El lenguaje del
patriotismo ha sido utilizado a través de los siglos para fortalecer o invocar
el amor hacia las instituciones políticas y la forma de vida que defiende la
libertad común de la gente, es decir, el amor a la república; el lenguaje del
nacionalismo se fraguó a finales del siglo XVIII en Europa para defender o
reforzar la unidad y homogeneidad cultural, lingüística y étnica de un pueblo.
Mientras que los enemigos del patriotismo republicano son la tiranía, el
despotismo y la corrupción, los enemigos del nacionalismo son la contaminación
cultural, la heterogeneidad, la impureza racial y la desunión social, política
e intelectual.
Maurizio Viroli,
Por amor a la Patria (2005)
¿Qué concepto de patria o patriotismo tiene en mente un
juez del socialismo bolivariano cuando condena a un ciudadano venezolano a
prisión, enredando la sentencia con menciones al terrorismo y la promoción del
odio, y más cuando esos venezolanos son políticos en ejercicio, representantes
electos y de la oposición al gobierno, justamente en vísperas a unas
elecciones?
Lo más probable es que confunda nacionalismo con
patriotismo, y si permitimos que se explique, estoy seguro que el concepto de
nacionalismo que esgrimiría sería muy cercano al del fascismo, algo muy lejano
al concepto histórico del patriotismo.
Esta desviación del lenguaje es crítica en las leyes
penales venezolanas pues se conforman como parte de un ordenamiento jurídico
que pudieran, como de hecho lo hacen, privar a los ciudadanos de sus libertades
fundamentales e imponer sentencias de reclusión en abominables instituciones
carcelarias, violando todo derecho humano, empezando por el derecho a la
defensa, porque la intención es criminalizar la opinión, hacer reo de la justicia
a quien piense distinto de quienes ejercen el poder, en una clara violación de
los principios republicanos de justicia y equidad, porque por allí se empieza, ¿cómo
defenderse de una acusación falsa, basada en criterios ideológicos, construidos
los alegatos de la fiscalía sobre quimeras construidas para perseguir, que
implican una posición de dominio, de fuerza bruta y sin ninguna oportunidad
para una defensa oportuna, lógica y razonable?
En 1649 el monarca de Inglaterra Carlos I fue condenado a
morir decapitado públicamente después de que un tribunal probara contra él la
existencia de delitos de alta traición y otros crímenes. El rey mantuvo hasta
el final que ningún tribunal tenía jurisdicción sobre su persona, porque su
autoridad venía directamente de Dios y se transfirió cuando fue coronado y
ungido. En cambio, los revolucionarios ingleses que lo destituyeron mantenían
que no existía hombre alguno sobre la ley.
Los filósofos del derecho no terminan de ponerse de
acuerdo sobre la verdadera naturaleza de este tipo de delito, indudablemente se
trata de tipos de comportamientos políticos, son delitos políticos, pero que
inevitablemente tienen consecuencias que turban la paz pública y lesiona las
condiciones de existencia de una determinada organización institucional, por
supuesto, la justicia siempre viene dada por quien tiene el poder, por el
vencedor en estos conflictos, en este sentido recomendamos la lectura del
trabajo del Dr. Jorge Sosa Chacín (UCV), Delitos
de Traición a la Patria, donde explica brillantemente este difícil tema.
Debemos recordar que una buena parte de nuestros padres
fundadores como nación fueron acusados en su momento de traición a la patria,
incluyendo a Miranda, que fue juzgado y condenado, a Bolívar, a Páez, a Guzmán
Blanco, a Betancourt y a muchos otros que no escaparon de ser señalados como
traidores por una causa u otra, pareciera que se trata de una maldición, y que
el chavismo pretende ahora convertirlo en deporte nacional.
Lo que vemos es una práctica del poder ciego para crear
ejemplos de castigos y venganza sobre aquellos que se atrevan a contradecir la
autoridad del régimen, es como una cinta de Moebius que empieza en un “porque
me da la gana” y termina en un “porque me da la gana”, eso, ni es derecho ni es justicia, es pura y
simplemente tiranía, que por cosas del uso correcto de la expresión, es
justamente, lo que los verdaderos
patriotas deben combatir.
En la actualidad los delitos de traición en la mayoría de
los países del mundo son principalmente en contra de la seguridad del estado y
en situaciones muy específicas, no se trata de cualquier tipo de delitos que
puede ser endosado alegremente, en el Diccionario
de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales del Jurista español Manuel
Ossorio y Florit (1981) dice en el
aparte Traición:
Delito
contra la seguridad de la nación… fundamentalmente consiste en tomar las armas
contra la nación o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. Se
consideran circunstancias agravantes: que la traición vaya dirigida a someter
total o parcialmente la nación a dominio extranjero o a menoscabar su
independencia o integridad; que el autor hubiere inducido o decidido a una
potencia extranjera a hacer la guerra contra la nación. El delito se configura
también cuando los hechos precitados fueron cometidos contra una potencia
aliada de la nación, en guerra contra un enemigo común. Sujetos activos del
delito pueden serlo los nacionales y los extranjeros residentes en el mismo;
salvo, en cuanto a estos últimos, lo establecido por tratados o por el Derecho
de Gentes acerca de los funcionarios diplomáticos y de los nacionales de los
países en conflicto…
Debemos enfatizar que el concepto de patria que se une al
inconfesable delito de traición, es un concepto que deviene más del sentimiento
que dé la razón, y tiene que ver con los vínculos afectivos que unen a las
personas con su tierra, lugar de nacimiento, región o país, de donde se origina
la familia y las memorias familiares, es un concepto que ha tenido una
interesante y larga evolución, desde los antiguos, con sus ideas míticas de
dioses y de las tumbas de sus antepasados hasta llevarlo a refinamientos más
políticos y modernos que tienen que ver con los ideales republicanos y la idea
del estado y nación.
La patria para algunas culturas es de género femenino, es
la madre como en el caso de Rusia, o bien puede ser el “Fatherland” de los alemanes, el hogar patriarcal, sus
connotaciones románticas y emocionales lo hacen una metáfora favorita para la
manipulación del sentido de pertenencia, tanto en el buen sentido como en el
malo, los discursos patrióticos pueden ser inspiradores, como bien ha sucedido
en algunos arengas antes de las batallas, pero también es una herramienta para
el terror y el control de las masas.
Decía el preclaro Samuel Johnson, en su ensayo llamado
justamente El Patriota lo siguiente:
“Del patriotismo son distintivos la cautela
y la vigilancia, la prevención de asechanzas encubiertas, la previsión de
peligros en ciernes. El verdadero amigo de la patria se apresta a manifestar
sus temores y dar voz de alerta en cuanto detecta la inminencia de una amenaza,
pero lo que nunca hace es tocar rebato en ausencia de enemigos, o infundir
terror entre sus compatriotas sin motivos.”
Y aquí es cuando entramos en problemas pues en
situaciones de conflictos, muchos de ellos encubiertos y soterrados, los
enemigos de la patria se hacen pasar por los patriotas y los patriotas son acusados
como traidores, es el disfraz perfecto para los conspiradores y desde el cual
pueden hacer más daño a los intereses de la nación, y esto ha sucedido una y
otra vez.
Sebastian Haffner en su memorable libro Anotaciones sobre Hitler, nos explica,
que en su paranoia, alimentada por su decrepitud mental y la fuerza de los
acontecimientos en 1944, creía que uno de cada tres alemanes era un traidor por
creer que la guerra la tenían perdida, tal y como había sucedido en 1918 cuando
Hitler era apenas un corporal, él lo veía a su alrededor, el ánimo nacional se
dio por vencido ante el enemigo y fue una de las causas de la derrota de
Alemania en la Primera Guerra Mundial, dice Haffner: “… ahora mandaba ahorcar o a decapitar sin contemplaciones a todo
alemán que manifestara la obvia y acertada idea de que la guerra estaba perdida
o dejara entrever su deseo de sobrevivir a ella.” (Para quienes no lo sepan
durante el Tercer Reich más de 16.000 personas fueron ejecutadas en la
guillotina).
En una de las jugadas militares más desastrosas de la
guerra, Hitler ordenó la ofensiva de las Ardenas, en el momento de mayor
debilidad de su ejército, consumiendo las últimas tropas que le quedaban para
la defensa de los frentes orientales y occidentales, fue un desastre anunciado,
el jefe de su Estado Mayor, Guderian, se lo había advertido una y otra vez y
Hitler, no escuchó.
Para regímenes de fuerza, para gobiernos totalitarios el
uso del patriotismo es una moneda de uso común para conseguir metas políticas;
el comunismo, una ideología que supuestamente es contraria a estos usos propios
del nacionalismo, pues son contrarios el internacionalismo que ellos pregonan,
se ha beneficiado enormemente de esta herramienta para sus fines
revolucionarios y de la toma del poder.
El delito de traición en todos los países del mundo es de
carácter técnico y muy estricto en sus procedimientos, esto, por las
implicaciones del mismo, se trata del delito por excelencia de lesa majestad y
tal como lo expresa el investigador argentino Ernesto Paz Aguilar: “Es considerado como la expresión más
despreciable e infame de traición y símbolo de oprobio. En el lenguaje
corriente significa extrema deslealtad, infidelidad, quebrantamiento de la
palabra dada, violación de la buena fe. En el sentido jurídico, implica el
quebrantamiento de la lealtad debida por los ciudadanos a la nación a que
pertenecen. El núcleo indestructible de la forma república de gobierno es la
lealtad a la Constitución y el principio de legalidad”.
Por este contenido tan extremo es que resulta ideal para
los políticos enrostrarle a sus oponentes esta cualificación, los anula y los
asesina moralmente, el simple hecho de estar involucrado en este tipo de
acusación aun cuando fuere luego declarado inocente, empaña para siempre una
carrera política.
Algunos cuerpos legales son exhaustivos en su
tratamiento, otros lo resumen de manera brillante en pocas frases como es el
caso de los EEUU que en el Articulo III, sección 3 de su Constitución expresa: “La traición contra los Estados Unidos solo
consistirá en hacer la guerra en su contra o en unirse a sus enemigos,
impartiéndoles ayuda y protección…”
Pero cuando lo estrictamente legal se politiza y se lleva
a terrenos ideológicos la razón normativa pierde fuerza y sentido, convertir el
delito de traición a la patria en un arma política en contra de la oposición no
solo es vil sino inevitablemente debilita el aparato de seguridad del país ante
las verdaderas amenazas y peligros.
El castrocomunismo ha sido una de esas ideologías que ha
hecho del delito de traición a la patria una punta de lanza en contra de sus
adversarios, y ha desarrollado no solo procesos e instancias especiales sino
que ha consolidado su instrumentalización como herramienta política, esa
influencia caribeña ha afectado profundamente nuestro sistema legal, de hecho
con la llegada del chavismo al gobierno, se ha convertido en uno de los delitos
de mayor proyección en el país y que el régimen socialista está tratando de encajarlo
dentro de los esquemas de control social por parte de las comunas, lo cual
sería sumamente peligroso.
En Venezuela estos delitos son tratados por el Código
Penal y el Código de Justicia Militar pero hay todo un movimiento reformista
para elaborar un nuevo código penal y modificar la Constitución para introducir
tipificaciones y sanciones sobre todo en los delitos de traición a la patria, a
la soberanía y al ámbito informativo, lo que haría de este delito una de las
formas más brutales de control social sobre todo en la opinión pública,
restringiendo aún más las libertades, sobre todo para minimizar la capacidad
crítica de la sociedad.
En lo personal pienso que estos delitos deberían
concentrase en aquellas acciones que atenten en contra con la seguridad del
Estado (un estado Republicano, Democrático y Constitucional, no el estado
socialista, comunal y autoritario que pretende el chavismo), entre ellas el
espionaje, en combatir la injerencia de estados extranjeros en funciones
vitales de la nación, y en la entrega de territorio y recursos de la nación a
otros países.
Varios de los líderes del chavismo ya están incursos en
estos delitos, sobre todo con la relación de “piernas abiertas” que tienen con
Cuba, hay líderes del chavismo que son extranjeros de origen y que han mentido
sobre sus orígenes para poder acceder a las posiciones de poder que hoy ocupan
y a la entrega de extensos territorios de la nación a grupos irregulares de la
narcoguerrilla, es mi opinión, que el chavismo se haría un gran favor si dejara
de utilizar estos delitos de traición a la patria como arma política, lo que
hace es aumentar la tensión y la animadversión por el socialismo bolivariano,
causante de tantos males, y va a llegar el momento en que el equilibrio de
fuerzas va a cambiar y estarán ellos como el pobre rey Carlos I de Inglaterra,
metiendo a Dios en el enredo cuando ya es muy tarde.
Si fuera verdad que les preocupa tanto lo que se dice de
ustedes, si no quisieran escuchar críticas a su forma de gobernar o ser
considerados víctimas del odio de la gente, se preocuparían por los más
vulnerables de la población, por los viejos y los niños tan abandonados en
medio de esta espantosa crisis que ustedes han provocado, por las etnias
aborígenes que están siendo exterminadas y explotadas, por los millones de
hombres y mujeres que se sienten abandonados en esta mortífera pandemia… pero
no, prefieren hacer otras cosas, negocios, trampas, derroche y aplicarnos la
receta del estado policial, amenazarnos, secuestrarnos, empobrecernos, por la
simple razón de que no queremos ser como ustedes, unos revolucionarios
despiadados e inhumanos.
Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010. En su
discurso de aceptación de esta distinción dijo que «no hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del
“otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y
generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus
ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías,
seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos
contra la soledad». - saulgodoy@gmail.com
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