Me
imagino que Bolívar y McGregor sostuvieron varias reuniones de trabajo,
conversaciones, veladas, donde la sobremesa era, precisamente, ese gran
escenario estratégico que era el Caribe; principalmente, porque por allí
entraban pertrechos, municiones, tropas e información, no sólo para los
patriotas, sino también para la Corona Española.
Cuba
y Puerto Rico eran dos inexpugnables bastiones realistas desde donde los
españoles operaban sus fuerzas para atender a sus colonias, sobre todo
garantizando la seguridad de sus posiciones y súbditos de la apetencia de otros
reinos europeos, como Inglaterra, Francia y Holanda, que no perdían oportunidad
de asaltar sus rutas comerciales, atacar sus intereses en tierra firme e invadir
sus posesiones; pero, últimamente, el problema de los movimientos
revolucionarios coloniales se les había convertido en un verdadero dolor de
cabeza.
Y
para ese año de 1817 España estaba de retirada ante las fuerzas napoleónicas en
Europa, perdiendo una guerra que ponía en peligro todos sus logros como
imperio; Fernando VII sabía que no podía apagar tantos fuegos al mismo tiempo y,
por ello, el súbito interés del nuevo gobierno norteamericano por sus
posesiones en la Florida se le reveló como un alivio oportuno, la idea de
venderlas al nuevo gallo en el gallinero, en vez de dejarlas perder ante el
avance de los ingleses, no se veía como un mal negocio.
El
gobierno de los EEUU estaba cortejando a España para obtener la Florida; para
completar su plan geopolítico de cierre de fronteras, era vital que esos
territorios estuvieran bajo su control, para tener un completo dominio sobre la
fachada atlántica; ellos mismos acababan de independizarse de la corona
inglesa, y lo que menos les interesaba era una colonia inglesa en la Florida
(los ingleses ya habían intentado dos veces la invasión armada de la Florida;
en la última, el venezolano Francisco de Miranda se destacó por su valentía y
comando en el sitio de Pensacola, donde ganó sus galones de Teniente Coronel).
El 11 de abril de 1803, el Congreso de los Estados Unidos aprueba
la negociación con Francia para la compra, por 15 millones de dólares, de
2.100.000 km2, del territorio que comprendía los actuales estados de Arkansas,
Missouri, Iowa, la zona de Minnesota al este del río Mississippi, Dakota del
Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Oklahoma, la mayor parte de Kansas, Wyoming,
el territorio de Colorado al este de las montañas Rocosas y el de Luisiana, al
este del río Mississippi, con la ciudad de Nueva Orleáns. Cerrada la
negociación que duplicó su extensión territorial, siete años después, en 1810,
los Estados Unidos amenazaban con apropiarse de la Florida occidental, por
considerarla como parte de la compra de Luisiana.
En esta negociación, los EEUU alegaba que la Florida oriental le
pertenecía, ya que estaba contemplada en la compra que se le hizo a Francia por
ser territorio de Luisiana; la Florida oriental se la anexaron una vez que un
grupo de colonos norteamericanos se posesionó de ella, y la habían declarado
territorio independiente (la República independiente de la Florida Oriental), por
lo que el gobierno norteamericano les envió una partida militar desde New
Orleans y tomó el territorio.
Una nueva transacción con España por la Florida significaría la
culminación de este plan de consolidación territorial, más barato que una
invasión y una guerra y, desde el punto de vista jurídico, la compra venta
otorgaba mejores derechos.
Esta situación se producía en un momento bastante complicado en la
región; los EEUU veían con simpatía los esfuerzos libertarios de las colonias
de España, de hecho, se permitían ayudar cuando podían, como podían, sin
involucrarse directamente, para no complicar su propia independencia que apenas
había sido declarada en 1776. Pero aquella oportunidad de consolidar su plan
territorial era el primer punto en su agenda, de modo que, a pesar de la
tumultuosa situación en el Caribe, permitía que de sus puertos, principalmente el
de Boston, salieran naves con pertrechos para las fuerzas españolas.
Tal como
estaban planteadas las cosas, había dos planes geopolíticos en marcha: el de
los EEUU, para la consolidación de su territorio, y el de los patriotas
venezolanos por liberar a la Provincia de Venezuela de sus amos de España; en
ambos, la Florida constituía un interés común, para la visión de Bolívar era la
oportunidad de abrir operaciones en el norte, para distraer la atención de los
españoles, cortar sus líneas de suministros y proceder a liberar a Cuba, Puerto
Rico y Panamá.
Para
los EEUU, la Florida era el cierre de su espacio vital, su importancia era
estratégica para el dominio militar sobre el Atlántico, y para disolver, de una
vez por todas, la amenaza de los ingleses próximos a su territorio.
Los
dos planes eran excluyentes, no eran compatibles, competían por el territorio
de la Florida e iban a enfrentar a Bolívar con el Presidente James Monroe,
cuando el primero hizo una jugada audaz, rápida y sorpresiva, al invadir de
manera inesperada la Florida.
Y en
esta parte de la historia debo hacer una digresión y un llamado de alerta, este
episodio histórico no es del conocimiento general, el tema ha sido manipulado
intencionalmente por diferentes ideologías e intereses, sobre todo por Hugo
Chávez, quien promovió la idea de que se trataba de una conspiración del
gobierno de los EEUU para asesinar a Bolívar; de hecho, todo el acto de
exhumación del cuerpo de Bolívar, se hizo para buscar trazas del veneno que,
supuestamente, le habían suministrado los norteamericanos, quienes, en su
obsesiva interpretación, vigilaban a Bolívar desde su llegada a Santa Marta,
para capturarlo y asesinarlo, y para tales propósitos habían enviado una unidad
militar especial.
Chávez
pretendió utilizar este episodio para poner a Bolívar como el Libertador de la
Florida, lo cual es un exabrupto, y acusar de conquistador e imperialista al
gobierno de los EEUU, también quiso presentarlo como motivo para una
conspiración en contra de la vida del Libertador por parte de los
norteamericanos.
De
nada de eso se tiene prueba, se hablaba de una supuesta carta donde Bolívar
dice temer por su vida, pero todo ha quedado en el terreno de la especulación y
los montajes; lo que sí es cierto es que ese año de 1817, el 25 de junio, el
General George McGregor, por supuestas órdenes del Libertador, toma la isla de
Amelia en las costas de Florida, derrota la resistencia española y declara
posteriormente la independencia de la República de la Florida.
He
dicho supuestas ordenes del Libertador, porque una cosa es discutir escenarios
bélicos sobre los mapas, y otro es dar la orden para que se ejecuten, y no hay
registro de que esa orden la dio Bolívar, lo que sí existe, es la expresa
negación de éste al representante del gobierno norteamericano en Angostura, que
él nunca estuvo involucrado en tales acciones.
De
todas maneras, el episodio es poco mencionado y permanece como una curiosidad
histórica, no muy popular en la tradición de los EEUU; pero, debido justamente
al alboroto propiciado por Chávez, al utilizarlo como arma ideológica, reactivó
la curiosidad de algunos historiadores, tanto de los EEUU como de Venezuela y
España, para arrojar nuevas luces sobre el episodio y verlo en su justa
perspectiva.
El
General McGregor era un oficial de origen escocés que vino a Venezuela a
ofrecer sus servicios para la causa independentista; estuvo a la orden primero,
de Francisco de Miranda y, luego, con Bolívar, quien le tuvo en muy alta
estima, sus relaciones profesionales fueron estrechas y, familiarmente, se
vieron afianzadas cuando McGregor se casó con una prima de Bolívar.
Como
dije al principio, la idea de hacer algo en la Florida venía tomando forma,
desde hacía algún tiempo, en la mente de Bolívar, de modo que, cuando el
momento fue propicio, encontramos a McGregor en la ciudad de Filadelfia en los
EEUU, reunido con otros aventureros y patriotas, entre los que se encontraban el corsario
francés Luis Aury, y contando con la participación de Pedro Gual, Luis Brión,
Lino de Clemente, Juan Germán Roscio y Agustín Codazzi… allí se planificaron
los detalles de la misión.
Entre ellos, me llamó especialmente la atención
Luis Aury, personaje a quien desconocía y que el chavismo ha puesto en un
pedestal, y de hecho, fue una de las personalidades más fascinantes de la gesta
libertaria de Latinoamérica, uno de los mejores capitanes de mar de su tiempo,
un indoblegable hombre de acción. Lamentablemente, Aury y Bolívar no se las
llevaban bien.
En el ínterin, dos goletas norteamericanas habían
sido capturadas por los patriotas, porque llevaban pertrechos militares para
los ejércitos realistas; Bolívar las hizo confiscar, por estar ayudando al
enemigo, y esto enturbió las relaciones con el país del norte, pues éste exigía
su inmediata devolución y el pago de una compensación. Esta situación
provocaría, posteriormente, la supuesta destrucción de un buque venezolano por
invadir, supuestamente, de nuevo, aguas territoriales norteamericanas, son
confusas, al punto que parecieran operaciones clandestinas de inteligencia
montadas por ambas partes y luego convenientemente negadas.
Para hacerles la historia breve, la toma de la isla
Amelia en las costas de la Florida sorprendió tanto a España como a los EEUU;
fue una jugada audaz y planificada, sobre todo en el aspecto jurídico, ya que
la creación de la nueva república era fundamental, y tenía no solo su bandera,
su escudo de armas, sino también una Constitución, un cuerpo de administración
y sus autoridades debidamente establecidos; nada se dejó al azar, con toda la
intención de que fuera rápidamente reconocida como república soberana, nacida en
la lucha de independencia contra la corona española.
En este punto la historia se hace oscura, los
historiadores están divididos en si fue una iniciativa sólo de McGregor o si
Bolívar estaba involucrado, tomar la isla y su fuerte no era tomar la península,
queda en el misterio el porqué McGregor abandona apresuradamente la isla con la
llegada de Aury, quien a partir de ese momento se hace cargo de las
operaciones.
Fue indudablemente una operación de corto aliento, que
apenas duró seis meses. Los EEUU también se movieron rápidamente; bajo la
pretensión de que unos bandidos y piratas habían invadido la Florida, y
aduciendo la amenaza de ataques de los indios seminolas contra el vecino estado
de Georgia, prepararon una expedición militar conjunta con España para retomar
la Florida. Fue una operación marítima y terrestre, con el General Andrew
Jackson a cargo de las fuerzas movilizadas desde Galveston, en Texas, sin mucha
resistencia la isla fue retomada y sus invasores expulsados.
La Guerra en la Venezuela exigió de Bolívar toda su
atención y de casi la totalidad de los exiguos recursos con que contaba. La
operación de la Florida no fue de gran envergadura y era menos importante que
derrotar a las fuerzas militares en el continente, de modo que, llegado el
momento, si recibía algún tipo de apoyo, fue abandonada a su suerte; para los
norteamericanos era una cuestión de seguridad estratégica y ellos si vinieron
con todo.
Una vez con el control de la Florida, los Estados
Unidos y España se embarcaron rápidamente en negociar la compra y venta, que
fue finalmente tranzada por cinco millones de dólares en 1819.
A McGregor, Auri y otros participantes les pusieron
en una especie de alerta roja de aquellos tiempos, y fueron buscados por las
autoridades norteamericanas para que respondieran a la justicia; a Bolívar ni
lo tocaron, de hecho, pocos años después, cuando los españoles fueron
expulsados de buena parte de nuestro territorio, los EEUU fueron de los
primeros en reconocer al gobierno libre e independiente de Venezuela.
… Y así llegamos al día de hoy, con un pedacito de
la historia de la Florida protagonizada por venezolanos, pero envuelta todavía
en un manto de misterio. - saulgodoy@gmail.com
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