jueves, 16 de mayo de 2019

El problema del día después



No es una pregunta retórica ni de simple interés académico, es un asunto de sobrevivencia real y presente, que pueden echarnos a perder la vida si no le damos la importancia que tiene.
Estar preparado para el día después implica, y lo siento por los que esperaban que esto acababa con la salida de Maduro y su banda de ladrones, un trabajo de gobierno de altísimo riesgo, pues implica mantener a raya no solo a las fuerzas antidemocráticas, aquellas que durante veinte largos años se han acostumbrado a parasitar de la democracia, sino quizás más importante, de aquellos venezolanos que se acostumbraron de la anomia y han prosperado en ella, incluyendo a partidos políticos y algunos de sus líderes que hoy pretenden ser piezas claves en la transición.
Nada es fácil, pero volver a la senda democrática luego de haber perdido el rumbo y estar viviendo en un mundo equivocado, es extremadamente complicado; el comunismo internacional, los grupos terroristas, la guerrilla, el narcotráfico, las mafias globalizadas, los cubanos, los lavadores de dinero ilícito, los agentes de la corrupción política nos dejan sembrados grupos de venezolanos comprometidos con esos intereses que hoy nos tienen contra el piso.
Estos grupos se mimetizan como si fueran democráticos, están inscrito en el registro electoral, funcionan como organizaciones políticas, se dicen democráticos y querer lo mejor para el país, pero si se examinan con detenimiento sus expresiones, su ideología y sus intenciones, resultan ser defensores y garantes del caos del que vinimos, pretenden ponerse en el lugar del chavismo y reinar de acuerdo al despotismo, consolidar su propia élite de poder y seguir mandando cambiando apenas de banderas.
Y de estos grupos venezolanos, hay políticos, partidos, organizaciones, instituciones públicas y privadas, empresas y empresarios, medios de comunicación y personalidades, entre otros, que van hacer lo imposible por que sus asociados y amigos del chavismo no pierdan su punto de apoyo en el país, lo que estoy diciendo es que una vez que el chavismo salga derrotado militar y políticamente, hay gente que está de su lado que van a ser lo imposible para que esos intereses mundiales retornen y se hagan de nuevo con el poder en Venezuela.
Y en esto incluyo a la mayoría de los partidos políticos socialista que conforman la oposición, empezando por Voluntad Popular y terminando por todos esos partidos en manos de chavistas y que conforman el Frente Amplio, pasando por Primero Justicia, Acción Democrática, el MAS... los ecologistas y los evangelistas.
Todos aquellos partidos que han defendido las tesis inclusivas del chavismo en la transición y el próximo gobierno, son, a conciencia o no, plataformas de reingreso de estos intereses malignos a la vida política del país, con la excusa que sin ellos sería imposible la gobernabilidad, pretenden darles cabida no solo en la vida cotidiana del país, permitiendo que sus empresas y organizaciones sigan funcionando y actuando como si nada hubiera ocurrido, lo peor es que pretenden cohabitar con ellos en el gobierno, hacerlos parte de nuevo de la dirección del país.
Si la gente creía que luego de sacar del poder a los usurpadores el problema terminaba allí, siento decirles que apenas empieza, saliendo los rojos rojitos por una puerta, hay que hacer limpieza y desinfección de nuestro aparato político, lamentablemente, y esta es mi opinión personal, no podemos darnos el lujo de instalar a una democracia completamente abierta y permisiva, todo lo contrario tendremos que aprender a vivir con una democracia limitada y con medidas extremas de seguridad que no harán fáciles algunas de las libertades de las que antes gozábamos, y por lo cual nos metimos en tanto problemas.
Juan Guaidó, por ejemplo, debido a su actitud, a sus declaraciones, a la organización a la que pertenece e ideología que profesa, sería la persona menos indicada para seguir conduciendo los destinos del país en tiempos de transición, ya está visto, que sin consulta y sin aviso, nombra personas de dudosa reputación, o peor aún, sin reputación alguna, solamente por ser amigos del partido, para que nos represente en altos cargos en el extranjero, su falta de definición y su poca claridad de objetivos, nos tienen en duda sobre cuál sería el próximo paso a dar como colectividad organizada, maneja el tiempo como si pudiera malgastarlo, se deja imponer criterios de otras personas porque debe favores, no toma decisiones en el momento que se requiere, se deja arropar por los acontecimientos, crea falsas esperanzas, no tiene autonomía ni ideas propias.
Pero no ceja en su intento de negociar, de promover arreglos secretos, conversaciones con supuestos expertos en resoluciones de crisis que tienen como herramienta principal de trabajo, el incluir a los criminales del régimen totalitarista en posiciones de poder dentro de un supuesto nuevo gobierno.
Ninguno de estos expertos se había enfrentado antes a una fuerza tan corrosiva y letal como el chavismo, que son personas programadas mentalmente para la destrucción de la institucionalidad, para violar la ley y para impedir cualquier tipo de acuerdo de intervención de factores extranjeros amigos de la democracia, todos estos expertos han manejado casos internacionales de dos o más bandos en conflictos, en situaciones de guerra, incluso en casos de genocidios, pero nada se le parece al chavismo, aquí no hay expertos porque no hemos podido arrancar la curva de aprendizaje hasta no definir su naturaleza.
Se están aplicando parámetros y experiencias que vienen de lidiar con enemigos externos o internos muy bien definidos, no con poblaciones infectadas por un virus mental tan poderoso como el chavismo, con tanto apoyo mundial de factores del crimen organizado y de la violencia política, con tanto poder de contagio hacia otras poblaciones y países.
Si Venezuela va a quedar como zona libre del chavismo, la labor de profilaxis debe ser profunda, y el golpe al chavismo debe ser tan devastador que no pueda recuperarse en mucho tiempo, suficiente para encontrar los anticuerpos necesarios para identificarlo y combatirlo.
Esta metáfora aplicada a una epidemia no es gratuita, una parte importante de nuestro estamento político está convencido que el chavismo tiene contenido sociales y progresistas importantes, que tiene logros a destacar mientras fue gobierno, y porque contamos con un importante segmento de la población, básicamente pobre y analfabeta, que considera a esta ideología como suya, hay sectores de venezolanos que piensan que sin el chavismo será imposible gobernar al país.
Uno de los grandes focos de promoción y defensa de esta ideología, lamentablemente, ha sido la Iglesia católica, que de manera bastante paradójica, no ha sido su capítulo local el que la ha estado alimentando, sino el Vaticano; nuestro clero y altos dignatarios han sido perseguidos, hostigados, criminalizados y se han enfrentado con mucha entereza a estos demonios, pero las autoridades residentes en la sede política de la Iglesia en Roma, se ha convertido en su alcahuete y defensor, en esto juega un papel muy importante el actual papa Francisco, quien en algún momento tendrá que rendir cuenta ante la justicia por la gran omisión y tolerancia hacia esta forma política, que quiere destruir los valores occidentales.
Cuba, Nicaragua y Bolivia no pueden permanecer incólumes ante este desastre, si se va a solucionar el problema venezolano deben tomarse acciones igualmente cauterizantes con estas naciones irremediablemente infectadas por el Socialismo del Siglo XXI.
En Europa y los EEUU es más que obvio que hay grupos importantes funcionando bajo esta nueva forma de comunismo, de una militancia muy activa y permeando poco a poco dentro de sus cuadros políticos y sociales, lo que sucede es que son democracias maduras con una larga historia de luchas y conflictos, y han alcanzado un nivel de inmunización ante estos brotes, que hasta el momento han sido adecuados y suficientes, pero una de las características de este Socialismo del Siglo XXI es que se amolda y se tamiza muy bien dentro del sistema democrático, prosperando hasta hacerse tóxico.
El secreto de esta ideología y su éxito en los países del Tercer Mundo creo que tiene que ver con sus raíces populistas, cristianas y marxistas, estoy seguro que en el inmediato futuro será mejor estudiado y comprendido, pero basa sus postulados en una serie de necesidades humanas fundamentales, va directamente a las pulsiones más profundas como la necesidad de alimentarse, de tener techo, de formar parte de grupos que le den importancia y satisfagan esas necesidades primarias, se enraíza muy bien con las democracias porque son fáciles de transformarse y adquirir aspectos inofensivos, y están muy ligados al concepto de justicia social, del cual parten para desarrollar sus “revoluciones liberadoras”.
Aquellas personas que no tengan una formación moral suficientemente desarrollada o unos principios de vida claros son fácil víctimas de su fatal atractivo, por lo que la educación moral y cívica forma parte de esa panoplia de armas necesarias para combatir a esta enfermedad del alma.
Repito, la única manera de parar esta desastrosa epidemia de Socialismo del Siglo XXI, es con una contundente derrota militar y política en nuestro continente, que permita un desacople del socialismo llamado democrático con las opciones de poder en los países Latinoamericanos, por lo que cualquier intento de negociación con el chavismo debe ser no solo descartado sino condenado.-
saulgodoy@gmail.com



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