió y Singapur pasó a formar parte de la nueva nación de Malasia, pero hubo problemas de adecuación, la mayor etnia de Singapur es la china en un 75%, los malayos eran apenas 13%, el resto era Indio, y los malayos por tradición no se las llevan bien con los chinos, de modo que hubo algunos roces y malos entendidos, al punto, que Singapur fue expulsada de la federación malaya.
Esa fue la oportunidad para independizarse, que fue lo que hicieron y como estaban bajo el ala de los británicos, no hubo mayores inconvenientes, Singapur era también un puerto comercial de mucha actividad, si toman un mapa y ven su ubicación verán porque, estaba justo en el medio de las principales rutas marítimas y era parada casi que obligada para todos los barcos, y como contaba con un magnífico puerto construido por los ingleses, que sí saben hacer puertos, pues tenían una intensa vida de intercambios con el mundo.
El problema surge en los finales de los 60 y principios de los 70, cuando la geopolítica del área vuelve a cambiar, la Guerra de Vietnam está en pleno apogeo, al igual que la crisis económica mundial, con precios del petróleo por el cielo, y los británicos, tratando de sobrevivir en aquellos tiempos borrascosos, deciden recortar el presupuesto de defensa y entre las medidas que toman se encuentra cerrar la base naval de Singapur y sacar a todo el personal militar.
Un doble golpe mortal para Singapur y su líder Lee Kuan Tew, por un lado temía que la economía cayera en una depresión ya que los ingleses contribuían con el 20% del producto interno bruto sólo por concepto de los costos de operación de la base naval, pero surgía también la amenaza del interés de Malasia de volverse hacer con  la ciudad portuaria con todo la intención de favorecer políticamente a la minoría de sus coetáneos, mientras los ingleses estuvieran allí los gastos de defensa eran mínimos, sin ellos, obligatoriamente tendrían que crear un ejército propio, y eso era un gasto importante.
Lo primero que hizo Kuan Tew fue convencer a los ingleses para que la fecha de su retiro fuese pospuesta lo más posible, la medida de recorte presupuestario también afectaba a los otros componentes del Comun Wealth Británico y que eran los aliados naturales de Singapur, como lo eran Australia y Nueva Zelanda.
Si Singapur iba a sobrevivir como país independiente y autosuficiente, tenía que encontrar la fórmula para hacerse su propio lugar en el sureste asiático, lo primero que hizo fue embarcarse en un programa educativo agresivo y de excelencia para niños y jóvenes, sobre todo en las materias duras: matemáticas, química, física.
Consiguió a los profesores más calificados y compitió en todos los concursos de la región en conocimiento y habilidades, buscando siempre llegar y romper con los estándares más altos, en esto no escatimó gastos, abrió escuelas técnicas para preparar a su gente en las especialidades de electricidad, mecánica, electrónica, construcción naval que eran las áreas que sus consultores económicos le dijeron tenían ventajas competitivas.
Las universidades igual, elevó las exigencias de conocimiento y rendimiento académico, trajo del mundo a los mejores profesores, y a los alumnos destacados los becaba  sólo en las más reconocidas casa de estudios superiores, exigió que el inglés fuera la lengua principal, la que se hablaba en el gobierno, su atención estaba en conseguir el interés de empresas en EEUU, Europa y Japón para que movieran sus operaciones a Singapur, prefería la alta tecnología a la fabricación en masa de productos de consumo masivo, aunque estos daban muchos puestos de empleo, era la alta tecnología la que más rápido se movía en el campo de la innovaciones, las que abrían mercados emergentes y las que tenían detrás  los mercados de inversión más importantes.
Escribía Lee Kuan Tew: “Teníamos un solo y simple principio rector para la sobrevivencia, que Singapur tenía que ser más agresivo, estar mejor organizado y ser más eficientes que los otros en la región. Si apenas éramos iguales que nuestros vecinos, no había razón para tener una operación aquí. Teníamos que hacer posible para nuestros inversionistas que sus emprendimientos fueran un éxito y que dieran beneficios, a pesar de que Singapur no tuviera recursos ni un mercado domestico que ofrecer”.
Los ingleses le había prometido una compensación para cuando se fueran, un paquete que se concretaba en unos 50 millones de libras, de las que el 25% serían donaciones y 75% prestamos, Kuan Tew gastó el 50% en proyectos de desarrollo y la otra mitad en comprar equipos militares que los militares dejaban para armar su ejército.
El que hacer con el dinero de la ayuda británica lo atormentaba, el caso de la isla de Malta era muy similar al de Singapur, donde en 1967, había una base naval y cuando los ingleses se fueron dejaron la compensación, Kuan Tew visitó la isla para constatar cómo habían hecho para sobrevivir el vacío que dejaban los ocupantes, en aquel tiempo estaba en curso la guerra árabe-israelí y el Canal de Suez estaba cerrado, no había tráfico marítimo y Kuan Tew vió con horror que los trabajadores de los diques, aún cobrando sus sueldos completos, lo que hacían era jugar deportes de agua, la dependencia de la isla a la caridad británica era absoluta.
Singapur había sido prospera antes de las bases militares, seguiría siendo próspera después que estas no estuvieran, logró que los ingleses dejaran dentro del paquete extensas y costosas instalaciones que podían convertirse rápidamente en uso civil, los astilleros y dos puertos portátiles para atender averías de buques, le extendieron el contrato de administración de los mismos a la empres inglesa que los había construido, y luego lo hicieron socio en las nuevas facilidades y servicios portuarios, una asociación que se convirtió en la SembCorp Industries, uno de los conglomerados más grandes del área que se cotiza en la bolsa de Singapur.
La isla que había servido de cuartel para el batallón británico de los Gurka, la convirtieron en el centro turístico “Sentosa” uno de los lugares de más lujo y confort en el sureste asiático, la base aérea de la Royal Air Force se convirtió en el aeropuerto internacional Changi, el complejo militar Pasir Panjang lo tranformaron en el campus de la Universidad de Singapur para 26.000 estudiantes.
Campos de golf, parques industriales, autopistas, modernos rascacielos, el cuartel general británico con su red de túneles y bunkers construido para resistir la invasión japonesa fue remodelado como el más exclusivo club privado de esa parte del mundo.
El objetivo de Lee Kuan Tew era muy claro:

Si Singapur pudiera establecer estándares de vida del Primer Mundo en seguridad pública y personal, salud, educación, telecomunicaciones, transporte, y servicios, pudiera convertirse en el centro de operaciones para empresarios, ingenieros, administradores, y otros profesionales que tuvieran que hacer negocio en la región. Esto significaba que teníamos que entrenar a nuestra gente y equiparla para que dieran unos servicios con el estándar del Primer Mundo. Yo creía que esto era posible, que podíamos reeducarnos y reorientar a nuestra gente con la ayuda de escuelas, de los sindicatos, de centros comunitarios, de organizaciones sociales. Si los comunistas en China intentaron acabar con las moscas y los loros, estaba seguro que podíamos hacer que nuestra gente cambiara sus hábitos de gente del Tercer Mundo.

Pero quizás lo más importante fue el esfuerzo que el propio Lee Kwan Tew puso en promocionar a su país en el mundo como opción de ubicación en el suresteasiático, para representaciones corporativas sobre todo de las industrias de alta tecnología.
Para tal propósito habían construido una zona industrial con todos los servicios a disposición, el arranque fue lento pero luego vino un acelerón, nos refiere Kwan Tew:

Para finales de 1970, sin embargo, habíamos emitido 390 certificados de inversionistas pioneros con cinco años de exención de impuestos, que pudieran extenderse a 10 años para aquellos que se hubieran otorgado antes de 1975. Jurong (la zona industrial) rebozaba de actividad. Nuestra oportunidad llegó en Octubre del 68 con la visita de Texas Instruments, quería construir una planta para semiconductores, en ese tiempo un producto de alta tecnología, y quería empezar producción a los 50 días de tomada la decisión, Casi inmediatamente llegó la National Semiconductors. Inmediatamente después aparecieron sus competidores, Hewlett-Packard (HP), mandaron a un explorador… en 1970, General Electric (GE) se instaló con seis diferentes plantas para productos eléctricos y electrónicos. Para finales de los 70 GE era el principal empleador privado de Singapur… para 1997, teníamos 200 empresas norteamericanas manufactureras con más de 19 billones de dólares en inversión… Beecham Pharmaceuticals construyó una instalación de avanzada para producir antibióticos semisintéticos para el mercado asiático, especialmente Japón…

La historia de Singapur es de una gran tenacidad, organización y éxito en los negocios y en el proyecto nacional, y traigo a colación esta historia porque muy pronto Venezuela será el centro de un gran esfuerzo de reconstrucción, lo peor que nos pudiera pasar es que el gobierno de turno crea que las ayudas que nos llegan nos la debe el mundo, y que vamos a ser mantenidos hasta el fin de los siglos, debemos evitar que los grupos de bolichicos, los clubes de políticos de la Odebrecht, los chulos cubanos y los empresarios rojos rojitos metan sus manos ensangrentadas en esta vital fase para el país.
La actitud y la preparación de los venezolanos debe ser para el trabajo duro, para la competencia, para ser los mejores en cada una de las áreas que nos corresponda actuar, esa será nuestra segunda oportunidad de vida, esta vez debemos hacerlo bien.  -  saulgodoy@gmail.com





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