Hay
muchas maneras de cómo los grupos sociales se organizan para alcanzar sus
metas, uno de los modelos más simples y conocido es el del bloque unitario, una
gran masa de personas atendiendo a un comando central que de manera vertical,
del tope hasta la base, comunica sus órdenes, ideas y estrategias de acción,
esta estructura de mando garantiza un orden homogéneo y que la comunicación sea
clara y sin errores, esto en principio.
Este
es el modelo que organizaciones como el PSUV, las FFAA y el gobierno central
tienen instaurado para su funcionamiento, no es democrático, no es deliberativo
ni participativo y obedece al principio de autoridad, éste modelo es el que
tenían nuestros partidos políticos antes del chavismo, partidos que se decían
democráticos, pero puertas adentro actuaban de manera hegemónica y unitaria.
Este
es el modelo que escogió la MUD para dotarse de una organización capaz de
combatir al chavismo, terminaron pareciéndose, con la diferencia de que los
demócratas de verdad somos personas que apreciamos el debate de ideas y como
buenos venezolanos detestamos las imposiciones.
Era
un modelo probado en el tiempo, y que fue utilizado bajo diversas
circunstancias, y manteniendo su operatividad y cohesión, garantizaba altas
probabilidades de éxito en situaciones de conflicto, era uno de los favoritos
dentro de las instituciones militares.
El
modelo de un solo bloque, acaparó para sí el calificativo de “unitario”, porque
describía en una sola palabra la imagen de contundencia y fuerza, que para
mentes sencillas, era necesario tuvieran como paradigma organizativo, donde una
sola respuesta, era la solución para todos los problemas existenciales y
materiales, además, era sumamente conveniente y fácil de operar en situaciones
electorales.
Fue
sin duda fue el modelo favorito del fascismo, el nazismo, la monarquía absoluta
y el comunismo; un solo líder, un solo pueblo.
Pero
era también el modelo más fácil de derrotar, y contra el cual se practicaron
diversas estrategias que anulaban su supuesta eficacia, el modelo unitario
tenía la gran desventaja que su centro de control y la cabeza del sistema era
fácilmente reconocible, sus canales de comunicación eran siempre los mismos y
sus tiempos de respuestas eran predecibles.
Bastaba
cortar la cabeza y el sistema se derrumbaba, o introducir basura en su sistema
de comunicaciones y contaminabas el cuerpo completo, o engañabas al centro de
control y sabías la respuesta que daría.
Es
mucho más fácil predecir el comportamiento de un solo bloque que de una red con
varias partes independientes, igualmente corrompiendo o engatusando a la
cabeza, sembrabas la incertidumbre en la masa, y todo el bloque podía perderse
en una sola acción cuando todo el conjunto recibe el golpe de la derrota.
El
chavismo que funciona bajo el patrón de un solo bloque, prefiere mil veces
tener a un contrincante unitario que a una red de nodos inteligentes e
independientes, es por ello que todos sus colaboradores, espías, esquiroles,
agentes y quintas columnas, infiltrados en la llamada oposición democrática,
tratan con desespero de vendernos la receta de la unidad, y repiten como loros,
como si no hubiera otra manera de organizarse, que la forma más inteligente,
probada y práctica para combatir al chavismo es con la unidad.
Pero
afortunadamente la misma realidad y la experiencia nos ha enseñado a los
trancazos, nos ha obligado a ser creativos y a improvisar, y como ninguno de
nosotros es bruto, porque nuestra verdadera naturaleza es la de un
individualismo acendrado e independiente, hemos preferido organizarnos por
nuestra cuenta en cada sector social, barrio, gremio y grupo de interés y
desarrollar nuestras propias estrategias de sobrevivencia, muy distintas las
unas de las otras, pero todas con un fin, prevalecer en el caos que el chavismo
quiere imponer.
Nos
hemos dado cuenta que la situación en Maracaibo es diferente que en Caracas y
distinta que en Maturín, las regiones están signadas por sus propias
circunstancias de modo que la realidad es distinta en Guayana que en Táchira y
que en la región capital, cada una tiene sus debilidades y fortalezas, y las
estrategias son diferentes, lo que sí es igual es la respuesta del gobierno que
es la misma y unitaria; represión, control social, biopolíticas, propaganda y
miedo.
Ahora,
si lográramos quitarnos de los ojos esas telarañas de la unidad y convertirnos
en una red de resistencia, con diferentes nodos de domando y control, con
nuestros propios líderes locales pero con una agenda común de acciones y con un
abanico de estrategias de lucha en contra de la tiranía, se nos abre un mundo
de posibilidades.
De
hecho ya hay diversos centros de control y comando actuando coordinadamente, en
el área de la salud por ejemplo, en la educación, con los transportistas, ya
estamos aprendiendo por medio de la ONG’s a canalizar de manera eficiente los
reclamos internacionales, ya la diáspora de venezolanos en el extranjero se
está organizando de mejor manera para hacer sentir la presión en los centros de
poder del mundo, y se están dando las conexiones con el país y dentro de
Venezuela, sin necesidad de que alguien nos diga que hacer, cómo y cuándo.
Estamos
aprendiendo y a una velocidad vertiginosa, al punto que ya muchas
organizaciones políticas se han quedado fuera del ruedo, no son pocos los que
no saben qué hacer porque se han empecinado en concentrar su atención en el
aparato electoral que se ha convertido en una pieza inútil hasta que el
gobierno de Maduro abandone el gobierno.
Pero
lo que están con en el cambio, los que están montados en la cresta en la ola no
han podido entrarle como verdaderamente habría que aprovechar el momento, la
oposición se encuentra en plena metamorfosis, pronto tendremos alas pero
todavía necesitamos un plan de ruta y algo muy importante, ese grupo de hombres
y de mujeres que nos permitan una transición audaz e inteligente, que comprenda
el momentum y nos den las directrices
macro, porque ya todos saben que hacer localmente.
Este
cambio de paradigma organizativo lleva décadas en progreso, fueron las fuerzas
armadas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial las que primero
tuvieron que aprender a descentralizarse para poder abarcar diversos frentes de
batalla y ser eficientes en todos, pero fue Mao en China y el Ejército Popular
en Vietnam quienes probaron la superioridad del nuevo modelo de organización
nodal, derrotando a ejércitos mucho más poderosos.
Estos
avances en los nuevos modelos de organización social, tuvieron su correlación
teórica con los modelos desarrollados por Edgar Morín sobre el pensamiento
complejo en la segunda mitad del siglo XX, estos desarrollos fueron rápidamente
adaptados por las organizaciones corporativas y empresariales que incursionaban
en los mercados globales, descongestionando sus propias estructuras
administrativas para permitir una mayor libertad y acelerar los tiempos de
respuestas a problemas lejos de las casas matrices.
De
modo que atrás quedaron esas estructuras organizativas como las de los partidos
AD, Copey y el MAS que fueron paradigmas en su época de la infancia de la
democracia, y que algunos insisten en tratar de revivir en pleno siglo XXI, no
podemos ni debemos imitar al desvencijado chavismo con su modelo autoritario, eso
ya no funciona ni siquiera para robar un banco; arruinaron al país, sí, pero se entramparon en un callejón sin salida
y acosta de cientos de miles de muertos, eso no es justo, de modo que si
comprendemos lo que estamos haciendo y miramos hacia delante podríamos contar
con una verdadera salida en muy poco tiempo.
- saulgodoy@gmail.com
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