martes, 16 de octubre de 2018

Nuestra propia Sibila



Hace pocas semanas se produjo por parte del grupo de empresas lideradas por el conspicuo y multifacético empresario Luis Vicente León, el siguiente acierto: El gobierno de Maduro se está estabilizando políticamente, entre otras causas porque la oposición anda toda desperdigada, palabras más, palabras menos, esa era la idea.
Hay varios problemas que surgen en mi mente con tal comentario, producto sin dudas, de un sesudo análisis de estadísticas recogidas en el país, y también con el rol que desempeña el Sr. León en la construcción de la opinión pública, que mal que bien, crea patrones de informaciones duras y/o débiles, que el gobierno utiliza para construir campañas de desinformación y para avanzar sus intereses.
El mensaje que nos llega luego del análisis de la noticia, es que Maduro está aprovechando la ausencia de la oposición en el foro político para beneficiarse y ocupar espacios, o que había perdido, o conquistando nuevas adhesiones.
No se la manera como estuvo formulada la investigación para llegar a estas conclusiones, lo que sí es notable es que hay un muy alegre uso de la palabra “política” que puede y de hecho, confunde.
Es mi opinión que el gobierno de Maduro es imposible de estabilizarlo políticamente, empezando porque ni el PSUV, ni el mismo Maduro juegan a la política; luego de todo “el palo” que han recibido de la comunidad internacional, de su descalabro como país democrático, de su figuración como gobierno fallido y ocupando los últimos lugares en los índices de desarrollo humano tenidos como estándares en el mundo, producto del “default” en que ha incurrido con el pago de la deuda internacional, y producto de la quiebra técnica como país productor de petróleo, no hay manera de estabilización posible, ni en el corto ni mediano plazo.
Y a lo interno, el gobierno lo que ha hecho ante el desastre de su administración y la falta de recursos para seguir funcionando, es aplicar la vieja maniobra de hacer un círculo con las carretas que le quedan, para defenderse del ataque de los indios.
El gobierno unitario (hegemónico) y centralista del PSUV pareciera querer revivir aquel gobierno de los siete, que el partido comunista chino adoptó luego de la desaparición de Mao y de  Deng Xiaoping  para conformar el Comité Central del PCCH liderado por Xi Jinping en el 2013, todo el poder para la claque del régimen, recoge atribuciones, poder, recursos y los concentra en un núcleo de poder conformado por sus más destacados dirigentes para fortalecer un gobierno central, con Maduro a la cabeza y con una línea de comando vertical y sin contradicciones.
En esa jugada no hay sorpresas ni novedades, todo el aparato clientelar del estado está siendo obligado a trabajar como parte de la maquinaria totalitaria, el avance de nuevas leyes, hasta de una constitución a su medida, era lo esperado, la elaboración de planes de trabajo hasta el 2025 son tácticas  de propaganda para su supuesta permanencia “por siempre” en el poder y una manera de desmoralizar a sus contrarios.
Sus medidas para debilitar el bolívar y fortalecer el Petro, son perfectamente predecibles, la necesidad de encontrar fuentes de financiamiento aunque sea ficticio y por poco tiempo, encaja perfectamente dentro de su propósito del control total de la economía.
De modo que todo este repliegue del régimen como único gestor de la vida económica y social del país lo habría hecho cualquier régimen totalitario en igualdad de circunstancias, pero eso no es política, no lo es en el entendido de que no se trata del manejo de una variedad de políticas públicas, de gestiones administrativas, de opciones legales, de negociaciones, pactos y coordinaciones con factores de la oposición, de mejoramiento de la calidad de vida del común, no, es todo lo contrario, esto es simple dictadura que se resume: en haz lo que digo y punto.
Por lo que hablar de una estabilidad política del régimen es un oxímoron, una contradicción en términos, ni hay estabilidad, ni hay política, la gente que está con el régimen opera o bien por miedo, o por interés, o en una combinación de ambos, hacen todo lo que se les ordena con el sólo propósito de mantenerlo en el poder porque así se benefician.
Pero si a la realidad vamos, el gobierno va de crisis en crisis, toda su gestión se va en reparar daños o paliar desastres, no hay un día en que lo le explote una desagradable situación en las manos, bien sea de derechos humanos o en tratar de contener una inflación inhumana que destruye el salario de los venezolanos, el gobierno pierde diariamente el poco apoyo popular que tenía y es evidente que la deserción de adeptos a sus filas va creciendo.
Por lo que hablar de una estabilidad política del régimen es un conejo sacado de una chistera por un mal mago, que sólo ayuda a confundir a la gente, y por otro lado, yo no creo que la oposición no esté haciendo nada, posiblemente el hecho de haber abandonado el proyecto unitario sea desagradable para los intereses del Sr. León, pero la oposición está montada en otros rieles y tiene otros destinos, pero trabaja arduamente en sostener y reorganizar el país.
Pero veamos ahora mi análisis sobre el papel que ha jugado el Sr. Luis Vicente León y sus empresas de comunicaciones en todo este entramado, partamos diciendo que se trata de un exitoso conglomerado de empresas que hacen encuestas, mediciones estadísticas, análisis de inteligencia corporativa y financiera, manejan data electoral y hacen encuestas en campo para medir opiniones, tendencias y gustos., imagino que sus clientes son tanto del sector privado como de las empresas del gobierno.
Uno de sus servicios esenciales es el del análisis políticos que hace para los partidos, vuelvo a suponer, tanto de la oposición democrática como del gobierno que necesitan información electoral y de aprobación de sus gestiones, miden la popularidad de candidatos y la penetración de sus mensajes, lo que lo hace un jugador político importante, así lo nieguen o se hagan los tontos. El hecho es que hasta gobiernos extranjeros, por intermedio de sus embajadas utilizan los servicios del Sr. León para hacer diagnósticos situacionales y a futuro, lo que lo convierte en un peso pesado en el ranking de los que influyen en la imagen-país de Venezuela, y eso no es cualquier cosa.
Y si esto es así, con todo ese poder para construir y desconstruir nuestra realidad, me pregunto ¿No se le habrá ocurrido alguna vez anteponer sus propios intereses al entregar algunos resultados? No me mal interpreten, no se trata de desmeritar o sembrar dudas sobre la profesionalidad del Sr. León y sus empresas, pero de destacar el poder sobre la información que este señor tiene y que posiblemente tengan sus inclinaciones ideológicas o intereses personales en la confección de la política nacional, y quizás más importante aún, en la percepción de la realidad que tengamos los venezolanos a partir de sus informaciones.
Me pregunto igualmente ¿Qué pasaría si viene Maduro y le tuerce un poquito el brazo a este señor y le pide que manipule sus resultados? ¿Lo haría?
Esto lo digo porque nadie está exento de ser atropellado por éste régimen, y como ejemplo les pongo el caso de uno de los hombres con más poder en Venezuela en un momento dado, el ex ministro de la Defensa General Baduel, quien ahora anda con paradero desconocido, desaparecido por el régimen.
Yo creo que no, no aceptaría a complacer al dictador en algo tan vil, porque él es una persona seria y responsable, pero de nuevo, me asalta la duda ¿No son las estadísticas unas herramientas con las que se pueden probar lo que sea, de la manera que más convenga? ¿No son las encuestas instrumentos de medición que dependen de cómo esté hecha la pregunta? Hay quienes afirman que este tipo de servicio debe ser muy vigilado, y que tengan amplia competencia para poder comparar distintas versiones de la misma realidad, hasta los mismos análisis de la información resultante están sujeto a preferencias, creencias, y valores preestablecidos difíciles de erradicar, el arte de la hermenéutica en este tipo de servicios es una de sus mayores debilidades.
Este tipo de empresas tienen márgenes de error dentro de las que se manejan, y es común que tanto la data como su análisis puedan desviarse de la exacta descripción de la realidad, y en esta época postmoderna, donde lo relativo supera a toda convención humana, con mayor razón.
Lo que sí me preocupa es que el Sr. León es un malabarista que tiene demasiadas bolas en el aire, por un lado están sus clientes privados a quienes tiene que atender en sus necesidades ya que ellos pagan por esa información, está el gobierno al que no puede ignorar, estamos los venezolanos que somos no solo su materia prima, sino su gran público pues el Sr, Luis Vicente León se ha convertido en una gran vedet del espectáculo, no sólo es el conferencista más solicitado de la plaza nacional y favorito de la internacional sobre el caso Venezuela, es un perenne entrevistados en los programas de opinión de la radio y la televisión, es a veces parte del elenco de grupos de stand-up comedy, haciéndonos reír con sus inteligentes observaciones, pero el más anodino de estos roles es el de oráculo, cual sacerdote del templo de Delfos, asume su rol pontificando sobre los que los venezolanos debemos o no hacer de acuerdo a sus medios de predicción, en competencia desleal con otros videntes de la tele, el Sr. León no le da ningún chance a nuestros astrólogos o tarotistas.
Un hombre tan elocuente, tan buscado por los medios del entretenimiento ¿Podría darse a la práctica, aunque sea por un instante de moldear esa descripción de la realidad mediática a su favor? Yo espero que no, pero aún así, es un personaje de la política criolla, del que deberíamos estar muy atentos.      saulgodoy@gmail.com



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