sábado, 18 de mayo de 2019

No todo es negociable



Hay un movimiento a nivel mundial, principalmente en universidades y firmas de consultoría que afirman que Todo es Negociable, de hecho hubo un libro con ese título, los grandes empresarios, diplomáticos, políticos, relacionistas públicos, vendedores, predicadores, son no solo los grandes artistas de las transacciones, viven de ello, y son exitosos porque logran sus objetivos, y muchos se atreven a afirmar, que la actividad negociadora es constante, a todo nivel, a cualquier edad y bajo toda circunstancia, de hecho hay libros de negociación que implican que toda relación humana se basa en una constante negociación, por reconocimiento, por afecto, por simplemente tener la razón, por poder, dinero, estatus… no en balde los libros de negociación son estudiados en escuelas de gerencia, y el público los encuentra en la sección de auto-ayuda.
El mismo Presidente Trump escribió un libro sobre el tema equiparándolo con un arte, y de los textos que conforman mi biblioteca, una buena parte de ellos estudian al detalle cada situación, protagonistas y temas a negociar, hay autores que reparan en reacciones biológicas ante el stress de una negociación (sudor, movimientos de los ojos, rictus faciales, tonos de voz, respiración, etc.), de bloqueos psicológicos, de señales no verbales que indican dudas o asertos, de pistas discursivas que descubren intenciones, al punto que muchas de estas técnicas se utilizan entre los expertos en juegos, sobre todo de cartas, en lo que llaman “bluf” que es una técnica del engaño para que el contrario tome la decisión equivocada y lograr el triunfo.
Han tratado por mucho tiempo de hacer de la negociación una ciencia y hemos llegado a tener que escuchar que la política no es sino negociación, este proceso de reducción del concepto de lo político ha logrado que los vendedores de la técnicas de negociación obtengan posiciones de importancia en conflictos y situaciones donde se juega con la vida humana, como sería el caso de los negociantes de rehenes con los cuerpos policiales.
En realidad lo que se ha tratado de hacer es reducir a un mínimo la incertidumbre en un proceso de negociación, que implica un constante cambio de posiciones y exigencias, un tira y encoge en expectativas y posibilidades entre las partes hasta llegar a un acuerdo que supuestamente sea satisfactoria para todos, o en su defecto, que se rompa la negociación.
Hay incluso una especialidad académica que se llama técnicas de resolución de conflictos, de la cual se han hecho famosos los países nórdicos y donde tratan de crear situaciones que favorezcan un diálogo entre partes enfrentadas en la búsqueda de soluciones, tomando en cuenta que una gran parte de los conflictos son creados por la falta de comunicación o interpretaciones erróneas de unas comunicaciones impropias, para ello, se reúnen en lugares donde las condiciones son controladas, donde existe una intermediación profesional, en la esperanza de ir despejando malos entendidos, eliminar “el ruido” del proceso, y crear las condiciones adecuadas para que el diálogo sea constructivo, es decir, sumando condiciones para una solución del problema entre las partes.
Este tipo de conocimiento e intermediación es utilizado desde la negociación de divorcios, pasando por los tribunales de arbitraje para los conflictos entre las empresas y llegando a las conversaciones de paz entre países en guerra.
Si bien es cierto que la ciencia y el arte de la negociación han avanzado enormemente, no menos cierto es que todavía buena parte de sus resultados se encuentran en el azar, en imponderables, que son de difícil control en una negociación empezando porque ni siquiera se saben que gravitan sobre el problema, aún con este hándicap, una buena parte de las negociaciones en las que una persona se embarca en su actividad diaria, son resueltos de manera positiva, los verdaderos problemas se encuentras en los casos de las negociaciones “duras”.
Dos son los ingredientes fundamentales de una negociación, el carácter de las partes y como se presentan en la negociación, y el tema a negociar; la intermediación es un elemento accidental que puede o no estar presente, pero que los vendedores de las negociaciones (para quienes no se hayan percatado, las intermediaciones en las negociaciones son un negocio como cualquier otro, tienen un costo, reciben fondos de algún lado para mantenerse) lo presentan como vital e importante.
Los profesionales de la intermediación en negociaciones se venden como imparciales, estar en el justo medio para no influir sobre las resultas de la negociación es vital para el negocio ¿Es eso posible? Los intermediarios alegan que sí.

Las condiciones de minusvalía para la negociación.

Dicho todo esto voy a lo que me interesa, los venezolanos estamos divididos en un asunto bastante discutido en los medios de comunicación, o en el pequeño foro público que la dictadura nos permite por medio de las redes sociales puesto que por medio de la censura nos ha limitado nuestro derecho a la libre expresión, fundamental para poder negociar asuntos de carácter público, y limitando severamente nuestro derecho a estar informados de manera oportuna y abierta de todas las gestiones del estado para con el país.
Ya con esto, empezamos a cojear en nuestro mundo transaccional, la dictadura, negándonos información y amordazando nuestro derecho a discutir los asuntos del país, pretende negociar con nuestros supuestos representantes de la oposición democrática, que son todos esos partidos políticos socialistas que les encanta negociar a nuestras espaldas y en secreto con los usurpadores, maneras y vías de hacerse con “espacios” y parcelas de poder que para sus limitados mundos son importantes, dejando en un segundo término los intereses reales del país, lo que compete al bienestar común del gran colectivo nacional.
 Pero enfoquemos nuestra atención en nuestra contraparte, en el chavismo, ¿Qué es el chavismo? ¿Es una fuerza política? Hay registros en el organismo electoral que dicen que sí, que hay una estructura y una nómina, que tiene reglamentos, objetivos, seguidores y que ha ganado elecciones, y aparentemente, hay venezolanos que son capaces de volver a votar por ellos para que sean gobierno de nuevo, ¿Eso es suficiente para hacerlos un partido político?
Yo opino que no, no son un partido político porque incumplen con la constitución, no son demócratas, no respetan las instituciones, son enemigos de la libertad, no creen en la propiedad privada, se han apoderado de todo el aparato del estado para hacer su voluntad, no respetan la separación de poderes, dominan sobre las decisiones judiciales, las del poder moral, han desconocido al poder legislativo legítimo que ha nombrado el pueblo y en su lugar han creado un cuerpo extraño, una constituyente a lo cubano, que pretende sustituir a la verdadera Asamblea Nacional, tienen como presidente a una persona de origen extranjero, con documentación falsa, que ha cometido delito de perjurio, que se le sigue juicio por corrupción, que es investigado como narcotraficante.
No son un partido político porque hacen fraudes electorales, tienen los registros electorales manipulados, se mantienen en el poder a fuerza de las bayonetas, manejan a las Fuerzas Armadas como su fuera su ejército privado, son violadores de derechos humanos, mantienen en la cárcel a presos políticos, todos opositores al régimen a quienes torturan, asesinan y mantienen secuestrados sin darles el derecho a un debido proceso, no son un partido político porque están agavillados para robar y fomentar la corrupción, mantienen a sus seguidores a fuerza de clientelismo político, otorgándoles beneficios ilegales, obligando a las personas sin recursos a depender de ellos a cambio de sus votos por medio de chantajes y prebendas, obligándolos a portar un carnet que los afilia a su partido a cambio de alimentos y becas de dinero.
No son un partido político porque han cerrado medios de comunicación, obligado a sus dueños a vender bajo coacción y a comprarlos ellos para manipular las noticias, han cambiado los currículos educativos para fomentar la ideologización comunista, la desinformación y el odio entre las clases, mantienen a una fuerzas de choque llamadas colectivos, con quienes atacan a la población civil disidente, utilizan a la Guardia Nacional como herramienta de terror y cuentan con policías especializadas como escuadrones de la muerte con las que atacan  y exterminan a grupos sociales que les son incómodos, mantienen centros de tortura y confinamiento a personas que secuestran de sus hogares y trabajos, atacan a la prensa internacional, rompen relaciones con países que les reclaman sus acciones y se separan de las organizaciones internacionales que no los aplauden.
Pero lo más importante, no son un partido político porque dependen y están bajo las órdenes de un país extranjero, que es Cuba, porque son una organización fachada para grupos terroristas como el Hamas y Hezbolá, son manejados y financiados por el Cartel de Sinaloa, una peligrosa organización de narcotraficantes mexicana, son socios de las FARC y del ELN, organizaciones subversivas colombianas, son apoyados por el Foro de Sao Paulo, pertenecen como miembros del Comunismo Internacional y de las diversas organizaciones socialistas internacionales con lo que reciben apoyo político y soporte en diversos foros internacionales para proteger su existencia.
Son socios cercanos de Rusia y China de quienes reciben financiamiento y armas, son socios principales en escándalos de corrupción como los de la empresa brasileña Odebrech, financian de manera secreta elecciones en países de la región para favorecer su ideología, son parte activa del lavado de dinero proveniente de actividades ilícitas en el mundo sobre todo en Europa y los EEUU, desde que llegó el chavismo al poder se ha convertido en un depredador ambiental, propinándole graves daños a los parques nacionales del país, destruyendo las selvas de la amazonia, contaminando el mar con basura tóxica y desertificando las principales cuencas productoras de aguas; protegen los envíos de drogas, contrabando, trata de blancas, minerales estratégicos, oro sangriento, a países de la región, utilizan su flota petrolera para envíos de ese contrabando y de combustible para Cuba.

El escenario de la supuesta negociación.

Lo que he descrito en estas breves líneas es apenas la punta del iceberg de una organización criminal que se hizo gobierno en Venezuela durante veinte años, y ahora, necesita mantener ese reconocimiento internacional como fuerza política para mantener representaciones diplomáticas, embajadas y vínculos de negocios con los países del orbe, necesita de los pasaportes y otros documentos de identidad venezolanos para ocultar la identidad de hombres y mujeres peligrosos buscados por las policías internacionales.
Es principalmente el producto de una labor de inteligencia a nivel mundial de los enemigos de occidente, principalmente de los enemigos de los EEUU, a quienes tienen como objetivo final si logran consolidar una base de operaciones tan cerca de sus fronteras, su misión es debilitar la democracia en el mundo y destruir la libertad donde esta se encuentre y florezca.
El chavismo ha propiciado mesas de negociación anteriormente con resultados negativos, han engañado a sus promotores y facilitadores como ha sido el Vaticano y el gobierno de República Dominicana, ha dejado en ridículo a quienes acudieron a las negociaciones, y lo han hecho pues la dictadura se sentía fuerte y sobrada, utilizaron las negociaciones para debilitar a la representación de la oposición política venezolana.
Vuelven a caer en el mismo error, esta vez con el gobierno de Noruega como facilitador, y Juan Guaidó y su jefe Leopoldo López como promotores, pero veamos, ¿Cuál es el tema a negociar? Esto es importante, Venezuela no es un país en guerra, no hay conflicto armado, si hay un genocidio y si hay una dictadura feroz que quiere imponer su voluntad por medio de las armas, y que ha provocado la más grande y masiva emigración vista en Latinoamérica, desestabilizando a buena parte de la región. Para quienes no lo quieran ver el tema es legitimar al crimen internacional como una organización política, darle beligerancia y un puesto dentro del concierto de organizaciones internacionales.
El otro problema es quien representa a quien esa mesa de negociación, ¿Esos elegidos por la oposición venezolana nos representa a todos? ¿Los chavistas negocian en nombre de los carteles, de Cuba y de los terroristas?
Los partidos políticos venezolanos ven solamente las ventajas inmediatas de acceder finalmente a una parte del poder político en el país, cogobernando con el chavismo, concurriendo a unas elecciones con una organización criminal, pero están obviando los escenarios a mediano y largo plazo que sería el retorno del chavismo con más fuerza y repotenciado, pues seguirían con la labor de ir tomando el país hasta obtener su control definitivo (lo que le ocurrió a Nicaragua con Ortega).
La comunidad internacional obtendría un beneficio igualmente efímero y produciría un rasgadura en el tejido institucional de sus organizaciones, pues con este precedente estoy seguro las otras partes del crimen organizado querrán tener igualmente reconocimiento en los países donde operan, haciendo la lucha en contra del crimen y del vicio una labor mucho más ardua.
Los países como Noruega, y los negociadores del mundo quedaría como unos idiotas a quienes el crimen internacional utilizó para su beneficio, y el problema en Venezuela y la región seguirían igual o peor, la pregunta obligada ¿Por qué un país diezmado y del tercer mundo, tendría que aceptar como única opción de los países occidentales, que se convierta en un país inviable, en manos del crimen organizado? ¿No contradice todo el esfuerzo de reconstrucción de naciones para la democracia incluir en los gobiernos de países fallidos a representantes de actividades criminales?
Con mi posición no niego estas herramientas puedan ser de utilidad en un conflicto, todo lo contrario, han demostrado ser positivas (aunque no en todos los casos), siempre y cuando el tema de la negociación sea claro y posible de alcanzar para las partes y que la comunidad internacional no vaya a quedar afectada en su seguridad con las resultas, y que el tema a tratar sea diáfano, perfectamente limitado y mesurable en su progreso, pero hago la advertencia que puede ser mal usado y empeorar una situación de conflicto
Quienes salimos perdiendo en este obtuso intento de negociar con Cuba y el chavismo, son los EEUU y Venezuela que serán los que más tengan que perder, y al final toda Latinoamérica, que quedarán servidas en la mesa para el placer del comunismo internacional (totalitarismo); el problema venezolano no se soluciona con negociaciones, el chavismo debe ser derrotado militar y policialmente, sus miembros confinados y sometidos a procesos judiciales, sus factores eliminados del país de manera metódica y a la fuerza, esa es mi opinión.
Por todas estas consideraciones me opongo rotundamente a esta iniciativa del partido Voluntad Popular de entregarnos como víctimas propiciatorias al castrocomunismo. No todo es negociable y una de esas cosas es la vida misma  -   saulgodoy@gmail.com







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