En La Divina Comedia de Dante Alighieri, en el Séptimo Círculo del Infierno, describe un lugar donde los violentos contra el prójimo purgan sus pecados por la eternidad, allí pagan sus culpas los chavistas, porque créanlo o no, los chavistas o resentidos sociales, existía ya para los tiempos del poeta florentino y desde ese entonces, cuando algún chavista pasa “el páramo”-como decimos en los Andes venezolanos- van a este lugar para ser atormentados hasta el fin de los tiempos.
Nos
dice Dante:
… en medio de estas rocas hay tres
círculos que se estrechan gradualmente como los que has dejado: todos están
llenos de espíritus malditos; para que después te baste con sólo verlos, oye
cómo y porque están aquí encerrados. La injuria es el fin de toda maldad que se atrae el odio del Cielo, y se
llega a este fin, que redunda en perjuicio de otros, bien por medio de la
violencia, bien por medio del fraude. Pero como el fraude es una maldad propia
del hombre, por eso es más desagradable a los ojos de Dios y por esa razón
también los fraudulentos están debajo, entregados a un dolor más vivo. Todo el
primer círculo lo ocupan los violentos, cuyo círculo está además construido y
dividido en tres recintos; porque puede cometerse violencia contra tres clases
de seres: contra Dios, contra sí mismo y contra el prójimo; y no sólo contra
sus personas sino también contra sus bienes; por medio de la ruina, del
incendio, o de los latrocinios. De aquí resulta que los homicidas, los que
causan heridas, los incendiarios y los ladrones están atormentados sucesivamente
en el primer recinto…
Con la declaración de Delcy Rodríguez, actual
Vicepresidente del gobierno tiránico de Nicolás Maduro, “Mi venganza por la muerte de mi padre, es la instauración del
socialismo en Venezuela”, esa frase lapidaria y rotunda resume de manera
inequívoca lo que esta gente, los revolucionarios del Siglo XXI, consideran su
deber con la destrucción de la democracia y del país.
Sigue el poeta florentino describiendo el Séptimo
Círculo del Averno, donde el visitante se encuentra con los centauros quienes
disparan sus flechas en contra quienes asoman sus horridos rostros entre la
ciénaga fétida de sangre, uno de ellos se acerca al grupo de visitantes entre
los cuales se encuentra el poeta y le dice de su trabajo:
Estos son los tiranos, que vivieron de
sangre y de rapiña. Aquí se lloran las despiadadas culpas: aquí está Alejandro
y el feroz Dionisio, que tantos años de dolor hizo sufrir a la Sicilia… En
aquel punto donde la tiranía está condenada a gemir. Allí es donde la justicia
divina ha arrojado a Atila, que fue su azote en la tierra; a Pirro; a Sexto, el
cual eternamente arranca lágrimas con el hervor de esa sangre…
Para Dante, los violentos, tenían
un destino, un lugar especial en las profundidades de la tierra, un paraje de
horror y sufrimiento comparable al daño y sufrimiento que sus acciones había
desencadenado durante sus vidas, para quienes creemos en los lenguajes cifrados
del conocimiento oculto, del que Alighieri fue uno de sus más insignes
representantes, la advertencia para estos espíritus inmundos no debería pasar
inadvertido, el que la hace, la paga, sino en esta vida, peor… en la otra.
Porque Chávez, Maduro, Delcy y
Jorge, y tantos otros, que se confabularon en contra de Venezuela para
favorecer a los intereses de la Cuba de los Castro, de la violencia, la muerte
y la ruina, los que aceptan en el silencio mas oprobioso la sentencia de la
maltrecha Delcy, quien entre sus frustraciones, carencias y odios no le ha
importado cobrarse la vida de inocentes venezolanos.
No importaba si eran niños,
ancianos, madres, enfermos, que sin tener la culpa de los demonios que
atormentan a los hermanos Rodríguez y ante la aquiescencia del chavismo
completo, que calla y otorga el aval para una venganza a granel, sin
discriminaciones, con una violencia ciega y torva que cobra vidas por el fraude
y el robo, por la tortura y la prisión de venezolanos que sin ninguna culpa,
excepto la de protestar el latrocinio y la opresión, han sentido la venganza
susurrándoles la muerte al oído.
Estamos ante una confesión
pública de motivos y propósitos que de inmediato descalifican a los principales
miembros de la Tiranía para el ejercicio de cualquier cargo público, y esto es
así porque con el silencio del régimen ante esta declaración, impulsada por una
venganza personal en contra de un colectivo generalizado e innominado, contra
personas que nada tuvieron que ver con el caso en particular de la muerte del
padre de Delcy Rodríguez, ocurrido hace ya varias décadas, y de cuyos
protagonistas no quedan sobrevivientes, estamos claramente ante un caso de
insania mental y violencia gratuita, ninguna persona movida por el odio debería
tener en sus manos los destinos de la sociedad, menos aún si se trata de una
venganza en la que utiliza al gobierno como instrumento, ya hacerlo público
constituye una declaratoria de incapacidad para el logro del bien colectivo.
Todos los venezolanos saben que
la imposición del socialismo como ideología y pensamiento único ha sido por
medio de la fuerza, por el uso ilegal de las armas y del monopolio que el
Estado debería tener sobre la violencia legítima, que por ser producto de una
usurpación de los poderes públicos vía unas elecciones fraudulentas, el
desconocimiento continuado de la Constitución Nacional, la burla a las instituciones
y la negación de la voluntad popular, ha producido como consecuencia no sólo el
repudio internacional a la legitimidad del régimen, sino que le ha acarreado
una serie de sanciones a sus principales responsables y convertidos en prófugos
de la justicia internacional.
El socialismo impuesto como
castigo, como fórmula de venganza, con el propósito expreso de producir un mal
producto de una venganza, que no es contra una persona o grupos de personas, ni
siquiera es contra una clase social o una ideología contraria al socialismo, es
contra el país entero, y a la fuerza.
Lo cual se traduce en la comisión
de un delito (tomar la justicia por propia mano), en contra de persona
inocentes (un país entero), con la imposición (con la fuerza y la violencia) de
una ideología (inhumana y antidemocrática) que le pertenece al grupo opresor
(ilegítimo en origen y desempeño).
Ya no hay dudas de que estamos
enfrente de una organización política de personas perversas, enfermas de la
mente, delincuentes y asesinas, cuyo único fin es perpetuarse en el poder para
seguir explotando y arruinando al pueblo de Venezuela, a quien han acorralado
en una situación de pobreza extrema y hambruna, con el ánimo de “negociar” con
la comunidad internacional, en lo que pudiera considerarse como el caso de la
toma de rehenes más grande de la historia en Latinoamérica, con el fin no sólo
de que les levanten las sanciones en su contra, sino que se les permita seguir
siendo parte de la comunidad de naciones con el pleno goce de los derechos como
si se tratara de una sociedad libre y en democracia.
La intención de venganza de la
Sra. Delcy Rodríguez y el apoyo tácito del régimen de Nicolás Maduro a estas
declaraciones y objetivos, constituyen uno de los actos de terrorismo más
contundentes y abiertos desde la declaración de la Yihad (la guerra santa) por
parte de los grupos fundamentalistas islámicos en contra de occidente, además
de una clara burla al orden internacional y a los principios de libertad del
continente Americano. - saulgodoy@gmail.com
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