Hace
pocas semanas se produjo por parte del grupo de empresas lideradas por el
conspicuo y multifacético empresario Luis Vicente León, el siguiente acierto:
El gobierno de Maduro se está estabilizando políticamente, entre otras causas
porque la oposición anda toda desperdigada, palabras más, palabras menos, esa
era la idea.
Hay
varios problemas que surgen en mi mente con tal comentario, producto sin dudas,
de un sesudo análisis de estadísticas recogidas en el país, y también con el
rol que desempeña el Sr. León en la construcción de la opinión pública, que mal
que bien, crea patrones de informaciones duras y/o débiles, que el gobierno
utiliza para construir campañas de desinformación y para avanzar sus intereses.
El
mensaje que nos llega luego del análisis de la noticia, es que Maduro está
aprovechando la ausencia de la oposición en el foro político para beneficiarse
y ocupar espacios, o que había perdido, o conquistando nuevas adhesiones.
No se
la manera como estuvo formulada la investigación para llegar a estas
conclusiones, lo que sí es notable es que hay un muy alegre uso de la palabra
“política” que puede y de hecho, confunde.
Es mi
opinión que el gobierno de Maduro es imposible de estabilizarlo políticamente,
empezando porque ni el PSUV, ni el mismo Maduro juegan a la política; luego de
todo “el palo” que han recibido de la comunidad internacional, de su descalabro
como país democrático, de su figuración como gobierno fallido y ocupando los
últimos lugares en los índices de desarrollo humano tenidos como estándares en
el mundo, producto del “default” en que ha incurrido con el pago de la deuda
internacional, y producto de la quiebra técnica como país productor de
petróleo, no hay manera de estabilización posible, ni en el corto ni mediano
plazo.
Y a
lo interno, el gobierno lo que ha hecho ante el desastre de su administración y
la falta de recursos para seguir funcionando, es aplicar la vieja maniobra de
hacer un círculo con las carretas que le quedan, para defenderse del ataque de
los indios.
El
gobierno unitario (hegemónico) y centralista del PSUV pareciera querer revivir
aquel gobierno de los siete, que el partido comunista chino adoptó luego de la
desaparición de Mao y de Deng Xiaoping para conformar el Comité Central del PCCH
liderado por Xi Jinping en el 2013, todo el poder para la claque del régimen,
recoge atribuciones, poder, recursos y los concentra en un núcleo de poder
conformado por sus más destacados dirigentes para fortalecer un gobierno central,
con Maduro a la cabeza y con una línea de comando vertical y sin
contradicciones.
En
esa jugada no hay sorpresas ni novedades, todo el aparato clientelar del estado
está siendo obligado a trabajar como parte de la maquinaria totalitaria, el
avance de nuevas leyes, hasta de una constitución a su medida, era lo esperado,
la elaboración de planes de trabajo hasta el 2025 son tácticas de propaganda para su supuesta permanencia
“por siempre” en el poder y una manera de desmoralizar a sus contrarios.
Sus
medidas para debilitar el bolívar y fortalecer el Petro, son perfectamente
predecibles, la necesidad de encontrar fuentes de financiamiento aunque sea
ficticio y por poco tiempo, encaja perfectamente dentro de su propósito del
control total de la economía.
De
modo que todo este repliegue del régimen como único gestor de la vida económica
y social del país lo habría hecho cualquier régimen totalitario en igualdad de
circunstancias, pero eso no es política, no lo es en el entendido de que no se
trata del manejo de una variedad de políticas públicas, de gestiones
administrativas, de opciones legales, de negociaciones, pactos y coordinaciones
con factores de la oposición, de mejoramiento de la calidad de vida del común,
no, es todo lo contrario, esto es simple dictadura que se resume: en haz lo que
digo y punto.
Por
lo que hablar de una estabilidad política del régimen es un oxímoron, una
contradicción en términos, ni hay estabilidad, ni hay política, la gente que
está con el régimen opera o bien por miedo, o por interés, o en una combinación
de ambos, hacen todo lo que se les ordena con el sólo propósito de mantenerlo
en el poder porque así se benefician.
Pero
si a la realidad vamos, el gobierno va de crisis en crisis, toda su gestión se
va en reparar daños o paliar desastres, no hay un día en que lo le explote una
desagradable situación en las manos, bien sea de derechos humanos o en tratar
de contener una inflación inhumana que destruye el salario de los venezolanos,
el gobierno pierde diariamente el poco apoyo popular que tenía y es evidente
que la deserción de adeptos a sus filas va creciendo.
Por
lo que hablar de una estabilidad política del régimen es un conejo sacado de
una chistera por un mal mago, que sólo ayuda a confundir a la gente, y por otro
lado, yo no creo que la oposición no esté haciendo nada, posiblemente el hecho
de haber abandonado el proyecto unitario sea desagradable para los intereses
del Sr. León, pero la oposición está montada en otros rieles y tiene otros
destinos, pero trabaja arduamente en sostener y reorganizar el país.
Pero
veamos ahora mi análisis sobre el papel que ha jugado el Sr. Luis Vicente León
y sus empresas de comunicaciones en todo este entramado, partamos diciendo que
se trata de un exitoso conglomerado de empresas que hacen encuestas, mediciones
estadísticas, análisis de inteligencia corporativa y financiera, manejan data
electoral y hacen encuestas en campo para medir opiniones, tendencias y
gustos., imagino que sus clientes son tanto del sector privado como de las empresas
del gobierno.
Uno
de sus servicios esenciales es el del análisis políticos que hace para los
partidos, vuelvo a suponer, tanto de la oposición democrática como del gobierno
que necesitan información electoral y de aprobación de sus gestiones, miden la popularidad
de candidatos y la penetración de sus mensajes, lo que lo hace un jugador
político importante, así lo nieguen o se hagan los tontos. El hecho es que
hasta gobiernos extranjeros, por intermedio de sus embajadas utilizan los
servicios del Sr. León para hacer diagnósticos situacionales y a futuro, lo que
lo convierte en un peso pesado en el ranking de los que influyen en la
imagen-país de Venezuela, y eso no es cualquier cosa.
Y si
esto es así, con todo ese poder para construir y desconstruir nuestra realidad,
me pregunto ¿No se le habrá ocurrido alguna vez anteponer sus propios intereses
al entregar algunos resultados? No me mal interpreten, no se trata de
desmeritar o sembrar dudas sobre la profesionalidad del Sr. León y sus
empresas, pero de destacar el poder sobre la información que este señor tiene y
que posiblemente tengan sus inclinaciones ideológicas o intereses personales en
la confección de la política nacional, y quizás más importante aún, en la
percepción de la realidad que tengamos los venezolanos a partir de sus
informaciones.
Me
pregunto igualmente ¿Qué pasaría si viene Maduro y le tuerce un poquito el
brazo a este señor y le pide que manipule sus resultados? ¿Lo haría?
Esto
lo digo porque nadie está exento de ser atropellado por éste régimen, y como
ejemplo les pongo el caso de uno de los hombres con más poder en Venezuela en
un momento dado, el ex ministro de la Defensa General Baduel, quien ahora anda
con paradero desconocido, desaparecido por el régimen.
Yo
creo que no, no aceptaría a complacer al dictador en algo tan vil, porque él es
una persona seria y responsable, pero de nuevo, me asalta la duda ¿No son las
estadísticas unas herramientas con las que se pueden probar lo que sea, de la
manera que más convenga? ¿No son las encuestas instrumentos de medición que
dependen de cómo esté hecha la pregunta? Hay quienes afirman que este tipo de
servicio debe ser muy vigilado, y que tengan amplia competencia para poder
comparar distintas versiones de la misma realidad, hasta los mismos análisis de
la información resultante están sujeto a preferencias, creencias, y valores
preestablecidos difíciles de erradicar, el arte de la hermenéutica en este tipo
de servicios es una de sus mayores debilidades.
Este
tipo de empresas tienen márgenes de error dentro de las que se manejan, y es
común que tanto la data como su análisis puedan desviarse de la exacta
descripción de la realidad, y en esta época postmoderna, donde lo relativo
supera a toda convención humana, con mayor razón.
Lo
que sí me preocupa es que el Sr. León es un malabarista que tiene demasiadas
bolas en el aire, por un lado están sus clientes privados a quienes tiene que
atender en sus necesidades ya que ellos pagan por esa información, está el
gobierno al que no puede ignorar, estamos los venezolanos que somos no solo su
materia prima, sino su gran público pues el Sr, Luis Vicente León se ha
convertido en una gran vedet del espectáculo, no sólo es el conferencista más
solicitado de la plaza nacional y favorito de la internacional sobre el caso
Venezuela, es un perenne entrevistados en los programas de opinión de la radio
y la televisión, es a veces parte del elenco de grupos de stand-up comedy, haciéndonos reír con sus inteligentes
observaciones, pero el más anodino de estos roles es el de oráculo, cual
sacerdote del templo de Delfos, asume su rol pontificando sobre los que los
venezolanos debemos o no hacer de acuerdo a sus medios de predicción, en
competencia desleal con otros videntes de la tele, el Sr. León no le da ningún
chance a nuestros astrólogos o tarotistas.
Un
hombre tan elocuente, tan buscado por los medios del entretenimiento ¿Podría
darse a la práctica, aunque sea por un instante de moldear esa descripción de
la realidad mediática a su favor? Yo espero que no, pero aún así, es un
personaje de la política criolla, del que deberíamos estar muy atentos. – saulgodoy@gmail.com
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