domingo, 8 de julio de 2018

Sobre las intervenciones militares humanitarias



El capitán Diosdado Cabello, hombre fuerte del régimen chavista en Venezuela, ha estado amenazando con prisión y un juicio por traición a la patria a los ciudadanos que manifiesten su simpatía o promuevan una intervención militar extranjera en nuestro país, pero, lamentablemente para el capitán Cabello, el asunto no se despacha de manera tan fácil con unas amenazas de violencia y el silencio sobre el tema que pretende con su acción de censura, lo cual es ilegal de acuerdo a nuestra constitución.
En primer lugar, porque las intervenciones militares humanitarias son un tema de actualidad en los foros mundiales, y deberían serlo puertas adentro en cualquier democracia ya que determinan y afectan una serie de derechos y deberes que llevan más de veinte años en discusión abierta en el seno de la ONU y otros organismos internacionales, donde el gobierno chavista tiene su representación, ha participado en los debates y votaciones sobre el tema, aún ocupando importantes cargos en esa organización multilateral como parte de su Consejo de Seguridad.
El gobierno, al cual el capitán Cabello representa, no se ha molestado siquiera en hacer públicos los argumentos, posiciones y filosofía que el chavismo ha esgrimido en dicho foro, que son de dominio público, para informar al pueblo sobre la visión formal del gobierno sobre el asunto; en este caso, se trata de querer acallar una discusión sobre legislación pública internacional, sobre derechos humanos, crisis humanitaria, emigración forzada, genocidio y otras atrocidades en masa, que van a afectar tanto a las leyes, como los compromisos internacionales del país contenidos en tratados y convenios.
El gobierno chavista no se ha molestado siquiera en informar al país, de manera completa y razonada, sobre la supuesta agresión de factores e intereses internacionales contra el país; explicar, por ejemplo, cómo la incautación y decomiso de cuentas de dinero en divisas, a nombre de ciertos funcionarios públicos, que de ninguna manera pueden explicar la proveniencia y origen legal de dichos fondos en bancos en el exterior, afectan de manera directa los intereses y la seguridad de la nación.
O cómo la congelación de activos, como apartamentos de lujo, empresas comerciales, carteras de inversiones, dinero en efectivo, vehículos de lujo, atenta contra la estabilidad de la nación, porque si de verdad hubiera una agresión internacional contra el país sería porque nuestros enemigos están dañando las fuentes vitales de producción y sostenimiento de la República, y lo están haciendo con violencia y alevosía.
A pesar de que los EEUU, por ejemplo, sigue comprando nuestro petróleo y nos sigue vendiendo un gran cantidad de productos y servicios, lo que no explica la calificación de “bloqueo”, recurrente entre los voceros del gobierno, sí es verdad que existe un cúmulo de demandas judiciales contra las empresas del estado que se ocupan del negocio petrolero, por incumplimientos de contratos, retraso en los pagos de montos adeudados, corrupción, sobreprecios, sobornos y otros delitos, que implican una mala administración por parte de los funcionarios responsables de esas áreas; tales embargos contra bienes de la República son enteramente explicables porque son violaciones a la ley por parte del gobierno chavista e incumplimiento de unos contratos aceptados libremente por ambas partes.
Antes de prohibir cualquier manifestación de los ciudadanos venezolanos en contra o a favor de una intervención militar extranjera en el país, el gobierno debería aclarar esa confusión que existe entre responsabilidades individuales de ciertos ciudadanos que ocupan cargos públicos en el gobierno, y los intereses de la nación.
Se entiende que las empresas que están demandando al país y exigiendo el pago por las pérdidas de sus empresas por expropiación, nacionalización o simple posesión o “rescate” por parte del gobierno nacional, no quieran seguir vendiendo sus productos y servicios al país hasta que sus reclamos sean compensados y sus perdidas resarcidas de acuerdo a las leyes del país; no se puede obligar a una empresa, ni extranjera ni nacional, a que le regale al gobierno el producto de su trabajo, eso no es normal pero tampoco tiene que ver con soberanía.
El gobierno chavista ha demostrado ser un pésimo socio comercial, no cumple con sus obligaciones, pretende cambiar la reglas de los negocios cuando le da la gana, se comporta como un maula y dice muchas mentiras, ocasionando pérdidas sustanciosas a sus asociados, incluyendo a los chinos, los rusos, e incluso a los cubanos, que se apropian de bienes de Venezuela de manera unilateral para ver compensadas sus acreencias.
El capitán Diosdado Cabello debería aprovechar sus apariciones públicas en los medios de comunicación para explicarle al país cómo es eso de la guerra económica internacional contra Venezuela, porque los ciudadanos vemos con estupor lo que ha sucedido con las líneas aéreas, por ejemplo, que han abandonado el país tras sufrir enormes pérdidas económicas, entablando procesos de cobros judiciales contra el estado por incumplimiento de contratos y violaciones a la normativa internacional, imponiéndoles un sistema cambiario totalmente injusto y fuera de la realidad, con normas y exigencias que se no compadecen con las responsabilidades que el gobierno incumple en referencia a la seguridad, mantenimiento de instalaciones, competitividad, rutas, servicios y un largo etc.

Nadie quiere tratar con un gobierno tramposo

Las deudas del país, que no han podido cobrar las grandes empresas proveedoras de alimentos, medicinas, repuestos automotrices, equipos eléctricos y otras áreas estratégicas, responden más a una defensa del patrimonio de las empresas contra un mal pagador, que a las de un bloqueo con intenciones de una guerra; debería explicarnos el capitán Cabello qué hizo el gobierno al que pertenece con las entradas petroleras en dólares más grandes de toda la historia del país ¿Dónde están nuestras reservas internacionales? ¿Dónde están los fondos para el desarrollo y para estas contingencias que el otrora presidente Chávez, tanto promocionaba? ¿Por qué estamos quebrados?
No se explica, ni para los venezolanos ni para la comunidad internacional, cómo el gobierno chavista y el capitán Cabello, como hombre fuerte del régimen, todavía le entregan petróleo a Cuba, pagan sus servicios en dólares, tienen recursos para enviar ayuda a otros países en problemas y no tienen dinero para cancelar las medicinas de alto costo que nuestro pueblo no puede adquirir porque no hay en el país.
Dijo recientemente otra de las altas funcionarias del régimen, Delcy Rodríguez, que en Venezuela había suficientes alimentos para alimentar a tres veces su población, pero la gente pasa cada día más y más trabajo para conseguir los alimentos básicos de su dieta diaria; opinan algunos economistas que la inflación en el país es producida por la especulación de los empresarios en Venezuela ¿Puede explicarnos eso, capitán Diosdado, cómo es eso que la inflación es culpa del sector privado y no del gobierno?  Entonces ¿Porqué lo permite el gobierno, teniendo el control absoluto de todas las variables del proceso productivo, desde la producción del campo, transporte, distribución, precios… qué le impide controlarla inflación?
Ya ni los chinos, ni los rusos los socios naturales del chavismo, quieren hacer negocios con el gobierno, ¿Qué ha sucedido con todas esas fábricas, puestos de empleos, inversiones que tenían planificados con los motores del socialismo? ¿Por qué seguimos escuchando, después de largos veinte años, que seremos un país potencia en socialismo… y las cosas parecen ir a peor?
La intervenciones militares humanitarias se han venido dando en Somalía, Bosnia, Kosovo, Irak, en Ruanda y Dafur no se dieron cuando se pedían y ya vimos los resultados; fueron países que se habían convertido en estados fallidos… capitán Diosdado, por favor infórmenos ¿Somos un estado fallido? ¿Sabe qué es un estado fallido?
El que fue Secretario General de las Naciones Unidas cuando Chávez era presidente, Kofi Annan, uno de sus amigos personales, dijo en la Reunión del Milenio de la ONU: “(…) si la intervención humanitaria es, como algunos refieren, un asalto inaceptable a la soberanía, ¿Cómo podríamos responder a situaciones como las de Ruanda y Srebrenica- la cruda y sistemática violación de los derechos humanos que afectan cada uno de los preceptos de nuestra común humanidad?”
No es retórica, ni fue un ataque contra una ideología; en el año 2005, en la Reunión del Milenio de la que hablamos, cuando el ambiguo canciller venezolano se llamaba Nicolás Maduros Moros, se estableció en el documento llamado Doctrina sobre la Responsabilidad de Proteger lo siguiente:
Cuando un estado no quiere o no está en capacidad de proteger a sus ciudadanos de una actual o inminente pérdida de vidas a gran escala (con o sin intenciones genocidas) o limpiezas éticas a gran escala, el principio de no-intervención en los asuntos internos de otros estados deja paso a la responsabilidad internacional de proteger. Esta responsabilidad incluye tres elementos: la responsabilidad de prevenir, la responsabilidad de reaccionar y la responsabilidad de reconstruir. Las intervenciones militares con propósitos humanitarios es una parte crucial (aunque se trate de un último recurso) de la responsabilidad de reaccionar.

Al gobierno chavista se le han brindado todas las oportunidades posibles para que rectifique, se le ha invitado al diálogo y se han burlado del mismo, se le insta a cumplir con las normativas internacionales para la democracia, y trampea las resoluciones, se le piden cuentas y que rectifique y lo que hace es acusar al otro de agresor o falsifica la información, se le pide que acepte la ayuda humanitaria y lo que hace es mentir y negar la realidad… la paciencia de la comunidad internacional tiene un límite, pero ya se rebasó desde el momento en que utiliza la emigración forzada, la ola de refugiados que salen del país huyendo de la crisis que han creado, como arma de desestabilización.

Desinformar, ocultar la verdad, crear realidades paralelas, estrategias fallidas.

¿Por qué el gobierno no nos informa cuál fue la posición de Venezuela en esas deliberaciones de la ONU? ¿Cuál fue la doctrina por la que se guiaron? ¿Qué principios defendieron en nombre del país?
Me gustaría escuchar la explicación del funcionario Diosdado Cabello en su rol y porqué le fue permitido al gobierno de Cuba intervenir de manera abierta en los asuntos internos del país, permitiéndole ocupar responsabilidades en funciones de alta estrategia y seguridad del país, haciéndole parte de nuestras fuerzas armadas, permitiéndole acceso a las áreas más sensibles del gobierno, como sería la industria petrolera, los registros públicos, los servicios de inteligencia del estado, la documentación de identidad de los venezolanos, dictar políticas públicas, manejar el orden público, el funcionamientos de aduanas, puertos y aeropuertos del país, por sólo mencionar algunas.
¿No serían estas acciones causales de traición a la patria? ¿El confundir los símbolos patrios con los de una nación extranjera no es un acto contra la nacionalidad venezolana? ¿Porqué los oficiales militares venezolanos cobran en bolívares, que se devalúan de un día para otro, y a los cubanos se les paga en dólares, son ellos privilegiados? ¿O es que endosar la clasificación de traidor a la patria le concierne sólo a usted o un grupito de dirigentes comunistas?
La intervención militar por causa humanitaria es un asunto serio; la mayor parte de los países de Latinoamérica la rechazan porque le tienen miedo a la reacción cubana, o están trabajando bajo supuestos prehistóricos de soberanía absoluta, como en los tiempos de los monarcas europeos, por ello no apoyan tal medida.
Cuba podría de inmediato ordenar a sus organizaciones, afiliadas en universidades, sindicatos en organizaciones comunitarias, repartidas a lo largo del continente con afiliaciones a sus partidos comunistas y socialistas, a levantarse contra el orden legal y la paz social de cualquier país latinoamericano, hasta allí han crecido sus tentáculos intervencionistas, creando una situación de desorden que muchos gobiernos no desean… eso es pura extorción.
Una vez, en el pasado, Venezuela tuvo que intervenir militarmente para darle la libertad a países hermanos del yugo opresor sin esperar nada a cambio, hoy, la mayoría de los venezolanos esperamos que nuestros hermanos en el continente nos tiendan una mano e intervenga a nuestro favor, estamos muriendo y batallando desde hace veinte años sin ningún resultado, caímos en una trampa y no podemos salir solos.
No hay un balance militar en la región; no hay una doctrina coherente y racional para contradecir los postulados de la intervención, que los países del mundo libre alegan para evitar situaciones que desestabilizarían la convivencia internacional.
Un país que sufriera de la opresión de un gobierno totalitario, que explotara al pueblo con medidas inhumanas para esclavizarlo, que rompiera con los postulados democráticos de un gobierno elegido libremente por una mayoría, violando los derechos políticos de las minorías, acaparando los medios y la información para una hegemonía comunicacional, poniendo presos a los opositores, persiguiéndolos, torturándolos y asesinándolos, vería con gran alivio y apoyaría una intervención de este tipo que los liberara del yugo criminal de un gobierno que lo único que le importa, es perpetuarse en el poder.
Un último punto, así como el gobierno chavista alega su derecho soberano de marcar en la historia su voluntad de hacer prácticamente lo que le da la gana, alegando independencia, los EEUU tiene el derecho soberano de resguardar su propia seguridad cuando un gobierno cualquiera se pone “bruto” y atenta en contra de su sentido de sobrevivencia y tranquilidad.
Repito, lo que hay en los gobiernos de la región es miedo, miedo a Cuba, que se ha convertido en el principal enemigo del desarrollo y la paz en la región… y Venezuela, que es apenas el caso más patético de la historia de nuestro subcontinente. Si no damos una discusión seria sobre el asunto, si el capitán Diosdado Cabello se sale con la suya, y acalla los argumentos y la libertad de expresarlos, lo más posible es que su actitud acelere inevitablemente la temida intervención. Y no lo digo yo, lo dice el Sr. Trump, que es el presidente de los EEUU, y no le gusta, ni perder el tiempo, ni que se burlen de él.   -   saulgodoy@gmail.com









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