lunes, 22 de octubre de 2018

La transición



La transición es el pasaje de un estado de cosas a otro distinto, que necesariamente debería darse entre lo que ha sido la tiranía chavista y la recuperación de la democracia republicana por parte del pueblo de Venezuela.
Hay quienes piensan que la transición no sería necesaria si triunfa la tesis de un proceso de negociación, entre el régimen criminal de Maduro y la llamada oposición unitaria, que reúne principalmente a todos los elementos socialistas y comunistas que fueron dejados por fuera durante el banquete de pordioseros, y desean su oportunidad de gobernar, no importar si tienen que hacerlo sentados a la misma mesa que con los chavistas asesinos y ladrones, que tanto mal le han causado a nuestra sociedad.
¿Es necesaria la transición?  Yo creo que sí, las alternativas serían la negociación o la ruptura, o sea, o hacemos un gobierno con el chavismo respirando sobre nuestro cuello, en convivencia, o aceptamos la posibilidad de un nuevo golpe de estado, cuyo futuro es incierto.
Yo parto que la transición va a ser producto de una intervención humanitaria internacional, que hará necesario que un gobierno interino de emergencia se ocupe de la crisis que ya es inocultable en el país, un gobierno de este tipo tiene sus propias características, es una situación novedosa y extraordinaria de la cual nunca hemos tenido experiencia, hay quienes opinan que se parece a una especie de Junta Patriótica o algún otro tipo de gobierno de emergencia que se haya dado en nuestra historia, de entrada les digo que las circunstancias son totalmente diferentes, muchas más complejas.
Los casos de intervención humanitaria que se han dado en el mundo por parte de fuerzas multinacionales y coalición de países, tienen registradas distintas experiencias sobre esta fase de transición, de hecho, ya existen manuales, estudios y recomendaciones de cómo llevarlas a cabo con éxito y con un mínimo de trauma para las sociedades que las viven, pero todas parten de un principio, los gobiernos de transición deben ser estructurados y nombrados por el país intervenido.
Nadie sabe cuán violenta y disruptiva será una intervención militar humanitaria, y en el caso de la intervención en contra de la banda criminal de Maduro, menos, se les ve envalentonado pero no tienen con qué hacer valer sus bravuconadas, el país está en ruinas y el gobierno está quebrado, pero existen importantes apoyos internacionales, y lo peor, una cepa de socialistas con toda la intención de continuar unas políticas y conformar un gobierno marcado por el chavismo.
De modo que si se da la transición va a ser en un clima nada grato y muy volátil.
El gobierno de transición que obligatoriamente tiene que venir, no debería surgir de los partidos políticos tradicionales, ellos ya tienen un papel importante que jugar en instituciones que, afortunadamente y a pesar de todo, son reconocidas nacional e internacionalmente como legítimas, y son: la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General, que van a tener la responsabilidad en designar y avalar a este grupo de ciudadanos, que van a conformar el equipo de transición, una vez que el régimen chavista ya no esté en el poder.
Este grupo de ciudadanos que debería ser un gobierno colegiado de no más de cinco (5) personas, se convertiría en el nuevo poder ejecutivo, un poder ejecutivo bastante sui generis a mi entender, ya que tendrá la responsabilidad de, a partir de su designación, conformar el gobierno de transición, designar ellos los ministros y los gobernadores.
A partir de este punto cada ministro y cada gobernador tiene que configurar su propio equipo de trabajo designando a su vez a los funcionarios principales que trabajarán con ellos, una vez designada esta plana ejecutiva, lo más sensato es que trabajen con el personal que ya existe en las instituciones del estado y está ocupando posiciones administrativas, esto, por cuestión de tiempo y de no crear nueva burocracia, evitarnos la curva del aprendizaje de los nuevos funcionarios, el carácter urgente de la transición exige que el gobierno no se paralice, que siga prestando sus servicios a los ciudadanos y atendiendo los problemas del día a día.
Hay un carácter de urgencia en este delicado momento que amerita de un gobierno lo más sencillo posible, ágil y eficiente, no es el momento de querer cambiar a todo el aparato del estado y creo que en medio de las circunstancias, muchos funcionarios públicos, yo pienso que la mayoría, están en sus puestos porque necesitan el trabajo, y que una vez que los líderes políticos del chavismo estén fuera de circulación, y el régimen se haya derrumbado, prevalecerá en ellos su instinto de supervivencia, razón por la cual se puede confiar en los funcionarios que existen, si alguno no llenare los requisitos mínimos del cargo (nacionalidad, preparación, comportamiento, rendimiento) o no cumpliere con su tarea, o conspirara contra el funcionamiento del nuevo gobierno, sería inmediatamente removido de su cargo.
No quiero gastar tiempo ni ideas en como funcionaría el gobierno, solo quiero recordarles que dentro del seno de este poder ejecutivo interino tienen la obligación de cumplir con la Constitución y las leyes vigentes, tienen que responder a los organismos internacionales que encabezan la intervención, tienen a un pueblo por el cual velar, lo que quiero expresar es que las condiciones bajo las cuales este grupo trabajaría, serían bastante exigentes y sacrificadas.
Los gobiernos de transición son necesariamente breves por varias razones, siendo las principales que por tratarse de un gobierno no electo, su legitimidad se pierde con rapidez, debido a las múltiples tareas que debe afrontar, algunas de ellas muy duras y con efectos no muy populares, se desgasta aceleradamente, algunas de sus decisiones tiene que ser heroicas, en el sentido que van a afectar la vida de mucha gente, van a ser blanco fácil de las críticas y probablemente objetos de odio, cuando menos reclamos, serán los chivos expiatorios perfectos.
Es una tarea peligrosa donde los miembros de ese gobierno se juegan no solo sus reputaciones sino la vida, se convierten en blancos fáciles de atentados y manifestaciones de violencia pública, prácticamente se convierten en pararrayos del descontento popular, lo que los inhabilita de hecho políticamente para tener una vida en la carrera política.
A los que integran este tipo de gobierno por lo general, se les exige que no se podrán presentar a cargos de elección durante los próximos dos (2) períodos electorales, esto, para garantizar la independencia de su gestión, segundo, todo lo que hagan, absolutamente todo, estaría vigente sólo durante el período de su gestión, luego, sería cuestión del nuevo gobierno reiterar sus acciones y disposiciones, o cambiarlas todas, de acuerdo a su interés y necesidad, nada de lo que hagan o decidan será permanente, sólo funcionará durante el período de la transición la cual va a estar signada por una palabra, emergencia.
Para poner una metáfora, el país es un paciente de gravedad, está muriendo, el gobierno de transición son los paramédicos que llegan como primera respuesta a la emergencia, y su trabajo es estabilizar al paciente hasta que el doctor en el hospital lo intervenga, una vez que entregan al paciente al galeno, ya no es su responsabilidad, y a otra cosa.
Su actuación debe ser rápida y puntual, por lo que ese breve tiempo que dura, van ser momentos muy pero muy intensos, con una enorme responsabilidad y trabajando bajo grandes presiones, no creo que nadie en el país esté acostumbrado o preparado para algo así.
Personas de mucha edad o con padecimientos crónicos no son recomendables, servirán como consejeros, pero nunca para estar entre la candela del día a día, la cuestión de la seguridad personal y de las familias de estos ciudadanos es fundamental, vista la naturaleza del régimen saliente y la inestabilidad que generará su salida, deben esperarse el peor escenario posible y estar preparado para ello, hay factores internacionales, aliados al chavismo que no dudarán un instante en atentar en contra de la transición para que fracase, por lo que hay que tener gente en los bancos, dispuestos al relevo de cualquiera en el gobierno de transición.
En mi opinión, lo he escrito en varios artículos y lo he expresado en entrevistas, las metas de un gobierno de transición en Venezuela son esencialmente seis (6): 1- atender la crisis humanitaria y coordinar todo el esfuerzo internacional de ayuda humanitaria, alimentos, medicinas y servicios públicos son prioridad, 2- contener y tratar de resolver el problema grave de violencia e inseguridad que se vive en el país, reasignar funciones a las FFAA y las policías, 3- controlar el gasto público y clarificar las cuentas del país, un diagnóstico claro de la situación encontrada y hacerlo público, mantener coherencia y estabilidad en las políticas monetarias con el fin de ir controlando la inflación, 4- proceder de inmediato a la recomposición del poder electoral y judicial, preparar unas elecciones generales en el menor tiempo posible, tener informados a los partidos políticos en estos avances, 5- reparar nuestras relaciones internacionales, atender a grupos de países amigos y donantes haciéndoles ver necesidades y programas de atención, comunicar con eficiencia las medidas que se están tomando y sus resultados, atender los compromisos urgentes de la deuda externa y revisar todas las demandas, procesos judiciales en contra de la nación, 6- iniciar la labor de reconstrucción del país, en especial de su aparato productivo, poniendo prioridades en el sector alimentario y energético, dar comienzo a los procesos de privatización más necesarios e ir levantando todos los controles y normas que entorpezcan el libre mercado.
Estas tareas son todas urgentes y deben iniciarse de manera simultáneas, y deben tener el respaldo de todas las instituciones para que funcione.
Como se podrá observar no son problemas políticos, son tareas administrativas, ejecutorias que se deben dar para contener una crisis y preparar el camino para la democracia, dentro de unas condiciones inflexibles; se trata de nadar en agua profundas y con tiburones, se van a tener que tomar decisiones muy duras y que probablemente tengan consecuencias a posteriori para quienes tuvieron que asumirlas, es por ello, que el éxito o fracaso de la transición penderá en el cuello de sus protagonistas, por el resto de sus vidas y en la historia.
La única tarea de carácter político sería la de mantener un clima de paz, evitar las situaciones de conflicto, e iniciar los procesos de reconciliación y justicia a los que hubiere lugar, afortunadamente si se trabaja en equipo, como debe ser, los demás poderes públicos pueden mitigar estos daños colaterales, los partidos pudieran hacer el trabajo político, mientras el poder ejecutivo hace el trabajo sucio que nadie más quiere hacer y trata dew poner orden en la casa.
Creo que no va a ser un trabajo muy solicitado, pero es algo necesario, que va a requerir de un gran amor por el país, y sólo apto para las mejores mentes.    -     saulgodoy@gmail.com



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