sábado, 20 de octubre de 2018

¿Nos conviene tener una base militar norteamericana en Venezuela?



No se escandalicen por el título, y vean qué países del mundo tienen bases militares norteamericanas; la mayoría son países desarrollados, desde Inglaterra, pasando por Francia, España, Italia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Australia, Israel… algunos no tan desarrollados, como Colombia, Arabia Saudita, Ecuador, Brasil, Curazao, Nigeria, Somalia y en muchos otros lugares, algunos en zonas de conflicto, otros en puntos muy alejados del planeta, como la base de Diego García en el Océano Índico. Una base militar norteamericana no necesariamente implica colonialismo, o presencia imperial; muchas de ellas pasan inadvertidas, otras hacen obvio que están allí, pero todas tienen que ver con puntos estratégicos para la seguridad de los intereses de los EEUU (que a su vez son los garantes de la democracia y la libertad en el mundo, quiéranlo o no).
Hay bases de diversos tipos, no necesariamente son todas un abrigo de tropas y material de guerra, algunas son depósitos, centros de comunicaciones, puntos de abastecimiento y soporte, de monitoreo de la actividad aérea o espacial, algunas son secretas y otras son de investigación, muchas son de entrenamiento…
Todas esas bases están allí porque tienen un propósito dentro de un plan de defensa global del gobierno de Washington; todas se negociaron con los países receptores y están sujetas a tratados especiales, donde claramente se estipula sus actividades, deberes y derechos en sus ámbitos y sus relaciones con la comunidad de la que son parte.
Algunas de estas bases representan buenos negocios para los países receptores; los norteamericanos son gente práctica y muy seria, pagan por todo y son muchas las ventajas que reportan para los gobiernos involucrados, desde obras de infraestructura a transferencia de tecnología; aparte de la buena voluntad y de las óptimas relaciones que propician entre los países, tienen a la mano una fuerza de tarea que les brinda protección, limitada, pero están allí.
Representan un disuasivo para los enemigos de esos gobiernos; en caso de desastres naturales y emergencias, siempre se puede contar con su colaboración; se trata de instituciones totalmente apolíticas y no intervienen en los asuntos internos de las naciones; dependiendo del tamaño y lo complejo de la base y sus actividades, crean un micromercado bastante interesante para la economía regional y nacional, pero creo que la gran ventaja radica en que, con una base militar en sus territorios, los países ganan en seguridad y tranquilidad, que se convierten en el incentivo perfecto para las inversiones extranjeras, el turismo y los servicios de primera línea.
En el caso de Venezuela, una vez que salgamos del régimen de terror chavista, viene una etapa de reconstrucción intensa y extensiva, que va a requerir de mucho apoyo y participación de diversos países, de organizaciones multilaterales y mundiales, que va propiciar un enorme flujo de recursos; si no inspiramos confianza, si no podemos ser garantes de que la locura del chavismo no se vuelva a repetir, debemos contar con un punto de apoyo que nos lo permita, y nada mejor que una base militar norteamericana.
Únicamente, por el reforzamiento de nuestra imagen de país aliado a los EEUU, con intereses comunes y con presencia física en el país de fuerzas de diverso tipo de esa nación, para la defensa o ataque de los enemigos de occidente y de la libertad, una base militar norteamericana nos ahorraría años de promesas e incertidumbre, y los trabajos de reconstrucción podrían hacerse al ritmo y con la tranquilidad deseada.
Las bases militares de las potencias mundiales en países extranjeros tienen una historia que se remonta a la Grecia antigua, son parte de las esferas de influencias y de la distribución del poder de naciones poderosas en el mundo, y así lo reconoce la ONU, que se maneja con dos instrumentos jurídicos internacionales: el Acuerdo de Fuerzas en Visita (VFA, en inglés) y el Acuerdo del Estatus de Fuerza (SOFA, en inglés), que regulan la presencia temporal de fuerzas armadas extranjeras en los países.
Los EEUU es el país con más bases militares operativas en el mundo; mantiene acuerdos con una enorme cantidad de países de las más distintas culturas y dentro de variados marcos legales, países con los que ha llegado a acuerdos de diversa naturaleza, para bases aéreas, navales, para fuerzas terrestres, centros de comunicaciones y de vigilancia, etc.
La pregunta obligada sería: ¿Estaría los EEUU de acuerdo en tener una base militar en Venezuela? Yo tengo la impresión de que sí; nuestra ubicación geoestratégica es envidiable, porque tenemos una amplia fachada hacia el Atlántico y desde nuestra ubicación podría dominarse no sólo todo el Caribe, el Golfo de México, buena parte de Centro América, sino toda la región norte de América Latina y buena parte del frente africano y Europa.
En este sentido, una base principal de operaciones (o varias) en Venezuela le daría una enorme coherencia al Comando Sur, ya que permitiría programas acciones interrelacionadas entre las diferentes bases menores (quasi-bases) y la Base Principal de Operaciones (MOB, en inglés) para misiones anti-drogas, anti subversión y apoyo a las operaciones conjuntas con las MOB en el territorio continental de los EEUU.
Nuestra cercanía al Ecuador nos da una posición privilegiada para un espacio puerto, la cercanía del mar permitiría el ingreso y el despliegue de diferentes tipos de nave hacia y desde el espacio; contamos con extensas llanuras para hacer una base aérea multipropósitos (incluso para bombarderos de largo alcance); aunque tenemos pocos puertos de aguas profundas, contamos con un territorio insular donde cabría con comodidad una mega base naval y para submarinos de primera; nuestra diversidad de ecoregiones es ideal para bases de entrenamientos de tropas, en casi todos los ambientes (menos los polares), y para las comunicaciones, creo que estamos en el propio sitio de convergencia.
Lo que quiero decir es que podríamos ofrecerle hospedaje a varias bases militares, de diferentes tipos, que servirían de hub o centros de operaciones para todo el hemisferio sur.
Tener una base militar norteamericana en el país tiene sus ventajas; primero, queda descartada la presencia en el país de los comunistas y de otros ejércitos de ocupación, como el cubano, o cualquier otro; eso no significa que la base militar norteamericana va a estar aquí para cuidarnos, pero garantiza cierta paz mental, que es indispensable para que las inversiones foráneas venga al país con confianza y desarrollen sus planes a mediano y largo plazo.
Esa es la otra ventaja: nos ahorraríamos años de fortalecimiento institucional para garantizar al mundo que somos capaces de defender y cuidar al país, su infraestructura y sus inversiones, lo que la convertiría en un elemento estabilizador, no solo para nosotros sino para toda la región; también creo que el desarrollo de nuestras propias FFAA sería mucho más rápido y de altísima factura.
A los norteamericanos les interesaría prestar servicios de seguridad sobre las reservas energéticas más importantes del continente; después de todo, van a ser ellos los principales beneficiarios de garantizar todo el combustible que pudieran necesitar para sus operaciones globales, lo que a su vez implicaría una acelerada recuperación de nuestra industria petrolera, mucho más rápido que en cualquier otro escenario posible.
A nivel regional, recordemos, estas grandes bases traen consigo un desarrollo económico local de alto crecimiento; sólo brindarles los servicios e insumos que pudieran requerir tales bases (aunque ellas son plenamente autosuficientes) implicaría una expansión tremenda de locales de entretenimiento, servicios de todo tipo para el personal, cuando salga de permiso.
Las desventajas, algunos problemas de contaminación con sustancias tóxicas, producto del manejo de combustibles, mecánica, electrónica y otros elementos que se desprenden del mantenimiento de los grandes sistemas de armas, pero eso es algo que puede aliviarse y hasta controlarse con una buena negociación.
La creación de distritos rojos (de comercio sexual) en las localidades, para ofrecer esparcimiento al personal, tiene sus detractores, pero eso no es un problema insalvable, que se puede evitar con una buena negociación y control de las autoridades locales.
Con una base militar norteamericana seríamos parte importante de un sistema de guerra global, que se activa cada vez que los EEUU entran en conflicto; la cuestión es asumir nuestra condición de aliado incondicional, para responder a nuestra responsabilidad como tal, una condición que, entre sus desventajas, nos pondría en el mapa como posible blanco estratégico de los enemigos de los EEUU.
Hay quienes se sentirían incómodos con la presencia militar de una potencian, como los EEUU, en nuestro vecindario, por aquello de la soberanía y la autodeterminación; pero, como evidencia la tradición de las bases militares norteamericanas en el planeta, siempre se ha respetado la independencia de los países donde se tienen estos convenios.
Y en este punto debo hacer un paréntesis, creo que la principal oposición a esta ideas vendría de sectores de venezolanos patrioteros y nacionalistas, que a estas alturas del juego todavía creen que podemos desarrollarnos solos, por nuestra cuenta, sin la participación de países amigos, grupos de personas que todavía creen en que los venezolanos somos capaces de hacer milagros, voluntaristas, que tienen fe en una inconmensurable capacidad de creación, trabajo y milagro, que somos parte de una raza, cósmica, adánica, de seres superiores…
Pura paja, y me disculpan, pero todavía tenemos a los cubanos metidos en el país destruyéndolo, simplemente porque un grupo de vagos y maleantes decidieron por todos nosotros, que los cubanos, los rusos y los chinos iban a ser nuestros nuevos aliados, que íbamos a tener futuro con ellos y miren ustedes el resultado.
Yo soy de los que creo que para ser alguien en este mundo globalizado hay que tener aliados, socios y amigos de peso, que puedas trabajar con ellos y ellos contigo, que sea una relación ganar-ganar para ambos, y por tradición e históricamente los EEUU han sido esos aliados, el problema es la locura socialista que nos invadió y nubló nuestros sentidos, y creímos el cuento que eran nuestros enemigos, que quería explotarnos y pusimos una inmensa torta que está a la vista de todo el mundo.
Por ello les pido que piensen un momento, seríamos los socios y aliados del país más poderoso y avanzado del planeta, que para colmo de la buena suerte es nuestro vecino, si vamos hacer sus aliados que sea con todo, nos cuadramos con ellos para lo que venga, estoy seguro que nos irá un millón de veces mejor que con los cubanos, además, nuestra relaciones serían abiertas, públicas y no secretas y esclavistas como con todos esos comunistas explotadores.
Recuerden, se trata de contratos negociables, con un tiempo máximo de operatividad y presencia, ellos asumen los costos y aportan una serie de beneficios importantes, sobre todo cuando somos un país que ha sido prácticamente destruido por el castrocomnismo; pero, por sobre todo, estos acuerdos tienen el añadido que estas bases generan confianza instantánea en el país receptor, cosa que es escasa en estos momentos y que la necesitamos ya para empezar nuestra recuperación.
Estas bases son de exclusivo uso del gobierno de los EEUU, operan como si fuera territorio norteamericano, de modo que son sus leyes y normativas las que tienen vigencia en su interior; no rinden cuentas, sólo acuerdan informar lo necesario para una buena convivencia.
Yo creo que nos conviene enormemente explorar y desarrollar, desde ya, una iniciativa de este tipo. Sería una manera asertiva de acelerar nuestra reconstrucción y descargaría una serie de gastos y responsabilidades inmediatas de nuestros comprometidos presupuestos; además, nos abriría la posibilidad de preparar técnicos y personal, espacios y servicios, que nos harían parte de esa exitosa y vanguardista maquinaria de tecnología y poder.
Mi recomendación es que pensemos seriamente en esta posibilidad y que si fuera necesario, salgamos a las calles pidiendo con pancartas que los gringos tengan sus bases en nuestro país, no una, sino varias.   -  saulgodoy@gmail.com




No hay comentarios:

Publicar un comentario