Hoy amanecí con ganas de zambullirme en aguas profundas y
para ello escogí esa gran área del conocimiento que es la cosmología, un
territorio que está bien lejos de la política que tiene atenazada nuestra atención casi a
diario, yo supongo que tenemos en el país grandes científicos en el área de la
astrofísica y las matemáticas que podrían explicar mil veces mejor que yo estos
temas, pero no aparecen, o los medios no les brindan la oportunidad, o se
fueron del país (cosa que no debería impedirles crear conocimiento en una
población ávida del mismo), o los mantienen en silencio para que no nos
ilustren, y como no me gustan los vacíos, trato de llenarlos dentro de mis
escazas posibilidades, lo más probable es que aparezcan corrigiendo mis
desaciertos, que sería lo más apropiado, pues soy un simple mercader de
conocimientos de segunda mano.
Voy a empezar refiriéndome a un interesante artículo
escrito a tres manos por unos respetables profesores de física de la India, los
señores G. Alagar Ramanujam, K. Fitzcharles y S. Muralidharan, bajo el título “Physics behind the Dark Matter, Dark
Energy and the inflationary expansion of the universo” (2018), y empiezan
señalándonos el grave problema que tenemos para la comprensión del universo por
no haber definido con propiedad sus principales elementos, en especial, de que
trata “la masa”, esa forma material contundente que forman los cuerpos y cuya
cabida podría resumirse como: “la masa subsiste en el espacio”.
Lamentablemente Newton nunca la definió, aunque estudió
el comportamiento de la masa, Kepler calculó las orbitas de los planetas sin ni
siquiera plantearse el problema de definirla, Einstein logró equiparar la masa
con la energía pero tampoco definió a la masa, de modo que todavía andamos
huérfanos de una definición funcional que nos explique de manera coherente la
relación entre una partícula y el espacio.
Para efecto de la argumentación de su artículo, los
profesores de la India se atrevieron a proponer una idea, definieron al espacio
(el espacio primario) como el estado absoluto y fundamental que todo lo
contiene, y a una partícula, como una colección de excitaciones cuánticas
infinitesimales que acaecen en ese espacio.
De este concepto se deriva que: 1- El espacio prevalece y
está dotado de energía potencial. Tiene la propiedad de constantemente
comprimirse así mismo, y continuamente ejerce esta compresión sobre todos los cuerpos
y sistemas que contiene.
2- Esta propiedad para comprimir resulta en la formación
de cantidades de infinitesimales de cuanta girando en el espacio (con un “spin”
o giro determinado), en lo que ellos llaman “polvo formativo”, que debido a la
compresión a la que son sometidos, se ven obligados a formar grupos discretos
que son las partículas fundamentales, que son a su vez los antecesores de la
materia en forma de masa. Cada grupo, rodeado de este espacio que las comprime
crea un “spin” que conforma una fuerza repulsiva, que contradice la fuerza que
comprime en cada uno del espacio-tiempo que se forman.
Esto lo explican los profesores con una variada
formulación matemática que me dejó a pie, pues carezco de la formación científica
adecuada para entenderla, pero en el trabajo original están desarrolladas en unas
bellas fórmulas cuyos axiomas resultan en una definición de masa.
Toda esta masa está bajo el puño inexorable del espacio,
que como hemos visto aprieta y comprime, pero entonces ¿Cómo se explica la
interesante confirmación del telescopio Hubbel de que el universo se encuentra
en una expansión acelerada? ¿De dónde viene esa enormidad de fuerza que
significa arrojar a toda esa masa hacia afuera en el espacio y acelerando cada
vez más?
Es en este punto cuando aparecen los presupuestos de la
existencia de una materia oscura, que no vemos pero que está allí, haciendo repulsa
en contra de la fuerza de gravedad que el espacio le imprime a la masa
conjuntamente con una energía oscura, entramada en lo que considerábamos como
“vacío”, pero que en realidad está llena de esta energía que tiene el poder de
hacer mover a galaxias enteras disparadas hacia afuera de un centro hipotético
del universo (hay científicos que afirman que ya no es hipotético, es un centro
real, localizado y conocido).
Lo usual, lo esperado, dadas las condiciones conocidas,
es que el universo estuviera contrayéndose cada vez más hasta coincidir en el
punto cero (el temido Big Crunch) y
quizás, recrear un nuevo Big Bang,
pero lo que sucede es todo lo contrario, y ha obligado a los astrónomos y cosmólogos
a regresar a sus mesas de trabajo y repreguntarse, ¿Qué en realidad está
sucediendo allá afuera?… y como no sabemos que es ni de dónde viene esta
energía, la llamamos Energía Oscura.
Según la teoría de los autores del trabajo, el universo
produce partículas elementales de manera continua, algunas de ellas producen
materia o masa, y para acomodarlas se ve obligado a expandir sus fronteras,
todo pareciera funcionar de manera fluida, las partículas ya existentes van
perdiendo su spin en el transcurso del tiempo, esta energía que gana el espacio
la utiliza para incrementar la fuerza de su ola gravitacional en el frente del
espacio-tiempo continuo, empujando, presionando sus límites para abarcar más y
más, esa energía es la Energía Oscura.
Hay observatorios en la Tierra que han detectado ondas
gravitacionales en diferentes escalas y algunas con irrupción de rayos gama, las
cuales provienen, entre otras causas, de choques entre agujeros negros o
estallidos de supernovas, los registros que se han hecho de estos eventos
cósmicos han variado de velocidad e intensidad, lo que para algunos científicos
constituyen aberraciones que empañan el orden teórico que proponen quienes
creen en la existencia de la energía oscura.
Pero si esto ocurre dentro de nuestras galaxias y en las
fronteras del universo en expansión, lo sorprendente es que también se ha
descubierto sucede en lo profundo de nuestros cerebros, hay neurocientíficos
como el doctor Marcus E. Raichle de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Washington en San Louis, que lidera un grupo de investigación para estudiar la
actividad cerebral, utilizando tomografías hechas por emisión de positrones e
imagines de resonancia magnética, con estas herramientas ha observado la
llamada actividad de fondo del cerebro, una supuesta estática o ruido que hasta
el momento se creía lo producía el cerebro cuando estaba inactivo, bien
mientras la persona descansaba o estaba bajo sedación o anestesia.
Descubrió en su lugar, una enorme actividad de zonas y
partes del cerebro que usualmente no se relacionan y utilizando este particular
flujo de Energía Oscura a muy bajas frecuencias y que solo se registran en escenarios
donde interactúan partículas elementales, en este ambiente cuántico pudo
establecer una enorme cantidad de conexiones entre distintos humores,
comportamientos, reacciones y percepciones que influyen de manera determinante
en las personas, detectando incluso, indicios de esquizofrenia, depresiones y
otros problemas.
Para quienes han leído hasta estas líneas les informo que
todo esto que he traído a colación, acaba de ocurrir, es conocimiento en pleno
desarrollo, hace diez años atrás la gente no hablaba de estos temas porque no
estaban en agenda, excepto para un pequeño grupo de iniciados, fue una tremenda
sorpresa para la comunidad científica mundial descubrir que durante todo este
tiempo los astrónomos, astrofísicos y cosmólogos sospechaban que el universo
observable, que según sus últimas medidas se extiende a través de gravitacionales
91 billones de años luz, era apenas el 4% de todo el universo, y en ese
porcentaje estamos nosotros, los humanos, usted y yo; el otro 96% de lo que
existe resulta que no se sabía dónde estaba, era invisible.
Había algo por allí afectando los flujos, las planimetría
de la órbitas de las galaxias, la curvatura de algunos registros de luz, ya el
astrofísico suizo Fritz Zwicky en 1933 en sus observaciones sobre el grupo de
galaxias conocido como el Cluster Coma, un grupo de unas 1000 galaxias situadas
a 330 millones de años luz de nosotros se comportaba de manera estrambótica, al
punto que acuñó el término Materia Oscura para designar un cuerpo o masa que no
veía, y que supuestamente estaba afectando sus observaciones.
En esos mismos años treinta, Edwin Hubble hacía sus
observaciones sobre el desplazamiento hacia el rojo que tenían la luz de las
galaxias que se alejaban de nuestra Vía Láctea, lo que marcaba un alejamiento progresivo
de nuestros vecinos estelares, estas y otras observaciones fuera de lo común en
el comportamiento de las grandes masas en el espacio, preparaban sin mucho
escándalo los preámbulos de situaciones mucho más serias y contundentes
presagiadas por las observaciones que se hacían de las supernovas explotando y
perturbando su entorno.
Fue apenas en el 2009 cuando se detectó por primera vez
dos registros de algo que se sospechaba pudiera ser posible pero de lo que no había
ninguna certeza, ese algo era llamado Materia Oscura, y no fue gracias a un moderno
telescopio en los polos o en el espacio, sino en unos sensores enterrados en lo
profundo de la tierra, en una mina abandonada, encerrados en unos contenedores
enfriados al cero absoluto, donde unos detectores compuestos de átomos de
germanium y recubiertos por gruesas láminas de plomo, esperaban pacientemente
porque se activaran los protocolos de observación por 16 instituciones
científicas que tenían sus computadoras conectadas con el experimento, estaban
a la caza de partículas elementales que constituyen la materia, se han
descubierto 103 nuevas partículas elementales de las cuales solo 4 de ellas
están presentes en el universo que conocemos, las demás no sabemos que hacen ni
para qué sirven.
En el 2011, el premio Nobel de Física fue otorgado reconociendo
por primera vez esta aventura que estaba cambiando la estructura del mundo, y
pueda que parezca injusto pero ese premio era un reconocimiento a nuestra
ignorancia, nos creíamos dueños y señores del universo y ahora es que estamos
descubriendo que nos faltaba el 96% del mismo.
Este descubrimiento debería movernos el piso, pues queda
claro que el conocimiento humano está basado en un pequeñísimo pedacito de la realidad,
¿Todo está dicho? ¿Hay verdades absolutas? ¿Hay dueños de la verdad?
En estos días conversaba con unos amigos sobre la
posibilidad de la existencia de la vida después de la muerte y les decía que si
el alma de una persona estaba expresada en un paquete de energía organizada o
cuanta, esa alma luego de la muerte corporal pudiera estar allí todavía en
algún lado, en alguna dimensión, y aunque si bien es cierto, nadie ha vuelto de
la muerte (excepto algunas figuras religiosas y mitológicas) estoy seguro que
en ese 96% faltante de nuestro universo ocurren cosas que nos parecerían
imposibles, desde mundos paralelos, multiversos y hasta cielos e infiernos para
escoger, ¿Por qué no la continuación de la existencia de esos cuanta en otros
términos y mundos?
Hay una nueva generación de detectores e instrumentos de
observación que se están poniendo en línea en los principales centros de
investigación del mundo, desde los observatorios astronómicos en Chile, pasando
por los que están el espacio exterior, en China, Europa, grandes presupuestos
se dedican a despejar las dudas sobre si estamos pisando en terreno firme o son
puras especulaciones, todavía hay un gran escepticismo en cuanto el alcance de
estos descubrimientos pero algo queda muy claro, apenas estamos chapoteando en
la playa de un gran océano, Einstein lo sabía.
Y por supuesto me hago la pregunta de las 36.000 lochas,
¿Qué hacemos los venezolanos soportando a un mentiroso compulsivo del calibre
de Maduro como jefe de estado y viviendo su mundo de miseria, ante un universo
de tantas posibilidades? Uppps… la política otra vez… mis disculpas, ya termino;
solo piensen que en el mundo de la energía, esos recursos como el petróleo, la
energía atómica, la hidroeléctrica, la solar, la eólica, la geotermal, la de
biomasa, la de las mareas, la de hidrógeno… todos pertenecientes a una
concepción primitiva del mundo, en la que la humanidad debe pagar el precio de
la degradación ambiental, ahora se nos abre la extraordinaria posibilidad de
investigar y aprovechar nuevas fuentes de energía, partir de nuevos paradigmas,
tal como lo hizo en su momento ese genio que fue Nicolás Tesla con su Zero Point Energy, energía del universo,
limpia, gratuita e inagotable, tantear ese enorme caudal energético de la
Energía Oscura, que constituye, agárrense de la silla… no menos que el 73% de
toda la energía que existe en el universo, y que apenas ayer no sabíamos que
existía. - saulgodoy@gmail.com
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