viernes, 1 de junio de 2018

Una nueva estrategia de seguridad y defensa




NOTA: El siguiente artículo es un resumen de varios otros ya publicados en el blog, sobre el tema del futuro del país, es mi visión personal de lo que deberíamos hacer luego de nuestra segunda independencia, sobre todo con nuestra Fuerza Armada, la cual debe ser íntegramente reestructurada.

Tengo una visión que he estado cultivando desde hace ya algunos años, y que he adelantado en varios de mis escritos, sobre el futuro del país, una Fuerza Armada, profesional, apolítica e institucional, es una institución indispensable para un país de nuestras características geopolíticas por lo que no podemos prescindir de ella, pero si debemos someterla a una reingeniería para adaptarla al mundo actual y a las nuevas necesidades del país.
En una primera instancia hay que modificar de una vez por todas nuestra organización territorial, para un país de nuestro tamaño, 24 estados, un distrito Capital, dependencias y territorios federales nos complica de manera innecesaria la administración del país, Venezuela debería tener un máximo de 7 ecoterritorios, llamados así porque son las cuencas hidrográficas, el recurso agua (su presencia o aunsencia), lo que debe determinar la delimitación geográfica de los mismos, porque son las unidades fundamentales para cualquier tipo de desarrollo que quiera darse con una unidad orográfica, geológica y de ecosistemas.
Los ecoterritorios ya vienen con una vocación dictada por la naturaleza, por ejemplo, uno de los ecoterritorios que propongo es el frente oceánico con sus territorios insulares, Venezuela posee una plataforma submarina tan grande como la mitad del país, pero como no la vemos, ni siquiera sabemos que está allí, y es un territorio subacuático de una riqueza y potencialidades prodigiosas, solamente en su capacidad productora de algas y peces comestibles, es algo que obnubila los sentidos, igual con las posibilidades del desarrollo de bancos de energía eólica y de mareas, siempre he soñado en que Venezuela debería contar con la mejor competencia de yates y veleros del mundo, nuestros sistema insular es sin duda de una variedad impresionante para un circuito de alta gama, y sería un polo de atracción turística inimaginable.
Igual sucedería con el ecoterritorio llanero, andino, deltano, amazónico, cada uno es de características tan particulares, que ya dicta sus propias necesidades de desarrollo y para planificar su seguridad y defensa, habría que especializar a la Fuerza Armada en cada uno de ellos, sus poblaciones deberían tenerlos como referencia al momento de planificar sus urbanismos e integrar estos territorios en un sistema nacional de ciudades interconectadas.
Se debe conservar la estructura municipal pero mejorada, rescatar la figura de la parroquia como núcleo del urbanismo, ligada a los intereses territoriales, poblacionales y de desarrollo global en el que debemos embarcarnos cuanto antes.
Cada ecoterritorio tendrá sus características propias naturales y de población y será la base fundamental de su sustentabilidad, como no vamos a inventar de nuevo la rueda, y como ya está en funcionamiento una economía global, le guste a la gente o no, lo inteligente para un nuevo gobierno democrático y de plena libertades económicas, sería la necesidad de insertar el país en esa economía global, para aprovechar las ventajas del país y solventar de la mejor manera posible nuestras necesidades productivas, de creación de empleos y de polos de iniciativas e innovaciones.

Observando como el país se ha desarrollado históricamente.

Para todo el mundo es obvio que Venezuela ha tenido un desarrollo sostenido e importante en la franja norte-costera, si se traza una línea recta de oriente a occidente allí se encontrará con varias de las principales ciudades del país, sus principales puertos y aeropuertos, obres de ingeniería destacándose autopistas, represas y plantas generadoras de energía, y por supuesto parques industriales, pero esta franja que ocupa todo nuestro frente oceánico tiene varios problemas, el primero es que nunca ha sido integrado como un todo, no hay enlaces de transporte por tierra que los una, cada ciudad, estado o región ha crecido por su propia cuenta y lo ha hecho de manera irregular, aunque el resultado sea que en esa franja se agrupa la mayor parte de la población, y aún así, esa fachada caribeña nunca ha sido utilizada de manera sistemática y con el propósito de establecer una interconexión segura y confiable con el comercio de la región.
Si bien es cierto que por allí entran y salen mercaderías y exportamos nuestro principal producto que es el petróleo, nunca hemos utilizado  esta magnífica posición geopolítica como un centro de comercio internacional, desaprovechando la cercanía y la posibilidad de hacer negocios con el principal centro financiero del mundo que es la ciudad de New York.
Pero dado el despliegue de la economía globalizada y que el futuro nos obliga a integrarnos a esos corredores de bienes, productos, servicios y financiamiento que pasan enfrente de nuestra puerta y no hemos hecho nada por aprovecharlo, Venezuela debe prepararse para integrarse a este gran movimiento mundial y hacerlo bien.
América del Sur necesita de justamente de una cabeza de playa en ese preciso escenario, en la fachada atlántica que da al Caribe y al Golfo de México, que sirva de trampolín para abarcar esas tres principales ciudades del este Norteamericano que son Miami, New York y Boston y que mueven una enorme cantidad del comercio mundial en esa parte del mundo, un lugar que tenga las facilidades de transporte marítimo y aéreo, de telecomunicaciones, de almacenaje, de maquila, de manufactura de componentes, de manejo de materias primas y a granel, que sea a su vez centro de operaciones de corporaciones regionales (como lo empezamos a ser en algún momento antes de ésta malhadada revolución) con sus hoteles, centros de convenciones, vida nocturna, espectáculos, oficinas, banca, clubes…
Que resuelva un punto intermedio y de distribución de mercaderías para y desde los EEUU, que sea eficiente, seguro y con todas las facilidades para que se den estos intercambios, Venezuela es el propio lugar para resolver problemas puntuales de envíos, recepciones, redistribución, consignación, venta, tráfico, control, ensamblaje, y si a esto le agregamos una capacidad de almacenamiento en frío para la conservación de productos perecederos, estaríamos hablando de uno de esos famosos nodos del sistema global de comercio, lugares donde se resuelven una serie de problemas y se le da valor agregado a las mercancías en movimiento desde los centros de producción hasta sus mercados finales.

La economía va por delante y detrás le sigue la seguridad, no al revés, esa es la tendencia y lo inteligente del diseño de un estado mercado, y creo que la dirección correcta es convertir a Venezuela en un nodo de comunicaciones y transporte para todo el Caribe, norte de Latinoamérica y sur de Norteamérica, lo que implicaría una red de facilidades portuarias, trenes rápidos (tendríamos un tren expreso desde Güiria, en el extremo oriental del país, hasta el litoral del Pacífico colombiano, y otro con dirección norte-sur desde Valencia hasta Boa Vista en Brasil), autopistas, complejos de almacenes (mercadería seca, almacenes en frío, para flores, animales, etc.) centros de maquila, servicios financieros, turísticos, aparte de todo el complejo industrial de petróleo, petroquímico y gas que deberíamos desarrollar bajo una nueva filosofía y diseño.
Pienso que Caracas-Maracay-Valencia deberían constituirse en una megalópolis y ser planificada como una sola unidad urbana, esto, para darle un sentido de capital global e insertarla en la red mundial de servicios financieros y de comunicaciones.
Nuestro principal negocio debe ser el energético, con el petróleo y el gas como puntas de lanzas y las demás energías alternativas como cohortes, pero no descarto que podamos convertirnos en un emporio de servicios para el comercio global, lo dicta nuestra ubicación geográfica, nuestra posición en el mundo es definitivamente un privilegio y debemos hacerlo nuestro principal recurso.
Teniendo en claro cuáles son los ecoterritorios y cuáles son nuestras prioridades económicas, entonces podemos ocuparnos de las instituciones que nos van a brindar la seguridad necesaria para que podamos trabajar y prosperar en paz, es a partir de este momento que podemos determinar la estrategia insertarnos el siglo XXI.

Un nuevo componente militar

El concepto de lo militar en nuestro país está cargado de connotaciones negativas y algunos significados francamente primitivos, la sola idea de que el militar pertenece al cuartel, de que se trata de un ser diferente y extraño al conjunto de la sociedad, es en realidad una rémora del pasado que se ha trancado en el concepto de una peligrosa secta política y armada, con vida propia y diferente al resto de nosotros, la sociedad venezolana no debe permitir nunca más que la institución militar se convierta en una caja negra, donde la sociedad civil no sepa que está sucediendo en su seno, eso debe cambiar.
De igual manera su participación en la política, lo único que se le debe permitir a sus efectivos es que voten como todo ciudadano, pero debe ser apolítico, no deliberante, ni pertenecer a ninguna organización política mientras cumpla su servicio, y la institución militar,  permanecer lo más alejado posible de las decisiones políticas, por lo que pertenecer o tener un representante en el poder ejecutivo, formar parte del gabinete o involucrar a los militares en la elaboración, ejecución o planificación de políticas públicas debe ser un anatema.
Ningún militar podrá ocupar un cargo público, dentro de los cinco años luego de finalizado su servicio en la fuerza armada, de hecho se debería planificar su inserción en la vida civil como profesionales en alguna actividad del sector privado durante su carrera militar.
Todos los venezolanos tenemos el deber de integrarnos en las actividades de seguridad y defensa del país, los militares deben ser tratados como técnicos, expertos en el asunto, por lo que les corresponde, en momentos muy especiales, liderar estos esfuerzos.
Lo militar es una carrera, como cualquier otra, pero por la naturaleza de sus prácticas requiere de sitios especiales, de equipos de guerra que hay que saber usar, mientras estén en el ejercicio de la profesión necesitan de cierta disciplina y valores, no muy distintos de otras corporaciones, donde nunca se debe obviar el respeto por los derechos humanos.
La carrera militar debe ser corta, un general no debería pasar de los 35 años de edad y no permanecer más de tres años en un puesto de mando, esto garantiza a una persona en el tope de sus facultades ejerciendo uno de los trabajos más difíciles y de mayor responsabilidad, solamente los muy brillantes y que hayan demostrado especiales facultades se les permitiría continuar en la institución militar a manera de consultores y planificadores, en este sentido me inclino por favorecer el modelo israelita de las Fuerzas Armadas, es mucho más cónsono con nuestro tamaño e idiosincrasia.
La Guardia Nacional debe desaparecer por haberse envilecido como lo hizo, en su lugar debe aparecer una policía administrativa nacional que llamaremos Seguridad Territorial (ST), de carácter civil, con muchas de las atribuciones de la GN, principalmente para la atención primaria de desastres naturales, como primera respuesta a situaciones conmoción y orden público, su estructura y especialidad debe estar dirigida a la seguridad de las fronteras, de puertos y aeropuertos, y la custodia de la infraestructura estratégica del país.
El ministerio de la defensa debe recomponerse y las FFAA debe reducir drásticamente su tamaño, las necesidades de los ecoterritorios a su cargo determinarán las necesidades tecnológicas y de movilización necesarias, de modo de poder profesionalizar y preparar a los componentes que queden activos, por medio de una oficina especializada en la guerra y la defensa, siempre bajo la conducción del poder ejecutivo nacional y bajo la supervisión del congreso.
Para garantizar el apresto y la preparación de estas fuerzas, el país pondrá a sus militares al servicio de las misiones de paz de la ONU y la OEA, para que adquieran experiencia en combate, manejo de situaciones de orden público, en misiones de paz, de abastecimiento, manejo de desplazados y control en situaciones de desastres naturales.
Los servicios de inteligencia deben fundarse desde cero, lo que el país ha tenido hasta el momento no son organizaciones de inteligencia como tales, sino policías políticas, unas más eficientes que las otras, pero jamás se han ocupado de la verdadera inteligencia y menos aún al servicio del desarrollo del país.
Los nuevos servicios de inteligencia estarán para cooperar con los factores económicos del país, colectando información, abierta y secreta, sobre oportunidades, amenazas, riesgos y competencia de nuestros productos y servicios, una de sus principales funciones será la de asegurar la ubicación y el tránsito seguro de nuestras mercaderías por el mundo, garantizar las inversiones en el país y explorar nuevas oportunidades en investigaciones y desarrollo tecnológico, de nuevos mercados, servirán de apoyo a nuestras misiones comerciales y velarán por la seguridad de nuestros empresarios globales, teniendo siempre vigilados a quienes pudieran perjudicar al país y sus planes de desarrollo.
La nueva Fuerza Armada debe aplicar novedosas y más transparentes formas de hacer sus adquisiciones, otorgar contratos y contratar servicios, debido a la importancia y tamaño de la institución, y porque maneja importantes recursos públicos, está obligada a convertirse en una generadora de empleos y oportunidades productivas para el sector privado, con especial cuidado en brindarle apoyo a sectores de desarrollo tecnológicos nacionales.

Los nuevos ambientes de seguridad

Las policías ecoterritoriales, las municipales y las ST, deben adquirir su formación partiendo primero, del conocimiento ecológico de cada región y luego, de la planificación económica que le toque a cada región desempeñar en el conjunto de la nación, una de las principales funciones de la policía consiste en el resguardo del aparato productivo, y de las condiciones de paz y orden social, para que los ciudadanos, visitantes e inversionistas puedan vivir y trabajar en tranquilidad.
El primer nivel económico del país estará ubicado en lo que llamo el Sistema de Ciudades (ver mis artículos publicados sobre éste tema), que será, primario, en toda la línea norte-costera de Venezuela, el secundario, que serán los desarrollos urbanos-industriales y llevarán una distribución norte-sur, y terciarios o productores de materia prima y alimentos.
Este sistema nacional de ciudades estará al servicio de una red internacional de ciudades que se encuentran en el arco este o atlántico del continente Americano, e incluyen en nuestro caso New York, Miami, Ciudad de México, Bogotá, Cartagena, Río de Janeiro y Sao Paulo, seríamos un nodo intermediario en el sistema de intercambio de bienes y servicios de toda esa región hemisférica.
Se creará sobre el nivel primario una interconectividad de última generación tanto de transporte masivo, así como de servicios digitales de comunicaciones que será justamente nuestra conexión con el resto del mundo y donde nos integraremos al comercio globalizado, este nivel primario será el objetivo de seguridad y defensa más importante del país y al que dedicaremos lo mejor de nuestro esfuerzo para permitir y asegurar la entrada y salida de bienes, servicios y personas de Venezuela con el mundo y viceversa, todo lo cual  amerita una organización especializada en movimientos migratorios de gran volumen, seguimiento y vigilancia de personas, un sofisticado servicios de inteligencia financiera y oficinas expertas en combatir el crimen organizado y la corrupción.
El núcleo central de la Fuerza Armada consistirá en una unidad de despliegue y acción rápida de 10.000 integrantes de tropas élites, con el mejor equipamiento posible para el momento, capaz de combatir, asistir y asegurar el interés del país y/o nuestros aliados, en ambientes de hostilidad extrema en cualquier parte del país y del mundo.
La Comandancia de la Fuerza Armada está en la obligación de tener a la organización bajo su responsabilidad preparada para la guerra y ganarla, pero fundamentalmente para evitarlas, al constituirse en una amenaza cierta y contundente sobre el enemigo, para ello debe estar en la capacidad de funcionar dentro de un esquema de operaciones conjuntas con nuestros aliados y tener por sí sola, la capacidad de detener al menos, un primer ataque.
De ahora en adelante el país, como una unidad, debe funcionar en dos modos, Paz y Conflicto, e integrarse como un todo bajo estas circunstancias, los militares tienen funciones que cumplir en tiempos de paz y los civiles las suyas en tiempos de conflictos.
El servicio militar en el país no será de carácter obligatorio, aunque todos los ciudadanos están obligados a formar parte de la Reserva y entrenarse para la misma al menos una (1) vez al año, pero le garantiza al ciudadano el derecho al voto, el cual debe ser de exclusivo privilegio de personas alfabetos con un grado de instrucción mínimas (secundaria) y un trabajo que garantice su sustentabilidad, esto, debido al desastre producido por un muy mal entendido derecho universal al sufragio, que le fue otorgado indiscriminadamente a personas que no estaban en capacidad de ejercerlo responsablemente, y que llegaron a “venderlo” a los enemigos de la patria por comida y dinero.
Esta tesis de convertir el voto en un instrumento de la ciudadanía, que se ha ido fortaleciendo dentro de algunos círculos de expertos politólogos, alejaría las tendencias populista y comunistas que nos han hecho tanto daño, precisamente, al entregarle este derecho político a elegir, a personas que no tienen la capacidad mental ni las condiciones culturales para ejercerlo (por ejemplo darle este derecho a un recoge latas, a una demente o a un analfabeto funcional, desvirtúa la naturaleza de este importante privilegio democrático) revirtiéndose en un arma en contra de los principios republicanos fundamentales de nuestra sociedad, en este sentido, soy de los que piensa que la ciudadanía es un proceso de formación, que culmina en la adquisición de derechos y responsabilidades, que nos convierten en ciudadanos conscientes, sólo en este momento podremos conformar un país.
El ambiente de seguridad de las naciones están marcados por los adelantos tecnológicos en el campo bélico, los recientes adelantos en computación, inteligencia artificial, biotecnología, robótica, sensores remotos e implantes cibernéticos, por ejemplo obligan a los ejércitos del mundo a tratar de estar al tanto de estos desarrollos que podrían implicar la diferencia entre la victoria y la derrota, es parte de la necesidad de aliarnos con gobiernos amigos que compartan estas posibilidades con nosotros, y debemos aprovechar a la nueva institución militar como vía para alcanzar esos niveles de ciudadanía responsable.
Igualmente el servicio militar contará con el beneficio de financiar la educación superior de sus integrantes en áreas de especialización necesarias para el país, créditos para viviendas y seguro social de primera línea, y para luego del servicio, la institución colaborará para ubicarlo en el sector privado.
Debido al alto margen de riesgo e incertidumbre que representa insertarnos en los procesos de globalización, la Fuerza Armada debe estar dispuesta a brindarle al estamento político venezolano la suficiente fuerza y credibilidad al momento de tomar algunas posiciones que afectarán nuestros intereses en el orden internacional, y debe, por sobre todas las circunstancias, estar preparada para la defensa integral de la nación y sus ciudadanos, de su democracia y libertades individuales.  -  saulgodoy@gmail.com










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