El
país llegó al límite de su capacidad de aguante, no da más, la ruptura con el
régimen de Maduro tiene y debe ser total, nada de medias tintas, de acomodos y
mucho menos de cohabitación, el chavismo y su líder se hicieron el harakiri
ellos solitos, y es que no hay final feliz en ésta historia, el socialismo como
ideología y sistema de gobierno solamente lleva al desastre, al totalitarismo
más inhumano, y la gente, o se muere de mengua o reacciona y depone la tiranía.
Sería
necio negarlo, pero ha sido la Asamblea Nacional, el parlamento, la institución
que ha sobrevivido al naufragio, y sobre la única que el sistema internacional
de naciones libres y democráticas ha podido reconocer como legítima, gracias a que
14 millones de venezolanos se expresaron con su voto y decidieron nombrar a sus
representantes.
Pero
la actuación misma del parlamento ha sido errática y muchas veces
contraproducente, esto debido a que está poblada de una serie de partidos
políticos que no han evolucionado más allá de su concepción marxista, con una
estructura autoritaria y vertical e investida de la ideología socialista, no lo
digo yo, lo dicen cada uno de los estatutos fundacionales de dichas
organizaciones, hay partidos vetustos como Acción Democrática, el MAS, el
Partido Comunista, pero la gran mayoría son partidos recientes, como Voluntad
Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista y otros,
modelados a la imagen y para los propósitos electoreros de los partidos tradicionales,
o son manejados por políticos de experiencia que se han desprendido de los
partidos originales, o son jóvenes aleccionados en la vieja escuela del poder
populista, que tantas desgracias le ha traído al país.
Venezuela
ha tenido la mala suerte que su sistema de organizaciones políticas no ha
avanzado con la misma rapidez que los cambios sociales, económicos y
tecnológicos del mundo actual, esto debido principalmente a que son
organizaciones que muy pronto se convierten en feudos personales de los lideres
de esos partidos, que han levantado una estructura de poder interno que los
perpetúan en las direcciones de los partidos, de modo que son estas personas
quienes deciden la conformación de sus cuadros directivos, quien avanza y quien
no, quienes hacen carrera política, cual es la dirección ideológica del partido,
y hasta donde se da su renovación en el mundo de la formación de sus militantes.
La
gran mayoría están afiliados internacionalmente a los grandes grupos de los
partidos socialistas, principalmente del socialismo cristiano y del socialismo demócrata,
de quienes reciben financiamiento, preparación, y con quienes articulan posiciones
comunes sobre aspectos de la política mundial, estas relaciones han sido muy
útiles al momento de cursar denuncias y buscar alianzas.
La
disciplina partidista ha sido una herramienta eficaz para el control de las
ambiciones de sus militantes, y es la manera como han mantenido a sus jóvenes
políticos con las riendas cortas, razón por la cual la renovación del recurso humano
y de la mentalidad dentro de los partidos ha sido lenta, de allí que se diga
que nuestras organizaciones políticas están manejadas por verdaderos “dinosaurios”,
los protagonismos son estrictamente controlados aún a nivel regional y local.
Estos
grandes gurús de nuestra política nacional, hombres con experiencia, con mucho “burdel”
como les gusta referirse a su capacidad de sobrevivencia, son al final quienes
controlan la política del país, diez o veinte nombres a lo sumo, quienes tienen
la última palabra sobre los asuntos públicos de la nación, pero esta cualidad
no los ha hecho infalibles, todo lo contrario, su permanencia en posiciones de
mando lo que ha contribuido es a acelerar la decadencia de nuestro sistema de
partidos políticos, y esto lamento señalarlo, los más jóvenes dirigentes del país,
están siguiendo fatalmente ese ejemplo.
El triunfo
del chavismo en el mundo político ha servido es de catalizador para esta
disolución de una forma de hacer política donde no se toma en cuenta la
voluntad popular, aunque digan que si lo hacen, donde la representatividad es
sólo un show electoral, una vez en sus cargos, opera una transformación donde
priva la voluntad del representante, ya que el representado no tiene acceso a
la información, a modos de control, de pedir cuentas y explicaciones a quienes
dicen actuar por ellos, pero lo peor de esta relación política con los partidos,
es que no tienen ningún interés en que sus constituyentes tengan un criterio propio,
o vocerías, o ejerzan presión sobre ellos, y es la razón fundamental por la que
los partidos políticos le rehúyen a la formación ciudadana, a la opinión
pública, a las formas de contraloría social que deberían existir para lograr un
clima político de democracia y libertad con responsabilidad.
El
resultado de esta situación de subsumir al electorado, al pueblo, a la
ignorancia y la inacción política, es lo que estamos viendo hoy, un nuevo llamado
a las calles, a los cabildos, aprovechando la frustración y la rabia del país,
ya lo hemos visto antes, congregan a la gente para darse sus líderes un baño de
popularidad, para mostrarle al enemigo el apoyo que tienen, para poder sentarse
a negociar con el tirano en su momento de mayor debilidad, ya en el pasado
reciente los hemos visto actuar de manera indigna y dejado al país en ascuas,
prometen una cosa y hacen otra, y todo termina en darle oxígeno al régimen, en
prolongarle la agonía al país, pero la verdadera razón que los impulsa es otra.
Fíjense
que en las actuales circunstancias Guaidó ha estado jugando a la ubicuidad,
nadie sabe donde esta ni cuales su posición, algunos dicen que es el Presidente
encargado, pero ya hay un pronunciamiento de la AN diciendo que ellos, como
cuerpo colectivo, se abrogan las funciones del Poder Ejecutivo, lo que quiere
decir que están actuando como un poder constituyente cambiándole, con un
decreto, la naturaleza jurídica del sistema político venezolano, de un sistema
donde existía la separación de los poderes, ahora el Poder Legislativo asume
funciones del ejecutivo, de un sistema presidencialista, pasamos a una forma extraña
de poder colectivo, hay una gran confusión impulsada por el acto ilegítimo de
la toma de posesión de Maduro para un nuevo período presidencial, de un hombre
que hace ya años venía siendo declarado ilegítimo en su pretensión de ser presidente
de la nación.
Celebro
que por fin los partidos políticos hayan concretado su voluntad de ponerle
punto final a un gobierno injusto, ineficaz, violento pero principalmente,
ilegal de toda legalidad, lo que no logro entender es la insistencia de tener
que gobernar con el chavismo, de cohabitar con los mismos creadores del
desastre en que estamos envueltos, de perdonarlos y ofrecerles una serie de
prerrogativas que más bien pareciera que están pagando un secuestro, aún cuando
tienen todo el apoyo de la comunidad internacional, cuando el mundo entero los
está observando.
Guaidó
luce en estas circunstancias como una distracción, como la mampara que oculta
unos manejos oscuros de los principales partidos políticos de la oposición con el régimen chavista, con Cuba y con el comunismo
internacional, pareciera que quieren llegar a unos acuerdo son tomarnos en
cuenta a los 30 millones de venezolanos que somos los que verdaderamente
estamos arriesgando nuestra forma de vida y futuro como nación.
Les
digo lo que creo deberíamos hacer, debemos empezar por presionar para que
Guaidó se juramente como Presidente encargado del país, con todas las
atribuciones que le otorga la ley, por los treinta días durante los cuales debe
conformar un nuevo poder ejecutivo, igualmente temporal y para el período de
transición, que complete la estructura de gobierno para que él pueda regresar a
su cargo como Presidente de la AN, conformado el nuevo gobierno que se hagan
cargo de la transición que se va a ocupar fundamentalmente de tres cosas:
manejar la crisis humanitaria, restablecer la seguridad y el orden en el país,
y hacer los preparativos para una nueva elecciones generales tan pronto se
hayan solucionado los dos primeros objetivos.
Dentro
del restablecimiento de la seguridad y el orden en el país, está la solicitud a
la comunidad internacional de que envían tropas y fuerzas policiales para qué apoyen
lo que nos quede sano en estas instituciones y podamos pacificar al país en un tiempo
razonable que permita la reconstrucción sin problemas.
De
otra manera, lo que vamos a ver son estos inventos leguleyos de gobiernos
mixtos, partidos políticos gobernando por mampuestos, poderes pisándose los
cayos, contradicciones constitucionales o gobiernos por decreto, lo cual nos hará
mucho más débiles y propensos a que pueda ocurrir un retorno del chavismo, todo
esto apunta a que los ciudadanos tomemos nuestro lugar y presionemos; hay una
cosa que tengo muy clara, y es que una de las grandes ventajas de la democracia
es que permite que muchas cabezas piensen en vez de una o muy pocas, lo que
significa que el margen de error se reduce significativamente, no podemos darle
otra carta blanca a Guaidó y su combo, tenemos que conducirlos hacia donde nosotros
queremos, que es salir de la tiranía y poder reconstruir el país en el menor
tiempo posible y en orden. - saulgodoy@gmail.com
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