El
capitán Diosdado Cabello, hombre fuerte del régimen chavista en Venezuela, ha
estado amenazando con prisión y un juicio por traición a la patria a los
ciudadanos que manifiesten su simpatía o promuevan una intervención militar
extranjera en nuestro país, pero, lamentablemente para el capitán Cabello, el
asunto no se despacha de manera tan fácil con unas amenazas de violencia y el
silencio sobre el tema que pretende con su acción de censura, lo cual es ilegal
de acuerdo a nuestra constitución.
En
primer lugar, porque las intervenciones militares humanitarias son un tema de
actualidad en los foros mundiales, y deberían serlo puertas adentro en
cualquier democracia ya que determinan y afectan una serie de derechos y
deberes que llevan más de veinte años en discusión abierta en el seno de la ONU
y otros organismos internacionales, donde el gobierno chavista tiene su representación,
ha participado en los debates y votaciones sobre el tema, aún ocupando
importantes cargos en esa organización multilateral como parte de su Consejo de
Seguridad.
El
gobierno, al cual el capitán Cabello representa, no se ha molestado siquiera en
hacer públicos los argumentos, posiciones y filosofía que el chavismo ha
esgrimido en dicho foro, que son de dominio público, para informar al pueblo
sobre la visión formal del gobierno sobre el asunto; en este caso, se trata de querer
acallar una discusión sobre legislación pública internacional, sobre derechos
humanos, crisis humanitaria, emigración forzada, genocidio y otras atrocidades
en masa, que van a afectar tanto a las leyes, como los compromisos
internacionales del país contenidos en tratados y convenios.
El
gobierno chavista no se ha molestado siquiera en informar al país, de manera
completa y razonada, sobre la supuesta agresión de factores e intereses
internacionales contra el país; explicar, por ejemplo, cómo la incautación y
decomiso de cuentas de dinero en divisas, a nombre de ciertos funcionarios
públicos, que de ninguna manera pueden explicar la proveniencia y origen legal
de dichos fondos en bancos en el exterior, afectan de manera directa los
intereses y la seguridad de la nación.
O cómo
la congelación de activos, como apartamentos de lujo, empresas comerciales,
carteras de inversiones, dinero en efectivo, vehículos de lujo, atenta contra la
estabilidad de la nación, porque si de verdad hubiera una agresión
internacional contra el país sería porque nuestros enemigos están dañando las
fuentes vitales de producción y sostenimiento de la República, y lo están
haciendo con violencia y alevosía.
A
pesar de que los EEUU, por ejemplo, sigue comprando nuestro petróleo y nos
sigue vendiendo un gran cantidad de productos y servicios, lo que no explica la
calificación de “bloqueo”, recurrente entre los voceros del gobierno, sí es
verdad que existe un cúmulo de demandas judiciales contra las empresas del
estado que se ocupan del negocio petrolero, por incumplimientos de contratos,
retraso en los pagos de montos adeudados, corrupción, sobreprecios, sobornos y
otros delitos, que implican una mala administración por parte de los funcionarios
responsables de esas áreas; tales embargos contra bienes de la República son enteramente
explicables porque son violaciones a la ley por parte del gobierno chavista e incumplimiento
de unos contratos aceptados libremente por ambas partes.
Antes
de prohibir cualquier manifestación de los ciudadanos venezolanos en contra o a
favor de una intervención militar extranjera en el país, el gobierno debería aclarar
esa confusión que existe entre responsabilidades individuales de ciertos
ciudadanos que ocupan cargos públicos en el gobierno, y los intereses de la
nación.
Se
entiende que las empresas que están demandando al país y exigiendo el pago por
las pérdidas de sus empresas por expropiación, nacionalización o simple
posesión o “rescate” por parte del gobierno nacional, no quieran seguir
vendiendo sus productos y servicios al país hasta que sus reclamos sean
compensados y sus perdidas resarcidas de acuerdo a las leyes del país; no se
puede obligar a una empresa, ni extranjera ni nacional, a que le regale al
gobierno el producto de su trabajo, eso no es normal pero tampoco tiene que ver
con soberanía.
El
gobierno chavista ha demostrado ser un pésimo socio comercial, no cumple con
sus obligaciones, pretende cambiar la reglas de los negocios cuando le da la
gana, se comporta como un maula y dice muchas mentiras, ocasionando pérdidas sustanciosas
a sus asociados, incluyendo a los chinos, los rusos, e incluso a los cubanos,
que se apropian de bienes de Venezuela de manera unilateral para ver compensadas
sus acreencias.
El
capitán Diosdado Cabello debería aprovechar sus apariciones públicas en los
medios de comunicación para explicarle al país cómo es eso de la guerra
económica internacional contra Venezuela, porque los ciudadanos vemos con
estupor lo que ha sucedido con las líneas aéreas, por ejemplo, que han
abandonado el país tras sufrir enormes pérdidas económicas, entablando procesos
de cobros judiciales contra el estado por incumplimiento de contratos y
violaciones a la normativa internacional, imponiéndoles un sistema cambiario
totalmente injusto y fuera de la realidad, con normas y exigencias que se no
compadecen con las responsabilidades que el gobierno incumple en referencia a
la seguridad, mantenimiento de instalaciones, competitividad, rutas, servicios
y un largo etc.
Nadie quiere tratar con un
gobierno tramposo
Las
deudas del país, que no han podido cobrar las grandes empresas proveedoras de
alimentos, medicinas, repuestos automotrices, equipos eléctricos y otras áreas
estratégicas, responden más a una defensa del patrimonio de las empresas contra
un mal pagador, que a las de un bloqueo con intenciones de una guerra; debería
explicarnos el capitán Cabello qué hizo el gobierno al que pertenece con las
entradas petroleras en dólares más grandes de toda la historia del país ¿Dónde
están nuestras reservas internacionales? ¿Dónde están los fondos para el
desarrollo y para estas contingencias que el otrora presidente Chávez, tanto
promocionaba? ¿Por qué estamos quebrados?
No se
explica, ni para los venezolanos ni para la comunidad internacional, cómo el
gobierno chavista y el capitán Cabello, como hombre fuerte del régimen, todavía
le entregan petróleo a Cuba, pagan sus servicios en dólares, tienen recursos
para enviar ayuda a otros países en problemas y no tienen dinero para cancelar
las medicinas de alto costo que nuestro pueblo no puede adquirir porque no hay
en el país.
Dijo
recientemente otra de las altas funcionarias del régimen, Delcy Rodríguez, que
en Venezuela había suficientes alimentos para alimentar a tres veces su
población, pero la gente pasa cada día más y más trabajo para conseguir los
alimentos básicos de su dieta diaria; opinan algunos economistas que la
inflación en el país es producida por la especulación de los empresarios en
Venezuela ¿Puede explicarnos eso, capitán Diosdado, cómo es eso que la
inflación es culpa del sector privado y no del gobierno? Entonces ¿Porqué lo permite el gobierno,
teniendo el control absoluto de todas las variables del proceso productivo,
desde la producción del campo, transporte, distribución, precios… qué le impide
controlarla inflación?
Ya ni
los chinos, ni los rusos los socios naturales del chavismo, quieren hacer
negocios con el gobierno, ¿Qué ha sucedido con todas esas fábricas, puestos de
empleos, inversiones que tenían planificados con los motores del socialismo?
¿Por qué seguimos escuchando, después de largos veinte años, que seremos un país
potencia en socialismo… y las cosas parecen ir a peor?
La
intervenciones militares humanitarias se han venido dando en Somalía, Bosnia,
Kosovo, Irak, en Ruanda y Dafur no se dieron cuando se pedían y ya vimos los
resultados; fueron países que se habían convertido en estados fallidos… capitán
Diosdado, por favor infórmenos ¿Somos un estado fallido? ¿Sabe qué es un estado
fallido?
El
que fue Secretario General de las Naciones Unidas cuando Chávez era presidente,
Kofi Annan, uno de sus amigos personales, dijo en la Reunión del Milenio de la
ONU: “(…) si la intervención humanitaria
es, como algunos refieren, un asalto inaceptable a la soberanía, ¿Cómo
podríamos responder a situaciones como las de Ruanda y Srebrenica- la cruda y
sistemática violación de los derechos humanos que afectan cada uno de los
preceptos de nuestra común humanidad?”
No es
retórica, ni fue un ataque contra una ideología; en el año 2005, en la Reunión
del Milenio de la que hablamos, cuando el ambiguo canciller venezolano se
llamaba Nicolás Maduros Moros, se estableció en el documento llamado Doctrina sobre la Responsabilidad de
Proteger lo siguiente:
Cuando un estado no quiere o no está en
capacidad de proteger a sus ciudadanos de una actual o inminente pérdida de
vidas a gran escala (con o sin intenciones genocidas) o limpiezas éticas a gran
escala, el principio de no-intervención en los asuntos internos de otros
estados deja paso a la responsabilidad internacional de proteger. Esta
responsabilidad incluye tres elementos: la responsabilidad de prevenir, la
responsabilidad de reaccionar y la responsabilidad de reconstruir. Las
intervenciones militares con propósitos humanitarios es una parte crucial
(aunque se trate de un último recurso) de la responsabilidad de reaccionar.
Al gobierno chavista se le han brindado todas las oportunidades
posibles para que rectifique, se le ha invitado al diálogo y se han burlado del
mismo, se le insta a cumplir con las normativas internacionales para la
democracia, y trampea las resoluciones, se le piden cuentas y que rectifique y
lo que hace es acusar al otro de agresor o falsifica la información, se le pide
que acepte la ayuda humanitaria y lo que hace es mentir y negar la realidad… la
paciencia de la comunidad internacional tiene un límite, pero ya se rebasó
desde el momento en que utiliza la emigración forzada, la ola de refugiados que
salen del país huyendo de la crisis que han creado, como arma de
desestabilización.
Desinformar,
ocultar la verdad, crear realidades paralelas, estrategias fallidas.
¿Por qué el gobierno no nos informa cuál fue la
posición de Venezuela en esas deliberaciones de la ONU? ¿Cuál fue la doctrina
por la que se guiaron? ¿Qué principios defendieron en nombre del país?
Me gustaría escuchar la explicación del funcionario
Diosdado Cabello en su rol y porqué le fue permitido al gobierno de Cuba
intervenir de manera abierta en los asuntos internos del país, permitiéndole
ocupar responsabilidades en funciones de alta estrategia y seguridad del país,
haciéndole parte de nuestras fuerzas armadas, permitiéndole acceso a las áreas
más sensibles del gobierno, como sería la industria petrolera, los registros
públicos, los servicios de inteligencia del estado, la documentación de identidad
de los venezolanos, dictar políticas públicas, manejar el orden público, el funcionamientos
de aduanas, puertos y aeropuertos del país, por sólo mencionar algunas.
¿No serían estas acciones causales de traición a la
patria? ¿El confundir los símbolos patrios con los de una nación extranjera no
es un acto contra la nacionalidad venezolana? ¿Porqué los oficiales militares
venezolanos cobran en bolívares, que se devalúan de un día para otro, y a los
cubanos se les paga en dólares, son ellos privilegiados? ¿O es que endosar la
clasificación de traidor a la patria le concierne sólo a usted o un grupito de
dirigentes comunistas?
La intervención militar por causa humanitaria es un
asunto serio; la mayor parte de los países de Latinoamérica la rechazan porque
le tienen miedo a la reacción cubana, o están trabajando bajo supuestos
prehistóricos de soberanía absoluta, como en los tiempos de los monarcas
europeos, por ello no apoyan tal medida.
Cuba podría de inmediato ordenar a sus
organizaciones, afiliadas en universidades, sindicatos en organizaciones
comunitarias, repartidas a lo largo del continente con afiliaciones a sus
partidos comunistas y socialistas, a levantarse contra el orden legal y la paz
social de cualquier país latinoamericano, hasta allí han crecido sus tentáculos
intervencionistas, creando una situación de desorden que muchos gobiernos no desean…
eso es pura extorción.
Una vez, en el pasado, Venezuela tuvo que intervenir
militarmente para darle la libertad a países hermanos del yugo opresor sin
esperar nada a cambio, hoy, la mayoría de los venezolanos esperamos que
nuestros hermanos en el continente nos tiendan una mano e intervenga a nuestro
favor, estamos muriendo y batallando desde hace veinte años sin ningún
resultado, caímos en una trampa y no podemos salir solos.
No hay un balance militar en la región; no hay una
doctrina coherente y racional para contradecir los postulados de la
intervención, que los países del mundo libre alegan para evitar situaciones que
desestabilizarían la convivencia internacional.
Un país que sufriera de la opresión de un gobierno
totalitario, que explotara al pueblo con medidas inhumanas para esclavizarlo,
que rompiera con los postulados democráticos de un gobierno elegido libremente
por una mayoría, violando los derechos políticos de las minorías, acaparando
los medios y la información para una hegemonía comunicacional, poniendo presos
a los opositores, persiguiéndolos, torturándolos y asesinándolos, vería con
gran alivio y apoyaría una intervención de este tipo que los liberara del yugo
criminal de un gobierno que lo único que le importa, es perpetuarse en el poder.
Un último punto, así como el gobierno chavista alega
su derecho soberano de marcar en la historia su voluntad de hacer prácticamente
lo que le da la gana, alegando independencia, los EEUU tiene el derecho
soberano de resguardar su propia seguridad cuando un gobierno cualquiera se
pone “bruto” y atenta en contra de su sentido de sobrevivencia y tranquilidad.
Repito, lo que hay en los gobiernos de la región es
miedo, miedo a Cuba, que se ha convertido en el principal enemigo del
desarrollo y la paz en la región… y Venezuela, que es apenas el caso más
patético de la historia de nuestro subcontinente. Si no damos una discusión
seria sobre el asunto, si el capitán Diosdado Cabello se sale con la suya, y
acalla los argumentos y la libertad de expresarlos, lo más posible es que su
actitud acelere inevitablemente la temida intervención. Y no lo digo yo, lo
dice el Sr. Trump, que es el presidente de los EEUU, y no le gusta, ni perder
el tiempo, ni que se burlen de él. -
saulgodoy@gmail.com
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